Título:
Mitades Imperfectas de un Perfecto Trío | MasterlistAutor:
mirita23 Capítulo 4
Personaje/parejas: Kurt Hummel/Blaine Anderson.
Rating: PG-13.
Género: Drama, romance, angst.
Advertencias: Ninguna.
Palabras: 1, 488
Disclaimer: Glee es de RIB y la FOX y bueno eso que ya sabemos. Yo sólo escribo a cambio de galletitas
Notas: El fic está contado por momentos sueltos. Los capítulos no necesariamente siguen el orden cronoógico de la historia.
Susúrrame al oído
Volver a Lima no es fácil, no como él lo está haciendo, con una voz interior gritándole que ha fracasado mientras el avión aterriza. El vuelo realmente no es muy largo pero su cabeza no deja de divagar ni un segundo, imaginando diferentes escenarios, no ha pasado ni medio año pero a él le parece una eternidad desde que salió de Lima. Su mente lo lleva a imaginar cómo serían las cosas si Blaine no hubiese perdido ese año antes de conocerse, si los dos se hubieran graduado y mudado juntos a New York. Si su carta de NYADA le hubiese dado la terrible noticia de que no había sido aceptado… ¿Qué habría hecho? Seguramente se habría ido con Rachel de todas formas o quizás hubiese tomado un empleo de medio tiempo en el Lima Bean.
La opresión en el pecho aumenta cuando aterrizan, mientras recoge sus maletas y sale de ah ahí, como un autómata, sin prestarle atención a nada, pensando por fin que en unas pocas horas por fin estará con Blaine.
Todo se desmorona para Kurt cuando ve a su padre esperándolo en el aeropuerto, recuerda de pronto el día en que se fue, como no dejó lo bajar del auto para despedirse porque no iba a poder mantener la compostura y estaba ahí frente a él, con su sonrisa cómplice, lejos de la mirada de decepción que pensaba encontrar y lo había hecho sentirse miserable todo el viaje. Camina con calma y cuando se acerca es recibido por un abrazo fuerte, protector y Kurt se deja deshacer en la familiaridad, en el calor de los brazos de su padre cobijándolo y el nudo en su garganta se vuelve tan enorme que se le dificulta hablar.
Kurt pasa la tarde en el taller, dejándose invadir por el olor a aceite y grasa que le resultan extremadamente acogedores. Huele a casa, a su padre, a su niñez y es un poco lo que necesita para juntar valor.
-¿Vas a contármelo? -pregunta Burt como si hablase del clima.
-¿Te importa si lo hablo con Blaine primero?
-No, si primero me aseguras que no es nada grave.
-No lo es -dice Kurt firme-. Yo sólo necesito replantearme algunas cosas.
-Pues tómate tu tiempo.
Kurt sonríe aliviado y se deja llevar el resto de la tarde. Disfruta de la charla ligera, de su padre y se abraza con Finn cuando se ven y sí, las cosas van a estar bien.
++++
Blaine abre la puerta con manos temblorosas y cuando ve a Kurt su corazón se acelera como la primera ve que se besaron. Kurt lo abraza sin decir nada. Se quedan así, con la cabeza apoyada en el hombro del otro por demasiado tiempo, hasta que un beso cálido roza su cuello y sonríe. Tienen toda la noche y no necesitan quedarse en la puerta congelándose.
No es fácil para Blaine, ver a Kurt siendo así de vulnerable, estando notablemente asustado, le recuerda mucho al Kurt que conoció y aunque fue el momento que inició todo entre ellos, Blaine ahora sabe que Kurt es mucho más fuerte que él, mucho más fuerte que cualquiera, que la ciudad y sus tropiezos y no saber por qué Kurt ha vuelto a casa de esa forma hace que sienta un terrible peso en el pecho. Pero no es momento para eso, es momento para ser el hombro en que Kurt pueda apoyarse, así que cierra los ojos un momento y al abrirlos está listo para ayudar.
Entran a la casa, Blaine le quita el maletín que Kurt ha llevado y se tumban en el sofá sin saber por dónde comenzar, ambos intentando hablar al mismo tiempo hasta estallar en risas que se vuelven tontas y terminan en besos tiernos, en caricias prolongadas. Kurt suspira hondo y se acurruca en los brazos de Blaine. Tienen toda la noche para hablar y la casa para ellos solos porque los padres de Blaine, como casi siempre, no están en la ciudad. Ordenan pizza y Kurt no puede evitar comentar como la comida sabe mejor en New York, charlan de esto y aquello. Blaine no presiona, escucha con calma y Kurt se relaja, se olvida del problema hasta que los ojos comienzan a cerrársele y Blaine con un empujón cariñoso lo lleva escaleras arriba.
Cuando se tumban en la cama Kurt se aferra al cuerpo de Blaine, más tiempo del necesario para ser una iniciativa sexual y Blaine sabe que es momento de enfrentar el problema.
-Estoy listo para escucharte… en el momento que quieras -le dice bajito.
-Yo… no lo soporté más -confiesa Kurt sin dejar de abrazarlo-. No es la competencia o la gente hostil, estoy acostumbrado a eso… estoy acostumbrado a que los maestros no me tomen en cuenta pero se suponía que allá eso no iba a pasar.
Blaine no sabe qué decir. Él también está acostumbrado a la soledad y al rechazo, pero Dalton le dio buenos momentos mientras estuvo ahí, profesores que sí lo escuchaban y amigos con quienes pasar el rato, pero eso no quiere decir que no entiende a Kurt, lo hace y más de lo que parece, quizás Blaine no ha pasado los dos últimos años siendo empujado contra los casilleros, pero sí siendo una sombra en una escuela que sigue sin notarlo, presidente o no de la clase, Blaine Anderson sigue siendo el chico que vino de Dalton y eso duele tanto como los empujones. Por eso no sabe que decirle a Kurt, porque decirle que todo va a mejorar sería mentirle y no tiene las fuerzas para hacerlo.
-Es una buena escuela -continua Kurt-, realmente me gustan las clases y sé que no soy el único talentoso, pero me molesta mucho que ni siquiera me tomen en cuenta porque no doy con el tipo.
-Quizás NYADA no es la escuela para ti -dice Blaine temeroso.
-Es lo que me dijo… -Kurt suspira y cierra los ojos sin mostrar demasiadas emociones- antes de decidir volver a Lima mi profesor de Expresión Corporal me pidió que me quedase después de clases y él me dijo que creía que perdía mi tiempo en NYADA, que no tendría oportunidades ahí y que tal vez debería llevar mi talento a una escuela donde realmente sea apreciado.
-Kurt, eso fue… horrible.
-Sí. No podía volver ahí después de eso -confiesa Kurt-. Aún así creo que fue honesto, creo que no quiso ser rudo conmigo, sino que dijo lo que yo vengo pensando desde que comenzaron las clases.
-¿Por qué nunca mencionaste nada? -pregunta Blaine con la voz cargada de preocupación.
-Porque no quería parecer un niño asustado -responde Kurt, los ojos fijos en su regazo y sus manos jugueteando nerviosas con su camiseta-, no podía rendirme sin intentarlo.
Blaine atrae a Kurt hacía él, rodeándolo con los brazos y sin saber qué decir. En ocasiones se siente un niño al lado de su novio, como si sus problemas con los clubes de la escuela o las canciones para escoger en Glee fuesen trivialidades al lado de los problemas del mundo real. Trata de convencerse de que no es verdad, simplemente están en momentos distintos de sus vidas, pero Blaine no siempre logra escapar de sus propios fantasmas.
Kurt sigue hablando, con voz bajita y con esa confianza que pocas personas en su vida se han ganado y Blaine lo escucha sin interrumpirlo hasta que Kurt parece haberse quedado sin palabras y Blaine lo llena de besos por todo el rostro, besos cálidos que dicen todo lo que tiene atorado en la garganta, pero sabe que si intenta decirlo terminará llorando, porque todo lo que le daña a Kurt, le duele a él mil veces más y quizás no está bien, pero Blaine no puede evitarlo.
Se acurrucan en la cama, Blaine rodeando a Kurt por la cintura, entrelazando sus manos, pegando lo más que puede su pecho contra la espalda de su novio, hundiendo la nariz en su cabello castaño y se dejan absorber por el silencio, por la oscuridad de la habitación. El único indicio de que Kurt sigue despierto es el apretón que de cuando en cuando le da a su mano.
Made a wrong turn… Once or twice
Dug my way out… Blood and fire
Bad decisions, that’s alrigh… Welcome to my silly life
Blaine comienza a cantar, es estúpido y trillado, pero Blaine sabe expresarse mejor mediante una canción y Kurt lo sabe y entiende a través de las frases de esa canción que significa tanto, que en un momento, lo significó todo.
Pretty, pretty please
Don’t you ever, ever feel
Like your less than
Fuckin’ perfect
Kurt se relaja en esa voz que ama desde que la escucho por primera vez, cierra los ojos intentando grabarse cada una de las palabras en su mente, en su piel y es lo último que escucha antes de quedarse dormido.