Héroes

Jul 30, 2009 19:32


Mmm... esto no pretendía ser tan melancólico. Escrito para el meme de x-cursive por el cumple de Neville, pero creo que va más de acercarse a los 30 que de Neville per se (la culpa la tiene JK por meter a Neville con Hannah en uno de sus wtf más memorables, y por el puto epílogo del mal).


Héroes

Hoy cumple 29 años.

29.

Uno más y serán 30.

Hay fiesta esta noche en El Caldero Chorreante, con viejos amigos y nuevos compañeros, y quizá incluso algunos de sus alumnos ya graduados.

Neville Longbottom, profesor de Hogwarts.

Quién iba a decirlo.

Neville Longbottom, héroe de guerra, dice una vocecita en su cabeza sospechosamente parecida a la de Ginny (y puede percibir la risa en el tono). Se sacude la idea y vuelve a concentrarse en la túnica y el espejo.

(Envió una lechuza esa mañana, una especie de aullador de pica pica y serpentinas. Es una tendencia que heredó de los gemelos, sin duda. Hannah se río como loca. Fue la mejor lechuza del día.)

Seguro llegará pronto, con Harry, Ron y Hermione. Beberán un poco, reirán bastante, contarán historias y escucharán las historias de otros... y luego, cuando la noche haya avanzado lo suficiente y todos estén ocupados en sus propias conversaciones, Ginny lo cogerá del brazo con toda la naturalidad del mundo y lentamente, sin lugar a reclamos, lo llevará afuera. Se sentarán a mirar las estrellas y se contarán otras historias, las verdaderas, las que no se le cuentan a cualquier viejo conocido en una fiesta. Ginny preguntará "¿cómo van las cosas con Hannah?", en ese tono meloso que quiere decir "¿cuándo vas a dejar esta farsa, Neville?" Y no habrá reproches, ni medias verdades cuando Neville responda "¿cómo van las cosas con Harry?" y quiera decir "¿ya te cansaste de jugar a la esposa perfecta del héroe del mundo mágico?"

No es que no quiera a Hannah. Y, desde luego, no es que Ginny no adore a Harry y a los niños. No es que no les gusten sus respectivas vidas. Es sólo que las elecciones parecían más simples cuando todo era blanco y negro, Mortífagos o Dumbledore, pelear o desaparecer. Últimamente, parece que para todo hay demasiadas opciones y ninguna.

Llegado este punto, hablarán de Luna, inevitablemente. Dónde estará hoy, qué estará haciendo, cuándo fue la última vez que alguno supo de ella, qué les diría en ese momento.

"Que cuando los antiguos habitantes de Gnar decidieron que querían una vida diferente, enterraron toda la ciudad bajo el lago para dedicarse a vagar por el mundo, y que les fue muy bien," dirá Ginny  (o algo así).

"Los antiguos habitantes de Gnar no tenían que preparar el próximo curso, obviamente," dirá él. A lo que Ginny no tendrá como responder, porque los antiguos habitantes de Gnar han de haberse llevado más de dos niños a la espalda en sus viajes por el mundo, y de seguro tenían bastantes menos recursos que los Potter.

Ginny hablará de sus planes. De viajar, de escribir. Hablará de Harry, y de alguna manera, eso la llevará a hablar de Luna (y Neville volverá a hacerse esa pregunta que queda siempre en el aire). Neville hablará de sus alumnos y se iluminarán los ojos. Hablará de Hannah y lo difícil que es mantener una relación cuando uno pasa 9 meses del año en un castillo perdido en Escocia (Ginny sonreirá y no preguntará "¿y no será por eso que te pasas 9 meses del año en un castillo perdido en Escocia?"). Hablarán de la guerra, del Ejército de Dumbledore, de las cosas que no han cambiado en el mundo mágico y los orígenes de la violencia. Hablarán de ser "héroes" y el peso que conlleva, de las vidas que tal vez hubieran querido, si se hubieran parado dos segundos a pensar en ello.

Es diferente para Ginny. Todavía se le iluminan los ojos cuando habla de Harry, ya sea de ilusión por un detalle que tuvo o de rabia por uno que dejó de tener. Todavía hay fuego. Todavía hay ganas. Está harta de la rutina, de la calma, de lo establecido. Está harta, porque de otro modo, no sería Ginny Weasley. Ginny nació inconforme. Intensa. Atrevida. Lo que necesita es sacudirse la imagen de esposa perfecta y empezar una revolución (Neville sospecha que cuando eso pase, Harry será el esposo más feliz que haya tenido jamás una revolucionaria, y se lo dice a Ginny cada vez que puede).

Él, por otro lado, no se siente revolucionario. No nació inconforme. No nació atrevido. Aprendió a enfrentar la vida en medio de una guerra, y ahora que no hay guerra no sabe qué enfrentar. Le gusta enseñar. Le gusta El Caldero. Le gusta Hannah. Es solo que a veces se pregunta qué otras cosas le gustarían si se hubiera dado el tiempo de conocerlas.

29.

Ya es un adulto.

Tiene responsabilidades y estabilidad, y le preocupa no recordar de dónde salieron.

Un toque en la ventana lo trae de vuelta al espejo. Ha recibido lechuzas todo el día (algunas de amigos, otras de estudiantes, demasiadas de funcionarios buscando congraciarse con el "héroe de guerra"). Pero ésta no es una lechuza, y eso le ilumina el rostro inmediatamente. Se lanza sobre el pájaro de colores y abre la carta. La caligrafía alargada de Luna no deja un espacio vacío en el pergamino, hablando de nargles y velos, descubrimientos y teorías, cada línea un sinsentido y una verdad innegable.

Cumplir 29 debe ser difícil, dice. Tantos años encima, uno detrás del otro. 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8... yo ya quiero cumplir 30 y empezar de nuevo. Hay tantas cosas que no puedo hacer con 28... Pero en cuanto cumpla 30, corro por ellas. Qué suerte tienes, Neville. Ya estás tan cerca...

Es imposible dejar de escuchar a Luna, una vez que aprendes cómo hacerlo.

El próximo año.

El próximo año, cómo sea, coge a Ginny de los pelos, toma vacaciones y se van los 3 a prenderle fuego al mundo.

neville, harry potter

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