Oct 07, 2010 02:28
En una cálida tarde de primavera, una joven de costumbres aristócratas y refinados movimientos disfruta de su té de la tarde, cuando de repente un conejo enchaquetado atraviesa el patio a toda velocidad, la joven sorprendida lo sigue y cuando cree atraparlo cae entre las sombras de un gran agujero. Al despertar se encuentra en un lugar diferente, en un tiempo diferente, donde las máquinas han reemplazado al hombre y en el que la magia y la tecnología tienen difuminadas las fronteras.
Sin embargo, para la joven, un cambio en el escenario no altera su esencia, solo tiene que hacer unos cuantos ajustes, adaptarse nunca ha sido un problema, solo debe “recrear” su estilo con los materiales que encuentre en la época, al menos hasta que el conejo vuelva por ella.
Si bien siente añoranza por su hogar, sabe que no puede dar marcha atrás, y así sueña con los próximos lugares que conocerá. Ha escuchado los pasos del conejo y el susurro de la seda en el pasillo, con paso decidido se aproxima, levanta la mano y al atravesar la puerta una nueva aventura la espera…
Este tipo de vida puede ser un tanto solitario, pero si se mantiene vivo el espíritu de la época nunca faltaran espíritus afines con quien contar.
lolita