Tabla elemental. Rayo.
La lluvia caía fuertemente sobre sus cabezas, mientras intentaban llegar hasta un lugar seguro, a cubierto de la feroz tormenta que se había desatado sin previo aviso. Finalmente, llegaron al piso de él, empapados y calados hasta los huesos.
-Espera aquí un momento -Dijo él-, voy a buscar una toalla y algo de ropa seca.
Al poco rato, volvió a aparecer, con ropa seca ésta vez, y con un pequeño montón de ropa bajo el brazo y una toalla. Después de dársela, se despidió momentáneamente de ella para que fuera a cambiarse de ropa. No quería que se resfriara. Mientras esperaba a que saliera, decidió ir a preparar algo para comer y poner una tetera al fuego.
Al cabo de unos minutos, a notar que ella no salía del cuarto de baño, fue a ver si le pasaba algo. Picó a la puerta... Y, si bien esperaba que contestara, no pensaba que lo haría abriendo la puerta con tan sólo una toalla encima. Que era adulto, o al menos en proceso de ello, con un gran autocontrol. Pero ver a Sakura, la dulce e inocente Sakura, con una sola toalla encima del cuerpo… Era una tentación muy difícil de resistir.
Entonces ocurrió. Un rayo cayó, el relámpago iluminó la estancia antes de que se fuera la luz y el trueno asustó a Sakura, que se abrazó a Shaoran. El susto inicial pasó… Pero ellos siguieron abrazados. Las manos de Shaoran se posaban en la cintura de la chica. Las manos de ella descansaban sobre el pecho de él, agarrando su camisa. Dada la posición de la chica, que tenía la cabeza contra el pecho de él, podía oler el perfume de su pelo sin problemas.
En la penumbra, sin el sentido de la vista, los demás sentidos se agudizaron. Podían oír perfectamente la respiración del otro, sentir el calor que emanaba de su piel, y oler su esencia. Ambos reconocían estos rasgos, ya los habían oído, sentido y olido innumerables veces, en sus noches de pasión. Y pese a que todo había vuelto a la normalidad -obviando el hecho de que seguían a oscuras- ambos se mantuvieron en esa posición durante largo rato.
Varios minutos estuvieron los amantes en esta posición, hasta que Sakura, en un arranque de valor, se puso de puntillas y besó los labios de Shaoran. Pasados unos segundos, en los cuales el beso continuó, las manos de ella se dirigieron al cuello del chico, agarrándose fuerte, y las de él se cogieron con más fuerza de las curvas de ella, impidiéndole escapar… Si es que hubiera querido.
Primero fue un beso, pero luego le siguió otro. Y después vino otro más. Y la intensidad de los mismos iba en aumento. En unos minutos, ambos estaban jadeantes y casi sin sentido. Cuando pararon de besarse, para recuperar un poco el aliento, Sakura empezó a desabotonar la camisa de él y para después pasar, primero sus manos y después sus labios, por la piel del pecho de Shaoran.
La tortura no duró demasiado, porque en cuanto pudo, él reclamó sus labios de nuevo.
Mientras se besaban, otro rayo iluminó la estancia, haciendo notar a los dos jóvenes dónde estaban. Y, hasta ése momento, no notaron el ruido de la tetera con el agua hirviendo. Con un suspiro, Shaoran se separó de ella y se dirigió hasta la cocina para apagar el fuego, sin vigilar qué iba a hacer Sakura en esos momentos. Es por eso que, cuando se giró para volver a donde la había dejado, se sorprendió al encontrarla sentada encima de la encimera.
Ella sonreía, no de manera traviesa, si no cómo lo hacía siempre… Pero quizá el hecho de que llevara una toalla y que recordara lo que había pasado escasos segundos atrás hacía que esa sonrisa invocara acciones bastante más traviesas.
Sin mediar una sola palabra, se colocó entre la V de sus piernas y la besó.
Entonces se desató la verdadera tormenta…
Muchas gracias a todas aquellas personas que lo hayan leído, éste y todos los demás :)
Un beso a todos ♥
-Espera aquí un momento -Dijo él-, voy a buscar una toalla y algo de ropa seca.
Al poco rato, volvió a aparecer, con ropa seca ésta vez, y con un pequeño montón de ropa bajo el brazo y una toalla. Después de dársela, se despidió momentáneamente de ella para que fuera a cambiarse de ropa. No quería que se resfriara. Mientras esperaba a que saliera, decidió ir a preparar algo para comer y poner una tetera al fuego.
Al cabo de unos minutos, a notar que ella no salía del cuarto de baño, fue a ver si le pasaba algo. Picó a la puerta... Y, si bien esperaba que contestara, no pensaba que lo haría abriendo la puerta con tan sólo una toalla encima. Que era adulto, o al menos en proceso de ello, con un gran autocontrol. Pero ver a Sakura, la dulce e inocente Sakura, con una sola toalla encima del cuerpo… Era una tentación muy difícil de resistir.
Entonces ocurrió. Un rayo cayó, el relámpago iluminó la estancia antes de que se fuera la luz y el trueno asustó a Sakura, que se abrazó a Shaoran. El susto inicial pasó… Pero ellos siguieron abrazados. Las manos de Shaoran se posaban en la cintura de la chica. Las manos de ella descansaban sobre el pecho de él, agarrando su camisa. Dada la posición de la chica, que tenía la cabeza contra el pecho de él, podía oler el perfume de su pelo sin problemas.
En la penumbra, sin el sentido de la vista, los demás sentidos se agudizaron. Podían oír perfectamente la respiración del otro, sentir el calor que emanaba de su piel, y oler su esencia. Ambos reconocían estos rasgos, ya los habían oído, sentido y olido innumerables veces, en sus noches de pasión. Y pese a que todo había vuelto a la normalidad -obviando el hecho de que seguían a oscuras- ambos se mantuvieron en esa posición durante largo rato.
Varios minutos estuvieron los amantes en esta posición, hasta que Sakura, en un arranque de valor, se puso de puntillas y besó los labios de Shaoran. Pasados unos segundos, en los cuales el beso continuó, las manos de ella se dirigieron al cuello del chico, agarrándose fuerte, y las de él se cogieron con más fuerza de las curvas de ella, impidiéndole escapar… Si es que hubiera querido.
Primero fue un beso, pero luego le siguió otro. Y después vino otro más. Y la intensidad de los mismos iba en aumento. En unos minutos, ambos estaban jadeantes y casi sin sentido. Cuando pararon de besarse, para recuperar un poco el aliento, Sakura empezó a desabotonar la camisa de él y para después pasar, primero sus manos y después sus labios, por la piel del pecho de Shaoran.
La tortura no duró demasiado, porque en cuanto pudo, él reclamó sus labios de nuevo.
Mientras se besaban, otro rayo iluminó la estancia, haciendo notar a los dos jóvenes dónde estaban. Y, hasta ése momento, no notaron el ruido de la tetera con el agua hirviendo. Con un suspiro, Shaoran se separó de ella y se dirigió hasta la cocina para apagar el fuego, sin vigilar qué iba a hacer Sakura en esos momentos. Es por eso que, cuando se giró para volver a donde la había dejado, se sorprendió al encontrarla sentada encima de la encimera.
Ella sonreía, no de manera traviesa, si no cómo lo hacía siempre… Pero quizá el hecho de que llevara una toalla y que recordara lo que había pasado escasos segundos atrás hacía que esa sonrisa invocara acciones bastante más traviesas.
Sin mediar una sola palabra, se colocó entre la V de sus piernas y la besó.
Entonces se desató la verdadera tormenta…
Muchas gracias a todas aquellas personas que lo hayan leído, éste y todos los demás :)
Un beso a todos ♥