A la luz de la lumbre...

Jan 15, 2012 13:38


CHALLENGE MITOLÓGICO, la primera semana

El templo de
mythfreaks_esp estaba alistándose desde hace varias semanas.

Las aves mensajeras habían partido a todas direcciones con ayuda de las diversas itinerantes, y muchos leyeron el mensaje del festival de escritura en honor de los antiguos mitos.

Aunque algunos iniciaron el camino hacia este, no todos llegaron. Pero quienes pudieron sortear los obstáculos; le han dado vida, historias, cuerpo, voces y emociones a dioses, criaturas y mundos que se habían creído perdidos en los anales de la historia.

En esta semana, el rumor en el templo no ha cesado ni en la oscuridad de la madrugada. Se ha dado llanto, risas, desesperación, besos, caricias, muerte... La música no tuvo final, las letras siguen y siguen, con diferentes ritmos y tonos. ¡La fiesta no ha parado!

Hasta hoy, cuando las sacerdotisas han decidido dar tiempo, espacio y respiro para otros viajeros que no alcanzado a llegar, o para los artistas que no han podido hablar con quienes ya conocen sus historias.

Ahora cojan sus palanganas con todo tipo de comida, vengan, llenen sus copas de bebida, siéntense al rededor de la gran hoguera... Deja que los juglares te relaten un poco de lo que se ha presentado y se sigue presentando, en este festival.

El rumor del viento mueve los árboles alrededor del templo, y la voz hermosa en la brisa acaricia las orejas de todos los presentes. Dice, distante y presente: “Sangre, dolor, pérdida y desesperación. Puede que parezca que nuestra señora Morrigan vive de eso, pero no se dejen engañar, porque hay más que cuervos y negrura en ella. Hay vida en la muerte, hay historias importantes por ella, cambios en el final, inicios y principios. Nosotros, los Celtas, bien lo sabemos.”

Dos pares de aplausos irrumpen en el templo. No vienen de los testigos, más bien desde la dirección del suelo libre que miran los presentes. La extrañeza no se deja de suscitar, cuando se dan cuenta de quienes se acaban de presentar. Nórdicos y Griegos juntos, ¡Lo que se puede ver en estos tiempos! Y llegan con más que amable amistad entre ellos.

El dios del norte truena su voz: “No hay peor tragedia que el saber que se va a tener un final terrible sin remedio, y el como será”.

El resplandeciente e imberbe sonríe: “Al menos para los que van a ser destrozados. Aunque te equivocas, no hay peor tragedia que amar para ser desdeñada, y de nuevo amar aunque sabes que vivirás, al final, en soledad”.

Ríe el dios del trueno: “¡Calla insensato, como si ustedes creyeran realmente que el amor es un mal, cuando se regocijan de él todo el tiempo!”.

"Si no se puede ni confiar en el amor de la familia", suspira el brillante, “al menos se puede aspirar al amor”.

Desaparecieron los dos dioses sin que hubieran terminado su conversación. El silencio se esparció y las personas iban a preguntar qué pasaba, cuando del fuego oyeron una potente voz:

“Oigan mis palabras, pues éstas son verdades. La voluntad de Dios es tan grande y sabia, que los hombres las llevan a acabo aunque su destino sea sufrir. Aún cuando una mujer lo pudo haber hecho para sobrevivir, eso no quita que haya sido usada para la voluntad de Dios... ¡Y cuidado de desobedecer! Porque hasta el que era el favorito de mis ángeles, sufre por haberlo hecho”.

De entre las personas, alguien rió y todos se sorprendieron por ello. Una mujer morena y vestida de negro fumaba como si no siguiera riendo, y solo comentó: “Al menos en algo estamos de acuerdo. La “santidad” de la venganza por haber sufrido una injuria, debe ser hecha aunque sea contra quien amaste”.

Nadie sabía quién era ella, y casi que creyeron que se había colado ahí. El descontento aumentaba, pero sin embargo, una anciana mujer, también morena y con gran aire maternal les dijo: “ Así como todos, ella es hija mía”. Los participantes e invitados le creyeron a la anciana, pero el ambiente, sin embargo, no mejoró.

Algo había en las sombras que el fuego no podía alejar. El desconcierto se acercaba cada vez más al miedo, y las sacerdotisas se dijeron entre sí que era mejor que esa noche dejaran el templo en soledad. No fuera que lo que trajeron los japoneses, decidieran hacer de las suyas con los participantes.

Llevando consigo palanganas llenas de comida, instrumentos de música, algunos barriles de bebida y varios rollos de papel; los presentes salieron del templo. Sin embargo, las sacerdotisas dejaron las puertas abiertas de par en par.

Porque, que por un día no se presenten nuevos artistas, es solo para que se puedan conocer las historias que se han estado presentado en esta primera semana de festival.

¡Mañana, mañana la magia vuelve con más!

bienvenidas, challenge

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