Título: Your Little Things
Clasificación: G
Géneros: no-AU, fluff
Parejas: KrisYeol
Resumen: Eran aquellos pequeños defectos los que hacían de él el Chanyeol del que Kris se había enamorado.
Kris abrió y cerró la puerta con cuidado, dejando la maleta en la entrada junto con sus zapatos. Aunque después de dos meses se moría de ganas de poder abrazar a todos y cada uno de sus compañeros, no quería despertarles. El vuelo había salido con bastante retraso, así que cuando llegó a Seúl eran altas horas de la madrugada y con el comeback a la vuelta de la esquina, los chicos tenían más que merecidas las pocas horas de descanso de las que dispondrían hasta volver a la sala de ensayos.
Sin encender las luces, caminó a tientas por un apartamento que ya conocía demasiado bien. La mesa, la silla que Lu Han siempre dejaba fuera de sitio, el pie de la lámpara... De pronto se tropezó con algo o alguien que sobresalía del sofá y que emitió un quejido de dolor ante el golpe. Con el corazón latiéndole a mil por hora por el susto, atinó a encender la lámpara que había en la mesa auxiliar.
-¿Hyung?
Sintió el pecho arderle cuando descubrió a un somnoliento Chanyeol acurrucado de mala manera y con los pies asomando por fuera del sofá. Sonrió. Él también solía tener ese problema.
-¿Qué haces aquí? -susurró acercándose hasta él y sentándose en el hueco que había dejado libre al incorporarse con los ojos todavía medio cerrados- ¿Por qué no estás durmiendo en tu cama, como las personas normales?
-Quería ser el primero en darte la bienvenida, hyung.
Y sin decir nada más se abalanzó sobre él y le atrapó en un abrazo. Kris apoyó la barbilla en su cabeza y le acarició la espalda.
-Te he echado mucho de menos -susurró Chanyeol con la voz amortiguada por su camisa - Prométeme que nunca te irás tanto tiempo…
Kris le separó un poco, lo suficiente como para poder verle la cara sin necesidad de que le soltara. Tomó su rostro con las dos manos, mirando directamente a aquellos preciosos ojos marrones que tanto le gustaban y asintió.
-Te lo prometo -fue en ese momento, mientras trataba de colocar bien un mechón del pelo del otro chico, cuando reparó en algo- ¿Por qué llevas gorro? No hace tanto frío…
Chanyeol se sonrojó violentamente y casi instintivamente, se llevó las manos a la cabeza, presionando la lana hacia abajo, de modo que tapaba todavía más su pelo. Kris alzó una ceja, esperando una respuesta que el otro no parecía muy dispuesto a dar, aunque no hacía falta ser muy listo para darse cuenta de lo que pasaba.
-¿Y bien?
-Yo…Bueno me ofrecieron…Tú estás muy guapo y pensé que yo…Pero no… -alzó la vista y le miró con ojos atormentados y las mejillas todavía azoradas- Hyung, es horrible…
-Exagerado. Seguro que no es para tanto.
Kris extendió su mano hacia el chico, que se echó hacia atrás sujetando con fuerza el borde de su gorro y negando con la cabeza, pero no tuvo que intentarlo demasiadas veces antes de tener la prenda de lana entre sus dedos.
-Me queda fatal…
Le contempló en silencio durante un buen rato y el otro acabó apartando la vista, llevándose las manos a sus orejas, como si quisiera esconderlas. Era cierto que aquel corte de pelo no le favorecía especialmente, pero seguía siendo el Chanyeol de siempre. Los mismos ojos enormes y brillantes, los mismos labios, la misma sonrisa llena de dientes. Seguía siendo el chico seguro de sí mismo ante el público y que en la intimidad no ve más allá de todos sus defectos. La forma en que agitaba los brazos de forma exagerada cada vez que se le escapaba una carcajada, cómo uno de sus párpados se cerraba más que el otro cuando sonreía, los ojos desorbitados que a veces le daban aspecto de psicópata. Y sus orejas. Aquellas orejas grandes y adorables. El más pequeño odiaba todo aquello, pero eran precisamente aquellas pequeñas cosas las que Kris más amaba, pues eran las que le hacían ser el Chanyeol del que se había enamorado.
-El pelo siempre acaba creciendo…
Pasó una de sus grandes manos por la cabeza del otro, que volvió a retroceder, pero Kris le sujeto firmemente por la espalda y besó la línea de la frente donde nace el pelo. Recorrió todo el rostro, mordisqueó con suavidad aquellas orejas que tanto odiaba y, finalmente, atrapó sus labios. Nadie imaginaba lo mucho que le había echado de menos. Chanyeol suspiró y se apartó de él, arrebatándole el gorro de las manos. Sin embargo, consiguió detenerle antes de que volviera a ponérselo.
-No.
-¡Pero hyung! -protestó volviendo a apartar la visa.
-No.
Se inclinó sobre él y volvió a besarle con mucha más intensidad. Le besaría todas las veces que hiciera falta porque, de todos modos, no era demasiado bueno con las palabras y quería que aquel mensaje quedara grabado a fuego en su mente.
Park Chanyeol. Eres perfecto. Perfecto para mí.