ABANDONA TODA ESPERANZA -dia 11

Aug 11, 2014 21:08

Hola, es la primera vez que participo en el mes de Misha y la verdad estoy hecha un revoltijo pues se me ha dificultado mucho poder publicar (nunca lo habia hecho en esta pagina) asi que si ven algun error, por favor echenme una mano ^^

titulo: Abandona toda esperanza
Fandom: Supernatural
Resumen: Castiel se ve envuelto en una situacion que no puede controlar, lo que lleva a tener que guardar un secreto que le esta matando poco a poco.
Character/pairing:Destiel
Disclaimer: Supernatural no me pertenece, si asi fuera, ya hubieran suspendido la serie por pornografica.
Advertencias: Esta historia esta basada en la quinta temporada, a partir del capitulo 10, que se llama "Abandon All Hope" y es la primera parte... la verdad no se como publicar lo demas!!! xD

ABANDONA TODA ESPERANZA
.________________________________________________.

-Lo tengo… el demonio Crowley está haciendo un trato; en este momento se está cerrando -dijo Cass viendo a Crowley oculto tras una columna.
-¿Se está cerrando? -Repitió Deán desde el otro extremo de la línea telefónica- sí, bueno osito de peluche, no lo pierdas.
-No lo perderé.
¿Osito de peluche?... esa si era nueva y no sabía muy bien que significaba ese apelativo en él, pues a lo que menos se parecía era a un oso, sin embargo, por alguna razón eso lo hizo sonreír.

__________________________________________________

-Lo seguí, no está lejos, pero está protegido con signos de magia enochiana… no puedo entrar.
-Lo hiciste bien, nosotros continuaremos.

__________________________________________________

Y si; los Winchester habían conseguido la Colt y ya todos estaban listos para partir al día siguiente a matar al diablo, por eso unas copas y música era una buena forma de pasar el rato intentando no pensar en lo que tendrían que enfrentar al amanecer, o al menos eso hacían Castiel, Jo y Ellen en la habitación contigua a la que estaban Sam y Déan, pues estos dos no podían dejar de hablar de eso, por eso mismo a Déan le pareció una gran idea levantarse de su asiento al ver el atractivo cuerpo que se había levantado de la mesa por otra cerveza.
Y Cass, estando con unas copas encima, había dicho la verdad al decir que ya había empezado a sentir algo, pues aunque su cuerpo era como un gran contenedor de energía que casi nada humano podía afectar, a fin de cuentas eso era… el habitante de un cuerpo humano, por eso las copas de alcohol bebidas de un tirón hicieron que la cabeza comenzara a darle vueltas… a darle vueltas, mas no a ponerlo estúpido, pues en cuanto Déan se acercó a Jo, pudo percibir las intenciones del mayor de los Winchester, pues aunque era bastante neófito en esos aspectos de la humanidad, principalmente de la suya, el pasar tanto tiempo con Déan había hecho que conociera ciertas características de aquel Donjuán.
-Creo que es tiempo de comer, beber y tú sabes, hacer fiesta.
-¿Hacer fiesta?.... -pensó sintiendo algo raro en su estomagó mientras fingía escuchar algo que Ellen decía- ¿Por qué habrían de hacer una fiesta?
-… Sí así fuera ¿crees que funcionaria? -había dicho Deán con cierto tono que a Cass se le hizo molesto.
-¿Funcionar?... ¿funcionar qué? -pensó sin entender una palabra de aquel pequeño dialogo, pero no hacía falta entender la palabas, pues el lenguaje corporal del aquellos dos decía más que mil palabras.
El ángel tenia la cabeza revuelta, una parte por el alcohol y otra por… ¿Por qué?... a saber, ni él mismo lo sabía, solo una cosa tenía muy clara y era que de repente estaba molesto… ¿con quién o quieres?... con el mundo entero o con nadie, solo sabía que el malestar en la boca de su estomago nada tenía que ver con el alcohol, era más bien con un sentimiento, como cuando se enteró que su padre celestial los había abandonado, lo curioso es que ese raro sentir no era la primea vez que se hacía presente, ya antes lo había sentido pero ¿Cómo o cuando? No lo recordaba o más bien, no lograba identificarlo; pero una cosa si era segura y es que cuando Bobby los llamó para la dichosa foto, no dudo en decir lo que pensaba dejando escapar un poco del mal humor que de repente lo había invadido.
-Bobby tiene razón… -exclamó con cara larga- mañana cazaremos al diablo, es nuestra última noche en la tierra.

___________________________________________________

Al día siguiente, al separarse en dos grupos decidió ir a investigar el porqué tantas muertes infestaban el lugar, y aunque ya sabía que Lucifer estaba metido en ese inhóspito y lúgubre pueblo, jamás espero verse rodeado de un circulo de fuego santo y a su hermano mayor observándolo detenidamente en un extremo de la habitación.
-Hola hermano.
-Lucifer… -musito intentando controlar el miedo que ese ser le inspiraba.
-Supongo que vienes con los Winchester.
-Vengo solo -respondio algo titubeante.
-Lealtad… es una buena cualidad en estos días… Castiel ¿verdad?
Asintió levemente ante la pregunta dejando que Lucifer llevara el control de la conversación.
-Castiel… me dicen que llegaste en automóvil.
-Sí.
-¿Cómo es eso?
-Lento… encerrado.
-Qué cosa tan peculiar eres.
Esa frase lo dejó confundido, pues no entendió el sentido de esas palabras, pero no tuvo tiempo en ahondar más en aquello, pues el estado del recipiente de su hermano le llamó la atención. Y el resto de aquella hilarante conversación le dejó más en claro que los planes de Lucifer no dejaban cabida para la duda o el más pequeño error.
Y luego ese escalofriante silencio, en donde por más que intentaba pensar algún plan para escapar, no se le ocurría nada; y es que no ayudaba en nada el que Lucifer se la pasara dando lentas vueltas alrededor del circulo de fuego, con un brazo cruzado y el otro en su mentón, viéndolo de píes a cabeza, observándolo, escrutándolo… ¿Qué era lo que veía tan detenidamente y con gran interés?... no tenía idea, solo sabía que eso estaba poniéndolo más nervioso de lo que ya estaba si acaso eso era posible; tal escrutinio hacia que se sintiera pequeño, muy pequeño.
Pero estaba decidido a seguir sobrellevando la situación a donde quiera que esta fuera, a seguir pensando cómo salir de aquella situación por mas imposible que eso pareciera; por eso se mantuvo imperturbable hasta que llegó Meg, anunciando que tenia a los Winchester atrapados.
-Bueno Castiel, tienes tiempo… -dijo Lucifer- tiempo para cambiar de opinión.
Y sin más, salió de ahí dejando a su servil demonio Meg riéndose y burlándose de él como si fuera un animal de circo.

______________________________________________________________

No supo cuanto tiempo pasó escuchando las tonterías de aquella mujer, o de aquel demonio femenino que habitaba en ese pobre recipiente, pero la mente de Castiel ya había encontrado un modo de salir de ahí, o al menos de intentarlo aunque le fuera la vida en ello.
-Pareces complacida… -dijo al verla caminar muy pagada de sí misma a su alrededor.
-Vamos a ganar ¿puedes sentirlo? -Respondio Meg casi extasiada- tus hermanos angelitos perdieron todo el universo.
Eso y más palabrería para distraerla y así poder quitar los pernos de aquella tubería sin que ella se diera cuenta, y cuando logró zafarla, su sorpresa fue mayúscula cuando vio que no podía matar demonios con su mano como hacía antes.
-¿No puedes matar demonios, verdad?... te degradaron de tu puesto y no tienes el poder…. ¿Qué es lo que si puedes hacer, estúpido impotente?
Y tal como vio que Jo había hecho con Deán, acercó sus labios a los de Meg diciendo:
-Puedo hacer esto…
Lo siguiente que sucedió, fue a Castiel pasando sobre el fuego santo sirviéndose de ella como puente. Caminó con paso apresurado por un pasillo oscuro pensando en donde estarían los hermanos para transportarse ahí, cuando algo lo hizo girarse bruscamente provocando que casi cayera al suelo.
-¿Te vas tan pronto y sin despedirte?
Lo que lo había hecho girarse era la mano de Lucifer en su brazo, sujetándolo con tal fuerza que casi lo hizo gemir de dolor.
-¡Lucifer!
-Es una gran descortesía irte sin darme tu respuesta -respondio el ángel sonriendo sin soltarlo.
-¡Agh!... -gimió intentando soltar su brazo forcejeando y con su otra mano, pero esta parecía una garra que se negaba a dejarlo ir.
-¿Crees que solo con fuego santo puedo retenerte? -Exclamó Lucifer con esa odiosa tranquilidad mientras lo veía luchar- basta con que te toque Castiel, para inmovilizar tus alas.
-¡Suéltame!
-No puedo, aun no terminamos de hablar.
-¡Padre! -Exclamó Meg llegando en ese momento con respiración entrecortada- ¡Lo siento, yo… yo…!
-Tranquila pequeña, todo está bajo control.
Castiel de pronto se había quedado quieto, pensando que si dejaba de forcejear, su brazo no sería apretado tan dolorosamente.
-Déjanos solos querida, Castiel y yo aun no terminamos de hablar.
Meg se quedó en su lugar unos segundos, analizando la voz de su creador, intentando vislumbrar furia o enfado, pero una mirada de Lucifer le hizo comprender que ese análisis lo hiciera en otro lado, así que sin decir nada mas, se dio la vuelta y se fue de ahí.
-Bien, creo que ya podemos continuar nuestra charla sin molestas interrupciones -dijo sonriéndole a Castiel mientras comenzaba a caminar- ven, vayamos a otro lugar más cómodo, no me gustaría que un hermano pequeño hable mal de mi hospitalidad.
-Si piensas que te ayudare a atrapar a Sam Winchester, pierdes tu tiempo… puedes matarme de una vez.
-¿Matarte?... ¿Y quién habla de matarte? -Respondio sin detener el paso- no Castiel, lo que menos pienso hacer es matarte.
-Pues te lo sugiero porque no conseguirás nada de mí -y sin más sacó su daga del brazo e intento asestarla en el pecho de Lucifer, sin embargo éste lo esquivo y se la quitó sin gran esfuerzo torciéndole el brazo hasta hacerlo gritar dejándolo tumbado boca abajo en el suelo.
-Tranquilo Castiel, no hay necesidad de ponernos agresivos, somos hermanos y podemos hablar con civilidad ¿no lo crees?
-Ve-vete al infierno… -respondio Cass con la mejilla pegada al suelo.
-No lo creo, de allá vengo, ven, vamos -dijo levantándolo y llevándolo casi a rastras tras de sí hasta llegar a una amplia habitación; una habitación con decoración vieja y de mal gusto.
-Te advierto que los Winchester no vendrán por mí, así que soy inútil como rehén.
-¿Y quién piensa en los Winchester ahora? -dijo deteniéndose a medio cuarto, observando el entorno como si fuera una interesante pieza de museo- dime Castiel, si te suelo te irás ¿verdad? No querrás charlar conmigo como viejos conocidos.
-Tú y yo no somos viejos conocidos ni mucho menos… así que ten muy presente que no solo intentaré irme de aquí, antes intentare matarte así me vaya la vida en ello.
Lucifer se le quedó mirando fijo por unos instantes hasta finalmente sonreír mientras decía:
-Te importa mucho Sam Winchester ¿no?
-Es mi amigo.
-Estás dispuesto a morir por él… ¿y él estaría dispuesto a hacerlo por ti?
-Eso no importa, lo que importa es detener tu maldito plan.
-Sigo intrigado por ti, mi pequeño hermano… por eso estás aquí.
Castiel observo por primera vez la habitación en la que estaban y lejos de apreciar la decoración, solo vio una cuarto con muebles viejos y una enorme cama en medio.
Sin decir más y con un solo chasquido, Lucifer encendió un circulo de fuego santo alrededor de ambos para después soltar al ángel, quien dio varios pasos atrás sobándose el brazo.
-Ya te dije, los Winchester no…
-No te tengo aquí por ellos -interrumpió Lucifer muy calmado- estoy seguro que Sam Winchester vendrá a mi tarde o temprano, por su propia elección.
-No lo hará… -respondio Cass sonriendo seguro- no los conoces.
-¿Y tu si?
-Sí.
-Ya veo -exclamó viendo a Cass con esa irritante calma que empezaba a sacar de quicio al ángel menor.
Lucifer se sentó en la cama y se recargó en la cabecera sin dejar de mirarlo tan fijo que Cass de repente se sintió siendo escrutado.
-Ya había dicho… -dijo de pronto Lucifer- que eras una cosa muy peculiar… y lo reitero.
Cass no respondio, estaba decidido a ya no participar en cualquiera que fuera el juego del ángel.
-¿Dar la vida por estos monos? -Continuó el ángel- ¿Unas criaturas sublimes como nosotros, morir por estos mmm… insectos?
-No entenderías.
-¡Oh pero claro que entiendo! -Respondio con una sonrisa- entiendo más de lo que tú crees… ¿acaso piensas que la caja en la que estaba no tenia ventanas?... no hermano, yo veía, yo observaba… y no conoces a la humanidad como la conozco yo.
-¿Entonces porque la aborreces tanto?... deberías darte cuenta de que la gente es muy valiosa.
-¿En qué sentido? -Cass resopló y giró el rostro- ¡no, en serio! -Continuó Lucifer con gesto amable- me interesa tu punto de vista, por eso es esta conversación.
Cass miró hacia varios puntos de la habitación, en ese gesto tan característico suyo de vigilar su alrededor aun mientras conversa.
-Bueno… -dijo mirándolo al fin- las personas tienen vidas frágiles y aun así se esfuerzan en vivir al máximo.
-Bien -exclamó como analizando la respuesta- ¿Qué más?
-Podría decirte muchas cosas, pero la principal es que son creaciones de nuestro padre, creaciones que…
-Pretendía que honrásemos -concluyó Lucifer interrumpiéndolo- perdón si te ofendí -añadió al ver su rostro contrariado- en solo que esa es la verdad ¿no es así?
Cass se irguió respondiendo solo con silencio.
-Eres muy transparente Castiel y yo soy muy observador… y puedo deducir que eres un magnifico soldado, no solo por tus habilidades de combate, sino porque tienes un corazón muy puro, característica que te hace imparable en la lucha pues te hace pelear con convicción al punto de poder llegar a ser cruel con tu enemigo, solo por seguir tus ideales… ¿me equivoco? -Cass solo apretó los labios y lo fulminó con la mirada- eres un enemigo peligroso porque no tienes miedo de morir.
-¿Qué pretendes con este raro juego?
-Lo repito, eres peligroso… pero no para mí, no para mí que podría borrarte con un chasquido de dedos.
-¿Y qué esperas entonces?
-Espero, querido hermano, que abras lo ojos.
-¿Y ver qué?
-La podredumbre de la humanidad… igual a la de los demonios -añadió con hastío.
-Y a la de los ángeles -completó Cass con una sonrisa sardónica- ángeles que también son capaces de matar a sus propios hermanos con tal de conseguir sus objetivos.
-¿Qué te puedo decir? Solo abrieron los ojos también -respondio alzándose de hombros.
-Cómo sea… acaba con esto de una vez.
-No tenemos alma Castiel, pero tenemos espíritu ¿y sabes lo que vi en el tuyo?
-No me interesa.
Lucifer sonrió al ver el gesto serio del ángel, y continuó hablando.
-Eres un ángel único Castiel… no solo amas a la humanidad… sino que amas a uno es especial.
Cass se le quedó mirando como si un gnomo le hubiera salido de la cabeza a Lucifer, quien al ver su expresión, sonrió más ampliamente.
-Ya te lo había dicho, eres como un cristal para alguien como yo; me dicen el padre de las mentiras, pero nadie como yo para descubrir la verdad.
-No sé de qué estás hablando, pero no me interesa -exclamó Cass sintiendo su corazón acelerarse sin saber porqué, solo deseando salir volando de ahí lo más rápido posible.
-¿Qué pasa, porque esas mejillas sonrojadas?... nunca creí ver a un ángel ruborizado.
Cass se giró dándole la espalda, buscando con los ojos alguna forma de escape en esa línea de fuego santo.
-No puedes salir y lo sabes -dijo Lucifer reacomodándose en la cama- además mi pequeño hermano, si tanto te gusta hablar de la humanidad, pues hablemos de tu humano.
-Yo no tengo ningún humano y no sé de que hablas… -respondio volviéndose a verlo, aun con expresión ofuscada.
-Vamos Castiel, dale mas merito a la opinión que ya me he hecho de ti… acepta de una vez que el amor que le tienes a la humanidad se reduce a uno solo.
-No entiendo que dices, pero si insinúas que soy un hipócrita con mi afecto a los humanos, estás muy, pero muy equivocado.
-No Castiel, no digo que seas hipócrita… ese es otro detalle, pues tal parece que ni tú mismo te has percatado de ello.
-¿Percatarme de qué? -preguntó entre confundido y exaltado, pues aunque ese tema le estaba resultando extrañamente muy incomodo, tampoco entendía por qué.
Lucifer volvió a sonreír mientras se ponía de pie lentamente.
-Dime una cosa -dijo sonriendo con la cabeza de lado- con ese recipiente que tienes… ¿Qué hay de las emociones humanas?
-¿Emociones humanas?
-Ajá… eres un ángel Castiel, pero estás en un recipiente humano, aunque seas un ser de luz, vives en un cuerpo con sensaciones no propias de los ángeles, ¿me dirás que no sientes nada al ver a tu humano interesarse en otra persona? ¿Me dirás que no sientes deseos de ser el objeto de esas miradas deseosas? ¿De sentir en tu cuerpo, las manos que acarician a esas mujerzuelas que se atraviesan en su camino?
-¡Cállate! -Gritó sintiéndose ofendido y acorralado- ¡No se dé que hablas y no me interesa!
-mmm sino me equivoco, aun eres virgen ¿verdad?
Cass solo abrió la boca sin saber ni que decir ni que hacer.
-Ya no estás sujeto a las reglas celestiales ¿Puedo saber porque no has aprovechado esta libertad que tienes?
-Estás loco -musitó comenzando a caminar de un lado a otro como león enjaulado.
-Yo te diré porque… porque muy en el fondo deseas que sea él quien te quite ese defecto.
-¿Defecto, de que defecto hablas? -preguntó realmente sin saber a qué se refería.
-A tu virginidad por supuesto ¿de qué más podría estar hablando? -respondio encogiendo los hombros mientras metía las manos en los bolsillos.
Cass se quedó callado viendo el rostro sereno de Lucifer, sintiendo que esas palabras calaban hondo pues no era verdad… ese fuego que le recorría las venas mientras le veía conducir o simplemente dormir no podía ser aquello de lo que ese ángel hablaba.
-¿Aun lo niegas hermano? -Exclamó Lucifer viendo la lucha interna de Cass- ¿aun no te atreves a aceptar que un ángel como tú, se ha enamorado de uno de los Winchester?... y no hablo de Sam, claro.
Cass abrió los ojos como platos y dio unos pasos atrás, casi pisando el fuego santo con los talones.
-Ten cuidado, casi pisas el fuego.
Cass no respondio, seguía viendo con cara de poseído a Lucifer, incapaz de asimilar las palabras de su hermano mayor, incapaz de darle nombre a ese sentimiento que le embargaba cada vez que veía a Déan Winchester.
-No… -musitó al fin y sin dejar de mirarlo como loco- es mentira… yo… yo no…
-Ups… Creo que eso ni tú mismo te lo esperabas -dijo Lucifer cruzándose de brazos- ese es precisamente el defecto de ustedes los ángeles -continuó haciendo un ademan con su dedo índice, como quien da en el clavo- son tan miopes.
-No… estás… equivocado… -continuó bajando la mirada para después mirar a ambos lados, aun sin saber qué hacer.
-No, yo te demostrare que estoy en lo cierto.
Cass se giró dándole la espalda para mirar la ardiente línea de fuego… sería tan fácil dar un paso…
-Oh no, no harás eso -escuchó sintiendo una mano en su hombro- tengo mejores planes para ti.

_____________________________________________________

-¡Suéltame! -Exclamó alejándose de Lucifer- ¡No me importa lo que digas, no me importan tus locas ideas con las que quieres confundirme, si piensas hacer algo conmigo, hazlo de una vez!
-Buena idea -respondio rodeándole bruscamente la cintura y atrayéndolo hacia si para estamparle un beso.
Cass se quedó tieso por unos instantes, mirándolo con ojos muy abiertos para después poner sus manos en el pecho e intentar separarse, pero Lucifer tenía una fuerza inmensamente superior a la suya, por lo que solo pudo apretar los labios lo mas fuete que pudo hasta que el ángel lo soltó.
-¿¡Que pasa contigo, acaso estás loco?! -exclamó Cass dando unos pasos atrás mientras se limpiaba la boca con el dorso del brazo -¿¡Qué enfermo plan tuyo es este?!
-Ningún plan enfermo Castiel, de hecho, esto no tiene nada que ver con los Winchester, esto tiene que ver solo contigo.
Cass lo miró en silencio dejando que Lucifer continuara hablando.
-Esto, mi querido hermano, es una lección para ti.
-¿Lección para mí?
-Ajá… verás querido hermano, tu existes desde que se arrastran las cosas, pero yo existo desde mucho antes, por lo tanto se mas cosas que tú.
-¿Y?
-Una de esas cosas es que la humanidad es la causa de todos nuestros pesares.
-Eso no es verdad.
-¿No?... ¿y me dirás que eres muy feliz cuando ese mono lampiño le sonríe con lujuria a esas mujeres que se menean en su nariz?
Cass volvió a apretar los labios sin saber cómo defenderse.
-Reconoce lo que sientes Castiel, y solo así podrás avanzar, solo así podrás liberarte de aquello que te ata.
-Estás mal… muy mal…
-Todo lo contrario… -respondió Lucifer comenzando a caminar hacia él- estoy más lucido que nunca.
A partir de entonces todo fue jadeos y forcejeos, con Cass defendiéndose con uñas y dientes y Lucifer sonriendo al ver sus intentos por liberarse.
Lo tomó por las solapas de su gabardina y lo empujo a la cama, en donde cayó viéndose montado inmediatamente por Lucifer, que abrió su camisa de un tirón haciendo saltar los botones. Cass soltaba golpes que daban en el aire o bien que si atinaban, no causaban ningún efecto.
-Tranquilo… -dijo Lucifer sujetándolo por las muñecas contra la cama- no te haré daño, esto es necesario.
-¿¡Que, es necesario?! -preguntó entre jadeos.
-Mostrarte… mostrarte lo que tendrás si te conviertes en mi aliado -respondio con la respiración agitada por el esfuerzo de someter a Cass- enseñarte un buen uso para este cuerpo humano que estamos obligados a utilizar.
-¿¡De que hablas?! ¡No me interesa nada de ti, suéltame!
-Estás enceguecido por un simple capricho, la humanidad jamás te va a agradecer nada, mucho menos Déan Winchester… ¿acaso crees que algún día se fijará en ti?
Cass solo atino a girar el rostro cuando Lucifer se inclino a besarlo, sintiendo sus labios en su cuello.
-Son basura, hermano… -dijo Lucifer rozando la caliente piel detrás de la oreja, sintiendo cosquillas en la nariz por el ensortijado cabello negro- conmigo tendrás todo lo que podrás desear… conmigo caminaras sobre la tierra como lo que somos, como Dios…
-¡No! -Gritó Cass forcejeando de nuevo y pataleando como poseído -¡Ah! -gritó al sentir una mordida en su cuello.
-Eres obstinado… -musito lamiendo la piel lastimada- pero a mayor resistencia, mayor convencimiento.
Y así, comenzó a lamer el cuello y a chuparlo hasta dejarle manchas color purpura en tanto Cass forcejeaba con todas sus fuerzas preguntándose cómo demonios había ido a parar ahí y que era lo que iba a sucederle más adelante, pues aunque sabia tantas cosas de la humanidad, nunca se había puesto a estudiar el acto físico de lo que Lucifer pretendía hacerle, solo sabía que no deseaba estar ahí, que esos labios no eran los que deseaba, que esas manos no eran con las que a veces soñaba despierto… no deseaba estar ahí, no quería estar ahí…
-¡No, suéltame! -gritó mordiéndole una oreja provocando que Lucifer lo soltara de repente.
-Vaya, vaya… -exclamó sobándose la oreja sangrante- eres obstinado…
Cass vio como la herida de sus dientes sanaba instantes después.
-No lograrás nada conmigo… -dijo Cass entre jadeos- no obtendrás nada de mí.
-¿Estás seguro?... Estoy encima de ti.
-Lo que pretendes… es… ¿es sexo entre hombres? -preguntó haciendo gala de un coraje increíble, pues el solo pensamiento de eso, le provocaba horror.
Lucifer sonrió al escucharlo, por lo que ladeando la cabeza, simplemente dijo:
-Sí.
-No… no puedes… -respondio Cass mirándolo espantado- ¡No puedes!
-¿Por qué no? -dijo con toda tranquilidad.
-¡Porque no!
-¿Acaso no tienes curiosidad sobre esto, nunca la has tenido?
Cass se quedó callado sintiéndose pillado de alguna manera, pues si alguna vez había tenido esos pensamientos, los había enterrado en el fondo de su corazón, no porque fueran malos, sino porque sentía que de alguna manera nunca serian satisfechos como él deseaba.
-¿Quieres conservarte puro para él? -preguntó con cierto dejo de burla.
-¡Claro que no!... es decir… yo no pienso en eso, nunca del modo en que tu lo insinúas.
-Castiel, las relaciones entre personas del mismo sexo no le interesa a nadie, ni es bueno ni es malo, solo es carne, solo son cuerpos, no deberías tener esos prejuicios, te creí más inteligente.
-Yo no tengo nada contra esas personas… -respondio con coraje- como tampoco tengo la intención de relacionarme con ningún humano, sea hombre o mujer.
-Claro, porque el hombre que quieres jamás te haría caso.
Sin entender porque, esas palabras calaron muy dentro de él, causándole un gran dolor en el corazón, tanto así que de pronto se quedó callado viendo a Lucifer sonreírle de nuevo.
-Di en el clavo ¿verdad? -Continuo Lucifer viendo el dolor asomar en aquellos intensos ojos azules- puse el dedo en la llaga.
Entonces volvió a lo que estaba haciendo antes, solo que esta vez le mordió un hombro logrando así, sacar a Cass de su aturdimiento.
-¡Suéltame, maldito infeliz! -grito asestándole un puñetazo que le abrió el pómulo al ángel mayor.
-No quiero ser rudo contigo Castiel… -respondio Lucifer doliéndose del golpe y auto curándose de inmediato- pero soy tu hermano mayor y como tal debes confiar en mí.
Cass lo miró horrorizado, viendo como en verdad Lucifer hablaba convencido de tener la razón.
-Estás loco… en verdad debes estar loco para creer que yo podría alguna vez confiar en ti.
-Cuándo tenga mi recipiente… el verdadero, destruiré a los demonios, esos sacos de basura, criaturas decadentes que solo ofenden mi vista y tú serás el primero de muchos ángeles que sigan el propósito correcto de nuestra especie.
-Nunca ¿lo oyes?... nunca tendrás a Sam Winchester, antes moriré.
-No, no morirás… antes aprenderás lo que debes aprender.
Y sin más arranco la gabardina dejando ver el traje oscuro que Cass llevaba debajo sin que éste dejara de luchar.
Pronto se encontró desnudo de la cintura para arriba con sus muñecas nuevamente atrapadas contra el colchón.
-Hermoso… -dijo Lucifer viéndolo jadear por el esfuerzo- pero ¿sabes lo que te hace hermoso Castiel?... lo que te hace hermoso es tu naturaleza angelical, no esa funda humana que usas… sin embargo debo aceptar que la combinación te hace perfecto.
-Púdrete… -respondio escupiéndole el rostro.
Lucifer cerró los ojos dejando que la saliva escurriera por su mejilla, sin embargo los abrió, Cass pudo ver furia en ellos y eso lo asustó, sin embargo apretó los labios en señal de reto.
-Castiel, Castiel… -musitó chasqueando la lengua- y luego dicen que uno es el malo.
Y acto seguido le asestó tremendo puñetazo que literalmente le hizo ver lucecitas; quedó aturdido por el golpe despabilándose al sentir unas manos despojándole del pantalón.
-¡No! ¿¡Qué haces?! -gritó enderezándose y lanzando golpes, pero un nuevo puñetazo lo tumbo sobre la cama otra vez mientras Lucifer le arrancaba la ropa por completo dejándolo solamente con calcetines, pues los zapatos también habían salido volando.
-Debo reconocer que mi padre sabía lo que hacía… -exclamó viendo el cuerpo tendido en la cama- es la actitud hacia los humanos lo que no toleré, no su mano de obra.
Entonces se monto de nuevo en Cass poniendo sus manos en su pecho y pasándolas por el lentamente.
-No… -exclamó Cass tomándolo de las muñecas- no me toques.
-¿Por qué no?... ¿Por qué deseas que sea otro quien lo haga y no yo?
-No, es porque te detesto desde lo más profundo de mí ser.
-Vamos Castiel, eres un pésimo mentiroso… tu solo cierra los ojos y aprecia lo que haré por ti.
-¡No! -respondio comenzando a luchar de nuevo.
-Bien, colmaste mi paciencia y eso que tengo mucha -respondio tomándolo de las muñecas y comenzando a forcejear.
Cass termino boca abajo, con los brazos atrás de su espalda, en un ángulo bastante doloroso, sobre todo si Lucifer los torcía más.
-¡Ah! -gritó sintiendo que se los arrancaban.
-Los dislocaré si sigues moviéndote… y créeme, no será agradable.
-¡Suel-sueltame!...
Sin hacer caso a sus protestas, Lucifer se inclinó y con su mano libre comenzó a acariciar su cadera desnuda mientras posaba sus labios en su hombro.
-¡No, déjame! ¡Ay!
-No bromeo con respecto a tus brazos -susurró en su oreja mientras los oprimía más hacia arriba.
Cass decidió quedarse quieto mientras pensaba en algo, pues el dolor era intolerable.
-Eso es… quietecito… -musito lamiendo un omóplato en tanto su mano tanteaba el huesillo de la cadera de Cass.
Cass apretaba los dientes pensando desesperadamente en alguna forma de escapar mientras sentía unos dientes mordisquear su nuca.
-No la hay… -dijo Lucifer con sus labios pegados a su cabello y percibiendo sus pensamientos- solo ríndete a mí.
-Nunca…
-Eso ya lo veremos.
Sin soltarlo, Lucifer comenzó a besar su espalda y a probar cada centímetro de cuello y hombros mientras su mano libre acariciaba lo más que podía en tanto Cass solo cerraba los ojos con fuerza.
-Voy a soltarte… -dijo deseando abarcar mas- no intentes nada o lo lamentarás.
En cuanto lo soltó, Cass respiró con alivio al sentir sus brazos libres, pero estando muy adolorido los dejó quietos a cada lado de su cuerpo. Lucifer se enderezó y puso sus manos en la cadera, recorriendo los costados lentamente para regresar al mismo lugar.
-Tienes bellas líneas… elegiste un buen recipiente.
Entonces se levantó y comenzó a desnudarse viendo el cuerpo quieto en la cama; Cass mientras tanto comenzó a mover los brazos hasta apoyar los codos en la cama y levantar el tórax.
-No… -dijo Lucifer en su oreja- si vas a moverte, será para cooperar, sino más vale que te quedes quieto.
¿Pero como quedarse quieto en una batalla con aquel que pretendía destruir a la humanidad? ¿Cómo rendirse ante aquel que iba a hacerle quien sabe qué cosa para darle una lección sobre quién sabe qué?... no, eso era demasiado para un ser tan combativo como él, pacifista en extremo, pero justiciero también, así que no pudiendo quedarse quieto, intento levantarse bruscamente para casi enseguida gritar de dolor cuando su brazo fue fracturado.
-¡Agh!... ¡oh!...
-No sanarás, no te auto curarás; al menos mientras yo no lo permita… y el dolor será el de un cuerpo humano, si tanto amas a la humanidad, comparte su decadencia.
Cass volvió a quedarse quieto, sin ánimos de hacer nada pues en verdad estaba a merced de aquel ángel obsesionado. Lucifer volvió a lo suyo, volvió a poner sus manos en aquella espalda, en donde debían estar las alas… y volvió a besarla, volvió a poner sus manos en aquel cuerpo cálido mientras el pequeño ángel permanecía temblando de dolor, con un brazo bajo su mejilla y el otro, desmadejado a su costado.
En tanto aquellos suaves labios habían comenzado a descender, hasta llegar a la curva donde iniciaban las nalgas, fue ahí donde Cass se atrevió a hablar de nuevo.
-No…
-Shhh… -respondio Lucifer poniendo una mano sobre una de ellas- todo estará bien, hermano.
¿Pero cómo podría estar bien si se sentía atrapado, forzado a hacer algo que no quería?... sin embargo esta vez no pensaba hacer nada, pues el dolor en su brazo era demasiado.
-mmm… si… -musitó Lucifer posando sus labios en la redonda nalga mientras su mano recorría una pierna- veamos que tan sensible eres -susurró metiendo su mano entre los muslos.
-¡No! -brincó Cass sintiéndose invadido a pesar de que nunca había pensado en su recipiente como un cuerpo realmente suyo.
-Vamos Castiel… deja de lado ese aspecto humano que ha comenzado a infectarte, piensa en ese cuerpo como un mero medio para conseguir algo, además tu anfitrión ya no está, ese recipiente es tuyo en su totalidad.
-Oh… -jadeó intentando soportar el dolor.
-Solo cierra los ojos y abre tu mente a nuevas lecciones que un hermano mayor puede dar.
Cerró su mano sobre el pene de Cass provocando que éste levantara el trasero en un intento de alejarse.
-Sí, eso está bien… levanta el culo para tener mejor acceso -exclamó haciendo que doblara las rodillas dejando el pecho pegado al colchón- abre las piernas…
Sintiéndose muy incomodo y expuesto en tal posición, Cass solo apretó los dientes al sentir la mano de Lucifer en su miembro comenzando a masturbarlo, sin embargo no sentía ninguna sensación gratificante, más bien se sentía invadido.
-¿Nada aun? -Dijo Lucifer viéndolo tensar el cuerpo a más no poder- eres difícil ¿eh?... no importa, eres un ángel valioso, mereces extrema atención.
Así que se coloco detrás y puso sus manos en ambas nalgas separándolas suavemente haciendo que Cass se removiera inquieto.
-Muy bien, tal como lo imagine… -susurró sonriendo al ver la tierna entrada ante sí, y sin más se inclinó a lamerla suavemente haciendo a Cass respingar.
-¿¡Q-que…?!
-Calma… solo relájate…
Lucifer lamía ya con fruición sujetando las caderas de Cass que a pesar del dolor en su brazo se removía inquieto.
-¡Déjame!
Pero Lucifer lo sujetaba con fuerza impidiéndole alejarse mientras comenzaba a hundir su lengua lo mas que podía.
Tal vez la sensación fuera agradable en otras circunstancias, pero Cass no estaba para apreciar el momento, pues a pesar de nunca haber experimentado eso con nadie, sabía que Lucifer estaba rebasando limites que no a cualquiera se le permitían; sabia que los humanos tenían sexo, los había visto mezclarse entre sí durante milenios, pero nunca se había puesto a observarlos con detenimiento, nunca se había puesto a pensar que había un preámbulo para la reproducción de especies ni nada de eso… pero lo que le estaban haciendo era…
-¡Basta! -Gritó Lucifer haciéndolo quedarse quieto- o dejas de moverte o te rompo el otro brazo.
-Puedes romperme en mil pedazos… nunca me rendiré -respondio con la frente pegada a la cama.
Lucifer se quedo mirando los tensos hombros y en vez de molestarse más, una sonrisa curvó sus labios.
-Ahora veo el error de los de arriba cuando te enviaron a salvar a Déan Winchester… nunca dejas de luchar… por fin encuentro a un ángel que piensa por sí mismo, aunque déjame decirte, Castiel; que en esta ocasión debes confiar en los que saben.
-Nunca…
Lucifer suspiró, pero ya no con impaciencia, sino con resignación y franco aprecio por el pequeño ángel que luchaba por alejarse de él.
-No quieres apreciar el juego previo, bien… aun así voy a ser amable contigo e intentaré no lastimarte.
-Qué amable de tu parte… -respondio sintiendo sus caderas aun inmovilizadas por las manos de su hermano mayor.
Sin dejar de sonreír por el espíritu combativo de Castiel, Lucifer lo soltó viendo como el ángel se enderezaba y gateaba en la cama alejándose un poco, pero él no tenía planes de dejarlo ir; lo que hizo fue chasquear los dedos y aparecer una botellita de un liquido transparente, el cual vació en sus dedos.
-Continuemos -dijo subiendo una rodilla a la cama y alcanzando a Cass, quien al sentir la mano en su cadera intentó girarse para soltar un golpe, pero lo único que provoco fue que Lucifer le asestara tremenda nalgada que lo hizo caer de bruces sobre la cama sintiendo tremendo ardor en su nalga derecha.
-¡Oh!... -gimió con la cara sobre la almohada sin poderse sobar.
-Arriba -dijo Lucifer levantándole el culo.
Sin más remedio, Cass dobló las rodillas y levantó las nalgas sintiendo inmensas punzadas de dolor en su brazo y un feo escozor en su trasero.
-¿Quieres otra? -preguntó viendo su nalga colorada por su tremenda manaza.
-No…
-Entonces quietecito -exclamó frotando sus dedos y sujetando con su otra mano la cadera de Cass.
Entonces metió su dedo índice entre las nalgas de Cass haciendo que éste se removiera de nuevo; sonrió viendo que dijera lo que dijera no iba a doblegar su espíritu combativo, sin embargo tampoco quería herirlo más, realmente quería enseñarle algo y el dolor en exceso podría ser un obstáculo, así que simplemente apretó mas su mano en la cadera impidiéndole alejarse.
Cass sentía ese dedo intruso hacer círculos en su entrada, y aunque no entendía para qué, se sentía frustrado y furioso.
-Esto es por tu bien… -dijo Lucifer frotando los suaves pliegues de piel y tocando el centro de vez en vez- por nuestras naturalezas angelicales no es como si te hiriera un humano, así que en un rato más me agradecerás estás atenciones.
-Púdrete...
Lucifer sonrió y después de frotar unos segundos más, puso su dedo en centro y comenzó a hundirlo despacio.
-¿¡Qué haces?!
-Shhh… solo relájate -respondio viendo su dedo hundido hasta la mitad.
Eso que Lucifer le estaba haciendo era sumamente incomodo y realmente muy molesto, pues cierto dolorcillo se había hecho presente.
-Bien… solo relaja el culo y estarás bien -continuó metiendo el dedo en su totalidad para después sacarlo y volverlo a meter.
Estuvo haciendo eso por espacio de dos minutos; después junto su dedo medio y anular y comenzó a hundirlos de nuevo.
Cass se enderezó para ser prácticamente aplastado de nuevo con una fuerte mano en su espalda.
-¡Suéltame, maldito infeliz!... ¡Agh! -Gritó cuando Lucifer tiró de su brazo roto- ¡Basta!... ¡ya basta!... -gritó cuando Lucifer no dejaba de tironear de él.
Lucifer lo soltó viéndolo quedarse quieto, con la frente hundida en la almohada y con las rodillas pegadas al pecho, hecho un ovillo. Sin decir nada, volvió a levantarle el culo sin que Cass rechistara esta vez.
Jadeante, pero sin atreverse a replicar, Cass sintió como su entrada era abierta de nuevo, esta vez con dos dedos que le hicieron sentir un poco mas de dolor.
Lucifer le vio apretar el puño con el que sujetaba la almohada, pero sin soltar ningún quejido, así que satisfecho termino por hundir ambos dedos y viendo que Cass por fin estaba quieto, decidió soltar su cadera u comenzar a masturbarle al tiempo que lo penetraba con los dedos.
Se hubiese mentido a sí mismo si no aceptaba que esa segunda acción, aminoraba la sensación molesta de los dedos entre sus nalgas, que el lubricante que estaba en esa mano que se la jalaba, hacia mas fácil lo que sea que le estuviera haciendo.
Viéndolo más tranquilo, Lucifer se agacho y besó la sudorosa espalda disfrutando ese fragante aroma propio de Castiel, no de su recipiente Jimmy Novak, sino de ese ser celestial que estaba encerrado en ese cuerpo; lo vio arquear la espalda por la sorpresa, así que decidió hundir más sus dedos y buscar aquello que sabia movería las ideas del ángel.
Y lo encontró… pues un jadeo escapo de los labios de un muy sorprendido Cass cuando sintió que aquellos dedos habían tocado algo provocando una sensación que jamás había sentido.
-¿Te gustó?
-¡No! -respondio muy ofendido y sintiéndose pillado al mismo tiempo.
-Entonces sigamos… -dijo hurgando mas en ese cuerpo caliente arrancándole más jadeos.
Cass recargó su frente en su antebrazo cerrando los ojos con fuerza… ¿Qué era aquello que estaba sintiendo? ¿Qué era aquello que Lucifer estaba haciéndole?... cualquier cosa que fuera no estaba sintiéndose tan mal... de hecho estaba sintiéndose muy bien…
-¡No!... -masculló sintiéndose un sucio traidor- no me doblegarás…
-¿No quieres sentir más?... ¿saber hasta dónde te pueden llevar estás sensaciones?
-No…
-¿No quieres experimentar en su totalidad lo que la humanidad siente?
-No…
-¿No deseas saber que es aquello que tanto le gusta a tu Winchester?
-¡No!
-Vamos Castiel… -continuo Lucifer metiendo los dedos sin piedad y atacando su próstata sin descanso- tendrás mas de esto si te pasas de mi lado.
-Púdrete infeliz… -respondio sintiendo una molesta sensación en su pene.
-¿No lo quieres Castiel? -dijo sacando sus dedos para alivio de Cass y frotando su propio pene entre las brillosas nalgas- ¿no lo deseas?
-¡No, no, ya te dije que no!
-¿Seguro que no? -exclamó tomándolo de los hombros y girándolo tan de prisa que Cass no tuvo tiempo de hacer nada, quedándose de espaldas sobre la cama, viendo frente a si unos enormes ojos verdes… ¿verdes?...
Abrió los ojos como platos al ver frente a si, a un palmo de distancia a Déan Winchester.
-Cass…
Esa cara… esa voz… esa forma de llamarlo…
-Vamos Cass… -susurró tocando su mejilla delicadamente- tranquilo… yo nunca te lastimaría…
Estaba demasiado impactado como para hacer algo, como para decir algo… como para alejarse cuando la mejilla de Déan rozó la suya… ¿de Déan?
Fue entonces que reacciono sintiéndose enfurecido y burlado por aquella treta tan baja y sucia dándole un puñetazo que alejo aquella cara tan conocida de su rostro.
-¡Maldito bastardo, hijo de perra! ¿¡Cómo te atreves?!
Pero Déan en vez de alejarse o responder el golpe, se montó sobre él y le tomó el rostro con ambas pegando sus frentes.
-No hagas esto Cass… no me alejes así…
Cass le tomo por las muñecas a punto de gritarle un sinfín de cosas aprendidas de los Winchester, pero entonces un aroma muy familiar llegó a su nariz… ese olor… esa colonia que acostumbraba a usar Déan y que ya la tenía tan grabada en su memoria… su cabeza dio vueltas, su corazón latía frenético mientras se quedaba quieto.
-Cass… oh Cass… déjame tenerte… aunque sea esta vez…
Cass tragó saliva… eso era mentira… ¿o no?... se sentía como ebrio, sabía que eso no… pero esos ojos tan verdes…
-Cass… -susurró Déan a un par de centímetros de sus labios.
Cass volvió a tragar en seco sintiendo el tibio aliento sobre su boca… y sin más, acercó la suya mientras lo abrazaba con su brazo sano.
Nunca había besado, no sabía cómo hacerlo, solo sentía una enorme necesidad de juntar sus labios con aquellos que se le ofrecían tan descaradamente y eso hizo, de manera hambrienta y torpe; ni cuenta se dio en qué momento lo abrazaba por el cuello con sus dos brazos, el roto ya completamente restaurado.
Simplemente se dejó hacer, abrió la boca y dejó que Déan llevara el control de aquel beso salvaje, dejó que aquella lengua deliciosa recorriera su boca provocando sensaciones que nunca pensó que aquel acto tan sencillo pudiesen provocar.
Pronto sintió los labios calientes y doloridos por lo rudo del beso, pero eso solo provocó que deseara más, por lo que cuando Déan pasó de su boca a su cuello, alzó la cara para darle más espacio.
-¡Ah!... -jadeó al sentir los dientes mordisquear su piel; su pecho subía y bajaba rápido cuando la boca de Déan provocaba chupetones en su cuello- ¡oh Déan!
Déan lamió su clavícula en tanto sus manos recorrían su cuerpo desnudo; no plenamente pues estar montado en él no daba chance de hacerlo, pero pronto lo resolvió recostándose sobre él pudiendo llegar así a sus pezones.
-¡Mgh!... ¡oh!... -gemía retorciéndose ante tantas sensaciones, sintiendo unos dientes mordisquear y chupar mientras sus manos alborotaban la castaña cabellera de Déan- ¡Déan!
-Sí… di mi nombre Cass… di mi nombre…
-¡Déan!... Déan…
Entonces Déan se separó, y se puso de pie en la cama, dejando un enorme pene erecto ante los asombrados ojos azules de Cass, que se había sentado.
-Mira Cass… mira como me pones…
Cass no dijo nada… mas bien no pudo decir nada, pues Déan dio un paso y se lo puso justo en la cara, en actitud de espera.
El ángel lo miró confundido, sin saber qué hacer, entonces Déan sonrió y dijo:
-Abre la boca Cass.
-¿Para qué?
-¿No te gusta? ¿No lo deseas? -respondio ondeando su miembro mientras sonreía- ¿no quieres saber a qué sabe?
-¿A… a que sabe?
-Sí… abre la boca y chúpalo -Cass abrió la boca para decir algo, lo que fuera… pero no pudo- yo te diré como, abre la boca y pruébalo, prueba su sabor… tranquilo, todo estará bien.
Cass se sorprendió a si mismo obedeciendo, pues con mano trémula tomo el grueso tronco siendo consciente de su calor, de su textura… ¿probarlo?... ¿probarlo cómo, cómo se prueba una paleta?... y sin más sacó la punta de su lengua y acercándose la pasó tímidamente por la punta.
Déan sonrió ante su actitud dudosa, nada que ver con la actitud aguerrida de un soldado celestial, entonces le toco la cabeza con delicadeza diciendo:
-Abre la boca y mete la punta.
Cass obedeció percibiendo el sabor algo salado del pene, de la gota de líquido pre seminal que había en la punta, y aunque no era un sabor que hubiese probado nunca, no le desagrado, antes bien sintió algo en su bajo vientre al darse cuenta que tenía en la boca el pene de Déan Winchester.
-Sí, así… -musitó Déan al verle comenzar a meter y sacar el pene sujetándolo con la mano, al ver su cabeza moverse hasta agarrar cierto ritmo- ahora mételo más, relaja la garganta… ¡ups, cuidado, no tan adentro! -Exclamó al verlo dar arcadas- es con cuidado Cass… es con ¡ah!... -jadeo al sentir como la boca de Cass le iba agarrando el chiste a eso.
Al cabo de un rato, Cass le sujetaba de ambas nalgas para apoyarse en su mamada mientras Déan le revolvía la negra cabellera.
-Espera… -dijo separándolo suavemente viendo divertido una pequeña protesta- tranquilo, ahora quiero probarte yo.
Lo recostó para después acercarse al pene de Cass, que ya estaba en todo lo alto, lo tomó con una mano y se lo metió en la boca, pero apenas dio un par de mamadas, un líquido caliente le invadió la boca acompañado de un fuerte jadeo de Cass.
-¡Oh!... -gritó Cass no pudiendo contener aquello que amenazaba con hacer explotar su interior, o al menos eso pensaba él, pues en cuanto liberó aquel orgasmo, quedó laxo en la cama preguntándose qué demonios había sido aquello que había experimentado.
Déan sonrió mientras tragaba todo y después de unos momentos se le puso a la altura de la cara para darle un beso en la boca.
-Prueba tu propio sabor Cass… es delicioso.
Cass abrió la boca recibiendo la lengua de Déan, dejando que un sabor salado invadiera su paladar, pero era un sabor agradable, era un sabor que mezclado con el de Déan, hacia que deseara más.
-No sabes contenerte… -musitó Déan en su oído mientras le acariciaba la espalda- pero no importa, yo te enseñare como hacerlo para que disfrutes mas…
-Déan…
-¿Quieres mas, Cass?... -continuó mientras le metía la lengua en lo oreja haciéndolo estremecer- ¿quieres más?
-S-si…
-¿Sí, qué?
-Sí… quiero… quiero más…
Nuevamente una lluvia de besos y caricias recorrieron el esbelto cuerpo de Cass haciéndolo culebrear en la cama ya revuelta, ese esbelto cuerpo sudoroso que brillaba ante el fuego santo que los rodeaba.
A su lado, Déan le acariciaba el plano vientre hasta llegar a su pene comenzando a masturbarlo, dejándolo erecto de nuevo.
-Déan… -masculló Cass tocándoselo a si mismo mientras fruncía el ceño.
-Quieres correrte de nuevo ¿verdad?
-¿Quiero qué? -preguntó confundido, ignorante de aquellos términos.
-¿Deseas que esta sensación se libere otra vez? -preguntó rozando la punta de su nariz con la mejilla de Cass mientras pasaba sus dedos por los rizos negros de su pubis.
-Sí… eso quiero… has de nuevo… eso…
-¿Eso, qué? -preguntó lamiéndole el cuello.
-Eso… -respondio tímido.
-¿Quieres otra mamada? -insistió mordisqueándole el lóbulo de la oreja haciéndole sentir escalofríos.
-Ajá…
Déan alzó el rostro para verlo y vio sus mejillas arreboladas por la pena de pedir una mamada.
-¿Por qué esa carita avergonzada? -Preguntó tomándole la barbilla- es muy normal pedirla.
Cass miró al techo sin decir nada, la situación era tan irreal… era tan irreal estarle pidiendo una mamada a Déan… esa no podía ser…
-Sé otra manera… -dijo Déan interrumpiendo sus pensamientos- de liberar eso que sientes, una mejor.
Cass no lo miró, siguió mirando al techo, entonces Déan se le encimó mientras le decía al oído:
-Ábrelas Cass… ábrelas… -Cass lo miró ¿Cómo no ver esos ojos verdes que se le pusieron a un par de centímetros de los suyos?- abre las piernas para mí…
Sintiendo que su respiración se aceleraba un poco y sin dejar de ver esa mirada hipnotizante que lo atrapó como si fuera un conejillo ante una serpiente, Cass comenzó a separar las piernas hasta doblarlas, dejando a Déan acomodarse entre ellas, sintiendo sus miembros resbalar entre sí.
Déan comenzó a frotarse, haciendo sentir su dureza mientras se sostenía con ambos brazos a los costados de Cass… pronto Cass comenzó a gemir muy quedo, respondiendo a esas caricias obscenas mientras era observado fijamente; sus manos se posaron en los antebrazos de Déan hasta que un gemido mas fuerte escapo de su garganta.
Entonces Déan se detuvo y lo miró respirar agitadamente mientras cerraba los ojos, entonces se hincó entre las piernas de Cass y acomodó su pene erguido en la pequeña entrada.
-Cass… mírame…
Cass obedeció quedando atrapado de nuevo en esa mirada tan profunda.
-¿Quieres que entre en ti, Cass?
Cass lo miró con angustia y anhelo, con deseo y miedo… entonces Déan le toco el vientre con su mano libre subiendo hasta su pecho diciendo:
-Te deseo Cass… deseo estar dentro de ti, sentir tu cuerpo en plenitud… deseo hacerte mío… déjame hacerte mío…
Cass abrió los trémulos labios, pero no pudo decir nada, simplemente asintió en silencio. Entones Déan sujetó su pene y comenzó a introducirse lentamente.
Cass no dejaba de mirarlo, sintiendo como su cuerpo era invadido… no dolía, era más bien una sensación un tanto extraña, un tanto invasiva, por lo que intentó calmarse; pero esa sensación cambio cuando ya no solo la cabeza del pene de Déan estaba dentro, esa sensación cambio cuando el tronco comenzó a entrar.
-Oh… -se quejó bajito cuando un dolorcillo comenzó a sentirse.
-Eres un guerrero Castiel, estoy seguro que este dolor no es nada, así que voy a entrar por completo -exclamo Déan penetrándolo de un tirón.
-¡Ah!... -jadeó intentando cerrar las piernas por reflejo.
-Calma, pronto te acostumbraras -dijo viendo su pubis completamente pegado a Cass.
Cass cerró los ojos ¿esto era lo que tanto le gustaba a los humanos? ¿Dónde carajos estaba lo bueno?
-Tranquilo -exclamó Déan al verlo fruncir el ceño- yo estoy enorme y tu eres virgen, o más bien lo eras… por eso te duele tanto, pero vamos compañero, al fin estoy dentro de ti.
-Déan…
-Te deseaba tanto Cass… eres tal como imaginé, aprietas tan rico… -dijo Déan saliendo de él y volviendo a entrar- voy a montarte Cass… a hacértelo como si de ello dependiera el mundo.
Se acomodó las piernas de Cass en los antebrazos y comenzó a embestirlo poco a poco, cada vez mas fuerte mientras Cass solo cerraba los ojos aguantando, sintiendo como su entrada se abría dolorosamente con cada penetración. Déan cambio un poco sus movimientos hasta encontrar lo que buscaba.
-¡Mmm!... -gimió abriendo los ojos sorprendido.
-No es tan malo ¿cierto? -dijo Déan sonriéndole sin dejar de embestirlo.
Lo que había tocado Déan, era de nuevo su próstata y pronto se encontró estrujando las sabanas mientras Déan lo montaba con energía.
-¡Sí, sí!... -abría los ojos y veía sus pies bambolearse al ritmo de Déan, entonces éste se detuvo de pronto diciendo:
-Voltéate.
Cass se levantó y obedeció colocándose en cuatro, Déan le separó las piernas, lo tomó de las caderas y dirigió su pene a su irritada entrada penetrándolo y embistiéndolo otra vez.
-¡Oh!... -gimió Cass recargando su frente en un antebrazo sintiendo como Déan entraba y salía de él.
-¿Te gusta Cass?... ¿te gusta cómo te la estoy metiendo?
-¡Oh si!... ¡sí Déan, Déan!
Estuvo a punto de correrse de nuevo, pero Déan le tocó la frente haciendo que se calmara un poco, entonces se detuvo de nuevo y se sentó sobre sus talones.
-Ven aquí… -dijo sonriéndole, sentado frente a él.
Cass obedeció siendo guiado a abrir las piernas y sentarse sobre los muslos de Déan, quedando frente a frente, colocando sus brazos sobre sus hombros.
-Eso es… -exclamó abrazándolo por la cintura e inclinándose para besarlo.
Cass lo abrazo entonces con más fuerza mientras se fundían en un beso que le arrancaba el espíritu con cada respiración al tiempo que sentía las manos de Déan recorrerle la espalda, y al cabo de un rato besándose, Déan se separo recargando sus frentes.
-Levanta un poco… -dijo tomándolo de las nalgas- acomódatelo y ve penetrándote.
Cass supo de qué hablaba, así que tomó el pene de Déan por detrás y lo colocó en su entrada y comenzó a bajar, fallando en los primeros intentos.
-Lo siento… -dijo un tanto avergonzado.
-No pasa nada -respondio con esa sonrisa tan arrolladora que le quitaba el aliento, con esa mirada tranquilizadora que le hizo sentir que en verdad no pasaba nada si se equivocaba algunas veces mientras esperaba recargado en sus brazos- ¿quieres que te ayude?
-No.
Pronto lo consiguió, así que comenzó a bajar lentamente sintiendo como el pene de Déan iba entrando lentamente; cuando estuvo listo puso sus manos en sus hombros y comenzó a subir y a bajar poco a poco.
-Vaya, ya vas sabiendo lo que hay que hacer ¿eh?
Cass hizo fuerza con los muslos y comenzó a agarrar ritmo; su próstata no era tocada en ese momento, pero el solo hecho se sentirse penetrado por Déan, le hacía sentirse a punto de salir volando.
-mmm si… eso es… delicioso… estás tan… delicioso… -mascullo Déan con la cabeza echada hacia atrás.
Después de un rato, Déan se enderezo y comenzó a ayudarlo tomándolo de las nalgas para después empujarlo hacia atrás quedando Cass de espaldas en la cama; Déan comenzó a penetrarlo con fuerza mientras le besaba, chupaba y lamia su cuello.
Su entrada ya le ardía y aun sentía dolor, pero su próstata, torturada con cada golpe le hacía arquear el cuello al tiempo que rodeaba la cintura de Déan con sus piernas.
-¡No pares Déan!... ¡sigue, sigue!...
Déan sonrió, volvió a salir de él y lo giró tomándolo de un brazo dejándolo boca abajo, pero esta vez no le levantó el culo, solo le hizo abrir las piernas, acto seguido se coloco entre ellas y volvió a penetrarlo con fuerza haciéndolo gritar.
-¡Ah!... ¡ah!... ¡ah!... -gemía en cada embestida, escuchándose también los rechinidos de la cama.
Puso las manos en la cabecera para evitar golpearse la cabeza, pues con ese ritmo y energía, su cuerpo era empujado hacia adelante cada vez más.
Déan se levanto y lo jalo de los tobillos para regresarlo a su lugar y volvió a lo suyo, poniendo sus manos a los costados de Cass y clavándose lo más fuerte que podía.
El ángel ya no podía más, estaba al borde de la locura sintiendo ese torbellino de sensaciones arremolinarse en su bajo vientre.
-¿Listo Cass?... ¿estás listo? -preguntó Déan en su nuca sin dejar de penetrarlo.
-¡Sí, sí!
-Bien… -dando una última estocada, Déan se quedó dentro de Cass haciendo que éste gritara con fuerza al tiempo que se corría.
-¡Oh!...
Déan lo sintió tensarse, sintió su pene ser aprisionado un poco más dentro de ese estrecho canal y también dejo ir su orgasmo invadiendo de semen el recto de Cass, y terminó dando unas ultimas embestidas post orgásmicas, ya no tan fuertes y algo erráticas para después dejarse caer sobre el cuerpo sudoroso que tenia debajo.
Permanecieron así un momento, hasta que Déan comenzó a salir de él dejando que su semen saliera y escurriera por entre los muslos de Cass; y se desplomo a su lado.
Cass respiraba entrecortadamente, con el corazón queriendo escapar de su pecho y los oídos zumbándole por aquel tremendo estallido de energía cósmica dentro de él, o al menos así lo sintió, pues eso nunca lo había sentido y por un momento pensó que él mismo era Dios y que el mundo explotaría por tremendas sensaciones.
Quedó como trapo en la cama, sin ganas de mover siquiera un dedo y aunque nunca había dormido ni como ángel ni como humano, un extraño sopor lo invadió haciendo que se le cerraran los ojos hasta quedar perdido.
Una mano acaricio su cabellera húmeda y unos ojos azules le miraron mientras suspiraba satisfecho entre sueños; sonrió al tiempo que le daba un beso en la sien y se ponía de pie.
Con un chasquido de dedos hizo desaparecer el circulo de fuego santo y comenzó a vestirse; cuando terminó toco su mejilla dándose cuenta que la piel comenzaba a desprenderse por el esfuerzo que acababa de hacer, así que caminó hasta el espejo y miró el rostro de Nick un poco más deteriorado.
-Bueno, el esfuerzo valió la pena -dijo mirando el cuerpo desnudo en la cama.
Se ajustó el cuello de la camisa y salió de ahí.

_________________________________________________

Cuando abrió los ojos volvió a cerrarlos sintiéndose somnoliento, y entonces los abrió al instante dándose cuenta de que esa sensación no era propia de él… ¿sueño? ¿Desde cuándo tenia sueño?... así que se sentó mirando todo con cara de espantado dándose cuenta de que estaba desnudo.
Se puso una mano en la frente, sintiendo que el mundo se le venía encima.
-¿Qué he hecho?... -musitó tragando en seco.
¿Un sueño?... si, probablemente eso había sido, pero el detalle era que los ángeles no soñaban. Miró su cuerpo y revisó sus brazos, se pasó la mano por el cuello dándose cuenta de que no tenia marca alguna, aun mas, no sentía dolor en aquella zona en particular, y el solo pensar en eso le hizo cerrar los ojos agitando la cabeza de un lado a otro, como quien quiere sacudir un pesado recuerdo.
Miró la cama, miró las sabanas… todas revueltas… y sintió vergüenza… sintió tanta vergüenza que deseó escapar no solo de aquel cuerpo, sino de su propia mente, deseo gritar de dolor porque sabía muy bien quien le había hecho el amor… no había sido él, no había sido Déan…
-Déan… -musitó notando que algo caía en la sabana que medio cubría su cuerpo.
¿Una gota de agua?... entonces se tocó una mejilla y se dio cuenta de que esa gota de agua cristalina era suya.
-Déan… -volvió a musitar sintiendo un cúmulo de emociones revolverse furiosas en su pecho y queriendo escapar al mismo tiempo por su garganta; jamás había sentido eso y se asustó de sí mismo- no eras tú Déan… siempre lo supe… que no eras tú…
Y sintiéndose el ser más sucio del universo y alrededores, se dejó caer en la cama, dejando que ese sentimiento asfixiante escapara de su garganta en un sollozo ahogado y doloroso, en un gemir lastimero que no contuvo en lo más mínimo.
-No eras tú, no eras tú… -mascullo estrujando las sabanas mientras miraba al techo, con las lagrimas escurriendo por sus sienes.
Se giró sin dejar de sollozar, fue entonces que lo percibió de nuevo… ese aroma… ese olor tan característico de Déan, aun impregnado en las sabanas.
-Déan… -musitó calmándose poco a poco, aspirando el suave aroma.
Y se quedó así, un buen rato como perdido en el tiempo, como perdido en la nada, comenzando a serenarse poco a poco; hasta que ese sentimiento de culpa y vergüenza fue dando paso a otra cosa.
Se dio cuenta de que solo se había dejado llevar por el amor… en un principio se había confundido, presa de su hermano mayor y sus embrujos demoniacos, pero luego se había dado cuenta de que esa persona de ojos verdes no era Déan, y sin embargo lo había dejado pasar… ¿Por qué?... simplemente porque lo amaba… porque esa expresión de amantes humanos que tantas veces había oído, por fin cobraba sentido, porque sabía que si no era de ese modo, jamás lo tendría de esa manera… jamás sentiría esos besos sobre su piel diciendo que lo deseaba, jamás probaría esos labios carnosos de tan delicioso sabor, jamás se reflejaría en esos ojos que clamaron de deseo por él…
Suspiró ya no con vergüenza, sino con dolor y nostalgia… era culpable, si, pero solo de haberse enamorado de un humano.
-No te dije “sí” a ti… -pensó pensando en Lucifer- le dije “sí” a Déan….
Y a pesar de sí mismo, sonrió… sonrió porque de alguna manera había tenido a Déan, porque esa fantasía era lo más cercano que tendría jamás del mayor de los Winchester.
-¿Cuánto tiempo habrá pasado? -pensó mirando la ventana, viendo que ya había oscurecido.
Se levantó sin prisas, dándose por primera vez un respiro, sabiendo que unos minutos más no harían ninguna diferencia. Y cuando se encontró vestido de nuevo, se miró al espejo viendo que no había nada diferente en él, al menos nada que fuera visible a los ojos.
Suspiró dándose fuerzas para salir nuevamente al mundo a ayudar a los Winchester, para enfrentar nuevamente esos ojos verdes que hacían palpitar su corazón como un pajarito salvaje que es enjaulado; pero estaba determinado a enfrentarse al mundo por él, así que aspiró profundo y levantó el vuelo.

__________________________________________________

Cuando apareció en el campo y vio a Déan desmayado, por un instante agradeció que así fuera, pues soportar esa mirada hubiera sido muy difícil, así que tomó a los hermanos y salió de ahí.
Cuando los dejó en casa de Bobby, sanó a Déan y se fue, como siempre lo hacía, dejando escuchar solamente el batir de alas.

__________________________________________________

Los siguientes días los pasó dando vueltas por un bosque, pensando y pensando, curiosamente ya no pensaba tanto en encontrar a Dios, sino en su dilema personal. Se sentía culpable de dedicar tanto tiempo a eso en vez de buscar a su padre, pero de todos modos no había logrado encontrar pista alguna de su paradero y debía solucionar su problema… porque si, consideraba un problema sus sentimientos por Déan, pues el solo verlo hacia que se pusiera nervioso.
Llegó a la conclusión de que debía ignorar sus sentimientos, por el bien de todos y de él mismo, pues el siquiera imaginar que algún día Déan se fijara en él, era simple y sencillamente imposible. Así que regresó con los hermanos justo a tiempo para evitar que Anna asesinara a Sam y también para evitar que asesinara a sus padres en el pasado, y una vez mas había salvado a los Winchester.

______________________________________________________

supernatural, mes de misha collins, personaje: castiel

Previous post Next post
Up