(no subject)
Es Nochevieja. Mi primera Nochevieja en Madrid. Hace unos meses, cuando parecía inevitable que me tuviera que quedar aquí en estas fechas, todo eran grandes planes e ilusiones para esta noche. Ahora mismo, me encantaría que ya hubiera amanecido el día 2 o incluso el 3 si me apuras un poquito.
Me encantaría no haber crecido; no tener un vestido esperándome encima de la cama con las medias, botas, colgante y pendientes a juego y que probablemente se vuelvan a la armario antes de salir de casa. Me gustaría que mi única ilusión para esta noche fuera ver a alguno de mis grupos favoritos cantando en playback en cualquier gala estúpida de las que ponen esta noche en televisión.
Me gustaría que, de haber crecido, no hubiera llegado más lejos que a las peleas típicas por el baño con mi hermana para terminar primero de arreglarnos y esperar a que Noelia viniera a buscarme para terminar en cualquier bar cutre en el que regalen cotillón con la sidra.
Todo ha cambiado y ahora estoy en una oficina con ganas de llorar, contándole mis paranoias a cualquiera que me pregunta qué me pasa con el riesgo de que toda la población mundial conozca mi desequilibrio; escuchando como a todo el mundo le suena el móvil y sonríe; viendo cómo la sinrazón es más fuerte que yo y dándome cuenta de que mi vida es consecuencia de mi estado mental y de mi necesidad de hacerme daño.
Alguien me dijo hace poco que el próximo año será mejor...y yo no pude contestar otra cosa que "hombre,ya, porque peor no va a poder ser".
Feliz noche.
Me encantaría no haber crecido; no tener un vestido esperándome encima de la cama con las medias, botas, colgante y pendientes a juego y que probablemente se vuelvan a la armario antes de salir de casa. Me gustaría que mi única ilusión para esta noche fuera ver a alguno de mis grupos favoritos cantando en playback en cualquier gala estúpida de las que ponen esta noche en televisión.
Me gustaría que, de haber crecido, no hubiera llegado más lejos que a las peleas típicas por el baño con mi hermana para terminar primero de arreglarnos y esperar a que Noelia viniera a buscarme para terminar en cualquier bar cutre en el que regalen cotillón con la sidra.
Todo ha cambiado y ahora estoy en una oficina con ganas de llorar, contándole mis paranoias a cualquiera que me pregunta qué me pasa con el riesgo de que toda la población mundial conozca mi desequilibrio; escuchando como a todo el mundo le suena el móvil y sonríe; viendo cómo la sinrazón es más fuerte que yo y dándome cuenta de que mi vida es consecuencia de mi estado mental y de mi necesidad de hacerme daño.
Alguien me dijo hace poco que el próximo año será mejor...y yo no pude contestar otra cosa que "hombre,ya, porque peor no va a poder ser".
Feliz noche.