Padres: Capítulo 14

Aug 05, 2012 00:26

Lamento mucho el enorme Hiatus en que dejé la traducción, pero entre el final de la serie y luego el tiempo que estuve mal con el modem pues me olvidé un poco de esto... ahora a retomarlo semanalmente para recuperar el ritmo.

Título: Padres (Fathers)
Autora: OnceinYourLife
Traductora: mirita23
Rating: R
Pairing Kurt Hummel/Blaine Anderson
Advertencias: Violencia familiar, Hurt/Confort.
Género: Angst, Romance.
Resúmen: Mientras New Direcctions está en New York, Burt recibe una visita inesperada.
Disclaimer: Glee no me pertenece, es toda de RIB y la historia tampoco me pertenece, yo sólo la traduzco.
Nota: El fic está ambientado después de Funeral y antes de New York en la S2. Narrado desde el PoV de Burt Hummel.
Link al original: Fathers

Masterlist



14 - La Fiesta

Nunca me ha gustado mucho Halloween.

Lo sé, lo sé. ¿Qué era lo que no me gustaba? Eso es lo que mis hijos siempre me preguntaban. Ellos amaban casi todo lo que tenía que ver con la fiesta. Incluso Finn, para mi sorpresa.

Creo que nunca he entendido eso de los disfraces o tener que tener dulces para repartir toda la noche para no ser el vecino antipático que no se preocupa por los niños.

Así que Carole y yo nos quedaríamos a ocuparnos del incesante timbre de la puerta, mientras que los chicos iban a una fiesta.

Finn estaba sentado en la sala de estar conmigo esperando a que Kurt y Blaine estuviesen listos. Él no se había disfrazado. Amaba los dulces pero no tenia la creatividad ni la paciencia para trabajar en un disfraz. Así que le dejó esa parte del trabajo a Rachel.

Kurt, por el contrario, trabajó en su vestuario y en el de Blaine durante semanas. Él no le dijo a nadie en la casa de qué eran, ni siquiera a Blaine.

Yo sabía que Blaine se estaba poniendo nervioso. Desde luego, no quería molestar a Kurt, pero él tampoco quería ponerse algo que atrajese el tipo equivocado de atención.

Pocos días antes de Halloween, estaban en la cocina. Kurt estaba preparando la
cena y Blaine lo seguía por ahí como un perrito perdido, a la caza de
información.

-Sólo una pista ¿por favor?

-No, ni siquiera eso.

Kurt fue del repostero a la refrigeradora y Blaine lo siguió.

-Bueno, ¿cómo es la combinación de colores?

-No voy a decirte nada acerca de la combinación de colores, eso te daría una pista. Un paso a la izquierda, por favor.

-Lo siento.

Él se movió.

-Gracias.

Kurt volvió al repostero, seguido de Blaine detrás de él.

-Eso limita mi búsqueda ¿lo sabes?

-Precisamente.

-¿Y tiene muchas lentejuelas? ¿tiene plumas?

-Blaine, no.

Cogió un tazón pero cuando intentó dar la vuelta se topó con el pecho de Blaine. Blaine tomó el tazón.

-No te voy a decir nada, menos ahora que realmente estás distrayéndome. ¿Por qué estás tan nervioso por esto?

Blaine lo consideró muy cuidadosamente. Él no quería decir algo que pudiese herir los sentimientos de Kurt. Había trabajado tan duro en los disfraces y Blaine no quería parecer un ingrato. Pero también tenía que ser honesto con él.

-No quiero que te lastimen, eso es todo.

Kurt suspiró y Blaine embarró uno de sus dedos en el contenido de chocolate del tazón y lo acercó a Kurt.

-No, gracias. No sé dónde han estado esas manos.

-Creo que sabes exactamente dónde han estado mis manos.

Kurt se quedó boquiabierto.

-Blaine, mi papá está justo ahí…

-Él no puede oírnos.

Por supuesto que podía oírlos.

Blaine manchó de chocolate sus labios.

-¿Y ahora?

Kurt sonrió.

-Blaine ¿no confías en mí?

La cara de Blaine mostró confusión.

-Por supuesto que confío en ti. ¿Qué clase de pregunta es esa?

Kurt suspiró.

-Entonces me crees cuando digo que lo vas a amar.

Kurt miró hacia donde yo estaba sentado en la sala de estar y yo rápidamente volví la mirada a mi periódico. Besó y quitó los restos del chocolate de los labios de Blaine.

-Tienes mi palabra.

Blaine terminó amando los disfraces.

Bajó corriendo las escaleras con Kurt sobre su espalda, aferrándose a sus hombros para salvar su vida.

-¡Na na na na na na na na Batman! -cantó mientras giraba en círculos por la sala de estar con Kurt sobre él.

-Si vomito sobre tu pelo, te vas a arrepentir -dijo Kurt mitad en bromeó.

Blaine le soltó y se echó a reír.

-Bueno ¿qué tal nos vemos?

Eran los clásicos Batman y Robin de los pies a cabeza y sonriendo de oreja a
oreja.

-Las connotaciones homoeróticas de Batman y Robin están sin duda presentes, pero su heroísmo y masculinidad les dan el equilibrio perfecto. Al igual que Blaine y yo.

Kurt miró a Blaine para que le de su aprobación.

-Lo que él dijo.

Se besaron.

Finn rodó los ojos.

-¿Podemos irnos por favor?

-Sí, sí, está bien, Finn, pero ¿vas a manejar? Porque yo no sé si puedo…

Kurt tomó la manija de la puerta, pero me paré frente a ella.

-Sólo un par de cosas antes de que se vayan, muchachos.

Sus rostros se congelaron. Claramente estaban esperando llamarme más tarde con un plan para convencerme de que estaban perfectamente seguros, que estaban pasándolo genial y que no necesitaban el toque de queda en absoluto, ¿verdad?

-Sí, sí, vengan, siéntense.

Todos se lanzaron al sofá. Me paré frente a ellos con los brazos cruzados,
tratando de mirar fijamente a Finn lo suficiente como para que dejase su celular a un lado.

-En primer lugar, sé que es un día de fiesta y sé que ustedes estarán donde Puck, por lo que seré yo quién lo ofrezca: dos y media de la mañana ¿Qué les parece?

Kurt abrió la boca para protestar, pero Finn le dio un codazo en las costillas.

-Vamos a tomarlo.

Yo sonreí.

-Bueno, lo siguiente... no soy idiota, sé que es Puck y es la preparatoria. Habrá
de alcohol por lo que imagino ¿estoy en lo cierto? Chicos, yo no voy a amenazarlos
con cualquier cosa, pero sólo... tomen buenas decisiones, ¿de acuerdo? Si beben no conduzcan y Finn, estos dos están en tus manos si tú estás detrás del timón ¿entendido?

-Oh, no licor para mí. Rachel lo ha prohibido de por vida, así que yo estaré a cargo.

-Probablemente es una buena idea -dijo Blaine con un escalofrío.

-Estás tan dominado -añadió Kurt, mientras trataba de reprimir una risa por el recuerdo de Blaine y su romance con Rachel mientras estaban ebrios.

Yo no podía dejar de estar de acuerdo con Kurt.

-Por último, esta es una especie de consejo paraguas, ya saben, en general "cuídense" en todos los aspectos de sus vidas, por favor.

Los ojos de Kurt se abrieron más de lo que jamás había visto antes, y una sonrisa tonta se prolongó en el rostro de Blaine. Finn simplemente parecía confundido. Claramente había sonado mucho más torpe de lo que había previsto.

-Y esa es nuestra señal para irnos, creo -Kurt exclamó.

Todos se levantaron y mientras Kurt y Blaine salían por la puerta, me puse a un lado Finn.

-Vas a cuidar de ellos, ¿de acuerdo?

-Sí, por supuesto- dijo con impaciencia.

Trató de alejarse, pero lo agarré de la chaqueta.

-Lo digo en serio, Finn, los dos van juntos y los disfraces.

-Burt, lo sé. Ya te dije que cuidaré de ellos, y lo haré, ¿de acuerdo? Siempre lo hago.

No debí haber dejado eso pasar, tendría que haberle dicho que controlase su actitud. Yo debí haber sabido en ese momento que algo estaba pasando.
Pero, no lo hice. Me limité a sonreír y lo dejé ir.

-Bien, tío, anda, diviértanse. Y llámame cuando estén en camino a casa.

Carole y yo vimos una película en el sofá esa noche, felices de tener un muy
raro momento sin los tres chicos en casa. Creo que Hugh Jackman salía en ella, no me acuerdo, pero ella lo amaba y yo estaba feliz.

Ella se quedó dormida cerca de la medianoche, así que estaba solo en la sala cuando la puerta se abrió a medias, de golpe.

-Kurt ¿qué pasa contigo? Vamos, esto es una locura.

Kurt estaba intentando escapar de Blaine con todas sus fuerzas, pero este no se daba por vencido. Kurt corrió la mitad de las escalera, pero Blaine cogió su mano para detenerlo.

-Oye, ¿quieres simplemente…

-Yo no tengo que "simplemente" nada, Blaine. Necesito que me dejes en paz, por favor.

El ceño de Blaine se endureció y levantó sus dos manos en señal de rendición. Kurt le dio la espalda y subió el resto de las escaleras.

Yo realmente no sabía qué decir. Estaba todavía un poco sorprendido de que estuviesen en casa tan temprano.

Blaine caminó poco a poco de regreso a la sala y se dejó caer en el sofá,
a mi lado, enterrando la cara entre las manos.

-¿Quieres hablar de ello?

-No hay nada de que hablar.

-¿Ah, sí? Los dos vuelve a casa dos horas antes de que tengan que hacerlo y gritándose el uno al otro y no es nada?

Suspiró.

-Quiero decir que no tengo idea de lo que está sucediendo.

-Está bien, bueno, ¿por qué no me dices todo lo que pasó entre ustedes desde que se fueron y todo estaba bien entre ustedes hasta que regresaron y claramente ya no lo están?

-Yo no lo sé. Quiero decir, estábamos en la fiesta y nos estábamos divirtiendo con todos los chicos Glee Club, pero había un montón de gente allí. Mucha gente. Estoy bastante seguro de que al menos la mitad de nuestra clase estuvo ahí en algún momento.

Eso quería decir gente que no me importaba, gente que había hecho la vida de Kurt un infierno para él los últimos tres años. Yo no estaba seguro de si eso le había ocurrido a Blaine, pero no dijo nada.

-Fui a traernos algo de beber, pero cuando volví, ya no estaba. Así que comencé a buscarlo y finalmente lo encontré llorando contra una pared y creo que Santana salió disparada a algún sitio. No estoy muy seguro.

¿Qué tenía Santana que ver con eso? Yo no lo mencioné.

-Así que le pregunté qué le pasaba y él sólo me pidió que nos fuéramos. Cuando
le dije que tenía que encontrar Finn primero, él no quiso quedarse ahí solo, así que hice que Tina se quedase con él durante unos minutos mientras iba por las llaves donde Finn. No te preocupes, Kurt y yo no bebimos nada, así que estaba bien para conducir, te lo juro.

Ese chico realmente estaba empezando a leer mi mente. Pero no lo entiendo. ¿Por qué no querría Kurt defenderse? Él siempre se ponía en frente de quien lo trataba mal. Él nunca dejaba esas cosas pasar. Era demasiado orgulloso para eso.

-Él no me dijo ni sola palabra durante el viaje. Cada vez que traté de preguntar o bien se quedaba completamente en silencio o simplemente comenzaba a llorar otra vez, así que dejé de intentar. Y, entonces, bueno… ahora estamos aquí y todavía estoy confundido. Yo simplemente no sé lo que pasó, así que no sé que debo hacer. ¿Crees que hice algo malo?

No estaba seguro de qué decirle.

No, yo no creía que él hubiese hecho algo malo, pero estaba seguro de que alguien más en esa fiesta sí lo había hecho y él no estuvo ahí para evitar que sucediera. ¿Y dónde estaba Finn? ¿Por qué no estuvo ahí para detenerlo? Yo tenía un montón de preguntas que me hubiese gustado hacerle al mismo Kurt, pero desde luego no era mi turno para obtener alguna respuesta.

-No hiciste nada malo.

-Entonces, ¿qué es esto? ¿Qué debo hacer?

Odiaba que se sintiese tan impotente, pero con tan poca información había poco que decir.

-No sé qué decirte, chico.

Él estaba tan frustrado con todo. Odiaba no tener el control, odiaba no ser capaz de hacer feliz a Kurt con pocas y simples palabras.

-Bueno, ¿por qué no? ¿No se supone que sabes de estas cosas? No se supone que eres quien me debe ayudar con esto?

Tomé un respiro. Yo estaba lo suficientemente calmado como para dejarlo rabiar un poco. Tuve que dejarlo desquitarse conmigo.

-Fueron estos malditos disfraces ¿no?

Tiró la máscara de Batman en el suelo.

-Le dije que algo como esto iba a suceder. Yo le dije que no valía la pena
hacer algo como esto otra vez hasta el baile de graduación, para que quizás, sólo quizás, no tuviésemos que repetir lo del año pasado. Incluso nos saltamos el baile de bienvenida por esa precisa razón. Le dije tantas veces, pero no quiso escucharme.

Me quedé de piedra. Había tanta información en esa declaración que yo no sabía por dónde empezar.

-Espera ¿hubo un baile de bienvenida?

-¿Qué?

-Un baile de bienvenida ¿ustedes se perdieron el baile de bienvenida?

Él estaba impresionado de que ese fuese el único detalle al que me había aferrado.

-Sí, ambos decidimos no ir. ¿Por qué es importante?

-¿Decidieron no ir porque tenían miedo de lo qué pudiese suceder?

-Quiero decir, supongo que sí, sí. Sólo sopesamos los riesgos y pensamos que no valía la pena hacer cualquier cosa que nos impida disfrutar de baile de graduación.

Esa fue la primera vez que me di cuenta lo mucho que los dos ponen en la línea de
estar juntos. No ir al baile de bienvenida que se supone que es algo así como un
rito para pasar a ser de último año. Era de esas cosas que todo el mundo lo hizo. Pero ellos no lo hicieron. No podían porque no valía la pena el riesgo.

Se dio cuenta de lo mal que eso me hizo sentir.

-Está bien, de verdad. No fue gran cosa. Nosotros dos no necesitamos un baile para divertirnos.

Y eso le salió mucho más incómodo de lo que él esperaba.

-Eso no es…

Mis cejas se elevaron y crucé los brazos sobre el pecho.

Él respiró hondo.

-Lo que quise decir fue, nos quedamos esa noche y vimos una película y fue mucho mejor que un baile terrible de todos modos.

Suspiré.

Su vida sexual o la posible falta de ella, mis dedos se cruzaron todavía, no era
algo de lo que yo no necesitaba saber ni un solo detalle, de verdad. Eran adolescentes. Por supuesto que ellos estaban… experimentando. No me gustaba. Por supuesto que no me gustaba. Soy un padre, por amor a Cristo, pero tuve que recordar que al menos ellos se preocupaban el uno por el otro y yo sólo tenía que dejar pasar el hecho de ellos dos haciendo lo que fuera que estaban haciendo en mi casa. Sólo tenía que dejar de pensar en ello, realmente.

-No creo que quiera saberlo de todos modos.

-No, probablemente no -murmuró con una sonrisa.

Me quejé.

-Lo siento.

Respiré hondo. No era asunto mío.

-Mira, tú lo amas ¿no?

-Tú sabes que lo hago.

No había duda en mi mente que eso era cierto. Lo podía ver en sus ojos todo el tiempo. Incluso cuando estaban separados, era obvio. Si había alguien a quien Kurt podía decirle lo que fuese, ese era Blaine. Y si había alguien con quien Blaine se sentía totalmente seguro, ese era Kurt.

-Entonces, cuando él esté listo para hablar contigo lo hará. Deja que se enfríe y vuelve a intentarlo en la mañana.

-No me gusta ir a la cama con él molesto.

-Bueno, escucha, no creo que debas presionarlo más esta noche.

Él lo pensó con calma.

-Sí, sí, probablemente tengas razón.

Suspiró y hundió el rostro entre las manos.

Me sorprendí al oír la puerta crujir un poco al abrirse. Había extendido su hora de llegada y los tres volvían a casa antes de sus toques de queda normales. Yo no podía creerlo.

-¿Finn?

Dio un salto, claramente no esperaba que nosotros estuviésemos ahí.

-Oh, todavía estás levantado.

-Ni siquiera es la una de la mañana.

-Oh, está bien.

-¿Qué llevas puesto? -Blaine se echó a reír.

-Oye, es Daddy Warbucks. No me juzgues.

Había tantas cosas que quería decir. Pero no lo hice, porque una de mis primeras preguntas estaba cerca de ser contestada,

Santana apareció por la puerta detrás de él.

-¿Santana?

-Oh, señor Hummel, wow, bueno, Finn dijo que estaría dormido. Hey, Blaine.

Blaine levantó la mano.

-Está bien ¿Qué demonios está pasando aquí? -le pregunté. Finn se frotó la frente, y Santana miró a Blaine.

-¿Él no te lo dijo? -preguntó ella.

-No, él no me dijo nada ¿Cómo es posible tú sepas más de esto que yo? -respondió Blaine.

Sus labios se curvaron.

-Mira, si él no te ha dicho, ese es su asunto. Sólo asegúrate de decirle que tengo a Karofsky controlado ¿vale?

-No creo que ninguno de nosotros realmente quiera saber lo que eso significa -bromeó Finn.

-Bueno, creo que a Blaine le gustaría -dijo.

-¿Y qué se supone que significa? -Blaine le preguntó.

-No creo que sea mi lugar decírtelo y eso es mucho viniendo de mi. Tú habla con él.

-Él no quiere decirme.

-Entonces dile que Santana te mandó y lo hará -le explicó ella, como si fuera lo más obvio del mundo y como si realmente debería haber hecho eso hacía mucho tiempo.

-¿Qué quieres…

-Sólo confía en mí en esto, ¿está bien, chico enamorado? Mejor me voy, muchacho amante? Gusto en verlo de nuevo Sr. H.

Finn se escabulló por la puerta para dejarle salir y no fue hasta que escuchamos su
auto arrancar que comenzamos a pensar en qué hacer.

Blaine cogió su máscara de Batman y subió las escaleras en silencio.

Le hice un gesto a Finn para que se sentara a mi lado.

-¿Sabes algo?

-No, probablemente sé menos que tú.

Podíamos oír a Blaine rogándole a Kurt para que lo dejase entrar. Santana tenía razón, ante la mención de su nombre, la puerta se abrió y luego cerró de nuevo. Una parte de mí recordó que técnicamente no se les permitía estar en la habitación del otro con las puertas cerradas, nunca y menos tan tarde. Pero una parte mucho mayor de mi tenía demasiada curiosidad por saber qué había pasado.

-Mi mente está seriamente quemada en estos momentos -dijo Finn.

-Sí, dímelo a mí.

Él estaba muy tranquilo.

-Pienso que Rachel va a terminar conmigo.

La noche se estaba volviendo aún más extraña.

-¿Rachel? ¿Estás pensando en Rachel en este momento?"

-Lo siento, ¿qué?

Él se veía aturdido y bastante asustado, incluso para alguien tan torpe. Yo estaba aún confundido porque había regresado con Santana. ¿Desde cuándo nos gusta tenerla de visita exactamente?

-Finn, ¿has estado bebiendo?

-No, ¿qué? ¡Por supuesto que no! Yo no sé lo que está pasando ahora mismo.

-Bueno, únete al club.

-¿Por qué se supone que debo estar preocupado de nuevo?

-Kurt y Blaine, que están... bueno, en realidad no sé qué. Pero algo pasa.

-Algo, ¿eh? Suena bastante mal.

Estaba enojado. Yo estaba molesto porque que mi hijo estaba tan enojado, porque Blaine no podía entender qué hacer para arreglar las cosas y a Finn no le importaba ni una ni otra cosa.

-¿Vas a decirme por qué estás actuando como un inteligente culo esta noche?

Se levantó del sofá y pude ver un dolor distinto en sus ojos de nuevo,
algo que le dolía mucho más que lo que vi en el aeropuerto muchos meses atrás.

-Buenas noches.

Empezó a caminar por las escaleras.

-Oye, espera, Finn. Hey, Finn, vamos.

Él no se dio vuelta. Él no regresó y yo no lo sabía entonces y pasaría un tiempo antes de que me diera cuenta.

Me sentía tan culpable. Por todo, la verdad. En ese momento, realmente creí que
no debería haberlos dejado ir a esa estúpida fiesta. No es que yo hubiese podido saber lo que iba a suceder, no es que ellos no me habrían odiado por no darles
absolutamente ninguna razón concreta para no dejarlos salir de casa en Halloween que no fuese "porque yo lo digo". Todavía me pregunto si pudiese retroceder el tiempo, si haría que se quedasen en casa esa noche. Mirando hacia atrás, yo no estoy tan seguro.

Porque lo que pasó esa noche estaba lejos de terminar. Sólo comenzaba, en
realidad. Y eso nos lleva a lo que sucedió durante los próximos días, la maldita cosa que casi rompe a nuestra familia, pero que nunca se habría podido evitar.

Fue sólo una razón más por la que realmente odio Halloween.

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