La poesía es un autoretrato de ficción....

Jun 03, 2004 13:20

Hoy encontré una poeta que se llama María Rosal. Pienso que algunos de mis amigos van a entender la magnitud de estas poemas...

INVENTARIO

Hagamos inventario:
La suma de los días,
La indiferencia,
Las sonriasas de archivo,
Los hijos, la familia.
El amor, apuntalado,
La libertad, bajo fianza.
El dolor, adormecido.

No se admiten los cambios
Después de transcurridos veinte días.

Es tarde y hace frío.
Recomponer el gesto,
Sufrir con elegancia
Es la única receta
Para los que crecimos
Sin manual de instrucciones.

Mea Culpa

Soy bastante insufrible, lo confieso.

Me importan pocas cosas y a menos me dedico.

Que Juegen con mi tiempo me molesta. O que
Alguien se aburra y destape a mi lado los
Rayos y los truenos de so desasosiego.
Odio que me convoquen a reuniones, que me lean
La cartilla. O que esperen de mí-no sé- la
Luna.

Vivir conmigo puede ser difícil. Ya lo aviso.

Tampoco yo me aguanto muchos días

En el trato a que jornal obliga suelo ser cumplidora
aunque padezco mal a los orguas. En la
amistad, a veces me impaciento, pido o doy
sin mesura.
En el amor, prefiero reservámelo por las reglas
del juego contra la tranparencia.

Defiendo a las mujeres aunque a algunas no
puedo soportarlas. Con los hombres me
entiendo de una manera práctica.

Conservo mis manías no tanto por carácter como
por constumbre, quizás supervivencia.
Me gusta la rutina, madrugar, escribir en mi casa,
Sin poses de poeta en las cafeterías.
Odio los sobresaltos, aunque hay días en que
Añoro tres gotas de locura en la solapa.

Como hace tiempo suscribiera un pacto de no
agresión con la neurosis puedo decir que
apenas si he sufrido daños colaterales en
alguna estación propensa al extravío.

Para las paranoias uso métodos drásticos, todavía
en proceso de experimentación.
Mi verdad se reparte:
Corazón y coraza,
Una pizca sutil de pimienta y cinismo. Y poco
más: la carne, la piel, el sistema nervioso...Un
algo de esperanza, otro poco de olvido.

y para mi padre....

Sentencia

En esas horas en las que pagaríamos por falsos
Testimonios, no es posible el recuerdo.
No la confligración serena de los elemento.
Importa mirar hacia delante y que los
abogados defiendan por nosotros los errores.

En el banquillo, incómodos, como quien lleva
chinas en so propio zapato aguardamos
medrosos la sentancia.

Habremos de vivir, pagar en años la deuda
Incuestionable de
La vida.
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