Título: En el amor y en la guerra.
Autor:
arkady_Universo: Battlestar Galactica / House
Pairings: Cain/Cuddy, Cuddy/House
Rating: PG (por guerra, muerte, femslash implícito)
Spoilers: -
Palabras: 543
Resumen: Cain es una soldado herida en la guerra y Cuddy la está cuidando. House anda por allí supervisando al personal médico.
Tabla (BDT):
Quiero más Cain. - Cuddy, ¿has pedido dos bolsas de morfina para el paciente 37? - Ella le mira y asiente, distraída comprobando el estado de otro paciente. - Se está muriendo, ¡no las necesita! No le servirán de nada...
- House, no podemos dejarla morir agonizando, la morfina al menos le aliviará el dolor.
- ¡No tenemos morfina! - Continuó bajando la voz - , si se la damos a ella no nos quedará para los que tienen posibilidades.
Cuddy se acercó a él despacio, posando una mano en su antebrazo, y le dijo suavemente:
- House, por favor, déjame darle sólo una bolsa de morfina, los dolores que tiene ahora son casi inaguantables, es inhumano dejarla así.
Él la miró a los ojos en silencio, ladeó la cabeza mirando al suelo y le contestó antes de dar la vuelta:
- Lo siento, pero tendrá que soportarlo como pueda - y se acercó a una enfermera para pedirle que vigilara a Cuddy.
Ella se volvió hacia la cama que había unos metros más allá y se dio cuenta de que la soldado allí tendida lo había visto todo. Su oído y su vista seguían en buenas condiciones, aunque de vez en cuando se desmayara por los daños internos que tenía. Al acercarse a ella para reconfortarla vio cómo apartaba los ojos y le decía antes de nada que el doctor tenía razón. Ella se iba a morir, y lo sabía. No había razón para malgastar recursos.
- Esos soldados puede que vuelvan a salir ahí afuera, o puede que vayan a hacer un largo viaje hasta sus hogares; de cualquier forma, necesitarán fuerzas para aguantar. - La miró a los ojos. - Yo sólo me tengo que quedar aquí echada descansando, eso es fácil, no necesito morfina - e intentó sonreír para animarla.
Porque era ella la que parecía que lo llevaba peor: Cain ya se había hecho a la idea, estaba hecha a la idea desde antes de salir a combate; pero para Cuddy era otro mundo a punto de desaparecer, una mujer tan fuerte y tan admirable que casi podía sentir el escozor en su piel al pensar que no le quedaban más que un par de días. Se sentó en el borde de su cama y se puso a hablarle de lo que harían cuando saliera de allí, como si con eso fuera más posible, y Helena alzó con esfuerzo una mano para pasársela por la mejilla, recogiendo su lágrima con el pulgar, con una sonrisa aún en los labios.
Al día siguiente, andaba por el pasillo apuntando las unidades de medicamentos que habían gastado y que había que reponer, cuando llegó a su cama y se acercó, como siempre, a saludarla.
Tenía los ojos cerrados, lo que era extraño a esas horas, así que la tocó suavemente y el frío de su piel la asustó. Le tomó el pulso y...
House la vio sollozar sobre su cuerpo desde el otro extremo de la sala. Uno menos. Sentía pena por Cuddy porque le había tomado verdadero cariño a esta paciente, la veía abrazarse a su cuerpo y colocarle la cabeza para que tuviera un aspecto apacible y casi le apetecía consolarla.
Cinco minutos después la seguía contemplando inmóvil junto a aquel cuerpo.
*****
Y a continuación la versión 2.0:
Rating: PG o PG-13 (por escenas que tienden a ser erótico-festivas)
Spoilers: -
Palabras: 292
Estaba buscando los antibióticos en el cajón de abajo del despacho, el médico jefe siempre se lo revolvía todo. Al dar con una caja, se dio la vuelta para llevárselo a un paciente y casi choca con la mujer que estaba allí plantada con la cabeza ladeada.
- Bonitas piernas - dijo repasando su figura de abajo a arriba.
Su altura la sorprendió, después de verla durante tantos días echada en una cama, tenerla allí de pie y tan cerca casi le hace perder el equilibrio.
- Debería estar descansando, su pierna necesita reposar.
- Estoy bien, ¿necesitas ayuda? - Se ofreció Cain diligente, sin apartar sus ojos grandes de ella.
- N... No, gracias, sólo iba a llevarle esto... - agitó la caja en una mano, dejando la frase a la mitad al sentir una mano rozarle la solapa del uniforme.
- ¿Sabes? Siempre he sentido curiosidad por estos uniformes de enfermera, quizás debería de probarme uno, ¿crees que eso se podría arreglar? Estos pijamas que nos dan aquí son muy incómodos... ¿Me dejas probar el tuyo?
Y antes de que se diera cuenta estaban besándose contra la meseta, con sus cuerpos moviéndose en una danza que parecían conocer muy bien. La melena de Cuddy quería enredarse en la de Cain, que caía sobria, recta, sobre sus hombros. Sonidos de besos, labios, jadeos contenidos y alguna frase entrecortada se oían a través de la puerta entreabierta, desde donde House las contemplaba, a través de la rendija, sin querer interrumpir el espectáculo.
Pero la mirada sedienta de Cain se fijó en él y le invitó a entrar, sin detener su baile ni apartar la vista del hombre desaliñado de ojos azules que las miraba desde fuera... Hasta que se decidió a entrar.