Tabla Sabores: 10
Veamos, sigo con mi auto-reto. He decidido ser eficaz y he aquí un poquito más de la Tabla Sabores :) Meggie/Doria como ya sabéis...
10. Chocolate
Meggie se despertó un día, después de tanto tiempo en el Mundo de Tinta, anhelando chocolate. Le preguntó a Doria el primero, porque estaba en el bosque con ella (habían tenido que bajar por el bosque para buscar unas plantas para Roxanna y se había quedado a dormir en una tienda).
-Doria, ¿aquí tenéis chocolate?
-¿Chocolate? ¿Qué es eso?
-Oh... Claro, aquí no hay ninguna América colonizada en la que se cultiva cacao...
-¿De qué hablas, Meggie?
-Del otro mundo...
Siguió pensativa durante todo el camino de vuelta y mientras Doria le llevaba las plantas a Roxanna, Meggie fue a la granja de Arrendajo. Mo, obviamente, no estaba. Resa, sin embargo, jugaba con el hermanito.
-Mamá...
-¿Sí?
-¿En este mundo no hay chocolate?
-Me temo que no, Meggie-rió Resa. Le hacía gracia que después de tanto tiempo Meggie echase en falta chocolate.-A lo mejor puedes ir a ver a Fenoglio y crear plantaciones de cacao, ¿qué te parece?
-Me parece que no pega. O que seguramente se necesite demasiada gente para cultivar todo eso que viviría en condiciones horribles y... y... y...
-Meggie, no sé si Fenoglio puede traerte una barrita de chocolate, pero mejor que no. Así, se te pasarán las ganas.
-Algú día querría volver a ver nuestro mundo.
Resa se calló. Tanto ella como Meggie seguían sintiéndose demasiado lejos la una de la otra. Todo por culpa de un don que nadie había pedido. Resa se hacía la tonta, pero odiaba el don de Mo y de Meggie y tenía miedo de que su hijo lo tuviese también. Ya tenía bastante con ser pájaro a tiempo parcial.
Cuando Meggie salió, se encontró con Arrendajo, Dedo Polvoriento y Doria. Dedo Polvoriento miró a Meggie comentando cosas sobre el famoso "chocolate" del que les había hablado Doria.
-Lengua de Brujo dice que eres muy graciosa. Yo no entiendo nada.
-Mo, no es gracioso.
-Claro que sí, Meggie. Mira que tener antojo de chocolate.
En realidad, a nadie le gustaba ese don.
¡Reto cumplido!
10. Chocolate
Meggie se despertó un día, después de tanto tiempo en el Mundo de Tinta, anhelando chocolate. Le preguntó a Doria el primero, porque estaba en el bosque con ella (habían tenido que bajar por el bosque para buscar unas plantas para Roxanna y se había quedado a dormir en una tienda).
-Doria, ¿aquí tenéis chocolate?
-¿Chocolate? ¿Qué es eso?
-Oh... Claro, aquí no hay ninguna América colonizada en la que se cultiva cacao...
-¿De qué hablas, Meggie?
-Del otro mundo...
Siguió pensativa durante todo el camino de vuelta y mientras Doria le llevaba las plantas a Roxanna, Meggie fue a la granja de Arrendajo. Mo, obviamente, no estaba. Resa, sin embargo, jugaba con el hermanito.
-Mamá...
-¿Sí?
-¿En este mundo no hay chocolate?
-Me temo que no, Meggie-rió Resa. Le hacía gracia que después de tanto tiempo Meggie echase en falta chocolate.-A lo mejor puedes ir a ver a Fenoglio y crear plantaciones de cacao, ¿qué te parece?
-Me parece que no pega. O que seguramente se necesite demasiada gente para cultivar todo eso que viviría en condiciones horribles y... y... y...
-Meggie, no sé si Fenoglio puede traerte una barrita de chocolate, pero mejor que no. Así, se te pasarán las ganas.
-Algú día querría volver a ver nuestro mundo.
Resa se calló. Tanto ella como Meggie seguían sintiéndose demasiado lejos la una de la otra. Todo por culpa de un don que nadie había pedido. Resa se hacía la tonta, pero odiaba el don de Mo y de Meggie y tenía miedo de que su hijo lo tuviese también. Ya tenía bastante con ser pájaro a tiempo parcial.
Cuando Meggie salió, se encontró con Arrendajo, Dedo Polvoriento y Doria. Dedo Polvoriento miró a Meggie comentando cosas sobre el famoso "chocolate" del que les había hablado Doria.
-Lengua de Brujo dice que eres muy graciosa. Yo no entiendo nada.
-Mo, no es gracioso.
-Claro que sí, Meggie. Mira que tener antojo de chocolate.
En realidad, a nadie le gustaba ese don.
¡Reto cumplido!