10/26/00, 10:20 (Hora de México DF)
‘Mi imagen de playboy es una gran mentira’: Jaime Camil (Entrevista de México HOY)
Ciudad de México, 26 de octubre. Se dice satisfecho con su trabajo en Mi destino eres tú, pero lamenta que las mujeres crean que en la vida real es un conquistador empedernido, alguien que “las va a padrotear”.
Aunque está satisfecho con su desempeño en la telenovela Mi destino eres tú, al cantante y actor Jaime Camil no le agrada la imagen que tiene la gente de él, merced a su papel de seductor. Que lo consideren como el galán de moda, el que le pondrá coche y departamento a cuanta chica que se le cruce, hace que las damas lleguen predispuestas a conocerlo y que se decepcionen, por así decirlo, cuando se dan cuenta de que como ser humano es todo lo contrario: sensible, con profundos y arraigados valores inculcados por sus padres.
Durante su visita a la redacción de México HOY, Camil nos cuenta todo respecto a su primer papel importante como actor, sobre su relación con Lucero, pero especialmente acerca de todo lo que gira en torno de esa “gran mentira” de que es un tipo que se acuesta con la primera chava que pasa a su lado o con la que está de moda.
-Se rumora que Mi destino eres tú fue un fracaso, ¿qué crees?
-Para nada, la novela fue fenomenal, maravillosa. En la prensa se está manejando que hay peleas, que todos estamos de malas, que nos odiamos, cuando yo lo único que respiro es una gran cordialidad y buena vibra. Siempre hay chismes en torno de estas cosas y por desgraciada la prensa de espectáculos ha perdido mucha credibilidad, se ha vuelto amarillista. Existe la prensa seria, indudablemente, y es la que debería preocuparse porque este tipo de periodistas amarillistas no existan, porque manchan la imagen de todos.
-¿Qué tal tu primer protagónico?
-Muy bien, muy padre, porque no lo veo como un trabajo, sino como una diversión. Fue importante porque nunca creí que me fuera a quedar con él. Cuando Carla Estrada me invitó al casting creí que no había poder humano que me hiciera quedar con él, pues había varios candidatos. Pero sí lo conseguí y fue algo sorprendente.
-¿Te satisface tu desempeño?
-Cómo no, me gustó muchísimo porque Mauricio Rodríguez me cae muy bien, pues a pesar de ser el antagónico, no es el malo. Si te pones a analizarlo te darás cuenta de que es un tipo que de niño vivió al lado de un padre que le enseñó a ser misógino, que la mujer es un objeto sexual, que sólo sirve para diversión. Pero en el fondo es muy diferente, porque él tiene un sentido de conciencia que ni su padre ni su sometida madre tienen. Es un tipo que me da lástima, que no tiene absolutamente nada que ver con lo que soy y por lo que me ha costado algo de trabajo interpretarlo.
-¿Cómo es tu relación con Lucero?
-Fenomenal. Somos amigos de hace muchos años y la quiero mucho, igual que Manuel (Mijares). La admiro porque mientras yo aparezco en cinco o seis escenas de la novela, ella se pone unas friegas locas al estar en todas las escenas, en las 20. Digo, además de eso tiene conciertos en Las Vegas, puede incluso dejar de dormir tres días y su entusiasmo no disminuye, siempre está de buenas.
-¿Te agrada como mujer?
-Muchísimo… Creo que Manuelito se sacó un 10, que está con una de las mujeres más hermosas del mundo y que parecen en vías de extinción. Me atrae su felicidad de vivir la vida, su intensidad, su positivismo constante. Es muy vigorizante estar al lado de una gente así.
-¿Te hubiera gustado conocerla antes de que se casara?
-Claro…, pero ya no hay que hablar más de eso porque Manuelito me va a pegar. El soldado del amor me va a pegar.
-¿Qué nos puedes decir de tu imagen de galán?
-Mi imagen de hombre seductor, del playboy y amante empedernido, es una gran mentira. Ni me acuesto con la chava que se deja ni con la que está de moda. Se debe a la fortuna o desfortuna que tuve al tener dos relaciones amorosas con mujeres famosas del medio artístico (una de ellas, Thalía). Esa percepción que tienen de mí me molesta, me pesa, porque yo soy todo lo contrario, porque las mujeres cuando se me acercan llegan con una predisposición de que soy una persona que, perdón la expresión, las va a padrotear dándoles joyas, departamento y no, yo no soy así. Se topan con alguien que les lee poesía, lleno de romanticismo, que considera que es más fuerte un abrazo que la relación sexual por sí misma, y entonces todo se viene abajo. No es fácil vivir con una imagen así.
-¿Entonces cómo eres?
-Me considero una persona muy honesta, muy sensible. Creo mucho en el amor, en los detalles. Soy romántico e impresionantemente fiel. Soy monógamo y respeto mucho a la mujer porque creo que es lo más hermoso que existe sobre la faz de la tierra. Soy bastante aburrido… dirían algunos.
-¿Sexualmente?
-Híjole, pues eso es algo muy íntimo pero te diré que hasta el momento simplemente no he tenido ningún tipo de quejas; claro, eso depende en cada relación del modus operandi.
-Has dicho que te preocupa mucho la integridad humana, ¿no?
-Exacto, sí. Me considero un hombre muy limpio. Nunca le haría una transa a alguien ni le haría una cosa para tratar de fregármelo en otra. Eso es algo que me cuesta trabajo entender. No me cabe en la cabeza cómo hay gente que puede hacer tantos fraudes y transas. Quizá seré muy tonto, estúpido, inocente o fantasioso, pero no, para nada me agrada eso.
-Pero en el medio artístico se dan mucho ese tipo de cosas…
-Precisamente por eso no me verás muy seguido en Premios TV y Novelas, ni en aniversarios de no sé quién o cosas así. Ese no es mi trabajo, mi trabajo es con el público y ni por compromisos de cualquier índole ni nada así faltaría a esa filosofía.
-¿Cuál es tu ideal de mujer?
-Ningún tipo físico de mujer. No pienso en si es güera o si tiene pierna así o busto así. Simplemente quiero que sea honesta, que se presente tal y como es. Busco que me hable con el corazón.
-Eres cantante de profesión, no actor, ¿piensas seguir en esta
faceta?
-Siento que es muy riesgoso decirlo, porque o puedes quedar muy bien o muy mal. No sé, lo único que de momento percibo es que mi presente me pinta muy bien con la novela y con mi segundo disco, que está a la mitad de vida y tiene ocho sencillos muy buenos; además, tengo un proyecto de cine en primavera de 2001. A ver qué pasa.
-¿Te frustra la percepción que tiene la gente de ti como actor y no como cantante?
-Sí, es muy frustrante porque después de cada gira que hago casi siempre me dicen “¡Oye, qué bien cantas!”, o “¡tú sí cantas!”, pero el problema real es que en México se acostumbra darle a la gente productos de plástico, estrellas falsas, y por ello muchas veces dudan de nuestra calidad. Si yo me autodenomino cantante es porque tengo los pantalones y la calidad suficientes para sustentarlo. Me da gusto que la gente grite por mi imagen en televisión, pero es más gratificante cuando comienzan a corear mis canciones. Es difícil competir con estos grupos de plástico, con la imagen que tienen y lo que venden, porque cada día sale uno nuevo… ¡está cañón! Pero el público es muy inteligente y se da cuenta de los grupos que salen y la calidad que tienen.