Vicios ^^

Jun 24, 2007 03:57

Vicios ^^. Ya los tenía muy abandonados.

El primero va de Peter. Porque hay todavía tanto que decir sobre Peter...

El segundo va de apuntes. Yep. De los apuntes de
deraka , para ser exactos (y de Sirius celoso y Remus que no se atreve a enterarse ^^).

Ojalá les gusten ^^.

*

Colagusano
Vicio #13 - Hablar

- Dicen que es dificilísimo.

- A mi tío le tomó dos años. Pero su supervisor le contó que una vez alguien lo consiguió en quince meses.

A mí me tomó tres años, pero no tuve supervisor y empecé a los doce.

Eso las sorprendería, seguro. Dejarían de hablar del tío de Violeta y empezarían a prestarle un poco de atención. Mucha, mucha atención. Porque, ¿cuántos Animagos ilegales de dieciséis años pueden haber conocido en su vida?

Animagos. Tarea extra de McGonagall para levantar la nota del último examen. Cómo consigue transformarse en rata él mismo, pero es incapaz de transformar en rata un alfiletero, es algo escapa a su entendimiento. A lo mejor es que lo ponen nervioso los exámenes, con toda esa gente mirando, y la vocecita en el fondo de su cabeza repitiendo "McGonagall te odia... McGonagall te odia..."

- ¿Qué animal es tu tío?

- Un conejo.

- Dicen que los animales pequeños son más fáciles.

¿Ah, sí? Me gustaría verte intentarlo.

- Sí, eso había leído. Pero, de todos modos... ¡un Animago! Eso no lo hace cualquiera, no importa el tamaño.

Gracias.

Le gusta esta chica. Reconoce el esfuerzo ajeno.

Cierto, Colagusano no es Cornamenta. No avanza orgulloso por el bosque, no corre como el viento, y de ninguna manera podría mantener a raya a Lunático. Tampoco es Canuto, que salta y ladra y hace que a uno le provoque rascarle tras las orejas. Pero es Colagusano, pequeño y útil, que puede esconderse bajo los muebles y alcanzar rincones inalcanzables. Nunca hubieran terminado el Mapa sin Colagusano metiéndose en los dormitorios de otras casas entre las piernas de algún estudiante. O en el dormitorio de las chicas.

Un Animago ilegal de dieciséis años.

A veces sueña que llega al examen y no recuerda ninguna de las respuestas. O que entra al Gran Comedor y se da cuenta de que va en ropa interior. A veces sueña que nadie lo recuerda, que va por la escuela gritando "¡mírame, soy yo, me conoces!" pero nadie reacciona. Y a veces sueña que James empieza a soltarlo todo, y Sirius, y Remus, y cuando él quiere gritar "¡yo también! ¡yo también soy un Animago!" no le sale la voz. La gente lo mira como si estuviera loco, mientras gesticula sin emitir sonido.

Vivir con el secreto es diferente para los demás. Todos tienen algo que los hace especiales. James tiene el Quidditch. Sirius (le guste o no) se apellida Black. Remus es Prefecto. Y no es sólo eso. James y Sirius no necesitan ser Animagos para probar que pueden hacerlo. Sólo él. El único Animago de dieciséis años que tiene que hacer tarea extra para aprobar Transfiguración.

- Bueno, chicas, las dejo.

- ¿Terminaste?

- No. Termino mañana temprano.

Lo miran con ese gesto. Ése que dice 'eres un mediocre'. Ése que dice 'no entiendo cómo puedes ser amigo de Black y Potter'.

No me voy por mediocre. Me voy porque éste es el único ensayo que puedo hacer en diez minutos sin mirar un libro. Me voy porque todo esto ya lo leí en tercer año.

Pero no puede decirlo. Así que coge la mochila y sale de la Biblioteca.

Lo peor de todo, es que es mentira. Que probablemente necesite ayuda de James para terminar el ensayo, y ni siquiera obtenga una muy buena calificación.

Cómo es eso posible, no consigue entenderlo.

*

Apuntes
Vicio #20 - Escribir

- Esa chica quiere algo contigo.

- ¿Qué chica?

- La de los apuntes.

- ¿Qué apuntes?

- Los tuyos, Lunático, los tuyos.

- ¿La chica de mis apuntes? -Remus lo mira confundido. Sirius siempre ha sido algo extraño, pero desde que se fue de casa está más raro que nunca.

- La Ravenclaw... ésa de los apuntes de Aritmancia... ¿Clarissa? ¿Lucinda?

- ¿Clara McMillan?

- Ésa.

- Podrías saberte su nombre, su madre es pariente tuya.

- Todos los putos magos de sangre pura en Bretaña son parientes míos, Lupin... no esperarás que me sepa el nombre de todos.

Y cuando dice cosas como ésa, tiene un acento tan arrogante, y una mirada tan altiva, y una actitud tan Sirius que Remus no tiene corazón para decirle lo 'Black' que queda la escena en conjunto.

- En todo caso, le gustas.

Remus sacude la cabeza.

- Nunca hemos cruzado más de tres palabras.

- ¿Desde cuando hace falta hablar? -dice Sirius, y su mirada está tan cargada de todas las cosas primarias y peligrosas que le gustaría hacer en lugar de 'hablar', que a Remus se le seca la boca y le tiembla todo por dentro.

No es la primera vez que lo mira de esa manera, casi como una invitación. Remus está a punto de colarse por los labios entreabiertos cuando Peter entra a buscar un libro y rompe el momento.

Sirius sigue hablando, sin siquiera voltearse a mirar a Peter (pero con un claro cambio de humor en la voz).

- Si no le gustas ¿para qué te pide los apuntes?

- No lo sé... -Remus se fuerza a salir de los ojos de Sirius y volver al terreno seguro de la amistad sin pretensiones.- Pero se me ocurre una idea descabellada... ¿para estudiar?

Sirius levanta una ceja.

- ¿Tus apuntes?

- ¿Qué tienen de malo mis apuntes?

- No jodas, Lunático. Tus apuntes los entienden tú y tu madre.

- No es cierto. -También los entiende James, con algo de esfuerzo.

Remus es el mejor tomando apuntes detallados. Cada palabra, cada ejemplo, cada gráfica explicativa de cada proceso posible. Sus apuntes son brillantes. Todo lo que haya sucedido en el año puede encontrarse en los apuntes de Remus... Si uno es capaz de atravesar el laberinto y resolver el enigma de la Esfinge. Escritos en los márgenes, gráfico sobre gráfico, letra menuda entre líneas (para leer con lupa). A Remus le gusta leer entre líneas, le gusta el subtexto, le gusta repasar sus apuntes y agregar datos relacionados, no dónde los menciona el profesor, sino dónde él considera que deberían ir. Los apuntes de Remus son un mapa a su mente. Sentado en la cama de Remus (perfectamente tendida), buceando en su baúl (perfectamente organizado), observándolo vestirse (siempre con la camisa por dentro del pantalón y la corbata anudada), nadie creería que los Apuntes Laberínticos del Infierno pueden haber sido tomados por la misma persona. Es una de esas cosas que sacan de quicio con respecto a Remus, hasta que te acostumbras. A Sirius le fascina. Son pocos los momentos en los que puede ver el 'otro lado' de Lupin, y los aprovecha cómo puede.

Sirius, por supuesto, no toma apuntes. No pide apuntes. No necesita apuntes. Se sienta, escucha, coge algún libro la tarde antes del examen para refrescar conceptos, y saca una O. ¿Transfiguración? Es un puto Animago desde los 15. ¿Encantamientos? Práctica todos los días, contra el Slytherin de turno. ¿Defensa Contra las Artes Oscuras? Creció en la Casa Black. Toma notas de libros de vez en cuando, enfrascado en algún proyecto monstruoso e incomparable (convertirse en Animago ilegal, crear un mapa que muestre los movimientos de todo Hogwarts), y todo hay que decirlo, son bastante buenas. Pero ¿perder el tiempo con apuntes de clase? Ni que hubiera venido a Hogwarts a estudiar...

El que pide apuntes indefectiblemente es Peter. Y no es que los suyos sean malos. Es una cuestión de inseguridad, probablemente. O de comodidad, tal vez. No le pide los apuntes a Remus, por supuesto, a menos que Remus tenga toda la tarde para sentarse a estudiar con él, traducir el arameo antiguo que puede ser su letra por momentos, explicar la relación subyacente que ha llevado las fechas de las guerras nórdicas a la misma página que las celebraciones romanas de fin de cosecha, trazar el camino del laberinto y redibujar el enigma de la Esfinge, paso a paso. No. Peter le pide los apuntes a James, que anota cosas sueltas en clase y luego hace la cosa más espectacular que Peter haya visto en la vida (otra vez).

Va y traduce los apuntes de Remus a lenguaje humano.

No. En serio.

Los coge, los copia con una pluma encantada, y empieza a lanzar hechizos. Pone las notas al margen a pie de página, inserta los agregados en el texto, separa los gráficos para mostrar su construcción paso por paso (y si está inspirado, los anima), agranda la letra menuda, resalta datos en tres colores según criterio de importancia (criterio de James, no de Remus)... Ya por lucirse, enumera las páginas y las organiza en cuadernillos por tema.

Es un espectáculo. Peter mira con la boca abierta y dice 'oh' y 'ah'.

Y es que todos conocen los hechizos (estuvieron allí cuando James los inventó, en los primeros días de trabajo para el Mapa del Merodeador), pero sólo James parece cogerles el truco (y si algún otro lo intenta, termina con una sopa de letras a color). Sirius dice que es porque, para dirigir los hechizos, hace falta entender los apuntes... y por muy brillante que sea, hay cosas que escapan incluso a su inteligencia. Nunca los pide, nunca los usa. A veces, cuando algo se le escapa, va y le pregunta a Remus, que se sienta con él en la sala común a explicar los Gráficos Malditos de los Apuntes Laberínticos del Infierno y traducir arameo antiguo. Cuando Peter le pregunta por qué no va y le pide los apuntes mejorados a James, responde que no necesita traducciones baratas si tiene la fuente original en la cama de al lado. A Peter le parece que es el orgullo, que le impide usar algo que no puede hacer él mismo. A Remus le parece que el corazón le deja de latir cuando Sirius dice 'en la cama de al lado'.

- ¿A ti te gusta?

- ¿Quién? ¿Clara McMillan?

Hay una emoción nueva en los ojos de Sirius cuando pregunta. Algo que suaviza la tormenta, y que Remus no ha visto nunca en esos ojos grises.

- ¿A quién le gusta Clara McMillan?

James. Sudado y con la escoba al hombro.

- A Remus, -responde Peter, como si tuviera una mínima idea de lo que está pasando.

James mira a Remus con detenimiento, como intentando descifrar el enigma de la Esfinge.

- No es cierto, -dice Remus, antes de que saque la varita para reordenarlo en tres colores y cuadernillos por tema.

James asiente.

- Mejor, -dice Sirius, y su voz sigue teniendo ese fondo nuevo, ese paso abierto entre la tormenta.- No necesitas una Clara McMillan pidiéndote los apuntes como excusa para hablarte. Lo que tú necesitas, Lunático, es alguien que te arranque los apuntes, te estrelle contra la pared, y te bese hasta que no sepas ni cómo coger una pluma.

Peter ríe. James hace el intento de reírse.

Remus no duerme esa noche, y pasan tres semanas hasta que vuelve a ser capaz de coger una pluma sin ponerse como un tomate.
*

Tabla 30 vicios
  

sirius/remus, mwpp, 30 vicios-hp

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