Hay quien duerme con su enemigo y hay quien duerme sus miedos a punto de mira.De alguna manera u otra, acabamos siendo enemigos de nosotros mismos porque nuestros miedos saltan la trinchera y acabamos teniendo miedo de nosotros en nuestro intento de ser serenos .
No se a cual de las dos debo aniquilar, si la que sueña pesadillas o la que vigila que no salgan de la masa encefálica.