Título: De Todos los Días
Título del capítulo: Risa
Género: Romance / Humor
Categoría: T / PG13
Sumario: Situaciones cotidianas en las que nuestros amados protagonistas se ven envueltos. Las cuatro Junjou incluidas!
Advertencia: T por situaciones sugestivas y la boca sucia de Hiroki. *ATENCIÓN* Spoilers del manga y el anime. Esto ya fue posteado también en FF.net!
Cuando Usami las descubrió, había sido casi por accidente. Fue cuando intentaba sorprender a Misaki por detrás: éste se movió y sólo logró hundir sus dedos debajo del brazo del muchacho, cerca de la axila, haciendo que el de ojos verdes soltara una risita.
El escritor analizó unos segundos lo que acababa de revelársele. Al oír a Misaki pedirle entre risas que no volviera a hacerle eso, el hombre se sonrió.
Tomó a su joven amante y lo tiró sobre el sofá, para seguir haciéndole cosquillas. En respuesta, el universitario trató de buscarle algún punto débil a Usami y descubrió que él también tenía en el mismo lugar.
Un rato más tarde, agotados, ambos de alguna forma se sintieron felices de haber conocido algo nuevo sobre el otro.
* * * * *
Nowaki estaba descansando muy placenteramente en su cama, hasta que un ruido extraño lo despertó. Abrió los ojos para ver de qué se trataba y se encontró con algo que, a pesar de ser muy común, en su caso no lo era: mientras dormía, Hiroki tenía una sonrisa de oreja a oreja y cada tanto soltaba una risita.
El pediatra se quedó maravillado, admirando el espectáculo. Su amado Hiro-san riendo en sueños. Probablemente los planetas estaban alineados esa noche, sino ¿qué podría ser la causa de tal evento sobrenatural?
Entonces Nowaki consideró las posibilidades: como estaba durmiendo quizás estaba soñando con algo placentero. ¿Pero qué podía ser? Quizás… ¡Hiroki estaba soñando con él!
Se volvió a acomodar para observar a su amado, maravillado con la idea de encontrarse en los sueños del otro, pero como se puso tan cómodo, no se dio cuenta que retornó al sueño. De todas formas unos minutos después volvió a despertarse, pero esta vez por culpa del despertador.
- Hiro-san, ayer a la noche estaba riendo en sueños -le comentó mientras desayunaban, a lo que al principio el castaño lo miró extrañado, pero se sonrió al instante.
- Sí, es que tuve el mejor sueño que jamás hubiese soñado -tomó un sorbo de café y al ver a Nowaki todo expectante, tuvo que decirle qué era lo que había visto en su inconciente -. Soñé que yo era el jefe de Miyagi, y que lo hacía sufrir el doble de lo que yo sufro todos los días con él.
Hiroki continuó desayunando sin darle mucha más importancia al tema, sin notar que la persona que tenía en frente tenía un rostro de desilusión.
* * * * *
Miyagi sintió su ceja temblar en ira ante el acto de insolencia que estaba presenciando. Shinobu se estaba riendo. De él. El joven rara vez reía, ¿por qué el profesor tenía que ser la causa entonces?
Bueno, no, él mismo no era la causa. Su inglés lo era. Miyagi había pronunciado una palabra erróneamente, cosa que había cambiado el significado de la oración que estaba leyendo. Entretanto, el joven terrorista que lo había estado ayudando a traducir un texto ya que su nivel en aquel idioma era muy bueno, no pudo evitar soltar una carcajada ante ese inocente error.
- Shinobu-chin, ¿podrías dejar de reírte? -“antes de que decida cerrarte la boca de un golpe” pensó. Pero la petición fue inútil, el universitario no parecía tener ni la más mínima intención de ello. De hecho, cuando Miyagi había terminado de preguntarle aquello, el terrorista rió un poco más fuerte y lágrimas comenzaron a caérseles por las mejillas.
Esa noche el hombre se rehusó a dejar a dormir a su amante en su cama.
* * * * *
El secretario suspiró en señal de indignación. ¿Qué había hecho para merecer esto?
Se encontraba llevando a su querido jefe hasta su habitación en el Hotel Teito, lugar donde hacía unas horas había terminado la fiesta en honor a Usami, quien luego de recibir su premio, decidió irse con Takahashi a su habitación.
Kaoru no lo culpaba por ello, pero había veces en las que le hubiese gustado que el escritor le hiciera un poco de caso a Ryuichirô, ya que era el mismo Asahina quien tenía que escuchar las quejas de su amante luego.
Pero esa noche fue distinta: sin importarle un bledo todo ya, el castaño oscuro decidió beber hasta hartarse, cayendo en un estado de ebriedad… significativo. Kaoru agradeció que nadie importante se hubiera encontrado en el momento en el que Isaka había optado por entregarse al vino, sino su posición en Marukawa se podría haber visto comprometida.
Básicamente porque Ryuichirô no era un ebrio que pasase desapercibido. Junto con otras personas de la empresa se habían emborrachado a tal punto que cualquier cosa les resultaba graciosísima.
Mientras entraban a la habitación el ojiazul continuó riéndose, contándole las cosas de las que se había reído con los otros hombres, aunque Kaoru apenas podía entender lo que decía. Le sacó la ropa hasta dejarlo en camisa desbotonada y boxers y lo recostó.
- Nnn, Kaoru, deberías venir a beber algo con nosotros la próxima vez -le dijo cuando ya se encontraba bajo las sábanas.
- Como usted diga, Ryuichirô-sama -se negaba a contradecirlo, no iba a discutir con su amante y menos en el estado en el que se encontraba.
- ¡Sí! -se alegró -. Será mucho más divertido si tú nos acompañas -y sin que se diese cuenta, se quedó dormido.
Asahina lo miró con un poco desconcertado, no se había esperado eso, lo que le provocó una sensación de ternura. Bueno... debía haber una razón por la que, a pesar de todo, había decidido quedarse con Ryuichirô por el resto de sus días.