La vida imita al fandom

Nov 23, 2006 17:32

Ayer, en un instante de iluminación mística, descubrí que la verdadera razón por la que mi ex y yo no podemos pasar 10 minutos en el msn sin sacarnos los ojos, es la más pura y cristalina UST.

Con lo cual se comprueba, una vez más, que la ficción no es mentira, que la vida imita al fandom de elección, y que todas las cosas importantes (o por lo menos la mitad) se aprenden leyendo fanfiction.

Hace poco circulaba un meme (y si alguien me explica qué es un 'meme', se lo agradeceré infinitamente) que nunca terminé de entender, porque cada quién lo desarrolló más o menos como le dio la gana (y qué bien). Pero el rollo era algo así como describir tus fandoms en una frase. Y para darle mi propio 'twist' prefiero, en lugar de describir mis fandoms, describir lo que me hacen. Porque así como la vida imita al fandom, el fandom se entrelaza con la vida hasta que un día es imposible pensarlos por separado.

- El amor que siento por Laberinto es saberme comprendida. Es otro mundo fantástico (otro, y no el mío), otra viajera involuntaria, otros compañeros de aventura (y la misma magia). Es repetir el viaje, 20 años después, y descubrir que el viaje creció conmigo. Es regresar a casa de la mano de Jareth, que enfrenta dragones con una capa en todos los tonos posibles de rojo (es regresar a casa).

- El amor que siento por los Fraggle es el primer sueño en el que apareciste (y el jardín de la bruja de los nabos). Es la torre infinita que es un pueblo, con ventanas y escaleras de arpillera (en el que quería vivir). Son los túneles por los que me deslizo, explorando y construyendo mundos subterráneos (y una comunidad que excava camas en las paredes, que baila alrededor de la fogata, que vive en comunidad).

- El amor que siento por Sakura es un amor más definido (y está irremediablemente ligado a ti). Es Syaoran vestido de verde, espada en la mano, con ese gesto (ese) que estoy segura de que hiciste alguna vez. Es Syaoran apoyado en la pared, las manos detrás de la cabeza, fingiendo que no le interesa (y Sakura que no se entera). Es Touya (inevitablemente)... frío, desapegado, íncreíblemente masculino Touya. Es Touya enamorado de Yukito (y los gritos que pegué el día que me dí cuenta).

- El amor que siento por La Mascarada es una mirada que me consume desde el otro lado de la habitación. Es comprender por fin por qué te siento en la sangre. Es jugar a tu mundo, y sentirte tan cerca... (y saber que sí, que por supuesto, que siempre hay lugar para una nueva obsesión). Es segundo de media de nuevo y mi primer intento de historia, jugando a describir a mis amigos en uno de mis mundos paralelos. Es jugar a los estereotipos y dejarte asignar los clanes.

- El amor que siento por Harry Potter es la fuerza que me hace escribir. Es terminar la Orden del Fénix y saber que ESTO NO PUEDE QUEDAR ASÍ. Es el amor-odio más grande por la mujer que me dio un mundo (pero se lo quitó a aquellos que amo). Es tomar el destino en mis propias manos (o dejarlo en manos de alguna fangirl). Es la razón por la que estoy aquí. Es Sirius comiéndose a besos a Remus... y saber que si Rowling no los ha visto, tiene serios problemas de visión. Es pasarse 400 páginas pensando 'quiero volver a tener 15 años y ser así'. Es leer la historia de un mundo oscuro, de discriminación e intolerancia, de la lucha por el cambio, del amor como fuerza revolucionaria... y reirme bajito de los que creen que es la historia de un niño que mata al 'malo'. Son James y Sirius y Remus y Peter, que se extienden al infinito y no mueren nunca (y saber que nunca los dejaremos morir).

Y en el OTF (One True Fandom) de los OTF... (y es que así como el fandom se enreda en la vida hasta que es imposible separarlo de ella... la vida real es el fandom por excelencia)

- El amor que siento por la noche son 54 vidas juntos sin alcanzar la armonía, y de pronto, en un segundo, ser lo único que tiene sentido en el maldito universo. Es que te quiero tal como eres, pero si fueras diferente, te querría tal como eres. Es una mirada sostenida por 14 años en el descanso de una escalera. Es Remus muriendo de amor, y Sirius que no se entera. Es la risa de Victoria en la puerta del cine, cancelando la habilidad de un Ventrue para decir que no. Es tu lengua que invade y acaricia, y tus ojos que invaden y acarician, y penetran, y queman, y atraviesan. Es una puerta negra, y detrás está el sol (y sé que me quemaría... sé que la puerta está cerrada por mi propia protección). Es un beso, y una orquídea, y un susurro... y Arturo preguntando '¿qué es la belleza?' a las 4 de la mañana (y una chica en la sala de tu casa, que se convierte en la historia de amor más bella jamás contada). Es la tristeza de fondo y el instante en que se rompe. Es comprender lo que dices sin entender tus palabras. Es el camino sinuoso, de subida, complicado... y que no lo quieras simple. Es tu palma contra la mía, los dedos entrelazados (y la infinita sabiduría de los pingüinos).

- El amor que siento por el sol es morir en el intento y que valga la pena. Es partirte la cara en sueños porque, maldita sea, escoges el purgatorio sabiendo perfectamente que te seguiría al infierno (por la rabia inevitable de saber que entre el aire y yo, eliges el aire). Es una sonrisa que ilumina el cine, que ilumina la semana entera. Es Sirius frotándose contra el cuerpo de Remus, pasando toda la lengua por su rostro, como un perro. Es una mañana de abril (que cayó sobre tus ojos), y un diamante que intenta brillar de nuevo (pero tú te pierdes dentro de tus lágrimas, y la distancia... la distancia a la mierda). Es que te bebas el semen de mi boca, y comprendas que no se trata de sexo. Son 14,446 horas de palabras entretejidas (y que todavía quede tanto por decir). Son los detalles que recuerdas, y el fondo que no ves. Es perderme en ti (perderme), y ser feliz sin mí. Es no tener que tocarte para sentir tu piel. Es la vida que se reescribe en cuento de hadas, que se reescribe en cuento de miedo, que se reescribe. Es comprender por fin el principio de la magia, y que el principio de la magia sea hacerte el amor.

- El amor que siento por ti, es el amor más grande. Es descubrir qué carajo era el amor. Son 20 años de pensar que lo sabía todo, 9 meses de jugar a saber algo, y unas manos diminutas (una boca, una nariz, las cejas de mi hermano) mostrándome en un instante que no sé nada (que se puede ser fuerte y terriblemente frágil, que la vida empieza, que no estoy sola). Es la perfección (y la perfección era un rostro en miniatura, abriendo los ojos negros). Es la guía, el futuro, la consigna. Es la razón para el cambio. Es tender los pareos en el jardín en verano y caminar descalzas. Es que me cueste dormir sin una pierna atravesada en la espalda. Es un pollo que engaña al destino para volar, nadar y cantar (y un gallo negro y un gallo rojo, y una princesa con una estrella de prendedor). Son los abrazos de noche, y los abrazos de mañana (y los abrazos, los abrazos, los abrazos por consigna). Son tu cabello y mi cabello, tus manos y mis manos, tus gestos y mis gestos, tu genio y mi genio, tu llanto y mi llanto (y encontrarme en tus ojos, como en un recuerdo). Es saber que el mundo queda en buenas manos (y que los osos polares serán siempre más importantes que el juguete de la 'cajita feliz').
(Nota para eshatter: No me olvidado de los vampiros, lo juro. Mañana subo el segundo vicio.)

la vida es fandom

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