Los misterios de Laura (I)

Apr 27, 2011 12:54

Título: Misterio nº 1: El corazón roto
Autora: arkady_
Universo: Los misterios de Laura
Personajes: Martín
Spoilers: 1x01 El misterio de la habitación sellada
Rating: G
Palabras: 805
Resumen: Laura no era guapa. No es que fuera fea, solo... normal. No te podías quedar colgado por alguien tan cotidiano. No, no era eso.

Llegó a casa y se tiró en el sofá. Quizás esta vez fuera en serio. Laura había dicho que se estaba jugando su carrera, pero Laura siempre se preocupaba por todo.

Y lo único que le venía a la cabeza era que ni siquiera se la había tirado... ¡Joder! ¿Dónde te has metido, Martín?

Paseó la vista por la habitación y acabó parando en la foto de los tres en la Academia. La luz de la ventana se reflejaba en el cristal, y apenas veía a Jacobo. Laura y él estaban radiantes, sin embargo.

Se habían conocido casi a la vez, no recordaba bien cómo había sido. Solo sabía que se llevaron bien desde el principio y que en poco tiempo ya se les veía por los pasillos juntos a todas horas. Jacobo era un buen tipo, formal, de confianza, podía contar con él para cubrirle cuando se saltaba alguna charla o llamarle si necesitaba apuntes. Laura era diferente, le reñiría si se enteraba de que no iba a clase o hacía algo estúpido; era más graciosa, menos predecible, pero en lo que se refería a la carrera se preocupaba por él -era casi como una hermana mayor.

Ahora sabía que Jacobo no daría la cara por él como lo estaba haciendo su mujer. Sabía muchas cosas que entonces ignoraba.

Recordó el día de la boda y se le oscureció la frente. No había estado allí, pero había visto fotos, había oído comentarios. Jacobo y Laura... Aquello le dejaba fuera del grupo, era como romper una amistad; le había parecido una traición desde el principio, aunque siguieran siendo los mismos. Ya no podían estar los tres juntos hablando de algo sin que sintiera que sobraba. No podían ir a ningún sitio los tres, ya no, siempre le parecía que la gente le miraba mal. Todo había cambiado el día que le contaron lo suyo, la boda solo había sido la forma de hacerlo oficial.

Laura lo había notado. Había hablado con él, le había dicho que no tenía razones para sentirse así, que todo seguía igual... Pero en aquel momento no sentía más que desprecio hacia sus palabras, se rió de ella, fue incluso cruel; no se lo merecía.

Cuando le llegó la invitación no contestó. Unos días después vio un anuncio en el escaparate de una agencia de viajes y reservó un crucero para dos personas, sin saber todavía quién le iba a acompañar. Laura le llamó un par de semanas antes de la fecha, para entonces ya tenía la maleta hecha y estaba a punto de irse de casa. No hizo falta más. No volvieron a hablar hasta que años más tarde coincidieron en la misma comisaría.

Al oír a Maite recordarle lo que se le estaba pasando por la cabeza desde que supo que tenía problemas con Jacobo, necesitó una vía de escape. No le podía gustar Laura, nunca le había gustado, y aunque hubiera sido así... No le podía seguir gustando ahora. A él le iban las mujeres fáciles, juguetonas... Las chicas guapas, modelos de anuncio de champú o jugadoras del equipo de volley.

Ella no era así. Nunca había sido así. Recordaba uno de los primeros días que la vio, en el comedor, cuando decidió por primera vez que le caía bien: estaba comiendo espaguetis y le hizo tanta gracia un chiste que se le salió uno por la nariz. Era graciosa, era amable, era una buena amiga... No se podía colgar de una persona así, eso era algo que siempre había tenido claro. No le había gustado en verdad, solo habían sido celos por la relación más estrecha que habían empezado a llevar ellos dos, dejándole aparte, dejándole solo con sus mujeres.

Recordó a la mujer de la bañera. ¿Por qué lo había hecho? Sabía perfectamente que era de las pocas que no podía tocar en ese momento, y había un montón de chicas guapas por la calle, en el supermercado, en cualquier parte... ¿Por qué ella? No era su polla, eso lo sabía, podía aguantarse si era necesario, ¿pero entonces qué tenía de especial que no había querido resistirlo? Se le vino a la mente la imagen de Laura. Odiaba más decepcionarla que no haber podido aprovechar la situación.

Más tarde, cuando fue a abrir la puerta y se la encontró allí despeinada, miró el anillo dorado con el que jugaba y la dejó pasar. Él había elegido otro camino, siempre se había dicho eso. El matrimonio solo era... Otra forma de pasar el rato. Su vida tenía muebles caros, paredes limpias de pintura de niños, y mujeres preciosas. Sonrió, un poco más seguro de sí mismo, y la siguió a la sala. Ya no le reñía como antes, pero solo con su presencia le hacía sentirse un poco peor por lo que fuera que había hecho esta vez.

lmdl: martin, longitud: más de 500

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