Obsesionarse con un Original es malo

Jun 20, 2008 15:13



Se tambalea entre la fina línea de la indeferencia y la perdición. Ha perdido el norte, el alma, la cordura y ahora no es más que una conciencia vaporosa encerrada en un cuerpo vacío.

Y sonríe. Y llora. Y deja que las palabras, las preguntas y los sonidos fluyan a través de ella, la aturdan de ese modo tan delicioso.

De vez en cuando pasea la mano por la tierra, como acariciándola, sin dejar de sonreír. Se sume en un pequeño y dulce estado de inseguridad, duda y ternura.

Se engaña a sí misma. Se miente. Se oculta la verdad. Pero no lo sabe, porque ella no es más que una niña pequeña, un ser insignificante postrado a los pies de la muerte en persona. No sabe nada. No quiere saber nada.

¿Quién es esa persona tumbada a su lado? ¿A quién pertenecen esos ojos opacos, dorados, vacíos que hace horas que la observan en una mirada muerta?

La mano se crispa, araña la tierra. La mente se le bloquea como si las paredes interiores de la cabeza se contrajeran y le estrujaran el entendimiento.

Alguna vez oyó decir a madre que ella, Arín, había sido la más agraciada de las dos gemelas Twinlight. La más pura. La más cariñosa, la mejor hija.

La más perfecta. Un dulce ángel caído.

Pero los ángeles no cometen asesinatos, ¿verdad, madre?

No.

No…

Claro que no.

Por ese mismo motivo… ella no ha matado a madre. Ella no ha agarrotado las manos alrededor de la empuñadura de ese puñal que ahora duerme al otro lado de la estancia. Ella no ha arremetido en ira ciega contra esa silueta desconocida. Ella no ha hundido el arma en el pecho de su madre, de su propia madre. Claro que no. Sería absurdo.

Porque ella es perfecta. La más perfecta de las dos hermanas.

Por eso mismo, es imposible que haya sido ella. Ha sido… Ha sido Sam. Sí. Sí, eso mismo.

La imperfección siempre va acompañada de impulsividades. De sangre. De dolor.

Sam ha matado a madre. Sam. Sam…

Arín empieza a jadear, pero ni se da cuenta de que lo hace. Su mirada tan solo está fija en esos ojos vacíos y dorados que por fin a reconocido a quien pertenecen.

Madre…

Madre.

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Título: Máscara
Claim: Keith/Naike
Advertencias: ninguna.
Prompt: Luz









Vuelve el rostro hacia la ventana. La luz del amanecer, blanca, densa, se solidifica en sus pómulos, en sus parpados, en su tersa piel.

Sonríe. Las comisuras de sus labios se curvan dulcemente. Tiemblan. Keith quiere pensar que es porque sonreír a ella siempre le cuesta lo suyo. Sí. Nada que ver con tristeza u otro sentimiento camuflado.

De vez en cuando abaja la mirada y observa como Keith ciñe un brazo alrededor de sus pequeños hombros en ademán protector. Sin embargo, no hay luz en su mirada cada vez que la detiene sobre la del chico.

No hay sufrimiento. No hay oscuridad.

¿Pero esa sonrisa es sincera?

Keith suspira.

─¿Sabes que podías haber muerto, verdad?

La sonrisa se desvanece unos instantes para ser substituida por una mirada de confusión. Naike ladea la cabeza.

─¿Morir?

─Ajá.

Sonríe. Peca de inocente.

─Mike nunca me hubiera matado, Keith. Él es bueno.

Bueno, bueno… ¿por qué esa tendencia a clasificar las personas en buenas o malas? Oh no, claro, lo olvidaba. Sólo en buenas; para Naike, nadie es “malo”.

─Podías haber muerto… ─musita Keith una vez más, en voz grave.

La sonrisa de ella se vuelve un poco más trémula. Solo un poco.

─Pero estoy viva.

Keith abaja un poco la mirada para verla y, tal y como pensaba, Naike tiene la suya fija en la ventana.

El chico sospecha porque le oculta el rostro. Esa frase ha sido dicha de un modo demasiado tembloroso. Al fin y al cabo, nadie puede mantener una máscara por mucho tiempo. Que Keith sea un experto en mantener la suya de enfado no quiere decir que Naike sea una experta en mantener la de aparente felicidad.

+ + +

Título: La muerte de Keith Lawson.
Claim: Keith/Sam/Mike
Advertencias: humor malo (?).
Prompt: Sombra

─A ti te gusta…

Sam casi se atraganta con la coca-cola al oír la frase. Vuelve el rostro hacia Keith, que espera esa reacción con una sonrisa llena de sorna.

─¿Qué…?

─A ti te gusta. Mike, quiero decir ─entorna los ojos─. Te mola Mike Taylor.

Sam parpadea, indignada. Sin dudar, se pone en pie, tirando con el movimiento la bebida, que cae a sus pies y vacía el contenido sobre el asfalto como chocolate líquido. Una pena. Esa coca-cola a la que ha invitado a Sam ha costado su dinero.

─¡No, joder, claro que no! ¿A qué viene eso? ¿Me ves cara de maricón?

Keith enarca una ceja y sonríe interiormente. Perfecto. Está conduciendo a Sam justo por dónde quiere.

─¿Maricón? ¿Por qué lo dices?

Sam se cruza de brazos. Tiene la cara más roja que incluso el cabello cobrizo.

─¡A mí no me molan los tíos, claro que no! No soy ningún maricón ─dice, muy pagada de sí.

Keith suspira con resignación. En efecto. Sam sigue con su tontería de “soy un chico duro”.

─Sam, tú eres una chica… ─tiene la sensación de que es la enésima vez que repite eso.

─No, gilipollas. Soy un tío. ¿Acaso estás ciego?

Y Keith se obliga a comprobarlo una vez más.

Poca estatura, aún menos complexión. Cuerpo de gacela que Sam camufla con unos tejanos anchos, propios de raperos, llenos de cortaduras y manchados de tierra. Camisetas anchas, muy anchas, sin mangas. Brazos delgados y desnudos. Guantes de motorista. Gorra de béisbol, negra, ajustada a la cabeza. Ah, y un piercing en el labio y una bonita cicatriz en la mejilla.

Sin duda, quien la viera por primera vez pensaría que es un chico. Un chico enano, borde y ridículo, pero un chico.

Lástima. Keith tiene la prueba irrefutable.

Suspira una vez más y la deja caer, despreocupado.

─Anoche te espié cuando te fuiste a bañar a la laguna ─hace una pausa─. Eres una chica. Sin duda. Un poco plana y demasiado enana, pero eres una chi…

Keith se interrumpe al percibir que la enana está en silencio, muy en silencio. A su vez, una extraña sombra parece extenderse a su alrededor. Parpadea, confuso, y alza la mirada para encontrarse con la de Sam…

…y esa fue la muerte de Keith Lawson.

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Título: Salvación
Claim: Ethan/Arín
Advertencias: ninguna.
Prompt: Sonido

─Arín.

Su voz no duda. No es un tono preocupado ni indeciso, no carece de fuerza ni de intenciones claras. Es una voz grabe e inexpresiva. Una voz que conoce demasiado bien.

La ignora. O por lo menos, lo intenta.

Arín.

La chica suspira y gira sobre sus talones. Le encara… con la mirada clavada en el suelo. Es todo lo que puede hacer. No es capaz de sostener sus ojos verdes, fríos, oscuros. Simplemente, no puede.

─Te lo agradezco todo. De verdad ─susurra. Hace una pequeña pausa, respirando profundamente. Él se mantiene en respetuoso silencio─. Gracias por mentirme. Gracias por actuar como si yo realmente te importara. Fue bonito vivir engañada. Como mínimo… vivía. Pero… ─se muerde el labio inferior─ ya he visto que nada es como me imaginaba. No es tu culpa. Así que… simplemente, ignórame ─su voz adquiere un matiz suplicante─. Por favor.

Él no habla y el tiempo se escurre entre los dos, se solidifica como un muro invisible. Ella hace ademán de volver a girar sobre sus talones para alejarse del lugar.

Él la detiene aferrando su muñeca con la mano. Un agarre de acero.

Silencio.

─Yo jamás he mentido, Arín.

Son sólo cinco palabras. Cinco sonidos inexpresivos y vacíos, como todo lo que proviene de él. Pero, de algún modo, representan toda su salvación.

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Título: Reto
Claim: Mike/Sam
Advertencias: ninguna.
Prompt: pasajero

Se acerca con pasos energéticos y las manos en los bolsillos de los tejanos. Va cabizbaja y la visera de la gorra le oculta el rostro, pero Mike está seguro de cual es la expresión que luce en esa ocasión: su sonrisa oh-soy-la-más-guay-del-mundo.

Cuando se detiene frente a sí alza la mirada para verle a los ojos y el chico comprueba que, en efecto, Sam sonríe con prepotencia. Una sonrisa que supuestamente cualquier persona normal odiaría.

No él.

─Voy a besarte ─anuncia ella. Su voz no duda. Hace una pausa─. No te lo tomes como algo personal, es por una apuesta. Algo pasajero, ya sabes.

Mike finge alarmarse.

─¿Quién…?

─… Keith me ha retado. El niñato emo va a tragarse sus palabras.

El chico sonríe interiormente. Debe acordarse de construirle un templo a Keith más tarde.

Suspira y, mientras Sam se ve obligada a ponerse de puntillas por la diferencia de altura, Mike piensa en una fracción de segundo que, si por él fuera, ya pueden retar a Sam tantas veces como quieran.

Niña orgullosa.

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Título: Sonrisa
Claim: Keith/Naike
Advertencias: spoilers del final. Muerte de un personaje.
Prompt: Invierno

Le acaricia la mejilla con la mano. Sus dedos tienen la consistencia del aire, de la seda rota que se desliza sobre una fina capa de sangre. Yemas blancas, inmaculadas, en contacto con rojo. Se abren las heridas. Sólo le duelen a ella.

Le peina el alborotado cabello negro con los dedos. Keith siempre suele tenerlo mal peinado, con las puntas apuntando en todas direcciones. Es impaciente. Es desordenado. Son adjetivos que, de cierto modo, le confieren una ternura casi infantil.

Sonríe. Sonríe en su lugar, como él sonreiría si los papeles se intercambiaran. Sonríe. O al menos lo intenta ─sí, lo intenta con todas sus fuerzas. Primero tiene que hacer un esfuerzo por recordar cual era el mecanismo exacto que activaba los músculos de sus mejillas. Luego tiene que contraerlos y, al hacerlo, la tensión se acumula y se vuelve hielo helado debajo de su piel. Los labios escuecen. Duele. Duele mucho, sobretodo por dentro.

Pero resiste. Porque siempre le han dicho que las chicas mayores sonríen ante las adversidades. No lloran.

No lloran.

Nunca…

Suspira.

Keith. Keith, tan impulsivo, él. Tan enfuruñado. Tan temerario e intolerante, que no duda en lanzarse de cabeza a las mayores idioteces a ojos de los demás. Injusticias, a ojos de él.

Es normal que, después de haberse enfrontado con el que probablemente es su más perfecto enemigo, haya terminado de ese modo. Agotado, exhausto, dormido. Tumbado en el suelo, inerte y sumido en la inconsciencia.

Porque está inconsciente. Claro. Su corazón late.

Leo se acerca por detrás. Arrastra una sombra casi solemne, de respetuoso silencio y gravedad. Por desgracia, Naike sabe que eso no es posible. Los silencios de Leo son siempre burlescos. Nunca respetuosos.

Keith dormido, sólo eso. Dormido. Su corazón late…

─Pierdes el tiempo con él, criatura. No va a volver a abrir los ojos nunca más.

…¿verdad?

claim: keith/naike, comu: fanfic100, claim: arín, tabla: 100prompts, claim: mike/sam, fandom: vidas paralelas, claim: ethan/arín, claim: keith/sam, tema: het

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