(no subject)

Apr 09, 2013 11:13

La televisión y los libros de autoayuda de mi infancia arruinaron mi vida. Debería ser el título de (otro) libro de superación personal, pero no es así, es bien cierto esto. Por desgracia, crecí viendo series de televisión donde los problemas se solucionaban de manera agradable, con una conversación sincera y un discurso emocional que te llegaba hasta los lugares más comunes de tu ser y al final todos eran amigos y cantaban canciones de The Beatles. También, series donde hasta las familias más disfuncionales podían arreglar sus vidas o sus relaciones con una charla de corazón a corazón. Sin embargo, estamos conscientes que la vida real no es así. Estoy consciente de ello. Pero no puedo evitar añorarlo con todos los lugares comunes de mi ser.

No puedo evitar querer una amistad como la de Joey, Ross, Chandler, Mónica, Rachel y Phoebe. Unos amigos con los que puedan contar toda la vida y que estén para mí cuando los necesite a las 3am. A veces hago eso, escenas dramáticas para poder llamar a una amiga en la madrugada diciéndole que he terminado con Él, llorando como desquiciada, entrecortando las palabras para después tacharme a mí misma como exagerada y lograr sólo que mi amiga desconfíe de Él cuando en realidad nada de lo que he contado sucedió tal cual lo hice. Por otro lado, no puedo decir cuántas veces he añorado una familia estilo Family Matters o Clarissa lo explica todo o las tías de Sabrina o cualquier otro programa de los noventas que, pese a los problemas, siempre podían contar el uno con el otro y solucionar todo mediante el diálogo. ¿Qué pasa en mi casa? Los diálogos están fuera de cuestión y los cambios en la personalidad de los integrantes de mi familia no están en debate, eso no sucede.

En mi cabeza, varias veces he creado estos discursos conmovedores que llevarán a mi madre y a mi hermana al llanto y que serán como las perlas de la virgen que viene a obrar milagros sobre mi familia y todos cambiarán y seremos unidos y apareceremos en las postales navideñas que la gente de la calle envidiará. Pero en esta vida, la cotidiana, me quedo siempre callada ante las cosas que me suceden, las cosas que están mal, y cuando actúo es porque considero que el resultado será algo digno de Dawson's Creek, con lagrimones, abrazos y amores incluidos. ¿Qué me queda al final de eso? Una cruda moral terrible porque sé conque fin estoy actuando y lo único que logro al final es darme de cabezasos solas. Ese amigo no va a regresar por más que trate de mandar un correo siendo una chica "cool", esa amiga la acabo de perder por querer armar un drama al puro estilo Beverly Hills 90210 y mi familia está lejos de ser la familia Camden. Ni siquiera nos acercamos a los Gallagher. Y, evidentemente, no tendré el trabajo de Carrie Bradshaw.

La cuestión es que debo dejar a un lado mi imaginación para situarme en la realidad y evitarme estos conflictos en los que estoy metida. Debo recordar cómo terminó Alonso Quijano. Y ya, pinche Hollywood que lo único que me deja son ataques de ansiedad.

dramamine!, help! i need somebody, personal

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