Citas rápidas

Oct 01, 2010 23:13



Título: Citas rápidas
*Autor(a): Asmitta/mitta (y0)
*Pareja: Alemania/italia, Prusia/Austria, y muchas otras parejas de aquí en adelante saldrá
*Advertencias: hoy r-18,  AU <--universo alterno
*Resumen:  Por casualidades de la vida el se encontraría en aquel lugar, pero solamente se fijaría en ese chico en especial, el cual con el tiempo hará un cambio radical en su vida y de los que lo rodean, comenzando un noviazgo en la actual Berlín ( soy mala con los resúmenes perdón-

Citas rápidas
Capitulo Uno

¿Qué demonios hacia ahí? Ni el mismo lo sabía, se encontraba tomando algo de alcohol apoyado de la barra mirando las mesas donde se encontraban las chicas, aun no entendía como su hermano lo había convencido de ir a eso de “citas rápidas” el no era de ese tipo de personas, en cambio su hermano si, era carismático, apuesto y tenia esos encantos que a las mujeres les encantaban, pero se sentía incomodo con las mujeres, no sabía porque, pero tampoco sabía porque estaba ahí, su hermano palmeo su espalda señalando a las mujeres.

-vas a tomar un numero y te sentaras en una mesa con alguna de ellas- susurro con una sonrisa de medio lado- luego de cinco minutos sonaran el gong y tendrás que pasar a la otra mesa ¿entiendes? -Le quito de las manos el vaso con licor y le dio un sorbo, el rubio afirmo- Claro bruder…entiendo todo ¿a qué hora termina todo esto? Mañana tengo guardia -admitió el blondo, su hermano era un vago, vivía con él desde que se mudaron de casa de sus padres, en realidad se mudaron para que el menor de los hermanos cursara medicina, pero debían de hacerlo fuera de su ciudad, Vivian lejos de Berlín, así que actualmente residían ahí, el menor llevaba cuatro años ejerciendo su carrera y tenía un excelente puesto en uno de los mejores hospitales, también trabaja en una clínica muy afamada.
él sabía lo que hacía y era bueno en ello sin duda, pero después de todo no le molestaba mantenerlo, cuando sus padres fallecieron el mayor lo crio hasta tener la edad posible, y lo ayudo trabajando para pagar sus estudios, estaba muy agradecido con su hermano, era alvino y por alguna extraña razón que aun no sabía descifrar, tenía las pupilas rojas, en cambio, el era toda la estampa de un alemán común y corriente, según decían, Rubio, ojos azules y alto, si era guapo a la vista pero las mujeres le huían alegando “su fría mirada” y eso desanimaba al rubio.

-¿a qué hora? Hmmm -reviso su reloj de mano- temprano no te preocupes por ello ¡tu asombroso hermano cuida de ti! -lo jalo por el cuello para jugar con él. -Ya...ya bruder -se lo quito de encima- no delante de todo el mundo -se acomodo muy apenado por la escenita que su hermano había armado.

Los números ya habían sido asignados, y cada uno ya estaba situado en una mesa, el gong sonó y comenzó aquello, el alemán trato de ser lo más amable posible, el no era de ese tipo de personas, se repetía una y otra vez, el no era bueno coqueteando pero trataría de romper el hielo con cosas triviales, su hermano era todo lo contrario a él, todo un experto en la materia.
La noche transcurría y ellos se movían de mesa en mesa, cuando el rubio le dio la vuelta a casi todo el restaurante, rogo que todo eso se acabara ya, no le gustaban esas mujeres, casi todas superficiales, o no tenían un tema interesante del cual hablar, le aburría, al parecer esta iba a ser una de las ultimas mesas que tendría que recorrer, había quedado justo en un lugar donde podía observar con detalle al hombre que hablaba con la chica de espaldas a ellos.

Le miraba de reojo, se veía todo un experto.- ¿y...? ¿Entonces te gusta la comida gourmet? Yo cocino excelente -sonrió de lado el chico, por lo que dedujo el alemán, por su acento y su apariencia, el tipo tenía que ser italiano, y sin duda alguna, tenía el don de estos, la chica estaba que se derretía, dejo de escuchar la conversación cuando estos comenzaron a susurrar, pero el rubio no dejo a la chica fuera de lugar simplemente miraba de reojo al tipo, le miro varias veces de reojo hasta que el italiano también lo observo, ahí fue cuando el germano decidió concentrarse del todo en su conversación con la chica.

-¿entonces…? ¿Me decías que eras húngara no? - volvió a retomar la conversación el rubio- Si -respondió está emocionada- estoy cursando mi Quinto año en gastronomía luego volveré a mi tierra natal -el alemán asintió y continuaron con su conversación, ella era castaña de ojos verde manzana, linda, pero no su tipo, sin que este se diera cuenta desde que ambas miradas, de ambos hombres, se encontraron, el italiano continuo observándolo de reojo.

Aquello al fin había terminando, dio gracias a dios el blondo internamente, tenía que volver a su apartamento para descansar, estaban en el mostrador donde una señora repartía el número de las mujeres que habían solicitado hablar con ellos. - hmmm -conto con curiosidad la mujer entregándole más de una docena de números a su hermano- Tienes para divertirte guapo -bromeo esta, luego le dio tres números al rubio- Pero si tu eres igual de guapo cielo -admitió la mujer, el de ojos azules se apeno un poco y agradeció, tomo a su hermano y salieron de aquel lugar.- me imagino que no me acompañaras a casa ¿cierto? -pregunto el menor a su hermano- Ja tengo que ir a verme con roderich y me llevare a algunas chicas - no se le hizo extraño después de todo su hermano era bisexual, mantenía una relación con un joven austriaco, era amigo del doctor, lo había conocido en un evento musical de este, el austriaco trabaja en una sinfónica, con tan poca edad era un experto, su hermano de 29 mientras que el austriaco tenía 28, al poco tiempo de conocerse su hermano y el habían comenzado una relación discreta, aun no le cabía en la mente que le había atraído de su hermano.

-ja… es difícil no conocerte bruder -palmeo su espalda- cuídate Gilbert- sonrió un poco para su hermano al despedirlo, saco las llaves del auto y se dirigió al estacionamiento, la noche no era muy oscura, el cielo estaba iluminado por una preciosa luna llena, pocas veces podía verse un cielo despejado en Berlín, aquella noche fue una excepción, volvió a observar el estacionamiento y lo vio, a él, estaba en la entrada, al parecer esperaba que lo fueran a buscar, el alemán entro en su carro y llego con este a la entrada, parándolo junto al italiano, bajo el vidrio con cuidado- Oe… veo que esperas a un taxi- pregunto algo avergonzado el teutón, pero con ese tono serio que lo caracterizaba, el chico se alarmo un poco pero se sereno al ver quien era- Si espero un taxi -respondió con otro tono, un poco más dulce, muy diferente al que había usado en el restaurante- uhmm…¿A dónde vas? - el chico era castaño, de ojos color miel, muy llenos de vitalidad, podía decir que media unos 1,70 porque era más bajo que el pero por unos pocos centímetros, este le regalo una sonrisa, ¿tímida?- uhm…je je... ¿Me crees si te digo que estoy perdido? - El alemán suspiro resignado, pensando qué edad podía tener ese chico- Ven sube yo te llevo, ya es muy tarde incluso para un hombre estar esperando un taxi -le indico que se subiera, el italiano, asintió y rodeo el carro entrando con el alemán- uh... scusi debo ser un descortés pero mi nombre es Feliciano Vargas -ofreció la mano al mayor- uhm b-bueno mi nombre es Ludwig Weillschmidt -estrecharon manos, el alemán salió por completo del estacionamiento y se estaciono cerca de un poste de luz para poder hablar con el italiano, y que le indicara donde vivía- ¡eres alemán! ¿No? -¿Qué eso no se notaba? Pensó el rubio- si…tengo casi toda mi vida viviendo aquí en Berlín así que dime donde vives -el cobrizo se mordió un poco los labios y observo al rubio con tristeza.

-vine a vivir con mi prima húngara que está estudiando gastronomía y-y… no conozco muy bien el lugar ya que solo salgo con ella -el alemán recordó rápidamente a la chica del restaurante- ¿se llama elizaveta hedervary?- el italiano afirmo contento- ¡si esa es mi prima! Me trajo a vivir con ella hace unas semanas para que la ayudara soy chef por hobbie y dice que cocino muy bien y me quiere aquí con ella y -el alemán le interrumpió- tengo su teléfono...déjame llamarla -saco el móvil y la tarjetita con el numero de la chica, mientras pensaba que aquellos dos eran muy parecidos, el menor se apago un poco, como triste, el celular sonó y sonó hasta que repico ocupado, dando a entender que el celular estaba muy lejos de la chica- uhm…¿nada que te recuerde donde vives? -El susodicho negó- hmmm bueno -el alemán arranco el automóvil y comenzó a andar.

El de ojos miel se asusto un poco- ¿aa-a donde vamos? -el alemán le miro de reojo- hmm pensé en llevarte a un hotel para que te quedases ahí pero no creo que cargues dinero suficiente ¿no es así? -el italiano afirmo, el mayor era muy calculador después de todo, pero también era un hombre bondadoso- um... mi hermano no estará esta noche en mi apartamento podría darte alojo hasta que tu prima te contacte mañana -Feliciano sonrió de oreja a oreja- ¡¡Grazie!! Eres una persona muy amable, desde que te vi en el restaurante me lo pareciste por cierto ¿Por qué me mirabas tanto? -de verdad que ese chico no parecía el mismo del restaurante- u-uuh….p-por tu acento -mintió en parte el germánico, si lo observo por su acento, pero el chico por alguna razón le había llamado la atención- ¿m-me…estabas mirando? -pregunto ahora nervioso el rubio, ya estaban cerca del estacionamiento de su apartamento, el castaño en cambio fue muy sincero- Si~ me pareciste muy apuesto para ser un alemán normal- y esto hizo que un leve rubor invadiera las mejillas del susodicho, estaciono en su puesto y salió del carro, el chico lo siguió, activo la alarma y volteo para atrás para indicarle que lo siguiera, camino un poco rápido y se quedo al lado del rubio- Uh… ¿q-que edad tienes? -pregunto para romper el hielo, eso le había sacado de sus casillas, ¿Este chico era bisexual?, realmente muy interesante, era todo un don Juan con las mujeres- ¡Tengo 25! Tu en cambio hablas como un hombre mayor pero debes de ser casi de mi misma edad -el alemán se sintió escudriñado- Si...tengo 27 -subieron el ascensor ahora, miraba nervioso al italiano, debía admitirlo, aun que sea para sí mismo, era un chico muy lindo.

El dudaba mucho de su sexualidad, su hermano le dijo que tendría que probar alguna vez, pero el simplemente no lo hizo, era curioso, pero también era un hombre tímido, al parecer Feliciano era todo lo contrario, pudo notar, salieron del ascensor y finalmente entraron al apartamento- Wuaoo -el italiano con atrevimiento paso primero que el alemán, observando los títulos, las fotos con su hermano, y algunos cuadros colgados en la sala de estar- ¿eres medico Lud? -El berlinés lo siguió, y se poso detrás de él, que observaba con detalle su titulo- Si tengo 4 años en esto- el italiano sonrío- ¡hey! Me caes muy bien y también eres apuesto -sonrió esta vez para el alemán que se sonrojaba, como podía estar pasándole eso, ¿será que él era como su hermano? Y Feliciano se veía tan delicado, y tan lindo, una imagen muy distinta a la que presento en el restaurante- D-Danke… ¿Por qué tu prima no te espero? -el alemán se fue a la cocina y este lo siguió.

-mi prima debía de ir a alguna reunión y salió primera que todos ¿Tienes hambre? ¡Puedo prepararte algo muy rico! ¿Te lo había dicho no? Cocino por hobbie -el teutón asintió pero solo saco dos vasos de cristal- si gracias… ya comí solo tengo sed pero si tienes hambre puedes tomar algo- el después de todo era muy bondadoso, sirvió algo de agua en ambos vasos, tomo el suyo y se fue al sillón en la sala, para encender la tv, el mediterráneo bebió su agua y la dejo en el fregadero y siguió al alemán, que ya se encontraba cómodo en el sofá, tomo asiento junto a el- Lud ¿te gusto mi prima- ¿Qué pretendía haciendo ese tipo de preguntas?- No, es muy linda pero no es de mi tipo pero la llamare parece ser muy amigable -el italiano le observo de nuevo- ¿tienes pareja? -el alemán respondió con la cabeza, negando, de verdad ¿Qué buscaba el italiano haciendo ese tipo de preguntas?, pudo jurar que escucho un suspiro- eres muy apuesto…-tomo su mano y la acaricio, el germano sintió esto y se alarmo un poco, no por lo que hacia el italiano, si no por cómo se sentía él, se estaba quedando sin aliento, ¿debía de probar? Tal como su hermano le había dicho, si, se respondió seguro, tomo las manos del italiano también acariciándolas, sonriendo tímidamente para este, pero nunca se espero que el chico se sentase en sus piernas.

-¿soy apuesto? -Pregunto sin nada de pena el italiano, el alemán con algo de miedo dejo sus manos y acaricio su rostro- E-eres…lindo -le miro a los ojos- ¿eres bisexual? -el italiano sonrió ante la pregunta-No, soy pansexual me gustas por cómo eres… -sonrió para este con mucha confianza acercándose a él- Y eres tan amable… me gustaste de que te vi -admitió finalmente el italiano, el rubio comenzó a tartamudear, totalmente nervioso, nunca se había sentido así con una chica. Y el italiano le provocaba mil y un sensaciones, con algo de valentía bajo y rozo sus labios- Tu también…-sin esperarlo mas ya se estaban besando con demasiada pasión, el germano recorría el pequeño cuerpo del italiano, no se había fijado del todo, comparado a él, que hacia ejercicio todos los días, era pequeño pero como le gustaba, en forma y saludable, tenía unas redondas nalgas que con picardía acaricio, el italiano con timidez gemía entre los besos.
Todo eso era tan nuevo y diferente para él, pero le estaba gustando, y sobre todo porque era con ese chico, lo admitió, y lo admitiría de nuevo, le había gustado desde que lo había observado, continuo besándolo con pasión, jugando con sus lenguas, sintiendo que se ahogaban por falta de aire, se separaron dejando un hilo se saliva que aun unía sus bocas- uhm…-sin saber que hacer ahora le observo- ¿v-vamos...a dormir? -el menor asintió con una sonrisa bajándose de sus piernas, se tomaron de la mano y se dirigieron a la habitación del mayor, que también estaba bien ambientada, toda su casa tenía un estilo modernista serio que le gusto mucho al menor, observo los cuadros y los adornos en las mesas de dormir, tenia buen gusto, era un punto para el alemán por parte del castaño, ya le estaba gustando demasiado.

-hmmm te daré una camisa ¿Está bien? -Este se aferro al blondo que estaba de espalda al frente de su closet- Quiero ser tuyo~ -susurro casi en un gemido el italiano, el germano no pudo aguantar un segundo mas, tomo al chico de los hombros estampándole un ferviente beso, sus manos comenzaron a moverse fogosas por su cuerpo, despojándose mutuamente de aquellas estorbosas piezas de tela, palpando con gusto el cuerpo desnudo del italiano, por dios, el rubio no podía creer lo que sucedía, ese chico lo estaba excitando más que una mujer, palpar su cuerpo, escuchar esos leves gemidos escapar de su boca, era grandioso, nunca espero sentirse así con alguien, y menos con un hombre, pero Feliciano era diferente sin duda.
Se hallaron en la cama, palpándose con fervor, el italiano besaba su pecho, mientras el alemán continuaba tocándolo, bajo sus manos por su pecho tocando sus tetillas- ¿te gusta?- este asintió ahogando leves gemidos suaves, los pellizcaba con pasión, se pregunto cómo sería si los lamia nunca pensó que aquella zona fuera tan sensible en un hombre, lo era, según sus estudios médicos, pero no a ese grado, fue probar, comenzó a lamerlos con su lengua redondeándolos y lamiendo la punta que comenzaba a ponerse erecta, se veían tan rosados que no aguanto más y los atrapo en su boca.

-ah-ahh-L-Lud... ¿d-de...Veras...es tu primera vez...con un hombre...? -trato de hablar aguatándose, el alemán le miro desde su posición dándole a entender que si- m-me gusta.ahhmm...mas…mas...ah... -gemía este pidiendo ser tocado, le gustaban las manos grandes y suaves del mayor, le provocan chispazo con solo rozar su piel.

Cuando ambas tetillas se encontraron duras y rosaditas decidió bajar sus manos hasta su miembro, tomándolo con ambas manos y comenzando a masturbarlo, con rapidez, provocando en el italiano un fuerte gemido, atrapo sus labios en otro fogoso beso, lamiendo sus labios, pidiendo permiso, como si lo necesitase, exploro su boca ahogado esos gemidos que tanto le gustaban, hasta que el latino como pudo bajo sus manos hasta el miembro del teutón. No pudo evitar darle un vistazo, grande y grueso, como según decían que lo tenían los alemanes, no se imaginaba lo que le esperaba hasta que lo tuvo en sus manos, lo toco como si se tocase a sí mismo, con esa misma pasión, arrancando de la garganta del teutón, gruesos y roncos gemidos- Nhgmmm -se le escuchaba con mucho placer para ser sincero, y como buen amante que era el italiano, con sus agiles manos lo tocaba.

No podía aguantar más el italiano le estaba volviendo loco de placer, lo tocaba de un modo que lo hacía hervir de éxtasis, continuo brindando atención al miembro del menor, sintiendo como este palpitaba, el italiano detuvo sus manos mordiendo sus labios y mirando a los ojos al alemán.- m-mm-me vengo..-susurro de nuevo en un gemido el latino, este beso sus labios -No importa…córrete- Este gimió alto y agudo en su oreja corriéndose por completo, demasiado placer para una noche pensó Ludwig.

Continuaron amándose cuando sintió que era el momento, el no aguantaría mucho tiempo, así que acomodo al castaño debajo de el, para que estuviera en una posición cómoda, según creía el alemán, el latino se abrazo a su cuello para unir sus bocas en otro beso, por lo que podía imaginarse, tenía que hacerlo “por ese lugar” tendría que dilatarlo un poco, apretó al chico contra su pecho mientras jugaba con su oído- ¿e-eres virgen? -pregunto sin dejar de pasear sus manos por su espalda, para volver a recostarlo, este solo atino a asentir muy rojo gimiendo suave, apretando, volvieron a besarse, el teutón bajo sus manos acomodando las piernas del latino y alzándolas en sus hombros, dejando expuesto su redondo trasero, sus manos jugaron por aquella zona- L-Ludwig -gemía el otro- v-vamos…t-te q-quiero...y-ya...dentro de mi -admitió sin vergüenza alguna- Calma…solo un poco mas -introdujo un dedo en su entrada, moviéndolo circularmente, un gemido proveniente del de ojos miel no se hizo esperar, mientras que unas leves lagrimas se aromaron en sus ojos- p-perdóname…n-no tengo lubricante…nada… n-no..me esperaba…esto -continuo dilatándolo como podía, un segundo acompaño al primero, ahora tocando su próstata, el alemán era primerizo en eso, pero no olvidaba sus conocimientos- aahh---aah..Hmm que...que haces -abría la boca dejando que algo de saliva se escurriese por esta- ¿n-no te gusta? -pregunto nervioso el mayor- s-si…p-pero...ah..ah..n-no..sabía…que si-si..me tocabas…ahí…s-se...-realmente estaba haciendo un esfuerzo por hablar, se escuchaba como jadeaba para no gemir- sentiría bien ahh…ahmm hmm -continuo gimiendo, para el gusto del rubio, un tercer dedo corono su entrada, vamos que el alemán tenía que ser sincero, la tenía grande, así que necesitaba un tubo de lubricante o dilatarlo mucho , como no tenia lo primero recurría a lo segundo, sin dejar de mover sus dedos en la entrada del menor este se movía deseoso, al mismo ritmo de sus dedos, ya ansioso de sentirlo, el alemán no lo hizo esperar más, sacando sus dedos y entrando de a poco en el- Aah..ahhh….ahmmmm -Ludwig ahogo sus gemidos con su boca, robándole otro beso, esos eran sus gemidos, y solo de él, no dejaría que nadie más los escuchase, solo él.

Apenas estuvo adentro el italiano le miro con amor a los ojos -v-vamos….-comenzaron a moverse, primero lento, adentro y afuera, mientras que el castaño le seguía el ritmo, para ser la primera vez de ambos, se sentía muy bien.
-mm-m-mas…mas…-susurro el italiano en su oreja, lamiendo su lóbulo mientras gemía en su oído, solo para él, el alemán ahogaba sus jadeos apretando sus labios, el latino era tan estrecho y cálido, de solo pensarlo creía correrse, pero aguantaría todo lo que pudiese para disfrutar ambos, retomaron otro boca a boca apasionado, moviéndose esta vez con más rapidez, ahogando sus gemidos, se sentía delicioso, se separaron.

- c-creo..que me correré de nuevo..n-no..aguanto más- el miembro del germano, cepillaba con gusto su próstata, y tocaba un punto interno en el que le creaba un delicioso chispazo, el alemán profundizaba las estocadas, porque ese mismo punto le hacía sentir exquisito, tocar su punta en el interior del latino, mordió su cuello- m-me..correré -admito el germánico aun con aquel rápido ritmo, el italiano asintió también, una estocada mas y se dejo venir dentro del castaño, su liquido esparciéndose dentro de el, caliente, potente, al igual que el cobrizo, ambos se corrieron casi al mismo tiempo, manchando el abdomen del más grande, pero sin dejar de escucharse esos dos potentes orgasmos, uno más grueso que el otro, el poseedor de los cielos recordaría esa noche por toda su vida, al igual que el latino.
Cuando al fin este salió del interior del castaño lo abrazo contra su pecho, que se movía suavemente al compas de su respiración, acaricio algunos mechones rebeldes en su rostro y sonrió- hmm…-susurro suave el alemán, un gustoso suspiro realmente, pero el italiano cerró los ojos- Mañana..mi prima me vendrá a buscar..y…hare de cuentas que esto no paso -el berlinés se quedo quieto unos segundos al escuchar el tono melancólico con el que lo decía- ¿Por qué dices eso..? -pregunto nervioso tomándolo de los hombros
- n-no..creo que quieras estar conmigo- el susodicho frunció los labios- ¿Por qué crees eso…? -acaricio con suavidad sus labios- me gustas demasiado míranos…-lo acobijo contra su pecho- me gustas..tanto que fui capaz de hacerlo contigo..-beso sus parpados que dejaban escapar leves lagrimillas, ¿de felicidad tal vez?, si, el italiano sonrió al escuchar aquello- ¿Entonces…? -Pregunto tímido y el alemán respondió con una sonrisa- Quiero tener una relación contigo quiero conocerte mas.. no te busco por el sexo.. Me gustas y quiero conocerte mas -el latino sonrió mientras unas escurridizas lágrimas bajaban por sus mejillas, y algo en su pecho le exigió proteger a ese delicado chico, arropándolo en sus brazos, y dejando castos besos en su rostro, hasta que el sueño les venció.

Era temprano, las cinco y media am para ser exactos, cuando Gilbert llego tomando de la mano con su pareja, habían pasado la noche en el apartamento del segundo, luego de tener una cita camuflada con algunas chicas, luego de despedirlas, estos dos fueron a darse amor hasta que la energía les rindió. - hmm extraño -murmuro el albino mientras observaba la cocina- ¿Qué es extraño Gilbert? -pregunto con elegancia el músico- Mi bruder debería estar desayunando a esta hora…hmmm- coloco una mano en su barbilla, en un gesto pensativo- ¿no fueron a eso de “citas rápidas” anoche? Tal vez tu hermano este dormido porque tuvo una cita con alguna chica- el mayor sonrió malicioso- Niyo niyo…quien creería que mi pequeño Lutz -como le apodaba el - ¿Tuviera una noche “muy ocupada”? ven vamos a visitarlo a su cuarto-

Condujo al austriaco hasta la puerta de la habitación del menor y como acostumbraba el albino la abrió de un portazo- ¡¡GUTEN MORGEN KLEINER LUTZ!! Sé que tuviste una noche “ocupada” pero tienes…guardia ..-se quedo mirando el bulto en la cama del alemán, mientras que este se levantaba alarmado aun en la cama- ¡LO SABIA trajiste a una chica! -el rubio le miro con una mirada matadora- ¿¡POR QUE DEMONIOS ABRES LA PUERTA ASI!?- y entre tanto griterío el pequeño bulto se asomo entre las sabanas abrazando al alemán por la cintura- Lud calma… es muy temprano para que..-se quedo mirando a los que se encontraban en la puerta y se escondió entre las sabanas- ¡¡AJA!! ¡Roderich y yo teníamos razón! ¡Eres como nosotros! -el celular del alemán comenzó a sonar y todos guardaron silencio.
Este busco en el suelo como pudo sus bóxer y se los coloco dentro de las sabana, levantándose para contestar- Buenos días Ludwig Weillschmidt…ah..si es usted Si..si su primo esta aquí ¿puede decirme donde vive? Es que desayunara con nosotros..hmmm aja.. entiendo hasta luego -colgó y miro mal de nuevo a su hermano- Tenemos que hablar pero será apenas esté listo así que sal de mi cuarto A-H-O-R-A -este se rio con malicia y cerró la puerta, debía de ducharse para alistarse para su guardia.

-Ludwig- susurro el italiano entre las sabanas- ¿si liebe? -Respondió este con cariño acercándose a él- Quiero bañarme contigo~- el rubor en las mejillas del alemán no se hicieron esperar y entraron juntos, los que les esperaría cuando saliesen.
Pero a Gilbert nunca le sorprendió todo eso, siempre supo que su hermano era así y lo aceptaría de cualquier forma, de todos modos, aprovecharía y lo haría molestar, como todo buen hermano mayor que era.

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