Tabla Ventura: 10, 11
Jelou! Ya dije que atacaría con Misa. Solo un poco...
10. Caos
Ryūzaky, había llamado Watari, fiel a su papel. Diciendo, sin equivocarse, el nombre que tocaba. Ninguno de sus "nombres detectivescos". Tampoco su nombre real, o el que le pusieron en aquél orfelinato. Hay algo interesante en SakuraTV.
Hasta entonces, la existencia de Kira se había limitado a rumores temerosos, un aviso de L y una batalla de mentes entre Light Yagami y L. Ahora, el caos se desataba en la población. Kira les estaba hablando a todos. Mataba a gente de la tele. ¿Cómo reaccionaria la población? Policías muertos, la entrada de la SakuraTV blindada, tapada por miles de policías...
Se comía el coco. Como siempre. Videos, videos. Gracias a Yagami, podía estudiar las cintas. No encajaba. Nada encajaba. Aliarse con la policía, todavía. Querer ver "la cara de L", bueno, aunque habían llegado a la conclusión de que Kira no podía matar sin saber el nombre acababa de acabar con la vida de tres policías sin verles más que la cara. Y aquí empezaban las diferencias. Además, las víctimas televisivas tampoco tenían sentido. Estaba realmente claro.
Se encontraba en manos de otro kira, otra persona con sus mismos poderes, o mejores. Y menos meticuloso. No le hacía ninguna gracia tener que "luchar" con una mente menos avanzada que la de Kira. No le hacía gracia buscar a alguien que pensaba sin la genialidad de Kira. Y ante todo, no pensaba morir a manos de un empostor que se había colado en el lugar que Kira se había trabajado.
Lo que era un caos era su mente. ¿De verdad había acabado admirando a Kira? Tenía que coger antes que Kira a ese segundo Kira.
11. Destino
Light Yagami. Light. Kira. Delante de la televisión, encendida por una maravillosa casualidad. Intentaba no reir. Ante todo, la apariencia. Sayu y su madre estaban abajo. Ryuk comía manzanas. Todo era estupendo.
Algún shinigami, algún Dios del nuevo mundo, había bajado de su mundo con otro cuaderno. Otra persona tenía un cuaderno. No se movía del todo libre, pero eso era lo de menos: tenía el ojo del shinigami. Light seguía sonriendo sin parar. Tenía que coger antes que L a ese tipo que le quitaba el nombre para hacerle una señal. Todo sería estupendo.
Aunque estar ante Misa no le gustó tanto. Era una chica pequeñita y algo insegura. "Estarías preocupado al ver la tele"... Anda que... Vaya mosquita muerta. Normal que fuese tan chapuzas. Impulsiva. Inservible.
Pero el destino, o los dioses, o lo que fuera que estuviese de su parte se la habían mandado con el ojo del shinigami. El único problema es que ella sabía su nombre: tenía el mismo peligro que un niño con una pistola: la inconsciencia del poder.
Claro que en cuanto hablaron un poco, su petición perdía sentido. Se ponía en manos de Kira, le daba su nombre, su cara, su cuaderno, su ojo, le enseñaba su shinigami y le pedía a cambio ser sus novia. ¿Y si era el destino?
Al fin y al cabo, no era tan tonta como parecía.