disclaimer: Los chicos de exo no me pertenecen. Esta historia es ficticia y sin fines de lucro.
personajes: chanyeol/yifan
lenght: 1,9k. one-shot
advertencias: híbridos.
rating: pg-13.
resumen: Yifan no espera salir alguna vez del refugio, resignado a no ser el mejor candidato para una adopción, con su tamaño y edad. Chanyeol llega para probarle lo contrario. (O de cómo Chanyeol obtiene un gatito arisco y temperamental.)
nota: FELIZ CUMPLE ALE I LOVE YOU OK. Te mereces más que esto pero yo estoy hasta el cuello con cosas así que para no dejarte pagando, te regalo lo que tengo hasta ahora de tu fic-regalo ;; ♥ Falta todo el smut por delante, pero no me olvidé, don't worry.
[moody kitty]
Yifan está en medio de su sesión de acicalamiento (sus orejas se ven desagradablemente opacas, culpa al polvo de la habitación) cuando uno de los trabajadores del refugio se acerca a hablarle. Es Yixing, con sus ojos gentiles y su hoyuelo adorable. A Yifan le gusta Yixing, no es escandaloso para nada.
-Yifan, disculpa que te interrumpa cuando te estás acicalando, pero necesito que me acompañes un segundo.
El híbrido suspira, decidiendo que sus orejas doradas pueden esperar un poco más y poniéndose de pie con lentitud pero elegancia. Se dice que lo hace solo porque Yixing es quien se lo pide, pero en el fondo se encuentra algo curioso. No todos los días sucede algo de interés en un refugio tan pequeño (y poco conocido) como el suyo. A este punto de su vida, está resignado a pasar el resto de sus años en este lugar, terminando siendo parte de un staff no oficial como todos los híbridos demasiado ‘viejos’.
Yixing lo conduce hasta la recepción, una pequeña sala de pisos de mármol fríos y paredes de un blanco perlado. Allí hay ya dos personas esperándolos, la recepcionista de turno y un hombre joven y alto que se gira a verlo con una sonrisa grande. Yifan tira de las mangas demasiado largas de su suéter, observándolo con desconfianza. Conocer a nuevos humanos nunca fue su actividad favorita.
-Él es Chanyeol, Yifan -Yixing hace una pequeña señal, como si dijera “adelante, salúdalo” y el híbrido frunce el ceño, moviendo su cola con inquietud y manteniendo los brazos cerca de su cuerpo en actitud protectora.
Chanyeol se lleva una mano a la nuca, y lucha por mantener su sonrisa en lugar. Está bien si las cosas no funcionan instantáneamente, sería irrealista esperarlo, de todos modos.
-¿Qué hago aquí, Yixing? -cuestiona el rubio, claramente listo para volver a su habitación y tomar una siesta larga en su cama.
Resignado a su actitud arisca, el ayudante suspira y le dirige una rápida mirada de disculpas a Chanyeol antes de volver su atención a Yifan.
-Chanyeol está aquí por la posibilidad de adoptarte Yifan, ¿qué te parece?
¿Qué me parece? El rubio se queda helado, cola moviéndose con más violencia en respuesta al conflicto de emociones en su interior. Cuando lleva años mentalizándose y haciéndose la idea de que la adopción ya no es una opción para él, tan grande en tantos sentidos y por ende poco atractivo para el tipo de personas que desean adoptar, le sucede esto.
Yixing siente su desesperación y lleva una mano cuidadosa a su pelo perfectamente peinado, rascando su cuero cabelludo con uñas cortas y acariciando los lados de sus orejas doradas con la habilidad de quien tiene años de práctica. Aquello lo relaja instantáneamente, arrancando ronroneos suaves de su garganta y volviéndole los párpados más pesados.
Chanyeol lo mira con cierta fascinación ahora, una de sus manos se abre y se cierra junto a él, como deseando poder estirarla y tocar la textura sedosa de sus orejas. Por supuesto, si acaso tuviera el valor de hacerlo, Yifan le arrancaría un dedo de un zarpazo. Tal vez Yixing se lo reprochara más tarde, pero ciertamente valdría la pena.
La recepcionista pasa el peso de su cuerpo de un pie a otro, esperando que alguien tome los papeles sobre el escritorio probablemente.
Yifan no siente menos ganas de salir corriendo. Creyó que ser adoptado sería el momento más feliz de su vida pero, cuando la situación se materializa frente a él, descubre que hay muchos detalles sobre los que no había pensado antes. Por ejemplo, ¿quién este chico de piernas largas y sonrisa grande? ¿Es un dueño amable o esa es sólo una fachada para esconder abusos o total indiferencia? ¿A qué clase de lugar va a llevarlo? ¿Qué pasa si en vez de ir a parar a una casa calidad, termina en algún lugar ilegal en el que hacen lo que quieren con él? ¿Qué garantías hay de que esto sea solo paranoia?
Nosotros investigamos a todo aquel que tenga interés en adoptar, puede oír la voz paciente de Yixing en su cabeza, jamás dejaríamos que alguien sospechoso se llevase a un híbrido.
Le cree. Pero su naturaleza felina lo hace extremadamente desconfiado.
A pesar de su actitud, Chanyeol no parece haber cambiado de opinión, ya que no devuelve los papeles, sino que acepta el bolígrafo que le ofrece la recepcionista y firma. Yixing firma también, recogiendo los papeles y guardándolos en una carpeta con una pequeña sonrisa.
-Una vez que el director lo haya firmado y sellado, la adopción será válida y podrás llevarte a Yifan a casa. Esto probablemente lleve una semana. Por favor, regresa el jueves que viene o serán anulados los papeles.
Chanyeol asiente, frotándose las manos y dirigiéndole una última mirada esperanzada a Yifan antes de salir del refugio.
Yixing se marcha a darle los papeles a la secretaria del director y la recepcionista se enfrasca tipeando algo en su computadora. Yifan no sabe qué hacer, permaneciendo en su lugar como si algo lo mantuviese anclado, debatiéndose entre sisear y gruñir o moverse hasta su habitación y rasguñar algunas almohadas. Lo más probable que esto último le gane algunos regaños pero, si de todos modos lo están echando en una semana, ¿qué importa?
Cuando Yifan se arroja sobre su cama, abrazando uno de los miles de peluches con que Yixing lo viene mimando desde hace años, comienza a caer en la cuenta de que la semana que viene ya no estaré aquí. Esta ya no será su habitación. Esta no será ya su cama. El armario no contendrá su ropa. El baño estará desprovisto de sus productos, comprados para satisfacer su lado más vanidoso (siempre se escuda usando su sangre felina). Antes de que se dé cuenta, hay pequeñas lágrimas cristalinas rodando por sus mejillas.
No está listo para decir adiós.
-
Yixing le rasca las orejas y le canta, o más bien tararea, una de sus canciones favoritas. En otra ocasión, aquello sería suficiente para reducirlo a un montón de huesos líquidos y ronroneos vibrantes. Ahora, por otro lado, cuando se encuentra esperando que Chanyeol venga a recogerlo para llevárselo a Dios-sepa-dónde, no hay nada que relaje la tensión de sus músculos y detenga el vaivén nervioso de su cola. Si alguien más se le acerca, lo más probable es que se encuentre personalmente con caninos demasiado punzantes y uñas demasiado afiladas. Para ser tan callado, Yifan puede ser el híbrido más temperamental del mundo si lo desea.
Se encuentra deseando que el humano no se presente, anulando así la adopción. Y sin embargo, la posibilidad de ser abandonado hace que una sensación desagradable se apodere de su pecho. Para los que apenas tienen algo, perder aún más resulta una crueldad innecesaria. Yifan ya había abandonado la esperanza, ¿por qué pisotearla cuando ya se encuentra derrotada?
-Cálmate, esta mañana llamó para confirmar. Va a venir.
Asiente, sin saber si esta nueva información es algo bueno o no.
Las puertas del refugio se abren y Chanyeol las atraviesa, buscando con la mirada hasta toparse con el ceño fruncido de Yifan. El humano sonríe, saludando a Yixing e ignorando el aura sombría que rodea a (¿su?) híbrido. Yixing le entrega una carpeta con certificados, documentos y otros tipos de papeleríos por los que Yifan ni se inmuta. Lo único que sabe es que el pulso se le acelera cuando los dos humanos se dan vuelta para mirarlo, señalando que es hora de empezar a moverse. Con las orejas pegadas a su cuero cabelludo, Yifan le dirige a Yixing una mirada tan patética que el ayudante inhala hondo y se esfuerza por no permitir que los ojos se le inunden de lágrimas. Recibe al híbrido entre sus brazos (Yifan es mucho más alto que él, y sin embargo, se comporta como si fuese más bajo, escondiendo el rostro en el hueco del cuello del ayudante) y le acaricia la espalda tranquilizadoramente, susurrándole frases como “vas a estar bien” y “voy a extrañarte”.
Le toma varios minutos a Yixing poder despegarse del híbrido del que cuidó por más de cuatro años, limpiándose los ojos discretamente con la manga de su camiseta y despidiendo a Chanyeol y a Yifan con una sonrisa llena de esperanzas.
“Vas a estar bien.” Mientras Yifan se coloca el cinturón de seguridad, ya dentro del auto de Chanyeol, repite las palabras de Yixing en su cabeza y utiliza la confianza ciega que le tiene una vez más.
-
-Um, entonces, ¿quieres ver tu habitación? ¿O te apetece tomar algo?
Yifan no responde, demasiado ocupado analizando sus nuevos alrededores con detalle. Chanyeol suspira, cerrando la puerta del departamento con llave y yendo a la cocina para servirles dos vasos de agua. Hace calor afuera por lo que, aunque no lo diga, Yifan debe tener algo de sed. Es su primera vez adoptando un híbrido, y quiere hacer todo de la mejor manera posible sin sofocar a Yifan.
El híbrido observa el vaso sin mucho interés, sentándose en el pequeño sofá que Chanyeol suele utilizar para relajarse y ver televisión cuando regresa del trabajo, y tomando pequeños sorbos que apenas le mojan los labios. Chanyeol no lo presiona, sabiendo que no puede salir nada bueno de ello.
La personalidad de Yifan no es nada como la suya y, si es sincero, no se esperaba decidirse por un híbrido felino, sabiendo lo ariscos que pueden ser estos. La mayoría de sus amigos esperan que se consiga un híbrido mucho más amigable, quizás un híbrido canino, que son los más populares en las familias. Pero Chanyeol estaba en busca de cambios, y además, es una persona notablemente impulsiva, por lo que no se había tomado más que quince minutos para decidir que aquel híbrido de orejas doradas que le daba vueltas distraídamente a un peluche mientras el resto hacía ruido a su alrededor, tenía que ser suyo.
Yifan también es hermoso, claro, lo que es más o menos un bonus a la adopción. No puede esperar a presumirlo ante el resto. Si es que logra que deje de tratarlo como a un potencial asesino serial, por supuesto…
-¿Te parece si te muestro tu nueva habitación ahora? -sugiere luego de largos momentos de silencio sofocante. El híbrido se encoge de hombros, dejando el vaso ahora vacío en un costado. Chanyeol lo toma como un sí y se levanta, caminando hasta el cuarto que se encargó de limpiar y amueblar especialmente para Yifan. Se da vuelta para ver si lo sigue, porque sus pasos son tan silenciosos que sus orejas humanas no podrían captarlos jamás, y sonríe al comprobar que así es.
-Pasa -invita, colocándose a un costado del marco de la puerta y señalando el interior. En el fondo se siente nervioso por la reacción de Yifan, y espera que todo su esfuerzo no haya sido en vano. Esos muebles costaron mucho dinero, aunque prefiere no pensar en eso.
Yifan olfatea el aire, sintiendo la esencia distintiva de Chanyeol por todas partes. Si esta va a ser su habitación, va a necesitar empezar a marcarla con su olor ya que de otra forma se sentirá siempre como un espacio ajeno. Roza la cabecera de la cama con dedos delicados y prueba la suavidad del cobertor, asintiendo para sí con satisfacción. Yifan odia las texturas rugosas, por lo que nunca podía dormir sobre algo así.
Nota con sorpresa que, en uno de los rincones, hay una pila semi-ordenada de peluches de distintos animales. Trata de enmascaras su entusiasmo con una expresión inmutable pero Chanyeol llega a ver el brillo de sus ojos cuando toma uno de los peluches en sus manos y lo restriega contra su mejilla, quizás para ver cuán suave es o para marcarlo con su olor. El humano sonríe, satisfecho. Sabía que había sido una buena idea.