¡Amas el ron! No te cansas de repetirlo y asegurarlo cuando das un trago tras otro a la botella. El ron es tu amigo y compañero, escucha tus penas y comparte tus alegrías. El ron te aturde, te lleva a tus límites, te deja soñar, recordar, revivir…
Te deja pensar, quizás no con claridad, pero si con nitidez; aleja el dolor de ti y permite que sueñes con ella, con su rostro, su cuerpo, sus caricias y sus besos… con sus besos inocentes, limpios de traición o de un adiós.
“Jack Sparrow no depende de nada ni de nadie” aseguran quienes lo conocen, sin saber de los sentimiento que embargan al hombre cuando da el ultimo trago a su ron, cuando sus sentidos empiezan a despertar y su recuerdo a doler.
Nadie sabe porque Jack Sparrow ama el ron más ahora que nunca… o mas que amarlo, depende de él.
Tema: #5 - Historia
Título: "Sobre cuentos y barreras"
Resumen: "ella deseaba que todas las historias que conocía se hicieran realidad..."
Advertencias: Ninguna.
Disclaimer: Derechos Reservados a Disney.
No puedes recordar la primera vez que escuchaste su nombre, seguramente era muy pequeña cuando ello, sin embargo, siempre fue un nombre familiar, uno que siempre estuvo presente en cada historia que tu madre te contaba antes de dormir. Recuerdas que cuando ella se fue, la extrañaste demasiado, así como echabas de menos aquellas dos palabras que formaban tu nuevo mundo… Un mundo sacado de los sueños y las fantasías de una pequeña de diez años, deseosa de aventuras y romances… una pequeña que deseaba que las historias que tanto conocían se hicieran realidad.
Los años pasaron… diez largos años en lo que su nombre no fue repetido en voz alta. Diez años en los que su recuerdo y tus sentimientos fueron desplazados por alguien más.
“Que irónica es la vida” murmuras antes de beber otro sorbo de agua… Diez años necesitaste para enterrar su nombre en un rincón alejado de tu corazón, y sólo una mirada para recordarlo… Porque con aquella mirada supiste que los cuentos con los que tanto soñaste, se habían hecho realidad. Y tuviste miedo, miedo a que se volviera a ir por otros diez años, a que te dejara en aquel mundo de falsedad y apariencias. Construiste barreras alrededor de tu corazón, tu alma y tus sueños… Incapaz de aceptar lo que por años deseaste.
Que irónico resulta, que tu esposo deba irse durante diez años… y que su recuerdo haya sido remplazado con un simple adiós…
Que irónico es que su simple voz destruya una y otra vez las murallas que tanto te cuestan construir… y es que en realidad no la tiene que destruir, porque se limita a volar sobre ellas, cual gorrión que vuela los fuertes de mil fortalezas… Un gorrión…
“Diez años” musitas y cierras los ojos, deseando que las historias se conviertan en realidad… una vez más.