les recomiendo leerse esto antes de
irse directamente a la imagen. aunque si quieren hacerlo ^^u esta bien XD
Si, ya, no soy Douglas Clegg! espero que les guste, con texto incluido
A su alrededor, el frío era inmenso y la nieve espesa. El viento remecia con fuerza. Antes, pudo escuchar el ruido de los pinos en la lejania siendo sacudidos por el vendaval. Pudo oir como sus hojas se impregnaban del hielo invernal que caía más suavemente como para darles su momento. Se sintió aliviado de que la naturaleza estuviera de su lado, al menos, con la nieve envolviendolo y jugeteando con su pelo, Manuel no tendría oportunidad de ver sus ojos empañados, o eso críea él.
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"eh, Manu, hace frio, dejame calentarte" dijo Martín suavemente, acurrucandose en el sillón junto a Manuel.
"no empezí con tus weas raras" replicó secamente Manuel. Su voz estaba rasposa pues habia cogido un resfriado.
Martín suspiró. Se preguntaba cuando sería el dia en que su compañero aceptara de que esto, habia dejado, hace tiempo, de ser una simple amistad. Aunque, en defensa de Manuel, a Martín le gustaba que se hiciera el dificil, eso le daba mas fuerza para seguir insitiendo.
Pero, claro, Manuel y sus limites, siempre los limites. Hasta ahora, los intentos furtivos de Martín por hacer avanzar la relacion de amor-odio que tenian, habian sido infructuosos. Otra más, una vez más, se arriesgaría.
Aunque la madera ya se habia consumido en el hogar, y los carbones se mantenian encendidos, el cuarto estaba helado.
Manuel se acomodó, por enesima vez, en el sofá, como si por moverse fuese a encontrar un lugar lo sufucientemente tibio para descansar. Sus ojos se estaban cerrando lentamente, influenciados por el agotamiento, el tibio vaiven de las luces rojas en la chimenea, el olor a madera humeda y por ese maldito dolor de cabeza que no lo habia dejado en paz desde que llegaron a la cabañas.
Manuel resopló mientras dejaba atrás la conciencia para adentrarse en el sueño que lo liberaria del malestar. logró ver cómo Martín se acercaba a el con una manta, vió su cara, esa expresion que siempre ponía antes de....
Martín, manta en mano, se lanzo al sillon, cubriendo al chileno por completo. bajo Él, Manuel se movía con impaciencia. el remezón lo despertó tan repentinamente, que se sintió mareado...y, por sobre todo, furioso, muy furioso. Martín, por su parte, continuaba con su plan: le destapó solo la cabeza a Manuel, y en su emoción no se dio cuenta...
"Que mierda estai haciendo!"
Martín quedó desarmado, no sabía que responder. La cara de manuel, a diferencia de las otra veces, estaba realmente llena de ira. No de era esa cara de taimado falsa que ponía cuando no quería admitir que, juntos, lo pasaban bien, ésta, iba en serio.
Manuel, con la cabeza hirviendo, azorado, pues su sueño reparador habia sido interrumpido, siguió gritando
"Bajate de encima mio, maricón! no te dai cuenta de que trato de dormir....por la chucha! -manuel sentía cómo un tambor enorme retumbaba en su cabeza- Puso su mano con fiereza sobre el hombro del argentino y, practicamente, lo lanzó contra el suelo.
Su voz rebotó contrá las paredes, y adornada con maldiciones, golpearon el corazon de Martín.
Habia sido rechazado, pero esta vez, se sintió pésimo, por que la cólera en los ojos de Manuel había consumido todas sus espectativas de concretar algo esa noche...y cualquier otro dia.
Manuel se reacomodó, esperando, esta vez sí en definitiva, dormirse, y alejar esa bomba de su cerebro que lo tenia harto.
No sintio la ausencia de Martín hasta unos minutos mas tarde, cuando el frio le advirtió que estaba solo.
"me consegui una cabaña para las vacaciones de invierno, ¿querés venir conmigo?"
"uhm....supongo"
Martín lo abrazó, complacido.
Manuel, no dijo nada y se dejó llevar por unos momentos, antes de apartarlo con mas brusquedad de la que hubiese querido
"Ya, ya , acuerdate yo soy hombre!"
Martín sonrío "Lo sé" -por eso me gustas, dijo para sí, posando sus verdes ojos sobre el chileno, con ternura.
Manuel lo notó, pero se hizo el loco.
"eso...estuvo mal...puta, que soy weón"
Martín habia salido corriendo hacia la nieve, sin pensarlo. La tormenta blanca chocaba contra su cuerpo.
Tanto frio hacia.
Tan grande era la soledad de la blancura
Pero, nada podía superar el frio y la soledad que su corazón sentía.
Ahora, lejos de la cabaña, un poco mas calmado, dio media vuelta, esperando encontrar el camino que habia perdido solo unos minutos atrás. La nieve caía con fuerza, y lo recuerdos se agolpaban en su mente.
"Manuel..." Miró a su alrededor una vez más. Estaba solo. Tenia frio, le dolia el pecho y sus ojos aun estaban empapados..."Manuel, ven" se recriminó a si mismo por haber siquiera derramado una sola lagrima por él, habia sido cruel y lo peor de todo era que ni siquiera sabía el por qué; por haber corrido sin un rumbo y haber dejado que su emociones ensombrecieran su sentido comun.
Pero, aun así, lo quería.
lo necesitaba.
"Manuel" repitió una vez mas su nombre, apagada su voz por el viento helado.
"Martín?..."
La figura de Manuel apareció, recortada contra la oscuridad de la nevada. Tenía copos de nieve pegados al pelo, que revoloteaba en desorden. Su respiración era rapida y entrecortada, jadeaba y su corazón, hasta entonces intranquilo por haber creido a Martín perdido para siempre en aquella tormenta blanca, se serenó instantaneamente.
Manuel no lo pensó dos veces antes de correr hacia Martín, que permaneció de pie, inmovil, un poco atontado.
Eso fue inesperado. Me debo ver como un boludo, aqui, parado en medio de la nada, mojado hasta el alma. Me va a ver asi...
pensó en las lagrimas de sus mejillas que aun no secaban
El chileno se detuvo, muy despacio, hasta que quedaron frente a frente.
y entonces, Martín lo notó. Manuel tenia los ojos rojos, y bajo ellos, los parpados le caian cansados y opacos. Manuel fue capaz de ver la mirada vidriosa y el rostro empapado de Martín, que hagacho la cabeza, como si intentara ocultarse, o como si se hubiese dado cuenta de algo que, ahora, lo atormentaba. Él tambien se sintió mal, y no eran solo las punzadas en su cabeza, asi que desvio la mirada, para evadir una conversacion la cual sabía, ninguno de los dos estaba listo para tener.
"No...no llori po!, si sé que me trajiste aqui pa' que estuvieramos solos...
Lo empujo un poco mas fuerte y lo mato, creo
Y se esforzo tanto por encontrar un lugar como este..." Pensó
Manuel se acercó aun más. Extendio sus brazos suavemente hacia Martín; con su mano izquierda, le sujeto por la espalda, y con la otra, el rostro, acercandolo con gentileza. Quería que él supiese cuanto lo sentía. Nunca quizo lastimarlo.
Martín no habia dicho o echo nada, la mezcla de sentimientos en su interior lo paralizó por completo cuando la frente hirviente de Manuel tocó la suya. Sintió cómo el calor de los labios de Manuel se pasaba a los suyos que estaban frios por haber estado afuera y cómo la calida presión estremecía su cuerpo entero.
"Perdón Martín....lo eché a perder." dijo Manuel en un hilo de voz
"Me acaba de dar un beso...y...
Esta enfermo...por eso...cuando lo tapé...queria dormir.
Ah! Martín, sos un boludo..
Salí corriendo, pero, aunque se debe sentir mal, vino a buscarme.
..ah, Manu"
"Estas Ardiendo" dijo Martín, sonriendo amablemente, observando las mejillas encendidas del chileno.
Manuel rio para sus adentros. Esa frase tenia muchas interpretaciones.
Se habia preocupado tanto, pero todo termino con palabras tan simples.
si le hubiese dicho que me estabá enfermo desde el principio, no hubiera tenido que salir, ni tampoco haber echo lo de recien.....
"Aridiendo en fiebre..." añadió Martín
"La enfermedad me afectó el cerebro y la razón, lo que pasó recien...." se apresuró a decir Manuel, mientras buscaba entre la nieve un lugar lo sificientemente apartado del rostro sonrosado de Martín.
"Por supuesto, culpa a la fiebre..."
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