El articulo de acontinuacion es como conocio Isabel a Antony, es alucinante como dos de mis heroes se han juntado...
ANTONY AND ME
Por Isabel Coixet
La primera canción que oí de Antony and the Johnsons fue hace un año, en un cd negro ,sin títulos, que me envió un amigo de NYC que, de cuando en cuando me manda compilaciones que fabrica en su casa: “Sé que hay una canción que te va a gustar, una especialmente”. Cuando puse el cd y tras tres extraños temas que parecían sacados de películas polacas de los sesenta , sonó la voz de Antony cantando “Falling in love of a dead boy” un escalofrío me recorrió la espalda.
Esa sensación que uno tiene al leer ciertos libros o al ver ciertas películas que te hacen sentir como si de repente el autor y tú estuviérais solos en el mundo, cada uno en las antípodas del otro y esa película- o ese libro, o esa canción- fueran un vínculo lo suficientemente poderoso para uniros a pesar de la distancia.
Le llamé inmediatamente : “¿Quién es?”. Se hizo el inocente : “¿Quién es qué?”. “Vamos, ya lo sabes, el del dead boy”. “Sabía que te gustaría : Antony and the Johnsons y ¿sabes otra cosa? me lo acabo de cruzar en la calle y aunque no tiene nada que ver contigo,me ha recordado a tí” .
Ahora, en el taxi que me lleva a encontrarme con Antony pienso en aquella conversación con cierta perplejidad. Tan sólo un año despues , Antony ha pasado de ser telonero de Coco Rosie a convertirse en un artista de fama considerable, ha sacado un nuevo disco “I am a bird now” que contiene doce canciones de una belleza profundamente turbadora, y yo he terminado de montar una película “La vida secreta de las palabras” donde una de ellas forma parte de la banda sonora.
Voy a enseñarle el fragmento de la película en que sale su canción y me siento como en aquella película impagable donde Barbara Rey y Rocío Durcal protagonizaban un dúo lésbico inquietante. “Me siento extraña”. ¿Qué pasa si no le gusta? Despues de todo un autor de canciones no las hace pensando en una hipotética banda sonora y menos aún, un autor tan rabiosamente personal como Antony. Sólo me tranquiliza pensar que Tom Waits que acaba de ver el montaje , y cuya canción “All the world is green” tambien forma parte de mi película, me acaba de decir que nunca antes una canción suya había encajado tan bien en una película y que se sentía orgulloso de formar parte de ella ( he guardado el mensaje de Tom Waits durante semanas en mi móvil hasta que todos mis amigos ya empezaban a estar hartos de oírme decir ¿no querrás escuchar el mensaje que me ha dejado....”?, pero es que para mí y para Leonor Watling, Tom Waits es Dios).
Así que llego al hotel donde se aloja este hombre aferrada a mi dvd , canturreando la canción que se ha convertido en mi himno particular : “Hope there`s someone who`ll take care of me when I die will I go.. Hope there`s someone who`ll set my heart free, nice to hold when I`m tired.....”. ¿Qué tiene este tema, que tiene su voz, qué tiene este disco?. Los críticos musicales se aferran a las comparaciones como las señoras que van a la compra a sus monederos para evitar algo que para cualquiera que se emocione con esas canciones es obvio: Antony expresa de una manera bellísima y contundente el dolor y a la vez el orgullo de ser diferente, el anhelo de que te quieran a pesar de todos los pesares ( y por todos ellos), el ansia de una belleza que “será convulsa o no será”, la extraña melancolía que produce el saber que nunca podrás ser quien quieres ser salvo en tus sueños.
Las canciones de “I am a bird now” en el que tambien intervienen tambien Rufus Wainwright , Lou Reed y Boy George destilan un dolor que no tiene nada que ver con la tristeza , un dolor que se muestra como un mendigo de Calcuta: digno y lacerado, nunca doliente. Son las canciones de alguien que ha sufrido y no se avergüenza de ello. Son las canciones de un orgulloso superviviente.Son las canciones de un niño que ha crecido y es capaz de mirar sin rencor a los que le han hecho la vida imposible en el colegio.
Y en el hall del hotel de este extraño y nuevo trozo de Barcelona que está a caballo entre Miami y Minsk me encuentro con nuestro hombre en cuestión . Los dos somos de una timidez enfermiza, pero entre nosotros se establece una inmediata corriente de simpatía como si supiéramos que podemos ahorrarnos los prolegómenos embarazosos que anticipan cualquier diálogo entre un par de tímidos.
Lo primero que me dice es que se había emocionado muchísimo cuando recibió la petición de que su canción “Hope there`s someone...” apareciera en mi película porque nunca había llorado tanto en el cine como cuando vió en NYC “Mi vida sin mí” y que había llorado justamente porque le parecía que no era una película sentimental.
Me quedo sin habla y por toda respuesta le entregó una caja de bolitas de pimienta rosa con chocolate.” ¿Es para mí?”. “Sí, claro , bueno,es para darte las gracias por la canción y, bueno, en fin, ( aquí carraspeos porque me estoy quedando con un hilo de voz) espero que no creas que la he traicionado o algo, bueno, en fin ...será mejor que veas el trozo de la película tú solo” De repente , la perspectiva de ver las imágenes donde Tim se agita en su sueño, donde Sarah escucha una y otra vez un mensaje que no está destinado a ella, donde Javier amasa tristemente una masa de hojaldre, donde Sean and Danny chapotean en la lluvia, con Antony al lado se me hace antoja imposible.
El no insiste , empezamos a hablar de Diamanda Galas una de sus heroínas, la Maria Callas de América y de un concierto memorable que dió en The Kitchen hace trece años.
“¿Estabas en ese concierto?”.
Sí, le digo. Había oído a Diamanda Galas en disco, pero oírla en directo me impresionó muchísimo, recuerdo haber andada durante horas despues de ese concierto como si no pudiera ver la realidad de la misma manera, como si hubiera un antes y un despues de ese concierto.
“A mí me pasó lo mismo, viéndola pensé que tendría que hacer algo así, pero menos punzante, más accesible, menos árido”.
Lo has conseguido, realmente lo has conseguido.
“No", dice, "yo no le llego a la suela del zapato a ella, ella es una auténtica creadora y yo....”.
Sonrío , recordando cada vez que he dicho esa misma frase y “¿Cómo llevas la fama, este éxito repentino, estas giras donde tienes que dar hasta dos conciertos en un día, como ayer en Madrid”.
“Es extraño ¿no?, porque esto es lo que siempre he querido y sin embargo nunca pensé que tendría esta clase de éxito, nunca... y es agradable, es genial llegar a una ciudad y que todas las entradas estén vendidas pero tambien es extraño... y me están volviendo loco, todo lo que tiene que ver con el negocio ¿no?, aunque yo tambien debo estar volviéndoles locos a ellos, es que soy muy lento decidiendo, tengo el cerebro del tamaño de una avellana y necesito mucho tiempo para decidir las cosas... oye qué llevas ahí, es el mejor pin que he visto nunca?”.
“¿Esto?, es una chapa de Copito de Nieve , un gorila albino que vivía en el zoo de Barcelona y que se murió”.
“A mí me gustan mucho los animales, a mí no haría falta que la madre Teresa me tocara para curarme, un abrazo de un mono bastaría”.
“Una vez toqué a Copito de Nieve”.
“¿En serio y qué sentiste?”.
“Sentí que él no quería estar allí”.
“Me gustan mucho los documentales de animales, más que las películas , creo”.
“¿Te sientes solo en las giras?”.
“Me siento solo siempre, aunque mi grupo es genial, son muy buena gente aunque me gustaría tener a alguien con quien compartir... todo esto?”.
“¿Y ligas en las giras?, lo siento no es asunto mío.”.
“¿Qué quieres saber , lo cierto es que oportunidades hay muchas pero... no sé, muchas veces no merece la pena, oye vas a venir al concierto ¿verdad?”.
“No me lo perdería por nada”.
“Bueno, te voy a dedicar “You are my sister”, porque me recuerdas a mí”.
“Gracias, aunque quizás deberías ver el trozo de la peli antes..., quería decirte que cuando escuché “I`m scared of the middle place between light and nowhere, supe que era la canción que necesitaba, supe exactamente qué querías decir, como si yo, como si mis personajes estuvieran instalados para siempre en ese middle place”.
“Sé que va a estar bien, sé que me va a gustar, ya te diré que me parece”.
Mas tarde en el concierto, cuando suena “You are my sister” noto que se me saltan las lágrimas y no digamos con “For today I`m a boy”. es un concierto extraordinario, como un huracán cargado de melancolía. Siento un extraño deseo: querría proteger a Antony, aún sabiendo que sabe muy bien lo que hace, querría que fuera feliz, aunque eso sea imposible. No entiendo porqué me preocupa tanto el destino de alguien a quien acabo de conocer, pero estoy acostumbrada a no entender los mecanismos de mis emociones, quizás porque me aterraría entenderlos. Salgo del concierto, no hablo con nadie. A mi alrededo , la gente se dirije a otros conciertos, para mí es imposible oír nada mas despues de éste.
Paso por su hotel y le dejo mi chapa de Copito de Nieve con una nota diciéndole que mi amigo albino está cansado de mí y que estoy segura que él le llevará a buenos sitios. Me llama días despues y me dice que ha llorado viendo el trozo de “La vida secreta de las palabras” donde está su canción y que no puede esperar a ver el resto de la película.
"Bueno , yo tambien lloré el otro día en tu concierto”.
“Ah ¿eras tú la que sorbía el moco constantemente?".
“Sí, era yo y tambien me dió un ataque de hipo” .
Nos reímos.
“Tengo a Copito de Nieve aquí conmigo”.
“Y qué haceis”.
“Estamos viendo un documental sobre la fauna de las faldas del Kilimanjaro”.
“ Vaya, eso debe gustarle”.
“De momento no se ha quejado”.