Jul 14, 2008 19:44
Título: Realmente tú
Fandom: After School Nightmare
Palabras: 460
Advertencias: Algunas palabras que pueden ser medio-fuertes (?)
Resúmen: Detestas aquellos sueños, porque no te agrada lo que ves en ellos.
Acabas de entrar a ese sueño compartido, estás en esas “clases especiales”. Mientras caminas por el escenario de turno, sin prestarle atención alguna, recuerdas que te han dicho que tienes que esforzarte por conseguir la llave y “graduarte”, pero, realmente, a ti no te importa. Odias ese sueño y el hecho de que personas tan poco identificables como tú te ataquen. Por suerte, ahora estás sola…
Sin embargo, no es suficiente. No sabes qué lugar es, mas hay un espejo y eso es lo peor que podrías ver. Ahí observas ese reflejo de la cosa que más detestas en el mundo: tu alma. Como todos, no puedes ocultarla en ese sueño, eso es algo que aprendiste hace mucho tiempo. De todas formas, la diferencia entre tu verdadera personalidad y la que muestras fuera de esas clases te hace irreconocible, pero no soportas verte de verdad.
Otra vez, te preguntas por qué tienes que lucir así: la capa que utilizas gotea y te cubre los ojos, aquellos que están llenos de odio, y llevas un paraguas en la mano. Tu alma está representada por el peor momento de tu vida.
Te sientes humillada y triste, como siempre. Tienes ganas de salir corriendo y no regresar jamás a ese sueño, para así no volver a ser aquella criatura espantosa, que te recuerda lo que preferirías olvidar y actúa diferente a como quisieras actuar. En ese sueño no puedes mentir.
Escuchas pasos acercándose. Te desesperas y por tu mente sólo pasa un pensamiento: “no quiero pelear, hoy no”. Sin embargo, los pasos continúan acercándose y ya los puedes reconocer: son los de aquel Caballero Oscuro que ataca a todos sin piedad. Un maldito hombre que sólo quiere molestar a los demás.
Ya lo distingues a lo lejos y sabes que tienes que defenderte, pero no quieres coger el paraguas, la única arma que tienes. No parecen quedarte fuerzas, menos cuando te ves en el espejo.
Tiemblas y sientes como una de las esferas colgando de tu cuello se hace pedazos, para luego continuar con la segunda. Tu alma no aguanta la visión de sí misma, tratando de defenderse de la misma manera en que tú lo hiciste cuando eras una pequeña niña débil a la que un bastardo quería violar. Tú no soportas recordar que ese día todo fue en vano, porque piensas que ahora lo será. Gritas, nuevamente, rogando que todo se acabe.
La tercera esfera se ha roto y todo se vuelve negro.
Abres los ojos y te ves en esa misma cama donde la clase empezó.
-Buen trabajo, Kureha, ya puedes marcharte- te dice la profesora.
Y tú te vas a tu cuarto lo más rápido posible, a descansar, a reírte y a disfrutar en sueños donde sí puedes fingir.