Hace unas tres o cuatro reuniones familiares políticas atrás, descubrí los beneficios de “estar arriba de la pelota”.
La primera vez fue en casa de unos tios y lo pasé chancho jugando con un juguetito de la prima más chica de B, niñita hermosa a la que adoro. La segunda vez fue en navidad... me tomé un vaso de mangosauer y el mundo cambio... aunque debo decir que esa noche la compañia de la cena fue encantadora y lo hubiera sido sin mangosauer.
En fin... un vasito de manquehuito, una lata de cerveza o unos sorbitos de vino hacen de cualquier velada una experiencia liviana y feliz. Me río de los chistes, estoy más abierta a l@s demás, lo paso bien mirando como una barbie da vueltas en un vaso y todos los temas parecen interesantes.