Nomenclatura...
Me voy a poner serio:
A veces me dan ganas de llorar por una supuesta inocencia perdida... Pero claro, lo primero de todo es que no sé si realmente fui inocente, o toda esa idea de la inocencia infantil es un cuento romántico. Y lo segundo es que tengo la sensación de que mi yo de ahora mismo, como un Mason Verger cualquiera, usaría esas lágrimas para aderezar un martini.
Así que supongo que con el tiempo he aprendido a no lloriquear por los rincones, porque a nadie le gustan los lloricas. Qué coño, hasta yo mismo odio a los lloricas. Y es mucho más divertido sonreir, aunque la sonrisa no sea más que una modalidad de valla de alambre de espino políticamente correcta. Es una forma de decir "no preguntes más" o "no pienso detenerme en eso".
Mis terapeutas están bastante contentos conmigo, creo, porque estoy aprendiendo a controlar mi ansiedad. Ya no me paso las tardes mirando al vacío con la sensación de que tendría que estar haciendo algo más. Y sobre todo, no le doy vueltas a las cosas nuevas que pasan en mi vida, me limito a vivirlas. Y ya pensaré después. Cuando me pare a ello.
Me he cansado de ser espectador de mi propia vida. Así que allá vamos! No me apetece ni agarrarme a nada, esto es el equivalente a soltar las manos en una montaña rusa y cerrar los ojos.
Y gritar muy, muy alto.
A veces me dan ganas de llorar por una supuesta inocencia perdida... Pero claro, lo primero de todo es que no sé si realmente fui inocente, o toda esa idea de la inocencia infantil es un cuento romántico. Y lo segundo es que tengo la sensación de que mi yo de ahora mismo, como un Mason Verger cualquiera, usaría esas lágrimas para aderezar un martini.
Así que supongo que con el tiempo he aprendido a no lloriquear por los rincones, porque a nadie le gustan los lloricas. Qué coño, hasta yo mismo odio a los lloricas. Y es mucho más divertido sonreir, aunque la sonrisa no sea más que una modalidad de valla de alambre de espino políticamente correcta. Es una forma de decir "no preguntes más" o "no pienso detenerme en eso".
Mis terapeutas están bastante contentos conmigo, creo, porque estoy aprendiendo a controlar mi ansiedad. Ya no me paso las tardes mirando al vacío con la sensación de que tendría que estar haciendo algo más. Y sobre todo, no le doy vueltas a las cosas nuevas que pasan en mi vida, me limito a vivirlas. Y ya pensaré después. Cuando me pare a ello.
Me he cansado de ser espectador de mi propia vida. Así que allá vamos! No me apetece ni agarrarme a nada, esto es el equivalente a soltar las manos en una montaña rusa y cerrar los ojos.
Y gritar muy, muy alto.