Fandom: Tiger & Bunny.
Personajes: Yuri Petrov, Kotetsu T. Kaburagi; Barnaby Brooks Jr.
Resumen: Yuri había pasado por muchas situaciones peores. Ese hecho no bastaba para que la actual fuese menos frustrante.
La llegada de la mañana no le trajo ningún tipo de alegría a Yuri.
No era sólo por despertar estando todavía en el cuerpo de un gato, sintiéndose cansado debido a sus recorridos por el apartamento, sino también por lo infructuosa que había resultado su búsqueda nocturna.
Aunque había descubierto un computador portátil, dicho objeto estaba sepultado bajo polvo y un par de camisas, por lo que era evidente que Wild Tiger no lo usaba con frecuencia y él no podía siquiera prenderlo, si es que tenía batería, hecho que había confirmado por sí mismo.
Él había vivido situaciones mucho peores en su vida, pero ninguna había estado acompañada de la horrible sensación de impotencia que lo estaba inundando.
Cuando todavía era un niño y no sabía de sus propios poderes, había estado asustado de papá, mas en ningún momento había considerado si podría detenerlo o no.
El deber de no ignorar el mal, de salvar a mamá, había velado cualquier duda lógica y él lo había enfrentado. Porque incluso sin ningún tipo de poder era posible hacerlo, aun si el resultado era incierto.
Lo mismo había sucedido cuando había visto por primera vez a un asesino ser absuelto por falta de evidencia en su propia corte. Si la ley no era lo suficientemente fuerte para detener el mal, él tenía otros medios para hacerlo.
Pero ahora incluso carecía de métodos para revelar su situación.
Por mucho que Yuri había aprendido con los años a ser paciente y aguardar por el momento adecuado para actuar, la falta de esperanzas actuales le impedía incluso soportar con calma el paso del tiempo mientras una oportunidad se presentaba frente a él o una nueva idea cruzaba su cabeza.
¿Y qué podía hacer ahora, usar basura para escribir un mensaje?
Yuri resopló, acomodando su cabeza entre sus manos -patas- y cerró sus ojos, casi deseando volver a caer dormido, antes de considerar su poco serio pensamiento.
Wild Tiger no mantenía su apartamento impecable y la cantidad de botellas en un lado u otro era considerable y si podía usarlas para formar un mensaje, Wild Tiger no podría ignorarlo como las veces anteriores.
Ese plan era patético y desesperado, pero Yuri bajó del sofá con cuidado, todavía no del todo acostumbrado al cuerpo felino, y luego de tomar algo leche y comer el pescado -que distaba de ser su comida favorita, pero era decente aunque estuviese en un plato en el piso- que encontró, Yuri puso sus manos a la obra, prefiriendo tratar en lugar de quedarse con sus brazos cruzados.
Empujar los objetos era fácil, conseguir que estos quedasen en la posición adecuada no tanto, mas después de lo que se sentía como una eternidad Yuri logró formar una ye con una lata y una botella vacías.
Por algo se empezaba.
Yuri apenas estaba empujando una nueva botella, teniendo cuidado de que esta no rodase de más y destruyese su trabajo previo, cuando el sonido de la puerta lo sobresaltó.
-¡Volví! -anunció Wild Tiger, cerrando la puerta sin cuidado y dejando caer una bolsa de mercado sobre el mesón de la cocina-. Hey, eso no es un juguete.
Esas palabras deberían haber sido una advertencia, pero Yuri no logró reaccionar a tiempo para esquivar las manos de Wild Tiger y en cuestión de segundos se vio lejos del suelo, atrapado por un agarre delicado.
-Ah -suspiró Wild Tiger, dejándolo sobre el espaldar del sofá-, voy a tener que limpiar antes de que te lastimes jugando.
«No estaba jugando» se quejó Yuri, mas fue ignorado.
-Ya fui a poner carteles con la foto que te tomé mientras dormías -dijo Wild Tiger, acariciando su cabeza hasta que Yuri se apartó, esforzándose en no perder el equilibrio al hacerlo- y a preguntar por ahí, aunque eso no salió bien. Pero ya verás como tu dueño llamará en cualquier momento. Mientras tanto -continuó el héroe-, te traje esto.
Incrédulo, Yuri lo observó caminar hasta la cocina y sacar una lata de la bolsa que había dejado sobre el mostrador.
No podía ser, se dijo, pero el hombre confirmó sus sospechas al abrir la lata, poner los contenidos en un recipiente plástico y dejarlo en el suelo, junto a la leche.
-Ven, gatito -llamó Wild Tiger, sonriéndole y haciendo gestos para que se acercara.
Enojado, Yuri movió su cabeza para no observar al héroe y se concentró en deslizarse con cuidado hasta llegar sin ningún percance a los asientos del sofá.
Él no pensaba rebajarse más de lo que había tenido que hacer hasta ahora.
-¿No te gusta? -preguntó Wild Tiger con una pizca de aflicción en su voz-. Oh, vamos. No tengo tiempo para quitarle las espinas a un pescado y darte trozos todo el día.
Eso era lo menos que Wild Tiger podía hacer por él, decidió Yuri, haciendo oídos sordos a las palabras que el héroe estaba pronunciando para hacerlo ir a comer comida para gatos.
El héroe no insistió demasiado.
Ese era un pequeño consuelo en el mar de infortunios recientes, el cual incrementó por la decisión de Wild Tiger de recoger toda la basura olvidada en el apartamento y destruir incluso el poco progreso que él había logrado.
Con eso, también tendría que olvidarse del mensaje hecho en botellas.
Yuri caminó de un lado a otro sobre el sofá, olvidándose de Wild Tiger mientras se perdía en sus pensamientos.
Por muy oscuro que se viese el panorama, no podía rendirse aunque cada pequeña luz de esperanza que creía vislumbrar fuese apagada; no podía -ni creía soportar- pasar sus días como un animal cuando el deber de castigar a quienes lo merecían lo esperaba afuera.
Al menos había recuperado la motivación gracias a la molestia y falta de deseos de seguir siendo tratado como una mascota.
Ahora sólo necesitaba pensar en algo.
Como una señal, el comunicador en la muñeca de Wild Tiger se activó.
-Bonjour, heroes -dijo una voz femenina que Yuri reconoció como la de Agnes Joubert, la productora de aquel circo conocido como Hero TV-. Tenemos un robo en una joyería.
Mientras Joubert continuó dando los datos del asalto, una idea pasó por la mente de Yuri: una llamada.
Su incapacidad actual para hablar había hecho que no considerase algo así en ningún momento y sin duda escribir un mensaje en código usando los números sería inútil, pues estaba seguro que el inútil héroe nunca lo entendería, pero ¿y si él marcaba el número de su oficina una y otra vez?
Era imposible que Wild Tiger no sospechara si hacía eso. O al menos la policía notaría algo extraño, si es que estaban monitoreando su línea.
-¡Voy de inmediato! -afirmó Wild Tiger y corrió hacia la puerta gritando-: Pórtate bien mientras salvo el día.
Yuri no bajó del sofá a tiempo para ver partir al héroe, mas la despedida y lo que pudo escuchar incluso después de que la puerta fue cerrada le bastó para saber que ya estaba solo.
Perfecto.
Así Wild Tiger no podría interrumpirlo ni asumir que él estaba "jugando" antes de que pudiese hacer la llamada por primera vez.
Subir a la mesa en la que se encontraba el teléfono requirió menos esfuerzo del que Yuri había esperado, sin embargo empujar el auricular del algo anticuado aparato no fue tan simple.
Marcar fue imposible.
Él había sobreestimado su coordinación en ese cuerpo y lo que podía hacer con el.
Por cada número que conseguía marcar correctamente también presionaba sin querer dos o tres más errados, obligándolo a cortar la llamada y comenzar desde cero de nuevo.
En un aparato más moderno y pequeño, como un teléfono celular, sería incluso peor y sin duda no podría hacer mucho en el teclado de un computador si llegaba a tener acceso a uno, pero Yuri se obligó a no pensar en esa nueva desmoralizante verdad y se concentró en el teléfono.
Bastaría con que fuese capaz de hacerlo bien una vez y luego podría depender del botón de volver a discar para llamar.
Ese aliciente lo llevó a intentar innumerables veces, mas cuando Wild Tiger regresó horas después todavía no había tenido éxito.
Yuri se sentía agotado y ni siquiera alzó su cabeza cuando escuchó ruido en la puerta; no tenía ningún deseo de prestar oídos al parloteo de Wild Tiger.
Aun así, contrario a lo que esperaba, en lugar de oír un saludo captó una conversación y al abrir sus ojos y fijarse en las figuras entrantes, descubrió que el héroe no había llegado solo.
-No puedes negar que hice un buen trabajo.
-Eso no cambia que evitaste todo el papeleo que deberías haber hecho hoy -respondió su acompañante, al que reconoció como Barnaby Brooks Jr., con un tono que mostraba más resignación que molestia.
Yuri pudo entender de inmediato de qué hablaban.
Hasta donde sabía, Wild Tiger no se había dirigido en la mañana a Apollon Media, prefiriendo dedicarse a la fútil búsqueda de alguien inexistente.
-Pero ya te dije que...
-Ah -exclamó Brooks, interrumpiendo la defensa de Wild Tiger-, así que ésta es tu excusa.
La mirada de Brooks se fijó en él y Yuri la enfrentó sin parpadear.
-¡No es una excusa! -protestó Wild Tiger, haciendo una mueca.
-¿Estás intentando decir...? -pronunció Brooks, poniendo toda su atención en Wild Tiger mientras cruzaba sus brazos- ¿que recogiste un gato en la calle, sin pensar que estabas robando una mascota ajena, y esa no fue una acción irresponsable más que además usaste como excusa para no ir trabajar hasta que hubo una emergencia?
-Claro que no. -Wild Tiger chasqueó su lengua y sonrió con confianza-. No estaba en una zona residencial -dijo, haciendo obvio que pretendía ignorar la última parte del reclamo de Brooks-, estaba quieto bajo la lluvia y no tiene collar. Así que se escapó o lo abandonaron.
Y ahí estaba la brillantez de Wild Tiger.
Aunque estaba equivocado, Wild Tiger estaba mostrando de nuevo esa mezcla de buen instinto y lógica que hacía que Yuri se sintiese inclinado a no perder las esperanzas en él, a pesar de que hasta el momento el héroe parecía incapaz de comprenderlo.
-¿Crees que una conclusión tan forzada es válida?
-Bunny, no escuchaste nada de lo que dije -aseguró Wild Tiger, mirando a su compañero con incredulidad.
-¿Y qué piensas hacer?
-La verdad no sé -contestó Wild Tiger, sin parecer molesto por el ligero cambio de tema, al tiempo que se acercó a la mesa en la que Yuri se encontraba-. Todavía no ha llamado nadie para reclamarlo ni nada... -continuó mientras dejaba el auricular del teléfono en su lugar e intentaba acariciarlo, mas Yuri se bajó de la mesa para esquivarlo antes de que pudiera hacerlo-. Por ahora tendré que cuidarlo -concluyó, encogiéndose de hombros.
-¿Sabes cómo cuidar un gato? -preguntó Brooks, alzando una ceja.
-Tengo una idea y juraría que entiende cuando le hablo -dijo Wild Tiger con una nueva sonrisa radiante mientras se dirigía a la cocina-. Será fácil.
Esta vez Wild Tiger estaba en lo cierto, aun cuando seguía sin siquiera imaginar la razón por la que lo entendía. Suspirando, Yuri se sentó en una esquina del sofá, todavía prestándole atención a la conversación.
-¿Así que ya le compraste una caja de arena?
-Tengo periódicos viejos. Los puse en las esquinas y los está usando.
Ese era un detalle que Yuri quería olvidar, aun si era una de esas pequeñas pruebas de que Wild Tiger pensaba en lo que hacía, contrario a lo que podía parecer algunas veces.
-¿Y su comida?
-Leche y pescado, como dicen.
-Kotetsu -dijo Brooks con un tono paciente-, eso no es necesariamente cierto. Muchos animales domésticos no pueden comer lo que se dice que les gusta y podrían enfermarse. Puede que un gato callejero no tenga problemas, pero...
-Yo intenté darle comida para gatos y no quiso -se defendió Wild Tiger-. Mira, no ha comido nada.
-Es porque ya lo mal acostumbraste... No le des más pescado y tarde o temprano comerá -dijo Brooks con un suspiro, causándole a Yuri un escalofrío. No le agradaba el rumbo que las palabras de Brooks estaban tomando-. ¿Es gato o gata?
Yuri se empinó, poniendo sus manos -patas- sobre el respaldar del sofá para ver a los héroes sin moverse del sofá.
-Gato.
-¿Sabes si ha sido vacunado? ¿Si ya está esterilizado? ¿Has pensado en llevarlo a un veterinario para intentar averiguarlo? -La expresión avergonzada de Wild Tiger contestó por él-. Realmente no piensas en lo que haces.
-Tu eres el que piensa demasiado -reclamó Wild Tiger.
El haberle prestado oídos a toda la conversación fue suficiente para que Yuri entendiera las razones por las que Brooks se aproximó a él y trató de agarrarlo.
Tal vez Brooks cuidaría mejor a una mascota que Wild Tiger, pero él no era un animal y no pensaba permitir que lo tratasen como uno.
Era increíble que en condiciones normales requiriese un par de intentos para saltar a un asiento o a una repisa baja, mas en una emergencia como esa era capaz de escapar de quien estuviese tras él, aun estando exhausto.
Aunque quizá era de esperarse.
Wild Tiger había sido el héroe que había estado más cerca a atraparlo durante las muchas noches que había salido como Lunatic e incluso con el elemento sorpresa de su lado, el héroe no había logrado más que detenerlo por unos segundos de manera superficial.
Siendo así, era natural que incluso teniendo una desventaja tan grande como lo era estar en el cuerpo de un gato, él pudiese evadir a un héroe que no estuviese usando sus poderes.
Sintiendo una pizca de satisfacción, Yuri no dejó de moverse por todo el apartamento, haciendo que Brooks expresase su molestia debido a que ni sus tretas ni sus ataques directos funcionaban.
-¿Ves? -rió Wild Tiger, dejando un par de platos en la mesa pequeña cerca al sofá-. Él entiende.
-Si entendiera -dijo Brooks, deteniéndose pero luciendo como si no quisiese darse por vencido- sabría que me estoy preocupando más por su bienestar que tú.
Wild Tiger ignoró a su compañero y se inclinó, indicándole a Yuri con un gesto que se aproximara.
-Me prefieres a mí, ¿cierto, gatito? -dijo con una sonrisa que se agrandó cuando Yuri hizo un ademán de acercarse a él.
No le agradaba ser tratado como una mascota, pero no tenía energías para seguir corriendo toda la noche.
Si seguirle la corriente a Wild Tiger significaba que éste lo ayudaría a escapar por tiempo indefinido de las manos de Brooks, Yuri estaba dispuesto a hacer ese pequeño sacrificio.
-Así que ahora le hablas a un animal -comentó Brooks, sentándose en el sofá y demostrando que no pensaba continuar persiguiendo a Yuri-. Ya estás senil, viejo.
-Y tú estás celoso -se burló Wild Tiger.
Brooks giró sus ojos y Yuri se dirigió a las escaleras, cansado de lidiar con el dúo.
El tratar de hacer una llamada había sido una experiencia tan extenuante como huir de Brooks, por lo que Yuri no pudo evitar dormitar en la habitación hasta que el sonido de la puerta le indicó que Brooks había partido del lugar.
Todavía sin haber recuperado sus fuerzas por completo y sintiéndose amodorrado, Yuri bajó las escaleras con lentitud.
Necesitaba comer algo.
Ese era un hecho que no negaba, mas la perspectiva de lo que seguramente encontraría le hacía preguntarse si podría vivir de leche hasta que volviese a la normalidad.
Y si no, ¿tendría que rebajarse de esa manera para recobrar sus energías y así ser capaz de aprovechar cualquier oportunidad que descubriese o probar cualquier nueva idea que se le ocurriese?
O quizás sería mejor esperar cualquier descuido de Wild Tiger para robarle comida o tratar de abrir la alacena o incluso la nevera, en lugar de aceptar lo que éste le diese.
Para su suerte, no tuvo que perder su tiempo esforzándose en nada de eso.
Al llegar a la cocina, donde Wild Tiger estaba ocupado lavando los platos, Yuri descubrió que el recipiente con comida para gatos había desaparecido, dejando en su lugar un plato con trozos de pescado.
Porqué el héroe había decidido hacer oídos sordos a lo dicho por su compañero era un misterio cuya respuesta no le interesaba a Yuri y sin pensarlo dos veces corrió hasta llegar al plato.
-No le digas a Bunny -dijo Wild Tiger, haciéndole un guiño al verlo aproximándose.
«Gracias» habló Yuri con sinceridad.
Era un alivio no tener que preocuparse también por su alimento cuando necesitaba concentrarse por completo en un problema mayor, cuya solución parecía cada vez más inalcanzable cada hora que pasaba.
Al menos todavía estaban buscándolo, hecho que supo poco después, cuando Wild Tiger se sentó en el sofá para su, en apariencia, rutinario momento de ver televisión.
-¿Todavía no lo han encontrado? -comentó Wild Tiger en voz alta-. Nadie se desvanece en el aire.
«Por supuesto que no» dijo Yuri, acercándose de nuevo a la pantalla del televisor sin realmente tener esperanzas de que el otro sospechase algo.
-Si me preguntaran -continuó Wild Tiger, apoyando su quijada en una mano en un gesto pensativo-, diría que fue obra de un Next.
«¡Lo fue!» insistió Yuri, queriendo que el héroe continuase esa línea de pensamientos.
Tal vez no estaba perdido, tal vez él otro intuiría algo, podría comunicarle su identidad y las autoridades dejarían la búsqueda sin sentido para concentrarse en hallar al culpable y obligar a que éste deshiciese lo hecho.
Wild Tiger le sonrió.
-Así que también estás de acuerdo -habló, inclinándose para acariciarlo luego de cambiar el canal-. Eres muy inteligente.
Yuri apartó la mano del héroe con un zarpazo.
Otra mañana sin ningún cambio.
A pesar de que en realidad no habían pasado más de treinta y seis horas desde que había sido atacado por un Next y transformado en un felino, Yuri sentía que había transcurrido una eternidad.
Sin duda eso se debía a la incertidumbre de no saber por cuánto tiempo continuaría como un gato, sin ser capaz de hacer mucho por sí mismo ni mucho menos pedir la ayuda que -desagraciadamente- necesitaba, de desconocer el estado actual de mamá y de no tener ninguna garantía de que nada que lo conectase con Lunatic saldría a la luz.
¿Y que podía hacer para cambiar la situación?
Preguntarse eso de nuevo era una tortura que debía que enfrentar hasta encontrar una respuesta.
Repasando en su mente las remotas posibilidades, Yuri dejó su usual lugar en el sofá para desayunar, escuchando a medias la conversación de Wild Tiger con su hija que lo había despertado.
Aunque no dejaba de ser extraño y humillante, Yuri ya se había acostumbrado a comer en ese cuerpo al punto de poder mantener toda su atención en los alrededores mientras lo hacía y fue gracias a eso que logró percibir el preocupante rumbo que estaba tomando la llamada de Wild Tiger.
-Por cierto, Kaede, ¿te gustan los gatos?
Yuri observó a Wild Tiger con sus ojos abiertos por completo, listo para correr e impedir que el héroe pudiese atraparlo sin importar qué.
-¿Um? Sí... -el tono de la niña evidenciaba su titubeo-, pero, ¿recuerdas?
-No olvides que soy alérgica -intervino una mujer mayor de repente-. Así que si quieres darle un regalo a Kaede tendrás que buscar otra cosa.
Yuri no le prestó atención a la explicación de Wild Tiger, subiendo las escaleras para alejarse de él, considerando ocultarse en algún lugar del dormitorio.
Que Wild Tiger estuviese pensando en regalarlo si nadie aparecía a reclamarlo empeoraba todo.
No negaba que existía la probabilidad de que eso lo llevase a en un entorno con más opciones para comunicarse que el actual, mas también existía el riesgo de que quedase en manos de alguien incluso más denso que Wild Tiger o alguien como Brooks y con eso sus exiguas esperanzas de volver a ser humano se esfumarían en el aire, al igual que la poca dignidad que le quedaba.
Era preferible estar con Wild Tiger.
No era que quisiese estarlo, pero era conveniente tener a un héroe -incluso a uno torpe como él- como respaldo en un caso como éste.
Aun sin conseguir hacerle saber quién era él, Wild Tiger podría defenderlo en el remoto caso de que el Next lo buscase para atacarlo de nuevo y si... una vez regresase a la normalidad, sería un testigo con una palabra más válida que la de muchos otros ciudadanos de Sternbild.
Por eso mismo debía evitar ese nuevo problema que se cernía sobre él.
Dándole vueltas en su cabeza a la situación inminente, Yuri ignoró a Wild Tiger cuando éste subió al dormitorio y desapareció tras la puerta del baño.
Era evidente que la solución para todo era justo lo que no había tenido éxito desde el primer día y llegar a esa conclusión no servía de mucho.
Por lo menos necesitaba evitar terminar en otras manos y él no estaba dispuesto a actuar como una mascota cariñosa para que Wild Tiger dejase de contemplar eso. Así que... ¿qué le quedaba?
Yuri no había encontrado ninguna respuesta cuando la puerta del baño fue abierta, dejando pasar una nube de vapor y el sonido del tarareo de Wild Tiger.
Esa distracción momentánea le produjo una sensación de enojo, mas la olvidó cuando se acordó de manera involuntario del vapor y en cuestión de segundos procesó porqué su inconsciente lo había llevado a pensar en ello.
Sin duda en ese instante el espejo del baño estaba empañado y si alcanzaba a llegar a éste antes de que Wild Tiger lo limpiase para afeitarse...
Yuri no se detuvo a analizar la idea formándose en su mente y corrió con todas sus fuerzas, tomando impulso para el salto más importante de su vida.
Si lograba alcanzar el lavamanos el resto sería fácil y estaría a un paso de salir de todos sus apuros... y pudo hacerlo.
Pero no permitió que el alivio que eso le trajo lo distrajese y continuó su carrera hacia el espejo, indiferente a los objetos varios que empujó hacia el suelo y al grito de sorpresa de Wild Tiger.
Ya sólo tenía que estirar una mano -pata- y comenzar a escribir.
Y antes de poder hacerlo unas manos se cerraron con delicadeza alrededor de su cuerpo y lo apartaron de su objetivo.
«¡Suélteme!» exigió Yuri, moviéndose de manera frenética para escapar de firme agarre de Wild Tiger.
-Hey, cálmate.
«¡Déjeme!» insistió, haciendo oídos sordos a las palabras del héroe y sin importarle si estaba lastimándolo en sus desesperados intentos de liberarse y escribir en el espejo empañado.
Wild Tiger no lo soltó hasta que volvieron al dormitorio y lo dejó sobre la cama.
-No sé porqué te enloqueciste, pero no puedes hacer algo así -lo reprendió Wild Tiger con un tono imperioso, arruinado por la forma en que lo estaba acariciando para calmarlo-. Podrías lastimarte.
«Eso es lo de menos» bufó Yuri y giró su cabeza para no ver al héroe, sin alientos para distanciarse de él.
Había tenido la oportunidad perfecta frente a él y por culpa de Wild Tiger la había perdido, tal como había ocurrido innumerables veces cuando él había intentado darle su merecido castigo a un homicida.
Wild Tiger era un obstáculo en su camino y todo indicaba que eso no cambiaría nunca.
Y a pesar de todo lo necesitaba.
Él era su mejor y única opción y ahora que había descubierto el objeto perfecto para trasmitirle un mensaje y acercarse al final de esta ridícula situación, Yuri no pensaba rendirse.
El paso del tiempo fue lento y Yuri sólo dejó el dormitorio cuando fue estrictamente necesario.
Aunque Wild Tiger no estuviese en casa, él no quería alejarse de su objetivo y el lugar era lo de menos a la hora de pensar en diferentes formas para actuar cuando se presentara una nueva oportunidad y así no repetir su proceder irreflexivo de esa mañana.
Para comenzar, debía evitar que el héroe lo detuviese y quizás la mejor forma de hacerlo sería escabullirse y permanecer oculto en el baño antes de que Wild Tiger entrarse a tomar una ducha.
Una vez el espejo quedase empañado, sólo tendría que escribir su mensaje en el y luego esperar por unos minutos más hasta que el héroe terminase su baño y se diese cuenta.
Sonaba sencillo, mas sus recientes experiencias eran suficientes para que Yuri estuviese plenamente consciente de que no sería tan simple realizarlo.
Aun si Wild Tiger no estaba prevenido después de lo ocurrido, Yuri no estaba seguro de si lograría o no acercarse al espejo sin alertar al héroe de su presencia con algún sonido y practicar saltos no tenía sentido.
Él no recordaba con exactitud la altura y tampoco sabía la posición de los objetos que Wild Tiger dejaba en el lavamanos, por lo que una vez llegase el momento se fijaría en ello, improvisaría y aprovecharía la adrenalina corriendo en sus venas para el impulso al brincar.
Y mientras tanto solo necesitaba hacer uso de su paciencia y aguardar el regreso de Wild Tiger, lo cual sucedió casi a la medianoche, según el reloj digital que éste tenía cerca a su cama.
-¿Así que ahora decidiste apoderarte de mi cama? -comentó Wild Tiger una vez subió al dormitorio, acercándose a él con una sonrisa.
Yuri permaneció inmóvil y permitió que lo consintiera, queriendo que el héroe asumiese que él estaba tranquilo y no haría nada inusual.
Ese podía ser el primer paso para influir a que Wild Tiger se descuidara en el instante adecuado.
Mantenerse alerta era más sencillo que conservar una actitud dócil, mas Yuri lo logró a base de recordarse una y otra vez que ambas cosas eran indispensables si quería poner en marcha su plan.
Y aunque la oportunidad no llegó esa noche, pues Wild Tiger cayó dormido minutos después de regresar, sin siquiera cambiarse, eso no desanimó a Yuri.
Al fin tenía claro su objetivo y no como algo que quizás podría funcionar, por lo que esperar era verdaderamente fácil.
"Silencioso" no era una palabra apropiada para describir a Wild Tiger cuando él estaba despierto y tampoco lo era cuando se encontraba dormido.
Aun cuando no roncaba, Yuri lo escuchó murmurar incoherencias un par de veces y también notó lo mucho que se movía, haciendo crujir la cama y moviendo las cobijas.
Yuri perdió la cuenta de cuántas veces Wild Tiger lo despertó con ello y a pesar de que consideró dejar la almohada en la que se había acomodado e irse a descansar en otro lugar, al final lo descartó.
Él estaba acostumbrado a trabajar por largos periodos de tiempo, sin darse más que unos minutos para tomarse un respiro mientras tomaba té, y no era inusual que sacrificase horas de sueño para investigar sus objetivos como Lunatic o para encargarse de ellos.
Por eso mismo esta poca revitalizante noche no era un inconveniente, por el contrario.
Gracias a la falta de sigilo de Wild Tiger, él podría dormitar y aun así darse cuenta del instante en que el héroe se levantase. Y si aprovechaba el momento en que el héroe no estaba totalmente espabilado para escabullirse en el baño, completaría con éxito la primera parte de su plan...
Yuri se permitió volver a dormir cada vez que un movimiento de Wild Tiger lo alertó, al menos hasta que al abrir sus ojos percibió la claridad de la mañana entrando por una pequeña ventana lateral, cuya cortina no había sido corrida la noche anterior.
No era imposible que el héroe durmiese hasta tarde, pero él precisaba de todos sus sentidos y de su capacidad de concentración.
Con eso en mente, Yuri ignoró la necesidad natural de su cuerpo de descansar un poco más y se enderezó con lentitud, usando una mano de apoyo mientras su cabeza se despejaba y lograba dejar la modorra atrás.
Yuri no hizo ningún movimiento para abandonar la cama de inmediato y permaneció quieto, sintiendo que algo era diferente a las últimas mañanas.
Cuando bajó su mirada y se fijó en su mano -no una pata cubierta por pelos grises, una pálida mano humana-, entendió porqué.
Conteniendo su aliento, Yuri observó con incredulidad sus manos por un largo momento, moviéndolas con lentitud antes de pasar una por su cabello y hacer una mueca al sentirlo enmarañado.
Queriendo verificar si el resto de su cuerpo también había vuelto a la normalidad, Yuri intentó dejar la cama para dirigirse en baño y hacer uso del espejo al que había querido llegar con otras intenciones horas atrás, mas se detuvo al notar la ausencia de ropa en el.
Era de esperarse.
Él no había olvidado la pila de ropa que había quedado junto a su maletín después de que había sido atacado y aunque no le agradaba el estar desnudo y en la misma cama que Wild Tiger, al menos esa era prueba de que no estaba soñando.
Yuri dejó escapar el aire contenido en un suspiro contento y se permitió relajarse por unos pocos segundos, antes de recordar la realidad.
El Next que lo había atacado seguía libre y era posible que él hubiese vuelto a la normalidad sólo porque los poderes del culpable tenían un límite.
También existía la posibilidad que los hubiese desactivado pensando que él ya estaba muerto o que lo hubiese hecho porque ya había logrado su propósito.
Fuese como fuese, tendría que tener cuidado en todo momento hasta atraparlo -o hasta que la policía o los héroes lo hicieran- y conocer sus motivos.
Además había algo más inmediato por lo que debía por lo que debía preocuparse: su cicatriz.
En situaciones normales, mucho antes de que Lunatic hiciese su aparición, el se había esforzado en mantenerla oculta y ahora más que nunca debía seguir haciéndolo si no quería que ésta lo delatara.
Sintiendo una gota de sudor frío en su espalda, Yuri se movió con lentitud para dejar la cama.
Quizás podría bajar sin despertar a Wild Tiger, tomar prestadas algunas prendas de vestir sin que él se diese cuenta y salir del lugar antes de que fuese más tarde y las calles se llenasen de vida.
¿Qué hora era?
Tal vez era tan temprano que podría desplazarse usando sus poderes sin que nadie lo notase a pesar de que la oscuridad de la noche no estaría escudándolo...
Yuri observó el reloj digital en la mesa de noche, frunciendo el ceño al descubrir que eran más de las ocho, mas el reflejo de su rostro en éste hizo que su preocupación se esfumara y suspirara con alivio.
Para su suerte, el maquillaje que solía usar para cubrir su cicatriz continuaba cumpliendo su cometido.
Siendo así no tenía que huir e incluso podía usar la ayuda que había buscado de Wild Tiger.
El héroe ya no tendría que convencer a nadie de que "Yuri Petrov había sido transformado en gato", pero sería su testigo.
Ya decidido y no queriendo perder más tiempo, Yuri se giró hacia el hombre dormido luego de que cubrió parte de su cuerpo con el cubrecama.
-Wild Tiger -pronunció luego de aclarar su garganta, la cual se sentía extrañamente seca-. Wild Tiger -repitió, alzando un poco su voz al notar la falta de reacción del otro hombre.
Esta vez el héroe parpadeó, somnoliento, y lo observó con sus párpados a medio cerrar.
-¿He visto tanto la noticia que ahora estoy soñando con el juez? -preguntó Wild Tiger en voz alta, riendo antes de volver a cerrar sus ojos.
Yuri tomó aire con lentitud, recordándose que debía ser más paciente de lo que había sido los últimos días.
-Wild Tiger -dijo en un tono pausado, estirando un brazo para sacudir al héroe antes de que éste volviese a adormecerse-, lamento impedirle volver a dormir pero no está soñando.
En esta ocasión Wild Tiger se enderezó de repente y lo miró con sus ojos tan abiertos como su boca.
-Le agradecería si me prestase algo de ropa -continuó Yuri, esforzándose por mantener su cortesía-, luego le explicaré qué está pasando.
Yuri había estado preparado para escuchar una lluvia de preguntas e incluso para enfrentar la incredulidad del héroe, mas en lugar de ello Wild Tiger gritó, retrocediendo hasta caer de la cama.
A pesar de que Wild Tiger se recuperó de la sorpresa poco después, le tomó varios minutos comprender la situación y antes de hacerlo no hizo ningún movimiento para darle algunas prendas de vestir.
Era inconcebible que un Next dudase tanto de la extensión de los poderes de otros Next, pensó Yuri mientras se vestía, aunque tratándose de alguien como Wild Tiger quizás era de esperarse.
Yuri suspiró, abotonando la camisa luego de ajustar con una correa los pantalones que el héroe le había prestado, los cuales distaban de quedarle a la perfección pero servirían hasta que pudiese llegar a su hogar.
Todavía no sabía si considerar como una maldición o una bendición el haber terminado en el apartamento de Wild Tiger y al cuidado de éste, mas al menos tenía el consuelo de que eso estaba por llegar a su fin.
Ya vestido y lamentando la falta de algo para sujetar su cabello todavía enredado, Yuri bajó las escaleras con lentitud, reacostumbrándose a caminar como un ser humano, y oyó la voz del héroe.
-Sí, como estoy diciendo encontré al juez -dijo Wild Tiger al teléfono, sin girarse al escuchar el sonido de sus pasos-. Sí, a Petrov.
Yuri cruzó sus brazos, aguardando a que Wild Tiger terminase la llamada.
-Eh, bueno -continuó el héroe, riendo con nerviosismo-, las explicaciones pueden esperar, ¿no? -Esta vez Wild Tiger sólo permaneció en silencio por unos segundos-. En mi casa. Sí. No.
Wild Tiger pronunció unas palabras más antes de terminar la llamada y observarlo con una sonrisa.
-Vendrán a recogerlo en unos minutos -le informó Wild Tiger-. Para tomar la declaración y eso, creo. -Yuri asintió con su cabeza, más consciente que Wild Tiger del proceso que seguiría y sin deseos de aclararle nada el respecto-. Les dije que no necesitaban enviar también una ambulancia... ¿cierto?
-Sí -contestó Yuri, dejando un mechón de cabello tras su oreja-, ahora estoy perfectamente bien.
-¡Bien! -exclamó Wild Tiger sin perder su sonrisa y apartó su mirada un segundo después-. No sé qué puedo ofrecerle mientras esperamos... -dijo Wild Tiger, caminando hacia la cocina-. Leche... imagino que no.
Que el héroe se viese avergonzado al pronunciar esas palabras ayudó a que Yuri no tuviese que esforzarse para modular su tono y ocultar la molestia ante el recuerdo.
-Té estaría bien -dijo Yuri con una pequeña sonrisa ante la perspectiva del progresivo regreso hacia la normalidad.
-Ah, lo siento -pronunció velozmente Wild Tiger, remarcando sus palabras con una inclinación de cabeza-, no tengo. ¿Uh, café...?
En muchas otras ocasiones Yuri habría rechazado la oferta, pero sabía que no comer nada ahora sería una mala idea.
-Estaría bien, gracias.
Que Wild Tiger le ofreciese azúcar y galletas dulces hizo que Yuri no se arrepintiese de aceptar.
Yuri también agradeció el inusual silencio al punto que incluso se sintió inclinado a ignorar la forma en que el héroe alzó una ceja mientras él añadía cucharada tras cucharada de endulzante en su café.
-Podría haberme dicho de alguna forma -comentó Wild Tiger luego de un rato, con sus manos alrededor de su propia taza llena de café.
-Lo intenté -respondió Yuri sin pensarlo dos veces, apretando sus dientes para no expresar su frustración ante el recuerdo.
-¿Jugando? -preguntó Wild Tiger con una corta risa.
Yuri lo fulminó con su mirada y se tomó unos segundos para calmarse antes de contestar.
-Como usted mismo vio -pronunció con lentitud-, no tenía muchas opciones en esa... condición.
-Cierto... -dijo Wild Tiger, todavía con el asomo de una sonrisa en sus labios.
La tentación de echarle en cara que alguien que se había asustado como un niño pequeño al no descubrirse solo en su habitación no tenía derecho a criticarlo por lo que él había hecho o dejado de hacer era mucha, pero Yuri tomó un largo sorbo de café para suprimirla.
Él no caería en una discusión infantil sin importar lo irritante que fuese el héroe, mucho menos perdería los estribos cuando al fin había vuelto a ser humano.
-Llegaron -pronunció Wild Tiger cuando el timbre anunció justo eso, levantándose de su asiento de manera automática-. ¿Debería ir con usted? -cuestionó luego de una corta pausa-. Ya sabe, por si acaso lo vuelven a atacar.
Yuri lo consideró.
No era que quisiese estar con el héroe más tiempo del necesario. Sin embargo, Wild Tiger era el único -aparte de Yuri y el Next culpable- que sabía lo que había sucedido y era preferible que los oficiales a cargo de la investigación habaran con él más temprano que tarde.
Además, tal vez podría hacer que Wild Tiger compensase parte de lo que no había hecho cuando Yuri había necesitado su ayuda con más urgencia, encargándolo de encontrar y arrestar al Next responsable.
Él aguardaría por el resultado de las investigaciones.
Antes de actuar, Yuri requería saber si el culpable era un asesino que merecía escuchar la voz de Tánatos o si había sido una broma que llegó demasiado lejos o incluso un complot para mantenerlo lejos de los tribunales durante esos días...
Sin duda lo primero que precisaba hacer al llegar a su oficina -mucho después de hablar con la policía e ir a su casa y ver a mamá- sería revisar los casos a su cargo de los últimos tres días y el veredicto que había dado el juez que lo había remplazado.
-Sí -contestó con una sonrisa superficial, decidido a continuar planeando qué hacer más tarde-. Además usted es lo más cercano a un testigo en este caso. Su testimonio es necesario para que las habilidades del Next que me atacó no sean puestas en duda.
-Entiendo -dijo Wild Tiger, correspondiéndole la sonrisa al tiempo que se ponía su antifaz-. Cuente conmigo también para atraparlo.
No dejaba de ser sorprendente lo dispuesto a auxiliarlo que el héroe parecía.
Eso y su aparente sinceridad aplacaron la molestia que Yuri todavía sentía, por lo que asintió con su cabeza mientras lo siguió hacia la puerta, sin lamentarse ante la perspectiva de no alejarse pronto de Wild Tiger.
14/11/2011