Reto: Crossovers

Jun 21, 2011 22:38

Bueno, ¡Al fin! he podido publicarlo. Eso es. Proviene de Valborgsnatta, de Isarn, y de los retos. Y tenemos a Voldie, y a Alecto, por poner un mortífago. La cosa era: elegir de la lista que sigue un número y narrar las aventuras crossoverianas de Voldemort y algún secuaz de más en uno de los dichos lugares de la lista:
1. (Alicia) Tom en el País de las Maravillas
2. Titanic (o ya decía yo que los muggles no hacen nada bien)
3. Avatar (¿por qué hay pitufos gigantes aquí?)
4. El Señor de los Anillos
5. Crepúsculo (ya tengo licántropos en mis filas, ¿por qué no vampiros?)

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2. Titanic

Lord Voldemort es un mago todopoderoso, que todas se las sabe y nada le sorprende. O eso creía él hasta hace tres minutos. Porque hace tres minutos estaba tan tranquilamente torturando a Ollivander y ahora no tiene ni idea de dónde está. De buenas a primeras, el suelo se mueve. Y eso solo puede significar dos cosas: o está viviendo un terremoto o está en un barco. Si es un terremoto, no pasa nada. Si es un barco, tenemos un problema. Sí, un problema, porque no encuentra su varita y el barco le da náuseas. Definitivamente, realmente - fatídicamente - es un barco. Así que coge a su amiga Alecto que también esta ahí - vete tú a saber cómo - y se van de este paso a descubrir qué leches hacen los dos en un barco. Lo ultimo que recuerda es la cara de Ollivander contorsionándose, Alecto entrando por la puerta, una sombra en la ventana, un hechizo desviado y un giratiempo, que a saber qué hacia ahí. La vida es un misterio.

En fin, el barco esta obviamente plagado de muggles y Lord Voldemort les escucha hablar. Si tuviese la varita a mano los sometía a todos, vaya. El caso es que uno de ellos pasa hablando de titulares en los periódicos, el barco mas grande construido hasta la fecha, velocidad impresionante y un nombre. Titanic. Voldemort no sabe muy bien qué hacer, pero se va al final del barco y se cuelga de la barandilla. El mar de abajo le da ganas de vomitar, así que mira rápido el nombre del barco, vomita y sube volando - pero no vuela, solo se da prisa. Parece que sus poderes aquí no sirven. Parece que nadie se da cuenta de que él está ahí. Y parece que él no se da cuenta de lo pequeño y poco profundo que es el mar.

Total, que sube al barco mareado y verde. Alecto ni se inmuta, el color de la cara de su señor suele ser raro, cuando no es verde es blanco, y a veces rojo. Muy pocas, no tiene mucha sangre como para acumularla en la cara.

Después de eso, se sienta con Alecto en la cubierta del barco, a la popa, donde estaba el nombre (que no ha conseguido ver del todo bien). Hasta que ocurre algo sin sentido.

Una chica aparece corriendo y parece que va a saltar y un chico intenta convencerla de que no lo haga. Lord Voldemort con sus ánimos por los suelos y el estómago revuelto se limita a observar cómo se hablan esos dos. Pero es demasiado bonito y romántico, así que opta por hacer una fechoría. Hasta que recuerda que no tiene magia. Pero nada, los muggles lo hacen todo mal, está visto, porque sin necesitar el empujón de nadie, la chica resbala.

Alecto se ríe de ellos, y el Lord no lo hace porque no se va a rebajar a mortífago siendo Señor Tenebroso.
Nada, el chico salva a la chica y todos contentos. El Lord se va a otra parte, no tiene ganas de hacer nada. Alecto y él roban un compartimiento de primera clase y se ponen a dormir. 
Lo malo es que como no tenían magia ninguno de los dos, pues lo de robar no se les da del todo bien. A ver, si hasta un principio ha sido fácil. Estaban durmiendo tan tranquilamente en la habitación robada cuando han entrado los propietarios. Una señora gorda que se parecía a Kathy Bates y un mayordomo sin importancia.
Sí, sabía que todo esto le sonaba de algo, pero no de qué. Y sigue sin saber de qué le suena, de hecho, pero es que Kathy Bates, hasta donde él sabe, es una actriz y no sabe qué está haciendo él con una actriz de renombre y cargando además a una mortífaga descarriada. En un barco. Que se mueve.
Así que se disculpa con la actriz que se ha quedado de piedra, coge a Alecto de donde puede y se va a robar otra habitación. Lo malo es que es de noche, están durmiendo todos y no puede robar un compartimiento que está ocupado. No señor, claro que no. ¿Dónde va a dormir? ¿En el suelo? Eso lo hará Alecto, pero no él, no señor.
Así que acaban pasando la noche en uno de los botes salvavidas que resultan ser más cómodos de lo que parecen. El Lord Oscuro sueña con máquinas extrañas, gente dando voces y chicas cayéndose al agua a propósito.
Al día siguiente, la cosa no mejora. Cuando se despierta, oye voces junto a su cabeza, pero del otro lado del bote. Es una pequeña conversación en la que se habla de botes salvavidas insuficientes, que no sé quién no se preocupe porque el barco no se hunde. Y se van. Entonces oye un extraño grito y alabanzas a la gente que estaba hablando hasta hace poco.
Al final, la parte del barco en la que están se vacía y ellos pueden salir. Alecto, que es una friki y es muy observadora, le dice a su señor:
-Señor, ¿no le parece este un sitio extraño? Quiero decir, allí a lo lejos no se ve el mar sino... una especie de...
-Alecto, cállate. En cuanto encuentre mi varita te lanzo un cruciatus.
-¡No mi señor, por favor! ¡Se lo suplico!
-¿Qué hacías en la Mansión Malfoy, eh? ¿Qué hacías allí cuando te he asignado un colegio que vigilar?
-Ha sido Amycus, mi señor.
-¿Amycus? ¿Y a mi qué? ¿Es que no eres capaz de pensar por ti misma y decidir que es mejor hacerme caso a mi que a tu hermano?
-Fueron los niños, señor, intentaron otro atentado contra nosotros, señor, ese Longbottom y la niña Weasley.
-¿Y a mi qué? ¿Quieres que secuestre niños? Ya está en marcha el proyecto de la hija de Lovegood, como no deje de publicar esas cosas en su asquerosa revista, y me dices que... 
Pero se callaron. El chico de la otra vez estaba con otros dos fumando y hablando cada vez más alto. Rodeados de las máquinas extrañas, esas en las que no se había fijado cuando salvó a la chica. Y hablando de la chica, está un piso más arriba, hablando con quién sabe qué. Parece que el chico está interesado...
-Alecto, encuentra una manera de salir de aquí. Ahora.
-¡Mi señor!
-Sin discutir, Alecto.
Quieren ir a descansar un rato pero oyen una voz todopoderosa (que se parece a la que él hará oír por todo Hogwarts unos cuántos capítulos después, si le dejan volver, claro) que anuncia que el bombazo será esta noche. Que todo lo demás está preparado y que se preparen para rellenar los botes.
Así que Alecto, que está perdida, y Lord Voldemort que acaba de rememorar un incidente que le contó la señora Cole a los huerfanitos una noche en la que se aburrían (una historia que incluía barcos, icebergs, un nombre muy parecido o igual al de Titanic y algo así como un hundimiento, pocos botes, etcétera. Todos hemos oído hablar de eso y no nos gustaría estar en el pellejo de nuestro querido Lord. Pero él, contrariamente a nosotros a más de los tres cuartos de su alma, sí que está en su pellejo y de repente, el cielo se oscurece, hay trozos de hielo en el barco, está todo mojado y aparecen cada vez más y más muggles con unos antiestéticos salvavidas que se reúnen alrededor de su ex-cama.
Cunde el pánico y Alecto, que es de los menos oportuna, empieza a concebir teorías.
-Estamos en el mundo muggle... Pero ni siquiera los muggles son tan tontos como para pensar que zozobran en una piscina. Pero el cielo no es cielo. Todo esto es verde chillón y no hay luz. Y...
-¡Alecto! ¡Cállate!
-¡Mi señor! ¡Creo que esto...!
Da igual, el Lord solo agarra a Alecto por donde puede y se pone a seguir a los imbéciles de los muggles hacia arriba, como un muggle siguiendo a unas ratas. ¿Hacia arriba? Sí, porque el barco se está inclinando peligrosamente, y hay máquinas muggles en los cuatro extremos del barco haciendo quién sabe qué. Total, que sin comerlo ni beberlo, están al lado de los tortolitos de la primera vez sentados en la barandilla, de lo inclinado que está el barco.
El señor tenebroso está negro. Ya no es verde ni rojo ni blanco. Todos los tintes de su cara se han unido y se está mareando, cabreado y calmando a la vez.Así que su cara es negra, según Alecto (que es miope y más cuando es de noche, y eso que no es de noche, solo que las luces están apagadas. Y eso que la miopía si distingue algo son los colores...).
-Alecto, ¿estamos bajando hasta el agua?
-Creo que sí mi señor.
-¡No me has sacado de aquí! ¿Para qué me sirve una mortífaga si no es capaz de sacarme de aquí?
-Mi señor.
-¡Crucio!-Mi señor, no tiene varita.
-Da igual, decirlo siento bien. Ahora suicídate.
-¿Cómo?
-¡Que te suicides, tírate al agua!
-Pero señor si eso es una piscina!
-¿Qué es una piscina?
-¡Un rectángulo con agua!
-¿Un...? ¿Y qué hacen todos esos imbéciles?
-Zozobrar.
-¿Qué?
-¡Hundirse!
-¿En un rectángulo de agua?
-¡Eso creo, mi señor!
-¡¡Queréis callaros!!-dice de repente el señor borracho de la izquierda, que de repente parece que no está borracho.-¡Estamos grabando! ¿Quién os ha elegido como extras? Como sea el director, lo mato. Por lo menos la del Casting era inteligente...
-¿De qué habla, muggle?
-¡No me llame así! ¿Cómo que de qué hablo? ¡Estamos hundiendo el Titanic! ¡Un poco de dramatismo, por favor!
Y dicho esto, se tira al agua gritando como un condenado, junto a otro millar de muggles. Alecto dice rápidamente:
-¡Señor, esto es una grabación! ¡No es real!
-¿Cómo?
-Es una ilusión, señor.
-¿Una ilusión? ¿Los muggles han robado la magia?
-No señor, solo saben fingir, pero al parecer, actuando son mejores que existiendo. Mírelos, parece que se mueren.
-¡Es que se mueren Alecto! ¡Y nos pasará lo mismo como no nos saques de aquí!
-¡Mi señor, creo que he encontrado mi varita!
-¿Dónde?
-En el canalillo señor, es que no la sentía.
-¡Pues sácanos de aquí ahora mismo!

Y Alecto que sabía dónde estaban y cómo salir los sacó mediante aparición conjunta. Llegaron al salón de la Mansión Malfoy donde hasta hace un día, Voldemort torturaba a Ollivander. Los mortífagos están todos impresionados y no saben qué decir.
-¿Es que el señor no puede ir a dónde quiera sin deciros nada? ¿Para qué os preocupáis?
-¡Es Ollivander, Alecto! ¡Decía que el Señor Tenebroso y tú os habíais desaparecido a la vez pero que el Señor Tenebroso había dejado la varita!
-¿Y a mi qué? ¿Cómo me explicáis que yo haya ido a parar a otro lugar de este mundo sin desearlo? No sé a dónde habrá ido el Señor Tenebroso pero yo entré en la Sala ¡y mi cuerpo acabó en un estudio de grabación muggle!
-Debió de ser Ollivander, Alecto. Controla la magia sin varita y puede mandarte a donde quiera.
-¡No seas estúpido, Crabbe! ¡Nadie puede hacer eso!
-Ollivander sí. Creo que Snape le ha sacado con la Legeremancia que estaba pensando con todas sus fuerzas otro sitio al que ir y que cuando abrió los ojos el Señor Tenebroso y tú desaparecisteis. Y sabemos que por lo menos a ti te ha mandado a donde pensaba.
-¡¿Dónde está ese idiota?!
-Alecto-dice el Lord, que acaba de llegar.
-¿Mi señor?
-Quiero que me traigas un informe sobre la magia de Ollivander y cómo mandar a gente a otros sitios del mundo. ¡Ahora!
-¡Mi señor! ¿Pero y el colegio, mi señor?
-¡¡Necesito saber cómo hacer eso!! Voy a mandar a unos cuantos a un desierto...-y se frota las manos con maldad. Cuando llegue a su cuarto, además, buscará información sobre el tal Titanic y lo que hacían en el “etsudio de garbación” como lo había llamado Alecto. 
 

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