El poder del Wincest - capítulo ocho

Feb 10, 2011 20:44


Después de tanto tiempo fuera, vuelvo con este capi. Que sería el penúltimo (che son muchos capis ya y quiero dar por terminada la historia) y deseo con todo el alma guste y no me arrojen verduras.
Tengo en mente otros tipos de historias y si sigo con esta no me volcaré en las demás. Así que ahí les va. Me gustaría mucho algún comentario (aunque sea: "pase, lei, chau")

Gracias a todos los que esperaban la conti, espero estar a la altura de las espectativas (si no lo alcance, mil disculpas)
Si eres de los que leen sin dejar comentarios: no hay problema, con que haya podido despejar tu mente de la rutina diaria para mi vale.
Si eres de los que copian para comentar luego: esperare tranquila que te hagas un tiempo y aunque sea recibirlo de aqui a cinco años
Si eres de los que comentaron aunque sea una vez: Mil gracias por hacerlo y me alegra mucho que me hayas dado esa alegria y animarme a continuar la historia.

A todos: gracias por pasar y disfruten del casi final!!!

Capítulo octavo



Entro a la habitación hecho una furia, cerrando la puerta con demasiada fuerza que esta no tuvo la posibilidad de quedarse cerrada rebotando para abrirse completamente y chocar contra la pared y ahí si con menos fuerza volver a quedarse semi cerrada cerca del marco y quicio.

Dean estaba hecho una furia, el silencio al que se llamó al subir al vehículo donde ya se encontraba Sam, duró el corto trayecto hasta el hotel. El mutismo al que cayó sin querer no era porque estaba molesto con su hermano, obedecía más que nada porque estaba tratando de entender un poco este nuevo panorama. Sam, su Sammy… haciéndoselo a un sujeto cualquiera… en un callejón cualquiera. Como si tuviera que venderse al primero con el que se cruzara, como si estuviera solo en el mundo, sin nadie a quién acudir para pedir ayuda por algún problema serio en el que se encuentre metido o necesitara dinero fácil y rápido… como si el póquer no brindara solución a ese dilema y el pequeñajo no supiera de ello.

La cabeza la tenía hecha un lío. ¿Desde cuando a él se le escapaba lo que hacía su hermano? Vale que estuvieran separados unos cuatro meses, pero ni bien emprendió su búsqueda, inmediatamente encontró su ubicación con suma facilidad. Que luego se haya desayunado que sus actividades en ese tiempo separados habían sido la de una misión suicida “cazando a Lilith” en compañía de nada más y nada menos que Ruby era otra cosa; pero desde que habían vuelto a estar juntos Sam había vuelto a ser el Sam que le confidenciaba todo ¿O es que no era así?

¿Sam volvía a mentirle?

Era conciente que descubrir que su hermano era gay no era tan grave como lo era el enterarse sobre su adicción a la sangre demoníaca. Pero lo que contaba en este momento era el que le había ocultado algo. Eso era lo que más lo hería.

Desde que había entrado al cuarto el Winchester mayor no hacía más que pasearse de una punta a la otra de la habitación, tratando de llegar a algún punto, a alguna conclusión. No podía recriminarle a Sam sobre sus actos ya que al fin los mismos no conllevaban peligro alguno sobre las cacerías. Al fin de cuentas se trataba de una elección personal.

En el vehículo Sam se adaptó al silencio de Dean, estudiaba sus movimientos esperando que de un momento a otro estalle; pero eso no ocurrió. Llegar al hotel y verlo bajar del Impala veloz como un vendaval en dirección al cuarto quedándose el para apagar y cerrar el vehículo del lado del conductor, fue una señal de lo que se cocinaba en la mente de su hermano. Como si la cosa no fuera con él, caminó tranquilamente hasta entrar y cerrar la maltratada puerta. Se mantuvo apoyado en la pared e inconscientemente recorría con los dedos el sector donde el picaporte golpeó quedando levantada la pintura.

Ver a su hermano moverse como león enjaulado, caminando por la escasa longitud de la habitación, rumiando incoherencias y palabras sueltas que no llegaba a entender completamente eran cosas que a Sam le producían escalofrío. Y si bien sabía que todo este plan no arrojarían resultados totalmente agradables, que su hermano no le palmearía la espalda felicitándolo como si hubiera obtenido nuevamente buenas calificaciones; tanto silencio ya le era insoportable. Prefería acabar este tema a la de ya, hacerle entrar en razón y que Dean deje de mostrarse obtuso para algunas cosas… que al fin y al cabo este vivía llenándose la boca de ser tan liberal, tan adaptado a las nuevas tendencias en lo que a sexo se refiere. Mirándolo pudo verificar que por fin se había frenado, pero seguía con la mirada en dirección al piso, como si allí se encontraran los secretos del universo.

Queriendo llamar su atención, empezó a golpetear con uno de sus pies el piso. Ante este insistente sonido Dean no tuvo otra alternativa de salir de sus profundas meditaciones y enfocar sus ojos en los de Sam. Una vez que el Winchester menor supo que tenía toda la atención del mayor, empezó su plática.

- Dean, lamento que te hayas enterado de esta forma (nada más lejos de la verdad, pero si Sam quería seguir con la puesta en escena, era lo que debía decir e internamente pensaba que Dean se creyese esa palabras) sabía que de alguna forma tenía que hacer hablar a su hermano, y si no lo hacía por su propia elección, debía encontrar las palabras que pudieran provocar en su él la necesidad de explayarse y decir todo lo que sea que pensara al respecto.

Si la mirada del Winchester mayor ya era una mezcla de asombro e incredulidad, esas palabras hicieron que se volvieran frías y escépticas.

- Eres una completa caja de sorpresas Sam. Sabes, lo que no entiendo es que si yo ya estaba al tanto de tu adicción a la sangre demoníaca ¿No se te ocurrió decirme sobre tus particulares gustos a la hora de entablar alguna relación esporádica? ¿Es que consideras la orientación sexual, sea cual sea la que hayas elegido, como algo peor del camino al que te han llevado Ruby de narices, tergiversando tus elecciones, haciéndote creer que era lo correcto? Te creí más inteligente hermano… creí que confiabas en mí.

- Perdona por no habértelo dicho, pero no creas que no lo hice porque desconfíe de ti. Sabes todo lo que Ruby hizo para que creyera en que ella podía ayudarme. Primero con lo de salvarte y luego cuando ya no pudimos… cuando Lilith dejo entrar a los perros y te perdí ella volvió, y sus palabras de buscar revancha me envolvieron totalmente. Todas esas cosas fueron condicionando mi comportamiento.

Pero el que me vayan los tíos viene desde que tengo memoria, es decir no es que siempre me haya fijado en como se ven los tipos con los que nos cruzamos. Me relaciono mejor con ellos que con las mujeres y creo que eso tiene mucho que ver.

No me había pasado desde que deje Stanford, hasta que hace poco alguien volvió a despertar esa sensación. Sabes, si Chuck hubiera escrito de mis tiempos en la universidad no me verías como casi un célibe; te asombrarías.

- Pero… ¿y Jessica? Tenías una novia allí, por si no recuerdas. No quieras engatusarme Sam, si esto es alguna broma tuya te informo que no tiene gracia.

No eres de los que se llaman “infieles” así que si lo que dices es cierto… habrá sido alguna clase de “experimentación universitaria” Sólo para ver que se siente

Antes de que Dean siguiera hablando, Sam lo corta diciéndole que el no es el santo que Dean cree que es. Que era algo que compartía con ella.

- ¿Jessica te permitía… eso? Espero que se hayan cuidado dice por lo bajo, pero no tanto para que escape del oído de Sam.

Sam no puede evitar reírse por eso último.

- No te preocupes que si tomamos los recaudos necesarios Dean, con quienes hayamos compartido cama Jess y yo eran de completa confianza. Completamente limpios.

- No puedo creerlo… estas tirando abajo la imagen que tenía de ella. Pero porque no me dijiste Sam…

- No sé si me hubiera gustado que la conocieras realmente. No me hubiera dado la posibilidad de sentir lo que siento ahora. Aunque si ella estuviera, me hubiera dado algunos buenos consejos…

Estas últimas palabras Sam las pronuncia con una mezcla de congoja y añoranza. Cosa que a Dean le sienta como patada en los huevos, recordar a Sam en el callejón e imaginando a Jessica instándolo a irse con otro que no sea él no era lo que se dice una imagen feliz.

- Ni me lo recuerdes… ¿es que ese tipo no tiene donde llevarte? Celos era todo lo que el aura de Dean desprendía.

- ¿Y si fui yo el que propuso el lugar…? ¿Y él accedió? Pero no entiendo ahora que es lo que te molesta, ya te aclare el asunto. No creo que lo que haga, ni dónde ni con quién en este aspecto sean asunto tuyo.

- Todo lo que concierne a tu persona es asunto mío Sam, que te quede claro - comenzó a bramar Dean. ¡NO PUEDES IR POR AHÍ CON CUALQUIERA, DEJÁNDOTE TOCAR POR EXTRAÑOS!

- ¡NO ME PUEDES DECIR CON QUIÉN PUEDO O NO PUEDO ACOSTARME! No es así como son las cosas, ya soy lo suficientemente mayor como para decidir sobre ello.

- ¡No Sam, tu no puedes…!

- ¿Qué… solo tú puedes ir de camarera en camarera? Y yo no puedo, por el simple hecho de que haga exactamente lo mismo pero con tipos.

- No Sam, no es lo mismo. Es completamente diferente…

- Yo no le veo diferencia… que vaya de mujer en mujer a que vaya de tipo en tipo, esa es la única cosa que puede diferir

- Sam…

- No Dean ¿Me puedes explicar cuál es la maldita diferencia? Que es eso que no me dices, ¿porque tú si puedes proceder así y yo no?

Dímelo Dean porque si no, no habrá forma en la que logres evitar que siga haciéndolo con quien me plazca.

¡¡MALDITA SEA DEAN, QUE ES LO QUE TE SUCEDE!! ¿QUE ES LO QUE MIERDA SE TE HA METIDO QUE QUIERES MANEJARME COMO TÍTERE? ¡¡¡Es mi vida y lo que haga en mi tiempo libre no te incumbe!!!

- ¡¡Una mierda no me incumbe!! Tú eres mío, nadie te conoce como yo, nadie te podrá hacer más feliz que yo. ¿Quieres saber que me pasa? Muy bien, presta atención porque no lo repetiré: ESTOY TOTAL Y COMPLETAMENTE ENAMORADO DE TI, TE AMO TANTO QUE ME DUELE. VERTE EN ESE CALLEJÓN ME HIZO DAR CUENTA QUE NO QUIERO COMPARTIRTE CON NADIE. NADIE TIENE EL DERECHO DE TOCARTE.

Considérame enfermo, demente o abominación pero eso es lo que siento. Pero sé que esto no puede ser, somos hermanos Sam pero no pude evitar esto que siento. Te he criado, limpiado, alimentado. He estado en cada paso de tu vida, cuando dejaste los pañales, cuando comenzaste a hablar, cuando hacías algún nuevo amigo y tenías que dejarlo. Te consolaba en tus penas y me alegraba por tus dichas… he velado cada paso tuyo y no esperaba que esto me sucediera.

Es diferente, porque yo no busco enamorarme de esas chicas; es un desahogo para mí.

¿Querías saber que me pasa? Esto es lo que me pasa… te amo Sam. Te amo tanto que me duele verte con otro que no sea yo. Me duele saber que otro te posee, que te puede dar lo que yo no…

Sé que lo que siento es antinatural, pero si a ti te van los tíos como dices… sólo me queda pensar que te voy a perder porque ese tipo te puede dar todo lo que necesitas.

Entenderé si decides tomar distancia por lo que acabo de decirte, pero no me guardes rencor.

Esa revelación cayo como botella de agua en el desierto, es decir era lo que más ansiaba y la felicidad de conocer al fin por boca de su hermano que el sentimiento era mutuo no tardo en reflejarse en una enorme sonrisa y un brillo en los ojos capaces de iluminar el pueblo entero.

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