drabble time! #1
¿Recordáis que hace así como unos meses os prometí unos drabbles por ser ustedes tan majxs conmigo en mis momentos de bajona?
Bien, pues ha llegado la hora de saldar esa deuda (parte) *mirada desafiante*. Chanananana!!
1. La máquina de escribir, original para sapphireross, que me dio como inspiración esta imagen y esta canción:
[Drabble One]
En el fondo yo lo sabía. Antes de que cerraras la puerta para no volver jamás. Antes incluso de que entraras en mi vida. Sabía que me ibas a hacer daño, y aun así te dejé.
Te presentaste un día ante mi puerta, con tu máquina de escribir desgastada y tu abrigo marrón, me miraste a los ojos y me supe perdida. Recuerdo que el flequillo, rubio y húmedo por la lluvia de febrero, te caía despreocupadamente sobre la frente, dándote un aire inocente y atractivo. Pero tu sonrisa decía todo lo contrario. Presagiaba peligro, y mentiras, y noches en vela preguntándome por qué. No sé todavía qué parte de mí decidió ignorarlo, posiblemente aquella que intentaba agradar a todo el mundo. El caso es que te dejé pasar.
Se te llenaba la boca hablando del placer de escribir en aquella vieja máquina, de la musicalidad de las teclas al ser pulsadas. Decías que con ella el escritor se volvía casi un pianista, un músico, un artista en comunión con sus raíces más profundas. Y si yo mencionaba las ventajas del ordenador, me callabas con sólo una mirada llena de reproche, y argumentabas que nos habíamos vuelto esclavos de la pantalla, robots sin alma ni vida, sin conexión con las palabras. Que ni siquiera el lápiz sobre el papel, con su rudimentario encanto, podía compararse al placer de escuchar las teclas de la máquina de escribir manejadas por unas manos hábiles, a la dulzura de sentir las piezas encajar bajo las yemas de los dedos. Era como bailar bajo la lluvia en una calle llena de gente gris, como las hojas de palma balanceándose al viento, como cantar una nana al niño más travieso con tristeza en los ojos. Y yo, anonadada, ni siquiera era capaz de parar la interminable retahíla de chorradas de escritorzuelo que me soltabas.
Ojalá lo hubiera hecho. Así no estaría ahora mirando esta maldita máquina, que bajo mis dedos no suena a música sino a dinero perdido y a piezas mal encajadas, y con la que no me siento una pianista, sino una imbécil a la que un charlatán de tres al cuarto ha timado sin remedio.
2. Robb Stark vs. The World, para melisa_ram, con esta canción como inspiración. Fandom: Game of Thrones (Serie). SPOILERS segunda temporada.
[Drabble Two]
Now you got to wonder, who will dig you out when you're six feet under?
If the only thing that's safe is the banner that you wave to be wrapped around your grave.
Cuando sólo era un niño, Robb se creía invencible. No había batalla que no pudiera ganar, desafío que no pudiera superar, pregunta que no supiera responder.
Pero ya no era un niño, por mucho que su madre se empeñara en mirarle como si lo fuera. Y de la misma manera que él había crecido, así habían crecido los retos que se presentaban ante él.
-Esto es la guerra -habían dicho sus banderizos cuando les hizo saber lo que le había pasado a su padre.
Guerra. Una de verdad, y no esos juegos a los que solían jugar Jon y él. Estaba bien. Estaba preparado. Claro que sí. Él era invencible. Era el heredero de Invernalia. El Rey en el Norte.
Pero eso no impedía que todos los días se acostase con un nudo en la garganta.
Al fin y al cabo, apenas tenía dieciocho años, y tenía miedo. No miedo por sí mismo, sino porque a lo mejor, sólo a lo mejor, era demasiada responsabilidad. Porque sus hermanas y hermanos y su madre dependían de él, y no sólo ellos. El Norte entero confiaba en que les guiara hacia una guerra inevitable. Y que ganara.
De ahí el nudo en la garganta. Se sentía él solo contra el mundo. Y temía fallarles a aquellos a los que amaba. Temía que esta vez, no fuese lo suficientemente invencible.
Casarse con una Frey, ganar una guerra, salvar su mundo. A veces, sólo a veces, el peso de la corona de hierro era demasiado para él.
Y aquella noche era una de esas veces. La noche en la que aquella muchacha, Talisa, estaba con él. No confiaba del todo en ella, y ni siquiera sabía si estaba "enamorado", pero necesitaba compartir esa carga con alguien que no le juzgara. Aunque ello significara romper su promesa para con los Frey.
3. El caso misterioso, para gwen_black. Fandom: Sherlock (BBC). Pareja: Sherlock/Molly. No hay spoilers.
[Drabble Three]
-Molly, bésame -dijo Sherlock.
Durante un instante que pareció eterno, todo el laboratorio contuvo la respiración. Molly y John intercambiaron miradas, incrédulos. Después, miraron a Sherlock. El detective seguía allí, tan tranquilo, junto al microscopio que había estado usando hasta hacía sólo un momento.
-Molly, ¿me has oído? He dicho que me beses.
-Sherlock, ¿qué demonios...? -dijo John.
Por mucho que Molly hubiera deseado que pasara algo así durante mucho tiempo, no podía sino sentirse desconcertada.
-Sherlock, lo siento, pero no entiendo a qué viene est...
-Oh, por favor -la interrumpió él, impaciente -, que no tenemos todo el día.
Y dicho esto, se acercó a ella y la cogió por los hombros, mientras la muchacha enrojecía por momentos. Y le plantó un beso en toda la boca. Un beso con lengua. Mientras le ponía la mano izquierda torpemente tras la nuca, y la otra se deslizaba hasta su cintura. La mano de Sherlock Holmes. En la cintura de Molly Hooper. La joven no sabía si estaba soñando, o si de repente había entrado en una competición por figurar en el libro Guinness de los Records como el momento más surrealista en la historia de la humanidad. Lo único que sabía es que aquello no le gustaba. Puede que estuviese perdidamente enamorada de Sherlock, puede que quisiera besarle, pero no de aquella manera. No estaba bien.
Justo en ese momento Sherlock la soltó. Y ella hizo algo que jamás se hubiera imaginado capaz de hacer: abrió la mano y le pegó una torta que le volvió la cara del revés. Pudo oír cómo John contenía una exclamación.
El laboratorio volvió a contener la respiración. Contra todo pronóstico, Sherlock no se enfadó. Recuperó rápidamente la compostura, cogió unas pinzas con un algodoncillo en la punta, y lo metió en la boca de la estupefacta e iracunda Molly, que ni siquiera tuvo tiempo de decir "esta boca es mía". Seguidamente, puso el algodoncillo en una placa de Petri.
-Gracias por tu colaboración, Molly.
La joven forense murmuró algo así como "oyalbaño", y salió con premura de la estancia, ruborizada.
-¿A qué ha venido eso? -dijo John, extrañado y alarmado a partes iguales.
-Es para un caso -contestó Sherlock, mientras trasteaba con la muestra que acababa de adquirir.
-Ah.
Se quedó en silencio unos instantes, pensativo.
-¿Qué caso?
-Uno del que no te he hablado porque haces demasiadas preguntas y me distraes -replicó, sin mirarle-. Además, lo acabo de resolver -concluyó, lanzándole una mirada fugaz por encima de sus cachivaches.
Y si John no hubiera conocido tan bien a Sherlock, hubiera jurado que éste se había sonrojado.
4. Arcoiris, original para erewhom. Me dejaste tres canciones, de las cuales he elegido esta :)
[Drabble Four]
La gente se ríe de ella. Carlos no está seguro de si la muchacha es consciente de las burlas, o si simplemente decide ignorarlas.
La ve, todos los días, en la biblioteca de la universidad. Normalmente, su paso es seguido por una ola de murmullos y risas ahogadas. Ella ni siquiera se vuelve. Camina hasta su asiento habitual como dando pequeños saltitos (siempre anda así), se sienta y estudia. Lo que más le sorprende a Carlos no es que haga como si nada, sino el hecho de que siempre tenga una sonrisa en la boca. Sonríe para sí misma, como si el resto del mundo ni siquiera existiera, como si alguien invisible le estuviera contando un chiste que sólo ella puede entender.
Carlos no sabe su nombre real, así que en su mente la llama Arcoiris, porque lleva ropa de todos los colores y estilos, extrañamente superpuesta. La gente dice que viste de manera horrible. Estrafalaria. Que parece "cualquier cosa". Él cree que cada vez que entra en la biblioteca, parece que trae con ella el arcoiris. De ahí el nombre que le ha puesto. El pobre Carlos no es muy original. Es más bien normalucho, apagado, gris. Quiere pasar desapercibido, porque le da miedo lo que los demás piensen de él. Por eso la admira. Nunca ha hablado con ella, no la conoce, pero tiene la intuición de que es de esa clase de personas que no tienen miedo de ser como son.
Aquella mañana de lunes, Carlos se levanta temprano. Coge sus libros y echa a andar pesadamente hacia la biblioteca, parapetado bajo su paraguas. Ha estado lloviendo todo el fin de semana, y eso le pone triste.
Aquella mañana de lunes gris, hay algo diferente. Carlos no se da cuenta hasta que casi ha llegado a su destino.
Ha dejado de llover. El sol brilla. Y, con él, el arcoiris.
Carlos sonríe. Algo le dice (el aire, el sol, el arcoiris) que ha llegado el momento de dejar el miedo atrás y hacer lo que ha venido queriendo hacer desde hace mucho tiempo.
Así que entra en la biblioteca, y busca con la mirada. Se sienta en un sitio distinto al habitual, en el lugar donde sabe que ella se sentará.
Poco después, ella llega, sonriente. Se sienta al lado de Carlos, y sólo pronuncia cinco palabras.
-Hoy ha salido el arcoiris.
A Carlos le palpita el corazón a mil por hora. No puede creer que esté hablando con ella. Sin embargo, sabe que ha hecho lo correcto.
-Lo sé -contesta, tímido.
Pero, para él mismo, piensa: "Para mí sale todos los días".
PD: Igual es un poco moñas, pero bueno XDD.
5. El batín, para heshipsj2. Fandom: The Avengers (película). Pareja: Tony/Bruce.
[Drabble Five]
Bruce volvió a mirarse al espejo. ¿Qué demonios era aquel batín rosa que le había prestado Tony Stark? Se arrepentía de haber pronunciado las palabras "me dejas un pijama o algo cómodo para dormir". ¿Cómo podía ser que Tony Stark, el multimillonario, no tuviera un pijama decente que prestarle? Maldijo la hora en la que se le olvidó meter uno en la maleta. Mañana mismo iba a comprarse ocho pares.
Llamaron a la puerta de su habitación, y Tony entró sin esperar a que él contestara. Lo miró de arriba abajo con una sonrisa maliciosa.
-Sólo venía a ver si necesitabas algo -dijo, con sorna.
Bruce estaba seguro de que sólo había venido para reírse de él.
-Ya, claro. ¿No tenías nada mejor para dejarme?
-Lo siento, aquí la única que duerme con pijama es Pepper. Aunque no siempre, claro.
-¿Y tú?
-Yo duermo desnudo.
No supo por qué, pero aquella inesperada información le hizo sentirse súbitamente incómodo. Se agachó e hizo como que ordenaba las cosas de su maleta, ignorando el ¿calor? que le subía a la cara en aquellos precisos instantes.
-Oh, venga, no me seas puritano -dijo Tony, alegremente-. Mejor desnudo que con esas pintas.
-Vete a la mierda -repuso Bruce, incorporándose-. Sólo me has dado esto para reírte de mí, ¿verdad?
-No sé por quién me tomas. Yo jamás haría tal cosa.
-Ya.
-No te preocupes, estás muy guapo -añadió Stark, antes de marcharse.
Y otra vez el maldito calor en la cara. Ni que fuera una quinceañera. Casi hubiera preferido convertirse en "el otro tío".
PD: Es un poco raro, lo sé XD Pero tú y yo sabemos de qué batín se trata :P
Mañana más, amigxs!! :D
Bien, pues ha llegado la hora de saldar esa deuda (parte) *mirada desafiante*. Chanananana!!
1. La máquina de escribir, original para sapphireross, que me dio como inspiración esta imagen y esta canción:
[Drabble One]
En el fondo yo lo sabía. Antes de que cerraras la puerta para no volver jamás. Antes incluso de que entraras en mi vida. Sabía que me ibas a hacer daño, y aun así te dejé.
Te presentaste un día ante mi puerta, con tu máquina de escribir desgastada y tu abrigo marrón, me miraste a los ojos y me supe perdida. Recuerdo que el flequillo, rubio y húmedo por la lluvia de febrero, te caía despreocupadamente sobre la frente, dándote un aire inocente y atractivo. Pero tu sonrisa decía todo lo contrario. Presagiaba peligro, y mentiras, y noches en vela preguntándome por qué. No sé todavía qué parte de mí decidió ignorarlo, posiblemente aquella que intentaba agradar a todo el mundo. El caso es que te dejé pasar.
Se te llenaba la boca hablando del placer de escribir en aquella vieja máquina, de la musicalidad de las teclas al ser pulsadas. Decías que con ella el escritor se volvía casi un pianista, un músico, un artista en comunión con sus raíces más profundas. Y si yo mencionaba las ventajas del ordenador, me callabas con sólo una mirada llena de reproche, y argumentabas que nos habíamos vuelto esclavos de la pantalla, robots sin alma ni vida, sin conexión con las palabras. Que ni siquiera el lápiz sobre el papel, con su rudimentario encanto, podía compararse al placer de escuchar las teclas de la máquina de escribir manejadas por unas manos hábiles, a la dulzura de sentir las piezas encajar bajo las yemas de los dedos. Era como bailar bajo la lluvia en una calle llena de gente gris, como las hojas de palma balanceándose al viento, como cantar una nana al niño más travieso con tristeza en los ojos. Y yo, anonadada, ni siquiera era capaz de parar la interminable retahíla de chorradas de escritorzuelo que me soltabas.
Ojalá lo hubiera hecho. Así no estaría ahora mirando esta maldita máquina, que bajo mis dedos no suena a música sino a dinero perdido y a piezas mal encajadas, y con la que no me siento una pianista, sino una imbécil a la que un charlatán de tres al cuarto ha timado sin remedio.
2. Robb Stark vs. The World, para melisa_ram, con esta canción como inspiración. Fandom: Game of Thrones (Serie). SPOILERS segunda temporada.
[Drabble Two]
Now you got to wonder, who will dig you out when you're six feet under?
If the only thing that's safe is the banner that you wave to be wrapped around your grave.
Cuando sólo era un niño, Robb se creía invencible. No había batalla que no pudiera ganar, desafío que no pudiera superar, pregunta que no supiera responder.
Pero ya no era un niño, por mucho que su madre se empeñara en mirarle como si lo fuera. Y de la misma manera que él había crecido, así habían crecido los retos que se presentaban ante él.
-Esto es la guerra -habían dicho sus banderizos cuando les hizo saber lo que le había pasado a su padre.
Guerra. Una de verdad, y no esos juegos a los que solían jugar Jon y él. Estaba bien. Estaba preparado. Claro que sí. Él era invencible. Era el heredero de Invernalia. El Rey en el Norte.
Pero eso no impedía que todos los días se acostase con un nudo en la garganta.
Al fin y al cabo, apenas tenía dieciocho años, y tenía miedo. No miedo por sí mismo, sino porque a lo mejor, sólo a lo mejor, era demasiada responsabilidad. Porque sus hermanas y hermanos y su madre dependían de él, y no sólo ellos. El Norte entero confiaba en que les guiara hacia una guerra inevitable. Y que ganara.
De ahí el nudo en la garganta. Se sentía él solo contra el mundo. Y temía fallarles a aquellos a los que amaba. Temía que esta vez, no fuese lo suficientemente invencible.
Casarse con una Frey, ganar una guerra, salvar su mundo. A veces, sólo a veces, el peso de la corona de hierro era demasiado para él.
Y aquella noche era una de esas veces. La noche en la que aquella muchacha, Talisa, estaba con él. No confiaba del todo en ella, y ni siquiera sabía si estaba "enamorado", pero necesitaba compartir esa carga con alguien que no le juzgara. Aunque ello significara romper su promesa para con los Frey.
3. El caso misterioso, para gwen_black. Fandom: Sherlock (BBC). Pareja: Sherlock/Molly. No hay spoilers.
[Drabble Three]
-Molly, bésame -dijo Sherlock.
Durante un instante que pareció eterno, todo el laboratorio contuvo la respiración. Molly y John intercambiaron miradas, incrédulos. Después, miraron a Sherlock. El detective seguía allí, tan tranquilo, junto al microscopio que había estado usando hasta hacía sólo un momento.
-Molly, ¿me has oído? He dicho que me beses.
-Sherlock, ¿qué demonios...? -dijo John.
Por mucho que Molly hubiera deseado que pasara algo así durante mucho tiempo, no podía sino sentirse desconcertada.
-Sherlock, lo siento, pero no entiendo a qué viene est...
-Oh, por favor -la interrumpió él, impaciente -, que no tenemos todo el día.
Y dicho esto, se acercó a ella y la cogió por los hombros, mientras la muchacha enrojecía por momentos. Y le plantó un beso en toda la boca. Un beso con lengua. Mientras le ponía la mano izquierda torpemente tras la nuca, y la otra se deslizaba hasta su cintura. La mano de Sherlock Holmes. En la cintura de Molly Hooper. La joven no sabía si estaba soñando, o si de repente había entrado en una competición por figurar en el libro Guinness de los Records como el momento más surrealista en la historia de la humanidad. Lo único que sabía es que aquello no le gustaba. Puede que estuviese perdidamente enamorada de Sherlock, puede que quisiera besarle, pero no de aquella manera. No estaba bien.
Justo en ese momento Sherlock la soltó. Y ella hizo algo que jamás se hubiera imaginado capaz de hacer: abrió la mano y le pegó una torta que le volvió la cara del revés. Pudo oír cómo John contenía una exclamación.
El laboratorio volvió a contener la respiración. Contra todo pronóstico, Sherlock no se enfadó. Recuperó rápidamente la compostura, cogió unas pinzas con un algodoncillo en la punta, y lo metió en la boca de la estupefacta e iracunda Molly, que ni siquiera tuvo tiempo de decir "esta boca es mía". Seguidamente, puso el algodoncillo en una placa de Petri.
-Gracias por tu colaboración, Molly.
La joven forense murmuró algo así como "oyalbaño", y salió con premura de la estancia, ruborizada.
-¿A qué ha venido eso? -dijo John, extrañado y alarmado a partes iguales.
-Es para un caso -contestó Sherlock, mientras trasteaba con la muestra que acababa de adquirir.
-Ah.
Se quedó en silencio unos instantes, pensativo.
-¿Qué caso?
-Uno del que no te he hablado porque haces demasiadas preguntas y me distraes -replicó, sin mirarle-. Además, lo acabo de resolver -concluyó, lanzándole una mirada fugaz por encima de sus cachivaches.
Y si John no hubiera conocido tan bien a Sherlock, hubiera jurado que éste se había sonrojado.
4. Arcoiris, original para erewhom. Me dejaste tres canciones, de las cuales he elegido esta :)
[Drabble Four]
La gente se ríe de ella. Carlos no está seguro de si la muchacha es consciente de las burlas, o si simplemente decide ignorarlas.
La ve, todos los días, en la biblioteca de la universidad. Normalmente, su paso es seguido por una ola de murmullos y risas ahogadas. Ella ni siquiera se vuelve. Camina hasta su asiento habitual como dando pequeños saltitos (siempre anda así), se sienta y estudia. Lo que más le sorprende a Carlos no es que haga como si nada, sino el hecho de que siempre tenga una sonrisa en la boca. Sonríe para sí misma, como si el resto del mundo ni siquiera existiera, como si alguien invisible le estuviera contando un chiste que sólo ella puede entender.
Carlos no sabe su nombre real, así que en su mente la llama Arcoiris, porque lleva ropa de todos los colores y estilos, extrañamente superpuesta. La gente dice que viste de manera horrible. Estrafalaria. Que parece "cualquier cosa". Él cree que cada vez que entra en la biblioteca, parece que trae con ella el arcoiris. De ahí el nombre que le ha puesto. El pobre Carlos no es muy original. Es más bien normalucho, apagado, gris. Quiere pasar desapercibido, porque le da miedo lo que los demás piensen de él. Por eso la admira. Nunca ha hablado con ella, no la conoce, pero tiene la intuición de que es de esa clase de personas que no tienen miedo de ser como son.
Aquella mañana de lunes, Carlos se levanta temprano. Coge sus libros y echa a andar pesadamente hacia la biblioteca, parapetado bajo su paraguas. Ha estado lloviendo todo el fin de semana, y eso le pone triste.
Aquella mañana de lunes gris, hay algo diferente. Carlos no se da cuenta hasta que casi ha llegado a su destino.
Ha dejado de llover. El sol brilla. Y, con él, el arcoiris.
Carlos sonríe. Algo le dice (el aire, el sol, el arcoiris) que ha llegado el momento de dejar el miedo atrás y hacer lo que ha venido queriendo hacer desde hace mucho tiempo.
Así que entra en la biblioteca, y busca con la mirada. Se sienta en un sitio distinto al habitual, en el lugar donde sabe que ella se sentará.
Poco después, ella llega, sonriente. Se sienta al lado de Carlos, y sólo pronuncia cinco palabras.
-Hoy ha salido el arcoiris.
A Carlos le palpita el corazón a mil por hora. No puede creer que esté hablando con ella. Sin embargo, sabe que ha hecho lo correcto.
-Lo sé -contesta, tímido.
Pero, para él mismo, piensa: "Para mí sale todos los días".
PD: Igual es un poco moñas, pero bueno XDD.
5. El batín, para heshipsj2. Fandom: The Avengers (película). Pareja: Tony/Bruce.
[Drabble Five]
Bruce volvió a mirarse al espejo. ¿Qué demonios era aquel batín rosa que le había prestado Tony Stark? Se arrepentía de haber pronunciado las palabras "me dejas un pijama o algo cómodo para dormir". ¿Cómo podía ser que Tony Stark, el multimillonario, no tuviera un pijama decente que prestarle? Maldijo la hora en la que se le olvidó meter uno en la maleta. Mañana mismo iba a comprarse ocho pares.
Llamaron a la puerta de su habitación, y Tony entró sin esperar a que él contestara. Lo miró de arriba abajo con una sonrisa maliciosa.
-Sólo venía a ver si necesitabas algo -dijo, con sorna.
Bruce estaba seguro de que sólo había venido para reírse de él.
-Ya, claro. ¿No tenías nada mejor para dejarme?
-Lo siento, aquí la única que duerme con pijama es Pepper. Aunque no siempre, claro.
-¿Y tú?
-Yo duermo desnudo.
No supo por qué, pero aquella inesperada información le hizo sentirse súbitamente incómodo. Se agachó e hizo como que ordenaba las cosas de su maleta, ignorando el ¿calor? que le subía a la cara en aquellos precisos instantes.
-Oh, venga, no me seas puritano -dijo Tony, alegremente-. Mejor desnudo que con esas pintas.
-Vete a la mierda -repuso Bruce, incorporándose-. Sólo me has dado esto para reírte de mí, ¿verdad?
-No sé por quién me tomas. Yo jamás haría tal cosa.
-Ya.
-No te preocupes, estás muy guapo -añadió Stark, antes de marcharse.
Y otra vez el maldito calor en la cara. Ni que fuera una quinceañera. Casi hubiera preferido convertirse en "el otro tío".
PD: Es un poco raro, lo sé XD Pero tú y yo sabemos de qué batín se trata :P
Mañana más, amigxs!! :D