Título: Queer As Folk Temporada 6 Capítulo 602
Autora:
qaffangyrlTraducción al español:
arkady_Rating: NC-17
Cronología: El 601 empieza exactamente seis meses después del 513.
Disclaimer: Nada de esto es mío. Es de Cowlip y Showtime.
Cementerio Allegheny
Justin miró su reloj mientras el coche modelo Lincoln Town giraba hacia Butler Street y se acercaba a la puerta principal del Cementerio Allegheny. A pesar del hecho de que Justin había llegado al aeropuerto a las 4:30 de la madrugada para asegurarse de no perder el vuelo, había habido un problema mecánico que necesitaba ser arreglado antes de despegar. Para cuando Justin había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Pittsburgh, ya se había perdido la misa por Hunter. Tal y como iba, estaba llegando de milagro al entierro.
Salió del vehículo y le dio propina al conductor mientras le pasaba su bolsa de viaje.
“Gracias. Y siento su pérdida,” comentó el conductor solemnemente.
Justin asintió en respuesta y empezó a caminar hacia la entrada cuando tres adolescentes de la calle se le acercaron. Cuando estableció contacto visual con uno de los críos dijo, “lo siento, le di lo último que tenía suelto al conductor.”
Un chico delgaducho que llevaba unos vaqueros sucios y capas de camisetas de manga larga y corta y franela sacudió la cabeza y respondió, “No, tío, sólo te iba a preguntar si vas a entrar por el funeral de Hunter.”
“¿Sois amigos suyos?”
“Solíamos andar por ahí antes de que esos tíos le acogieran.”
“Bueno, ¿queréis entrar conmigo para presentarle vuestros respetos? Estoy seguro de que a su familia no le importará.”
El chico delgaducho sacudió su cabeza otra vez y dijo, “Na, está bien. Podemos decirle adiós desde aquí afuera.”
Justin les dedicó una débil sonrisa mientras se volvía y caminaba hacia el interior del cementerio y hacia la tumba de Hunter. Ben y Michael estaban sentados al lado de la tumba cogiéndose de las manos. Estaban rodeados por los colegas de Ben de la universidad, varios de sus vecinos incluyendo Eli y Monty, unos pocos compañeros de clase de Hunter, y su familia, incluyendo a Melanie, Jennifer, Ted y Blake, Emmett, Darren, Carl y Debbie. Brian también estaba ahí, por supuesto. Estaba de pie detrás de Michael con sus manos apoyadas en los hombros de Michael.
Cuando Justin se acercó, se quedó de pie entre Brian y Debbie. Brian le besó silenciosamente en la sien y deslizó un brazo sobre su hombro mientras Justin susurraba al oído de Debbie.
Debbie miró hacia el otro lado del camino y vio a los amigos de Hunter mirando a través de las puertas. Entonces le asintió a Justin y fue hacia la entrada.
Cuando se acercó a los chicos uno de ellos la llamó, “hey, tú eres la mujer del diner. La que da sandwichs de mantequilla de cacahuete y café gratis.”
Debbie sonrió a través de las lágrimas en sus ojos y contestó, “Sí. Hola. Soy Debbie, la abuela de Hunter. ¿Érais amigos de él, chicos?”
El chico que había hablado a Justin respondió, “Solíamos cuidarnos las espaldas cuando él todavía estaba en la calle. Era un buen tipo, después de marcharse se acostumbró a salir a vernos y traernos pizza y hamburguesas y mierda.”
“¿Sabéis? Cuando termine el servicio, la gente vendrá a casa,” empezó Debbie buscando en su bolso hasta encontrar un trozo de papel y un boli. Cuando lo encontró, garabateó la dirección de Ben y Michael en él y se lo dio a los chicos. “Aquí es donde estaremos. Cualquier amigo de Hunter es un amigo nuestro.” Cuando ninguno de los chicos cogió el papel sacudió un poco la mano y dijo, “Habrá un montón de comida allí. Hice bastante lasaña como para alimentar a un ejército.”
Los chicos se miraron y se encogieron de hombros, después el delgaducho cogió el papel y dijo, “Gracias. Puede que nos pasemos. Si no, te veremos alguna vez en el diner.”
Debbie asintió y se despidió de ellos con la mano mientras los chicos se alejaban.
Casa de Ben y Michael
“No sé lo que le dijiste, Brian, pero lo que quiera que fuera, gracias. Michael ha sido una roca durante las últimas dos semanas. No sé cómo me las habría arreglado de otra forma,” le comentó Ben mientras él y unas dos docenas de invitados rondaban por la sala de estar de Ben y Michael.
Brian echó un trago de su vaso de whisky y dijo, “No fue nada. No le dije nada que no supiera ya.”
“Aún así, realmente lo aprecio.” Respondió Ben.
Brian se encogió de hombros sin más y empezó a buscar a Justin con la vista. Cuando sus ojos se encontraron, ambos se dedicaron una sonrisa de un extremo a otro de la habitación.
Cuando Ben se dio cuenta de a quién le sonreía Brian dijo, “Justin está estupendo. Nueva York debe de ser para él. ¿Cuánto tiempo se va a quedar?”
“Vuela de vuelta por la mañana. Quería quedarse más pero su exposición es en menos de un mes.” contestó Brian sin apartar los ojos de Justin, que continuaba su conversación con Melanie y Jennifer.
Ben se estaba esforzando por mantener la compostura así que continuó esforzándose por mantener una conversación superficial con Brian. “Cierto. Intentaremos arreglárnoslas para ir si Michael y yo nos sentimos con ganas. Ah, ei, ¿cómo fue tu presentación?”
Brian se volvió para mirar a Ben y contestó levantando su vaso, “Tenemos la cuenta.”
“Eh, eso es genial.” Ben hizo una pausa y luego continuó. “¿Sabes? Cuando le enseñaste a Hunter el cartel de ‘Vuela alto en Liberty Air’ esa fue la última vez que... le oí reír.” acabó Ben quedándose sin habla.
Las palabras de Ben y las emociones recientes por la situación eran demasiado para que Brian lo soportara, sobre todo porque estaba medio borracho. Miró por encima del hombro de Ben y vio a Michael señalándole. “Era un buen chico”, dijo Brian mientras las lágrimas empezaban a bajar por el rostro de Ben.
Brian iba a poner su mano en el hombro de Ben cuando Michael se acercó y dijo, “Venga, Ben. Salgamos afuera y tomemos el aire.” Michael se llevó a Ben y Brian se encontró solo así que se fue a unirse a Justin y los otros.
“... Sólo siento que no pudiéramos acabarlo todo antes de que entrara en coma,” decía Melanie cuando se acercó Brian. “Nunca llegó a saber que era real, legalmente el hijo de Michael y Ben.”
“Estoy seguro de que lo sabía,” dijo Justin mientras Brian deslizaba su brazo alrededor de su cintura y se quedaba tan cerca de él que sus caderas se rozaban.
El grupo se quedó en lo que pronto se convirtió en un incómodo silencio. Jennifer quería aprovechar al máximo el poco tiempo que tenía con su hijo. Él había estado muy distante durante los últimos meses y ella sabía que Justin todavía tenía un problema con que siguiera saliendo con Tucker. Había intentado ser dura, razonable, incluso implorante, pero nada de eso había funcionado así que ahora estaba recurriendo a la adulación. “Justin. No puedo creer lo impresionante que estás.”
“Nueva York definitivamente está de acuerdo contigo,” apoyó Melanie.
“Brian,” preguntó Jennifer, “¿no está Justin absolutamente impresionante?”
Las mejillas de Justin se enrojecieron al sentir el aliento cálido de Brian contra su oreja al responder, “Es una delicia para la vista.”
“Intentaremos sacar el dinero para que Lindsay pueda bajar a tu show, Justin. No se lo quiere perder por nada.”
“No tenéis que preocuparos por eso,” contestó Brian y después echó la cabeza atrás para tragar lo último que quedaba de su whisky.
“Brian. No podemos aceptar más dinero de ti.”
“No hace falta. Hice que Ted consiguiera viajes ilimitados en nuestro contrato con Liberty Air. Así que ahora, para mí y para todos mis amigos y familia, el cielo es literalmente el límite.”
“¡Eso es maravilloso!” exclamó Jennifer. “Ahora no hay razón por la que no podáis veros siempre que queráis.” Se inclinó y le dio a Justin un abrazo mientras miraba a Brian, que parecía perdido en sus pensamientos.
Cuando Brian se dio cuenta de que Justin le miraba dijo, “Voy a echar un cigarrillo. Avísame cuando estés listo.” Besó la parte superior de su cabeza y salió por la entrada principal.
Brian salió afuera y se encontró con tres adolescentes sentados en el porche frontal de Ben y Michael.
Se levantaron y le preguntaron a Brian, “Um. Uh, ¿está la señora Debbie ahí adentro? Dijo que podíamos venir por aquí.”
“Esperad un momento.” Brian abrió la puerta y llamó dentro de la casa, “Deb, hay gente aquí afuera preguntando por ti.” Se volvió a los chicos y dijo, “Saldrá en seguida.”
Brian jugueteó con su mechero, intentando conseguir que encendiera cuando vio al chico delgaducho guiñarle un ojo y lanzarle un beso.
Al ver eso Brian se rió y dijo, “Debéis de ser los amigos de Hunter.” Bajó las escaleras, dejándoles atrás, y acabó diciendo “Vosotros dos teníais mucho en común.” Entonces se fue a sentar contra el capó de su Corvette para fumarse el cigarrillo en paz.
Debbie abrió la puerta e intentó indicar a los chicos que entraran con la mano, “Entrad, entrad,” Cuando no se movieron añadió severamente, “¿Cuál es el problema, estáis de pie sobre cemento mojado o algo?”
El chico delgaducho miró por encima de su hombro hacia la sala de estar repleta de gente. Debbie miró hacia atrás, al interior de la casa y después les dijo, “Está muy lleno ahí, ¿eh?” A pesar de la arrogancia y chulería que la mayoría de los chaperos tenían, Debbie había aprendido al servirles en el diner que también tenían tendencia a ser tímidos cerca de grandes grupos de extraños. “Id a buscarme en el lateral de la casa, donde la puerta de la cocina. Está tranquilo ahí y puedo prepararos algo para comer.”
Una vez dentro, Debbie les sirvió a cada uno de los chicos enormes platos de lasaña y cada uno de ellos se metió la comida en la boca en silencio con la excepción de comentarios como, “Esto está bueno... MmmmMmmm... ¿Puedo coger más pan?”
Debbie había empezado a lavar parte de los platos que se habían amontonado en el fregadero cuando Michael entró diciendo, “Ma, necesitamos más hielo en el...” Paró cuando vio a los chicos.
El chico delgaducho posó su tenedor y tragó el bocado que tenía en la boca y dijo, “Eh, tú eres el padre de Hunter, ¿no?”
Michael miró a Debbie buscando una explicación; no tenía una expresión enfadada, si no sólo confusa. Ella le aclaró las cosas diciendo, “Estos chicos son amigos de Hunter. Les conocí en el funeral esta mañana así que les invité a cenar.”
Michael asintió y después contestó la pregunta del chico delgaducho, “Eh, sí. Uno de ellos.”
“Cierto, eres gay. Hunter nos lo contó,” comentó uno de los otros chicos.
El chico delgaducho continuó, “Um. Sólo queríamos pasar y deciros que creemos que está guay y todo, lo que hicisteis. Acogerle, especialmente cuando sabíais que estaba enfermo. No mucha gente haría eso.”
“No el tipo de gente que nosotros conocemos, al menos,” añadió uno de los otros chicos.
A Michael le faltaban las palabras así que se sentó en la mesa con ellos y cogió una barra de pan. Arrancó un trozo y preguntó, “¿Se mantenía en contacto con vosotros, chicos?”
“Sí, después de descubrir que, ya sabes, era positivo, solía venir y traernos condones cada dos semanas e intentar convencernos de hacernos la prueba.”
Michael agitó la cabeza y miró a Debbie y respondió, “No sabía que hacía eso.”
“Uh, ¿te importa si te pregunto algo?” preguntó el chico delgaducho.
“Supongo que no.” contestó Michael.
“Cuando él uh, murió, ¿estábas con él?”
Michael asintió y contestó, “Sí. Todos estábamos. La habitación estaba llena de gente.”
El chico delgaducho sonrió y dijo, “Hey. Así es como me quiero ir yo.”
Los otros dos chicos asintieron de acuerdo, y después uno agregó, “No solo, en una alcantarilla en algún sitio.”
Y entonces el otro dijo, “O en un contenedor de basura.”
Michael miró a Debbie. Sabiendo lo que él quería preguntar, ella tomó la palabra diciendo, “¿Sois vosotros, chicos...?”
El chico delgaducho la cortó con la respuesta, “Cuando oímos que Hunter estaba en el hospital finalmente nos decidimos a ir a la clínica gratuita, nos dijeron que todos lo tenemos.”
Mientras tanto, fuera de la casa de Ben y Michael
Brian abrió la puerta del copiloto para Justin y dio la vuelta al Corvette, se metió dentro, y arrancó.
“Como si este día no fuera lo suficientemente agonizante, tuve que quedarme de pie en la misma habitación que tú toda la tarde sin poder lamerte el culo. La próxima vez que vengas a la ciudad, vuelas un día antes de que nadie sepa que estás aquí para que pueda tener suficiente tiempo para hacer lo que quiera contigo.”
Justin simplemente se rio y le dio a Brian una ligera palmada en el muslo.
“¿Estás preparado para ir al loft?” preguntó Brian.
“Bueno, de hecho estaba pensando que si te pudieras contener durante otra media hora, podríamos...”
“¿Ir hasta Britin?” concluyó Brian con una ceja alzada.
Justin asintió ansioso y Brian dijo con una pequeña risa, “Dios, te estás volviendo tan predecible.”
Casa de Ben y Michael esa misma tarde
"Si alguien me hubiera dicho hace cinco años que estaría diciendo esto habría pensado que se habían pasado de rosca, pero en honor a la bondad, Blake, tú eres realmente lo mejor que le ha pasado a nuestro Teddy.” comentó Emmet mientras le pasaba un bol vacío a Blake.
“Gracias, Em, supongo que el tiempo lo es todo,” contestó Blake siguiendo a Emmett a la cocina para acabar con los últimos platos sucios.
“¿Entonces, va a haber campanas de boda en algún momento del futuro? Tengo que asegurarme de que no tendré dos citas si os voy a ayudar a planear el gran día.”
“Oh, dios. No sé nada de eso. No hemos hablado de ello realmente.”
“¿Ted no ha hablado de casarse? Me cuesta creer eso.”
“Bueno, seguro, hemos hablado de la blanca de estacas y del Volvo en la entrada pero más que nada nos lo estamos tomando día a día,” explicó Blake. “Para ser sincero, él ha estado tan ocupado con el trabajo últimamente que estamos haciendo lo que podemos sólo para volver a conocernos otra vez.”
“Sí, ese Brian puede ser un verdadero esclavista, supongo,” se rió Emmett empezando a llenar el lavaplatos.
“¿Y qué hay sobre ti? ¿Todavía sigues viendo a ese Calvin?”
“Oh, cielos, no. No me entiendas mal, él era delicioso, pero ya he pasado lo de ser un chico de fiesta. Sigo esperando a que llegue mi Príncipe Encantador,” suspiró Emmett.
“Llegará. Y cuando lo haga, Emmett, él será el afortunado.” Blake palmeó el hombro de Emmett.
Emmett se conmovió sinceramente y contestó, “Ah, gracias, cariño.” Apartó los mechones de Blake de su frente y continuó, “Y Teddy tiene suerte de tenerte a ti. Ahora vete y llévale a casa para que pueda descansar. Dios sabe que Brian le tendrá al pie del cañón desde primera hora de la mañana.”
Britin
“Dios, es mayor de lo que recordaba,” dijo Justin mientras él y Brian entraban por la entrada principal de Britin.
Brian cogió la mano de Justin, la presionó contra su entrepierna y contestó con una sonrisa traviesa, “Hmmm, ¿me pregunto si algo más es más grande de lo que recordabas?”
Justin apartó su mano juguetón y entró en el área residencial. La habitación no había cambiado ni un poco desde la noche en que Brian se había declarado. Incluso la alfombra blanca en la que habían hecho el amor seguía en el suelo al lado de la chimenea. “El tamaño de tu polla se quedará para siempre grabado en mi cerebro. Te preocupaste de eso la primera noche que me follaste,” contestó Justin mientras se quitaba los zapatos, dejaba caer la chaqueta en el suelo y empezaba a deshacer su corbata.
“¿Qué haces?” preguntó Brian en un tono bajo, respirando ruidosamente.
“Me estoy desvistiendo para que me puedas follar.”
“Bueno,” suspiró Brian, “podemos hacerlo en este suelo de madera dura otra vez si quieres pero preferiría follarte en el piso de arriba en la cama firme y bonita.”
“¿Compraste muebles?”
Brian le tendió una mano a Justin y le dijo, “Ven a verlo por ti mismo.” Le guió escaleras arriba a la habitación principal. La decoración de la habitación, aunque sin ser del gusto de Brian, encajaba muy bien con el estilo de mansión inglés de Tudor. Justin examinó el espacio y fue cautivado por las alucinantes piezas de gran calidad que le daban a la habitación un aire acogedor y cálido, aunque masculino. “Buscaba algo tradicional sin llegar al terreno del Cama & Desayuno. ¿Qué te parece?”
“Es precioso,” dijo Justin mientras pasaba los dedos por el armario de madera de cerezo.
La decoración era espaciada, con la excepción de una lujoso alfombra blanca y suave de la que Justin estaba seguro de que harían uso en algún momento y algunas fotos encuadradas en blanco y negro que colgaban al lado de la imponente cama de cuatro postes. Justin curvó los dedos alrededor del poste de la esquina derecha de la cama, inclinándose hacia atrás y usando su peso para dejarse caer sobre el colchón.
Brian inclinó la cabeza y sonrió ante el movimiento de Justin, diciendo, “Sabía que te gustaría. Te dije que te estás volviendo muy predecible.” Lo que Brian no dijo y nunca le diría a Justin era que había comprado el set de dormitorio hacía meses. Había planeado traer a Justin de vuelta aquí en su noche de bodas. Brian se recordó que necesitaba deshacerse de todas las velas que había comprado y escondido en el armario para que el casero preparara para su llegada. No más gestos ridículamente románticos de Brian Kinney. Siempre salían mal.
Brian sacudió el pensamiento de su mente y cruzó la habitación para unirse a Justin en la cama. Se deshicieron de sus camisas y corbatas y después trabajaron expertamente en el cinturón, pantalón y calzoncillos del otro. Entonces Brian echó a Justin sobre la espalda y le cubrió con su propio cuerpo. Los ojos de Justin eran de un azul más profundo del que Brian recordaba y sujetó la cara de Justin en sus manos para poder capturar la visión de Justin.
“¿Qué?” preguntó Justin, sin saber por qué dudaba Brian.
“Estás aquí,” contestó Brian en casi un suspiro.
Justin sonrió dejando escapar una respiración repentina por la nariz y dijo, “Estoy aquí.”
Justin se alzó para encontrar los labios de Brian con los suyos. Sabía a cigarrillos y whisky y, oh, a Brian, Justin pensó mientras le dejaba chupar su lengua en la profundidad de su boca. El calor y el olor de Brian intoxicaban a Justin. Podía saber por los torturadores movimientos lentos que Brian hacía que esto no iba a ser el polvo duro, frenético, que estaba esperando. Brian se estaba tomando su tiempo y Justin deseó poder quedarse con él durante el paseo para que no acabaran muy pronto.
Justin sintió las manos de Brian deslizarse hacia abajo por el lateral de su cintura y descansar un momento en sus caderas mientras ajustaba su peso y colocaba sus dos piernas entre las de Justin. Mientras Brian movía su cuerpo contra el de Justin para crear una deliciosa fricción en sus latentes pollas, Justin finalmente se sintió de vuelta en casa, a donde pertenecía. Estaba echado al lado de Brian, estaba en el lugar más seguro de la Tierra y deseaba dolorosamente ser llenado con todo lo que Brian tenía para darle.
Después de que Brian pasara lo que parecieron horas lamiendo y mordisqueando la suave piel tras las orejas de Justin, ahuecó su mano tras la nuca de Justin y suavemente le acercó hacia él. Una vez ambos estaban de rodillas sobre la cama, uno enfrente del otro, Brian señaló la mesilla de noche con un gesto de la cabeza. Justin se estiró y encontró el lubricante y los condones en el cajón de arriba. Se los tendió a Brian y esperó a su próximo movimiento. Todavía de rodillas, Brian los dejó a los pies de la cama y se puso detrás de Justin de forma que ambos estaban de cara a la puerta del dormitorio. Justin sintió las manos de Brian en la parte baja de sus brazos indicándole que se agarrara al poste del lado izquierdo del pie de la cama. Justin se inclinó hacia adelante envolviendo sus brazos alrededor del poste. El tacto frío de la madera contra su omgligo hizo que su polla tuviera un pequeño espasmo. Justin oyó a Brian sacar algo de lubricante de la botella así que separó más sus rodillas en el colchón para ayudarse a abrirse para los servicios de Brian.
Brian miró la abertura de Justin durante un momento antes de poner su mano derecha en el hombro de Justin para equilibrarse mientras metía uno y después dos dedos bien lubricados dentro de él. La velocidad con que respiraba Justin le decía a Brian que estaba listo para más así que sacó sus dedos. Se movió hacia adelante, poniendo sus rodillas entre las de Justin. Brian colocó la cabeza de su polla envuelta en el agujero de Justin y entonces rodeó su cintura con un brazo y empujó hacia su hendidura. Dios, Justin estaba increíblemente cerrado. Tanto que Brian tuvo que concentrarse para no correrse al momento. Se echó hacia atrás sobre sus talones y aflojó su abrazo a Justiin.
Justin agarró el poste y lo usó para alzarse mientras empezaba a ajustar su ritmo. Se deleitó en la presión del agarre que Brian tenía en su torso mientras se movía arriba y abajo por la polla de Brian. Cuando Justin sintió la respiración de Brian en su nuca inclinó hacia atrás la cabeza hasta apoyarla en el hombro izquierdo de Brian. Justin sintió un golpe de electricidad correr a través de él cuando Brian empezó a chupar el lóbulo de su oreja. Finalmente, Justin no pudo aguantar más y dejó a una de sus manos caer hasta su polla. La bombeó furiosamente hasta que forzó un orgasmo que llevaba formándose seis meses.
Fue el sollozo de Justin lo que llevó a Brian al límite y casi perdió el equilibrio cuando su propio clímax retumbó en cada músculo y nervio de su cuerpo.
Justin se volvió hacia Brian y enterró su cara en el pecho de Brian mientras éste apoyaba su barbilla en la cabeza de Justin. Mantuvo a Justin tan cerca como pudo, decidido a no dejar que el hecho de que en unas pocas horas Justin se iría a Nueva York una vez más estropeara la sensación.
(La próxima semana en Queer as Folk: “¿Qué es más importante, tu carrera o tu relación?”, preguntó Brian. Se sorprendió a sí mismo al estar verdaderamente interesado en la respuesta de Lindsay. La pregunta parecía habérsele presentado mucho últimamente a Brian. Todo estaba bien. Todo estaba como debería estar, se decía Brian. Se negaba a ponerse sentimental, no cuando las cosas estaban finalmente volviendo a su lugar en Kinnetik, no cuando la exposición de Justin era en unas pocas semanas.
“No es así de fácil,” suspiró Lindsay.
“Sí lo es.” El tono de Brian era ahora plano y falto de emoción.
Lindsay sintió el repentino cambio en el humor de Brian, “Él no eligió su carrera por delante de ti, Brian.”
Brian contuvo una risa, “Lindsay, estamos hablando de ti y tu lesbiánica inaptitud para tomar una decisión. Coge el trabajo o no. Sólo prepárate para vivir con las consecuencias de cualquier forma.”)
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