Randomness absoluta (de regreso a la vida en línea)

Feb 05, 2007 16:42

Ando desaparecida. Ni siquiera he estado revisando la página de amig@s (a nadie le ha pasado nada grave ¿verdad?).

Todo empezó por trabajo (¡a punto de terminar la tesis! ¡YAY!). Y luego aparecieron los 20 volúmenes de Angel Sanctuary en mi camino (en realidad, los estuve buscando para el cumpleaños de Leliel, y los encontré AQUí... Gracias Oh Internet, por tus gratuitos dones).

Los libros (el manga cuenta) son una maldición. Por eso nunca abro un libro nuevo en semana de finales. De hecho, a veces hasta los viejos son un problema.

No sé cómo me tiré 20 volúmenes en una semana (parando para comer, dormir y hacer algo que me convenciera a mí misma de que estaba trabajando). No sé cómo he vivido todos estos años sin haberlos leído. No sé qué será de mí ahora, que el cuerpo me pide manga de esta manera.

Sólo sé, con una claridad desgarradora, que estoy enamorada de Sakuya Kira hasta la médula. Que moriré queriéndolo, porque no, esto no es como lo de Jarkko Nass (que por cierto, tiene novia, pero ella es la que escribe la historia, así que la amo también), ni como lo de Syaoran Li... no es ni siquiera como lo de Sirius Black. Sakuya se me mete debajo de la piel. Sakuya me duele. (Y si tengo que decir algo más, es que no han leído el manga. Vayan a leer.)

Tristemente, he leído la historia de cabo a rabo... por lo que soy perfectamente consciente de que Sakuya no me miraría dos veces (mientras cuestiona su propia naturaleza, navega ríos de angst y se debate entre Alexiel y Setsuna). Así que, puesta a elegir, la entrega eterna y maravillosamente enfermiza se la dejo a Belial, que la lleva tan bien (ah, Mad Hatter... cómo te amamos los caídos). Yo me quedo con Mika-chan... que tampoco me miraría dos veces, pero por lo menos me garantiza más diversión y menos angst. Y, por último, si me provoca convertir un poco de esa energía bélica en energía sexual... pues para eso existe el fanfiction ¿a que sí? (Con Kira no me atrevo a experimentar... le dejo con Setsuna, y me uno al bando de Mad Hatter, a esperar una sola maldita mirada que haga que todo esfuerzo haya valido la pena.)

Amo a Kaori Yuki, fangirl donde las haya.
Kaori Yuli le gana al video. (Video killed the radio star.... Kaori Yuki killed GOD.)

Amo a Kaori Yuki, que comprende que el amor se mueve más allá de los límites de la moral. Que no hay cielo ni infierno. Ni bien ni mal. Que no hay salvación posible cuando tu más grande deseo es ver su rostro, tocar su cabello...

Apenas terminé, por supuesto, empecé la búsqueda de fanfiction. Dios mío. El Angst. Un par de recs: Burning bright black, The twelve days of Christmas, Walk away.

¿No es maravilloso tener a mano un fandom en el que el amor incestuoso entre dos hermanos es la relación menos retorcida de todas?

Y hablando de amores incestuosos, ayer vi por primera vez en mi vida dos capítulos de Supernatural (los dos primeros). Dios mío. El fandom tiene razón. ¡¿Qué maldita sea está pasando entre esos dos?!

Dean tiene una obsesión enfermiza con Sam. Y esa misoginia galopante (obviamente desarrollada por el miedo a involucrarse verdaderamente con alguien y que le pase lo mismo que a su padre) no ayuda en nada.

Pienso que la obsesión no empezó como algo sexual... Que, de hecho, no es algo conscientemente sexual, y que todo parte del momento en el que John pone la vida de su hermano en sus pequeños brazos. En un contexto menos disfuncional eso podría haber llevado a una sobre-protección enfermiza y fraternal. En el contexto de Dean, lo lleva a necesitar de Sam como no necesita de nadie más en el mundo, a aferrarse como un náufrago tratando de no hundirse, a ser egoísta y pensar "no me importa tu maldita entrevista... no tengas una vida sin mí... ven conmigo... húndete conmigo". Es que escucho sus pensamientos, mientras Sam pierde los ojos en la carretera, endurecido por la muerte de Jess... "No pienses en ella. No cambies por ella. Ella no está aquí. YO estoy aquí. YO te necesito..." Y luego acallando esos pensamientos con Mötorhead a todo volumen y pretendiendo que nunca cruzaron su mente. Porque hay que ver que bien se le da al muchacho evadir toda emoción que le complique la vida.

Sam, por otro lado, va por ahí con el corazón en la mano y no se entera. Qué manera de no enterarse. Me lo imagino dándose cuenta de pronto de algo que sintió toda la vida. Sorprendido... Y menos asustado que Dean al descubrirlo, por alguna razón. Tal vez porque es más inocente, y los inocentes, en general, le tienen menos miedo a los sentimientos extraños.

Su salida ha sido distinta... las ganas de escapar de la carga familiar, de buscar una vida normal... No sé qué tan enamorado habrá estado de Jess. A mí no me gustó nadita, con esa pinta de 'cheerleader' cabeza-hueca que maneja (nada contra las porristas... más bien contra las cabezas-huecas)... Supongo que a Sam le habrá gustado mucho, pero 'enamorado'... no sé. Lo que creo es que Jess era más que su chica. Era su anclaje a la 'normalidad'. Su posibilidad de escape. Y lo sabe. En el fondo lo sabe. Sólo que a él no le hace falta subirle el volumen a Mötorhead para hacerse el tonto.

Ay... los chicos lindos que esconden sus sentimientos... ¿Por qué les querremos tanto? Y lo que es mucho más intrigante... ¿Por qué les querremos más aún cuando los sentimientos ocultos los tienen uno por el otro? Si es que hay que ver que estamos todas para el diván...

Hablando de chicos lindos... extraño a mis cachorros. Ayer me di una vuelta por el fandom y me preocupó un poco verlos tan abandonados... Hay que ponerse a escribir, chic@s, que este año hay estreno doble. No vaya a ser que Remus se moleste y no se coma a Sirius con la mirada en la cocina de Grimmauld Place. O que le dé por besar a Tonks apasionadamente en DH... No quiero ni pensarlo.

¿Saben qué es lo que más me gusta de la comunidad fanfiquera?

Que me siento en casa.

Cuando era adolescente (y desde mucho antes, y hasta mucho después) vivía en mundos paralelos, con mis amigos imaginarios. Venía por aquí (al mundo real) de vez en cuando, a almorzar, tomar notas en clase, conversar un poco con mi familia y esas cosas. Pero vivía allí, donde los dragones de cristal paseaban su sabiduría por nieves eternas; y los clanes del bosque se pintaban el cabello de colores; y nadie sabía qué era la monogamia, ni el individualismo, ni el dinero; y las torres de espacios inexistentes se levantaban altas y delgadas, con exteriores tallados; y nos enfrentábamos a un mercenario terrible, convertido en esclavista... que no era malo en realidad. En mi mundo paralelo no hay bien y mal. Ni individualismo. Ni pecado original. Pero hay dragones y profecías, organización comunal y portales interdimensionales.

Que a la sociedad occidental moderna hay que meterle un caterpillar en la base y darle vuelta... lo entienden muchos. Que un mundo construido sobre una visión más femenina de las cosas no solo es posible, sino indispensable... Victoria Sendón de León lo entiende mejor que yo, y hasta mi madre parece que opina lo mismo de vez en cuando. Que si la injusticia, que si la vida en comunidad... hasta eso de que la monogamia es el mal del mundo hay quien lo entiende de vez en cuando.

Pero cuando digo que todavía tengo amigos imaginarios (y muy buenos amigos, por cierto), la reacción es siempre la misma. Ni siquiera es una mala reacción. Es sólo esa mirada. Seguro que saben cuál.

No es que a mis amigos les falte imaginación. Si la conversación se pone metafísica, si hay que psicoanalizar al ex de alguien, si se habla de planes locos para el futuro... la imaginación está, las alas se abren. Si alguien juega rol, si lee mis fandoms... me emociono. Pero ¿cuántos vagan realmente por el Bosque Prohibido? ¿Cuántos se han acostado al lado de Sirius en Grimmauld Place a tranquilizarlo después de una pesadilla? ¿Cuántos le han robado un beso a Sakuya en los pasillos de Anagura? ¿O se han sentado en pasillos similares con sus propios amigos imaginarios y sus propias cargas, a hablar de amores imposibles y viajes interdimensionales? ¿Cuántos han resuelto sus dilemas románticos gracias a los sabios consejos de un amigo imaginario?

Según la tele (y el cine de los 80), muchos. La vida real no confirma la hipótesis.

La tarde que le conté a mi madre la verdadera extensión de mi mundo paralelo (mis amigos, los lugares, los clanes, la organización social, los personajes importantes...) me dijo "ahora comprendo. Anda a escribir. Si no te sacas todo eso de la cabeza vas a terminar loca."

Escribir fanfiction es como volver a tener 15 años... pero mejor acompañada ^^ (les quiero, chic@s, les quiero).

Me gusta sobretodo la comunidad en español. Donde todo es más inocente. Me paseo por la comunidad anglo, que es mucho más grande, y encuentro de todo. Cosas que me gustan y cosas que no. Elitistas literarias que dejan el fanfic porque 'es una etapa que quieren superar' (y no es que tenga nada de malo dejarlo... sólo no me gustan sus razones). Ensayos acerca de por qué está mal defender como canon algo que no es estrictamente canon. Comunidades que excluyen a las chicas que sólo quieren divertirse, y se sienten superiores por eso.

Es cierto que hay mucha chiquilla suelta que va por ahí volcando sus fantasías sin pensar en la gramática. La crítica constructiva es buena. Pero con cariño. Porque nadie nos paga por esto. Porque escribimos por el placer de POR FIN tener con quien compartir nuestros mundos paralelos. Para divertirnos. Para volar. Y si queremos escribir canon, escribimos canon. Y si queremos zambullirnos en la psique de un Black, nos zambullimos. Y si queremos que McGonagall esté secretamente enamorada de Snape, la enamoramos. Y si no queremos, no.

Somos revolucionari@s (¿a que no lo sabían?). Nos revelamos intensamente contra los derechos de propiedad sobre personajes que ya nunca podrán dejar de ser parte de nosotr@s mism@s. Nos revelamos contra los designios del autor-dios todopoderoso y hacemos con los personajes lo que nos viene en gana. Nos revelamos contra los editores, que deciden qué vale la pena publicar y qué no, y ponemos nuestras fantasías al alcance de cualquiera con conexión a internet. Y leemos historias bien escritas, mal escritas, inconclusas... y somos la crítica especializada. Nos revelamos contra la comercialización de la imaginación, y escribimos gratis. Por amor. Por placer.

No sé donde salió todo esto... ¿que no estaba yo hablando de chicos lindos?

Pero lo somos (revolucionari@s). Que no se les olvide.

Ahora me voy, que tengo trabajo y hay que terminarlo pronto para poder ponerme a escribir y sacar a mis pobres cachorros del abandono.

de los viajes por el laberinto, puras marcianadas

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