Aug 10, 2010 02:08
Lo que ocurrió con el doctor Mainfraid fue por un lado una sorpresa, aunque por el otro no. No diré que su comportamiento era por demás esperable, pero desde que se presentó ante mí en mi despacho demostrando impertinencia y hasta algo de petulancia, me causó una mala impresión. Su especialidad, de igual manera, también chocaba un poco con el resto de las asignaturas de este Internado. Supongo que sus monstruos interiores lo vencieron por algún motivo en el que no tengo intenciones de hurgar y terminaron por cobrar realidad. Todo apunta a que él cometió los asesinatos, aunque oficialmente nunca haya confesado. Todo lo que sale de su boca ahora es una locura tras otra; palabras oscuras, incoherentes, mezcla de sus conocimientos acerca de lo sobrenatural con la trágica demencia que lo ha llevado al manicomio en donde ahora reside. Me pregunto si será conciente de que se ha salvado de milagro.
Mi pierna se encuentra un poco mejor. Debo agradecer las atenciones del mejor doctor del reino, y la rapidez con la que viajó hasta aquí para atenderme. De no haber sido por él, no hubiesen logrado salvarla. La bala ha hecho daños que quizá ni el tiempo pueda sanar. Pero no me quejo. Según el doctor, en poco tiempo podré volver a caminar.