Título: Sin título
Fandom: Fullmetal Alchemist
Tabla:
25 InstantesClaim: Edward/Winry
Prompt: #22 Agua
Edward volvió a pasarse la mano por la frente para limpiarse el sudor y miró el cielo. El sol estaba en su completa plenitud, sin ninguna nube en el cielo tapándolo. Ed trató de quitarse la transpiración de su rostro otra vez y maldijo a Ling por convencerlos a él, Al y Winry de visitar Xing. No es que no quisiera ir allí, desde hacía tiempo que sentía curiosidad por el rentanjutsu y como esa niña no quiso enseñárselo, había pensado en ir al país de origen para aprenderlo. El problema simplemente era tener que atravesar el gran desierto que separaba ambos países. ¿Cómo habían hecho Ling y esa enana para atravesarlo solos?
Ed agarró la correa del camello que montaba y miró su alrededor. Ling, Ran Fan y Fu estaban en la delantera, dirigiendo al grupo mientras que Alphonse y Winry se encontraba a dos pasos suyos, hablando.
Sus ojos se concentraron en Winry. Sus manos se encontraban peinando su cabello lo más que podía mientras que con su boca mordía su goma para el pelo. Sus manos trataban de peinar sus pelos rebeldes sin éxito; a continuación su mano derecha agarró su goma y comenzó a hacerse una coleta. Gotas de sudor corrían en su rostro. Ed se fijó en una que comenzó a caer de su frente, pasando entre ambos ojos para dirigirse a la nariz, que terminaría en sus labios para que al final su labio se encargara de deshacerla al relamer su labio.
Edward sintió sed otra vez y tuvo que controlar sus manos para que no agarraran su cantimplora. Ling les había advertido que el viaje era largo y que había que suministrar las dosis de agua para que no se acabara. Pero, diablos, desde hacía una hora que tenía sed y si no tomaba algo ahora, terminaría por ceder a los deseos de sus hormonas y terminaría por besar los labios mojados de Winry para calmar su sed.
Inconscientemente sus ojos volvieron a dirigirse hacia Winry pero esta vez ella pareció darse cuenta que era observada y giró su cabeza para encontrarse a Ed.
-¿Ocurre algo, Ed? -preguntó con mirada curiosa. Nuevas gotas corrieron de nuevo a los labios de Winry y las incontratables ganas de besarla se hicieron más fuerte.
-¡Nada! -chilló Ed sonrojado mientras agarraba su cantimplora y tomaba algo de su agua.
Winry frunció su ceño y abrió su boca para decirle algo, pero Ling la interrumpió antes de que pudiese hacerlo.
-Chicos, será mejor que nos detengamos, ya está oscureciendo y los camellos están muy cansados para seguir -dijo el xinguense mientras señalaba las ruinas de Xerxes.
Ed suspiró y se bajó de su camello. Tal vez si dormía un poco dejarían de atacarles esos pensamientos.
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-¿Y ahora me dirás que diablos te pasa? -Edward se sobresaltó y miró hacía atrás para encontrarse con Winry. Ya todos se habían ido a dormir pero él aún no podía conciliar el sueño así que decidió dar una vuelta por las ruinas; y allí se encontraba, frente al tan conocido círculo de transmutación que se había encontrado hacía dos años atrás.
-¿De qué hablas? -preguntó haciéndose el tonto. Sospechaba de qué quería hablar, pero él no quería hacerlo.
Winry suspiró y se sentó en el piso. Ed la miró y la imitó.
-Desde hoy que has estado actuando muy extraño. No has hecho otra cosa más mirarme hoy, y cuando te pregunto qué te pasa, te sonrojas y tomas agua. -dijo Winry. Edward se sonrojó un poco y miró para otro lado-. ¿Qué diablos te ocurre?
Edward suspiró y se acostó. Bien, ¿qué podía decirle? “Veras Winry, por alguna extraña razón tengo ganas de besarte hoy”. Sí, claro. Todo era culpa del maldito calor y sus hormonas que decidieron atacarlo ese día.
Su mirada se dirigió a Winry de nuevo y se dio cuenta que aún ella esperaba una respuesta suya.
-No es nada. Sólo es el calor -dijo con voz baja. Bien, no era una mentira pero no le iba a decir la verdad.
Winry arqueó una ceja, sin creerle.
-¿Seguro que sólo es eso? -dijo con voz burlona. -Si no te conociera, diría que eras un pervertido mirándome.
Ed se sonrojó por enésima vez en el día se levantó con brusquedad.
-¡Yo no te miraba de esa forma! -vociferó mientras ella se reía a carcajadas-. Idiota.
-Vamos Ed, cuéntame que te sucede. No se lo diré a nadie, ni siquiera a Al.
Edward suspiró una vez más. Sabía que si no le decía la verdad, nunca lo dejaría en paz.
-Verás, no te lo quería decir porque… -Edward pudo sentir su rostro enrojecer, pero antes de que pudiera terminar, escuchó algo.
Ed se llevó un dedo a su boca y señaló con su cabeza un montón de piedras. Winry entendió el mensaje y se levantó. Ambos empezaron a caminar hacía la dirección señalada.
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-Ling, puedes separarte un poco y dejar de pisar mi pie -oyeron a Alphonse susurrar.
-Lo siento, pero es que no hay mucho espacio aquí. Tengo hambre, tal vez tendría que haberme traído algo para comer.
-¿Quiere que le vaya a buscar algo, joven amo?
-¡Excelente idea, Ran Fan! -exclamó Ling en otro susurró.
-Olvídalo, si comienzas a comer algo, mi hermano lo oirá.
-¿Acaso quieres que me muera de hambre? -dijo con dramatismo Ling.
-Eso sería una buena idea -dijo una voz que no le pertenecía a Al.
Los tres presentes levantaron su cabeza para encontrarse a un muy enojado Ed acompañado de Winry. Se había enfrascado tanto en su conversación que dejaron de prestarle atención al objeto de su interés.
-H… Hola Ed -dijo con nerviosismo Alphonse.
-¿Se puede saber que hacen ustedes tres aquí? -Ed estaba molesto, Al podía verlo.
-Oh, vamos, no se enojen. -dijo Ling, también nervioso-. Simplemente queríamos saber si se iban a declarar o algo.
-¿¡Qué si nosotros qué!? -gritó Edward con la cara convertida en un tomate. Winry también se ruborizó.
Ed dio un paso hacia delante y, advirtiendo el peligro, Alphonse y Ling se pararon y comenzaron a correr.
-¡Regresen aquí! -Ed iba a correr tras ellos pero Ran Fan lo detuvo.
-¡No te atrevas a hacerle nada al joven amo! -exclamó mientras sacaba un puñal.
-¡Fuera de mi camino! -gritó el alquimista mientras trataba de pasar sin éxito.
Winry suspiró molesta y, sacando su fiel llave, la lanzó hacía los dos que había corrido. El grito de ambos fue prueba de que la llave llegó a su objetivo.
-Idiotas -sólo musitó Winry.
-¡Joven amo! -gritó en horror Ran Fan y fue en su auxilio.
Winry comenzó a caminar hacia el campamento en busca de su cantimplora. Toda esta situación no hizo más darle sed.