Padres - Capítulo 10

Apr 01, 2012 01:24

Título: Padres (Fathers)
Autora: OnceinYourLife
Traductora: mirita23
Rating: R
Pairing Kurt Hummel/Blaine Anderson
Advertencias: Violencia familiar, Hurt/Confort.
Género: Angst, Romance.
Resúmen: Mientras New Direcctions está en New York, Burt recibe una visita inesperada.
Disclaimer: Glee no me pertenece, es toda de RIB y la historia tampoco me pertenece, yo sólo la traduzco.
Nota: El fic está ambientado después de Funeral y antes de New York en la S2. Narrado desde el PoV de Burt Hummel.
Link al original: Fathers

Masterlist



10 - La Montaña

Kurt y Blaine llegaron a casa una noche oliendo a cerveza barata.

Según ellos yo debería estar feliz de que no hayan terminado en el asiento trasero de un patrullero.

Pasó una semana antes de comenzar las clases en McKinley. Blaine recibió una llamada de Wes, quien estaba haciendo una fiesta en la ciudad y él quería tener una última diversión antes de comenzar un nuevo año lejos de Dalton.

Por supuesto, les di permiso. Blaine casi no había visto a esos chicos durante el verano y Kurt y Blaine habían mencionado muchas veces que no había nada igual a celebrar con los chicos del grupo a capella.

Abrieron la puerta tres minutos antes del toque de queda, silenciosamente esperando que yo estuviese arriba dormido y no en mi sillón de la sala.

-Hey chicos ¿se divirtieron? -pregunté sin despegar mis ojos del periódico.

-Um -comenzó Kurt- no se si divertirnos sea la palabra adecuada.

Voltee y vi a los dos chicos que no lucían para nada como ellos mismos. Blaine estaba pálido y su cabello era un desastre. Kurt se abrazaba a si mismo.

-¿Todo está bien, chicos? -pregunté despacio- Vamos, siéntense.

Vi que ambos miraron al sofá pero sus pies seguían firmemente pegados al piso. Se miraron nerviosamente el uno al otro, como si yo no me diese cuenta que eran incapaces de tomar la decisión de sentarse. Supe que algo estaba mal así que me pare hacia ellos, los rodeé a los dos con mis brazos y los guié hacia el sofá. Fue ahí cuando los olí.

-¿Han estado bebiendo?

Blaine suspiró y movió sus piernas para sentarse junto a Kurt.

-No señor, pero no eres la primera persona que piensa eso esta noche.

-Bueno, estoy seguro que me encantará escuchar que tipo de explicación tienen para que tu camisa esté cubierta de… espera, esa… esa no es la camisa con la que te fuiste. Esa es la que tú…

-Bien, papá, sé que suena muy mal, pero déjanos explicarte, por favor escúchanos.

Estaba furioso. Los dos volvieron a casa cubiertos de cerveza usando la ropa del otro y luciendo terriblemente ¿Qué se supone que tenía que pensar?

-Luce bastante mal Kurt.

Mi cabeza estaba comenzando a dolerme de la cólera. No podía creer lo que estaba viendo ¿En que demonios estaban pensando? Querían gritar. Pero no lo hice, no aún, no hasta escuchar lo que tenían que decir.

-Lo sé. Lo sé, pero papá, no lo es. Te lo prometo. Blaine por qué no tú…

Blaine lucía aterrorizado ante la idea de contarme lo sucedido pero Kurt asintió y él comenzó.

-Sí, uh, está bien, claro, yo comienzo.

Se aclaró la garganta, tratando de reunir el coraje suficiente para contar su historia.

-Pues, fuimos a la fiesta y nosotros, bien, los… los Warblers ellos básicamente perdieron la cabeza.

Kurt dio un respingo.

-Quizás deberías ir directo a los detalles importantes, Blaine.

Me miró y luego a Kurt y regresó la mirada a sus manos en sus rodillas.

-Claro, lo siento. Bien, ellos estaban bebiendo, ya sabes era una fiesta pero ni Kurt ni yo bebimos nada -añadió rápidamente haciendo contacto visual conmigo-. Yo iba a manejar y él estaba preocupado por el efecto que el alcohol haría en sus poros, así que ninguna bebida para nosotros. Kurt y yo estábamos bailando, luego estábamos atrás y estábamos be… um bueno estábamos…

Kurt cubrió su rostro con sus manos claramente indicándole a Blaine que obvie esa parte, Blaine dejó salir un soplido nervioso que sonó casi como una risa. No lo presioné para que termine esa frase, porque a pesar de lo enojado que estaba en ese momento podía entender que eran chicos de diecisiete años y que tener un momento privado en la casa era casi imposible para ellos. Lo último que quería escuchar eran los detalles gráficos y bien, al menos no habían estado bebiendo.

-Continúa.

Blaine tomó aire nuevamente.

-Bien, lo estábamos pasando bien pero… algunas cosas se salieron de control, alguien accidentalmente derramó su bebida sobre Kurt así que yo le ofrecí cambiar de camisas. Pero supongo que son los detalles que debo obviar, ¿verdad?

Kurt miró a Blaine y su rostro reveló una sonrisa avergonzada.

-Oh, wow sí deberías, no me había dado cuenta hasta ahora -Hizo una pausa. -Realmente te queda bien.

-¿Oh sí? Tendré que robártela algunas veces.

-Tal vez, si logro quitarle la mancha.

-Chicos.

Reaccionaron, sus sonrisas se perdieron. Kurt quitó sus manos de las piernas de Blaine y Blaine volvió su cabeza hacia mí.

-Lo siento. Bien, entonces la fiesta estuvo divertida pero cuando encendí el auto para volver a casa mi luz delantera no prendía.

Suspiré entendiendo hacia donde iba la historia.

-Pero, uh era tarde y estábamos tratando de llegar a casa y sabes, la policía siempre merodea en las noches así que nos detuvieron.

Blaine resopló y pasó una mano por su cabello, algo que me había dado cuenta que había hecho unas cien veces esa noche.

-Bueno, él olió la cerveza y cuando vio que tenemos diecisiete nos hizo salir del auto. Me hicieron la prueba del aliento y ¿tienes idea de lo difícil que es? No puedes tener suficiente aire y luego comienzas a sentirte mareado y luego…

-Blaine -dije apresurándolo a continuar.

-También camine en una línea y dije el abecedario al revés, lo que es difícil aun estando sobrio y al menos creyó nuestra historia pero… umm bien…

Metió las manos en el bolsillo de sus pantalones y sacó una papeleta. Dejé salir un resoplido mucho más profundo de lo que esperaba.

-No es tan malo, de verdad. Tengo suficiente dinero para pagarlo pero aparentemente necesito que mi licencia cambie a la nueva dirección y mi padre finalmente me quitó de su plan de seguro así que el vehículo no está registrado y…

Él estaba hablado tan rápido y su voz era tal alta, nunca lo había visto tener tanto pánico ni tan desesperado por intentar mantener el control en una situación irreversible.

-Blaine, toma aire.

Siguió mis instrucciones y cubrió su boca con su puño, su codo apoyado en su rodilla. Lucía tan avergonzado, como si estuviese tratando tan duro de ser responsable, de hacer que todo estuviese perfecto pero hubiese fallado miserablemente.

-Yo sólo… no sé que se supone que voy a hacer.

Vi esa mirada de desamparo en sus ojos de nuevo, la misma que había visto cuando vino al taller, lo que se siente como si fuese años atrás de esa noche. Sólo había una cosa que podía hacer sin dudar.

-Me dejarás encargarme de esto ¿de acuerdo? ¿las llaves?

Me las lanzó.

-Arreglaré las luces e iremos al DMV por esa licencia el lunes -hice una pausa-. Todo va a estar bien, lo prometo.

Estaba haciendo promesas nuevamente.

Kurt sonrió, silenciosamente agradeciéndome, pero Blaine estaba impresionado. Era casi como si no esperara que creyese la historia. Como si tan sólo con oler la cerveza, ver la ropa, haría mis suposiciones y le patearía el culo. Mi casa no funciona de esa manera. Si no los escucho no puedo esperar que ellos me escuchen. Siempre escucho a mis chicos y si ellos lo arruinan los haré pagar por eso pero cuando es una mala situación, es algo que está fuera de nuestras manos.

Lo más importante, yo confiaba en ellos. Eran buenos chicos y no me mentían. Al menos no en cosas que contaban. No habían hecho nada mano. Él en realidad había hecho todo lo correcto y aún así se culpaba.

Después de mandar a los chicos a la cama me encontré pensando en lo que había pasado. Me haría cargo de las cosas, arreglaría lo que Blaine pensaba que era un enorme problema con unas pocas palabras. Lo haría sentir seguro, a salvo y protegido. Él no tenía nada de qué preocuparse, ahí estaba yo para hacer eso.

Y así fue como supe finalmente lo que tenía que hacer.

Estaba todavía oscuro cuando los desperté. Era algo así como una tradición. El verano antes del último año, fue cuando mi padre hizo esto por mí y toda mi vida estuve esperando hacerlo por Kurt. Pero en cambio tenía a tres chicos a los que despertar ese día.

Kurt no estuvo sorprendido cuando lo desperté. Había escuchado parte de esa historia de su abuelo y supe que él nunca la había olvidado, él estaba esperando esto desde que volvió de New York. Pero Finn y Blaine no tenían idea y a Finn era casi imposible sacarlo de la cama.

-¿Quieneres,ummm?

-Finn, vamos, levántate.

-Pero, no… es muy… mmm ¿qué?

-Sólo levántate, vístete y baja en diez minutos.

Cuando todos estuvieron en la sala, medio dormidos, los hice subir a la camioneta.

Finn en el copiloto, Blaine y Kurt en el asiento trasero, usándose mutuamente como almohadas humanas mientras comenzamos el largo camino.

Cuando el viaje hubo terminado, Blaine estaba acurrucado perfectamente en el hueco del cuello de Kurt y Finn había empañado la ventana del lado del pasajero, con su respiración constante.

Era mucho pedir que estuvieran despiertos tan temprano. Había irrumpido en sus habitaciones, sacado de sus camas, habían subido a la camioneta sin siquiera darles una simple explicación. Era parte del efecto, en verdad. Incluso Kurt no tenía ni idea de lo que había en la tienda. Mi padre le había contado sobre el momento en que me despertó en medio de la noche, pero eso fue todo. En realidad, nunca podría saber hasta que lo viese por sí mismo.

Todo era cuestión de tiempo. Estar ahí para ver la salida del sol. Entré en el estacionamiento, sin sentirme mal por estar haciendo allanamiento de morada. El desbloqueo repentino de las puertas del coche hizo Finn saltar y golpear su cabeza contra la ventana, lo que, por supuesto, despertó a los otros dos niños dormidos.

Cuando miraron por las ventanas, se quedaron prácticamente sin palabras. No era ni de cerca lo que Kurt estaba esperando.

-Estamos aquí -anuncié.

-Espera. ¿En serio? -Kurt preguntó.

-En serio. Vamos, vamos allá.

Nos bajamos del coche, y yo estaba satisfecho con las expresiones de confusión en sus rostros. Me gusta pensar que así es como yo había lucido a su edad, completamente desconcertado por qué mi padre me había llevado allí a las seis y media de la mañana.

Pasamos por una puerta vieja, y aunque nadie dijo una palabra, podía sentir su expectativa creciendo.

-Muy bien, esto es bueno.

Nos detuvimos, y dejé a los chicos dar un vistazo a su entorno. Era mucho para procesar, sobre todo cuando no tenían idea de dónde estaban o por qué estaban allí.

-Está bien -me volví para hacerles frente- ¿tienen idea de dónde estamos?

Fue Blaine el que contestó rápidamente.

-Estamos en Lorain, en Visionland, ¿no? O, al menos en lo que solía ser Visionland hasta que el negocio quebró. Pensé que habían derrumbado este lugar hace mucho tiempo.

-Tienes razón. Estamos en Lorain. Y esto solía ser Visionland.

Yo nunca había visto tan confuso a Finn. Supuse que nunca había estado allí antes, y sabía que Kurt tampoco. Mi hijo estaba temblando un poco, pero no sé si era por el inusual frío de agosto o por las viejas atracciones abandonadas del parque a su alrededor, no estoy seguro. Blaine estaba recordando algo que no era parte del plan y decidí intervenir rápidamente.

Respiré profundamente.

-Este lugar no fue siempre un parque de diversiones abandonado. Mi padre me trajo aquí cuando yo tenía su edad y en aquel entonces era un restaurante. Cuando su padre lo trajo aquí, era una fábrica. Y cuando su padre lo trajo aquí, era su casa.

Hice una pausa.

-Mi padre me enseñó un montón de cosas. Él me enseñó a ganarme la vida, a mantener a una familia... él me enseñó a ser un hombre. Y cuando yo tenía diecisiete años, ¿saben? yo no tenía alguna idea de lo que eso significaba. No era algo que me preocupara. Yo era popular, estaba en la cima del mundo. ¿Por qué querría cambiar algo?

Kurt le lanzó una mirada reflexiva a Finn.

-Y entonces mi padre me trajo aquí. Señaló allí mismo, justo sobre el agua, y dijo: "¿Sabes qué es eso?" Le dije que era el lago Erie, pero él no me dio la razón. Dijo que era... que era lo profundo de mi futuro.

-Oh, Dios mío, esto es exactamente igual que El Rey León -susurró Kurt a Blaine.

Negué con la cabeza y se rió.

-No he terminado con mi historia. Estábamos fuera de un restaurante, todavía estaba oscuro y yo no estaba prestando real atención -sonreí-. Ustedes no lo entenderán ahora, pero quiero que piensen en todas las cosas que los han traído hasta aquí. Quiero que piensen en todo lo que han atravesado en sus vidas y quiero que piensen cómo han llegado hasta aquí.

Todos se concentraron profundamente. Finn se quedó mirando sus zapatos y Blaine pasó un brazo alrededor de la cintura de Kurt. Traté de imaginar las cosas que estaban pensando. Familia, escuela, la adversidad... habían pasado por un infierno de un montón de cosas y yo ni siquiera podía imaginarme la mitad de ellas.

-Quiero que se den cuenta de algo muy importante. Realmente no se puede planear nada en la vida. Uno cree que tiene un enorme control sobre las cosas pero luego… todo se derrumba, el restaurante es un parque de diversiones. Y no tienes idea de cómo sucedió.

La luz poco a poco comenzó a brillar sobre el agua.

-Un minuto estás durmiendo en tu cama y luego estás de pie delante de una vieja montaña rusa. Pasa demasiado rápido, chicos. Y sólo tienen una forma de hacerlo. Tienen que hacer lo correcto. Y deben recordar que todo lo que hagan y todo lo que digan, importa. En algún lugar a lo largo de su camino, importará. A ustedes, a los que los rodean. Pone su mundo en una dirección en la que no podrán navegar por su cuenta.

Los ojos de Finn estaban fijos en el amanecer que comenzaba.

-Y cada día que crezcan y dejen entrar a gente en sus vidas, se darán cuenta que ya no son niños. Se darán cuenta que tienen responsabilidades y ustedes serán los únicos que podrán cumplirlas. Se volverán más grandes que ustedes mismos porque se convertirán en alguien importante para otra persona. Y no podemos fallarles.

Miré a mi hijo que estaba pensando en su madre, las lágrimas se formaban en sus ojos.

-Quiero que se diviertan este año, pero también quiero que estén… listos, supongo. Fuera del fútbol y el club glee o lo que sea, hay personas que están esperando para entrar en sus vidas. Ellos simplemente no lo saben todavía. Y ustedes tampoco, pero están ahí fuera. Son sólo... sólo están perdidos en las olas en estos momentos.

Hice una pausa.

Cuando yo tenía su edad, nunca me hubiera imaginado que mi vida sería de esta forma algún día. Nunca podría haber imaginado que iba a perder a mi esposa demasiado pronto, pero más tarde uniría a mi familia con otra y le daría la bienvenida a un hijastro a mi casa. Nunca me hubiera imaginado que mi hijo sería gay, que se enamoraría y le daría la bienvenida a la casa a ese muchacho, que se había convertido tan rápidamente en mi propio hijo, en mi hogar. Estábamos lejos de lo convencional, pero era como si todo se hubiese planeado así desde el principio, incluso desde esa mañana oscura fuera del restaurante.

Eran tan buenos chicos y yo estaba tan orgulloso de ellos.

-Piensen en las circunstancias de cómo se conocieron, piensen en las posibilidades de volver a hacerlo si tuvieran la oportunidad repetir todo de nuevo. Son uno en un millón. Piensen en sus vidas el uno sin el otro. ¿Quiénes serían y si les gustaría ser esa persona?

Casi podía oír sus pensamientos precipitándose. Kurt corriendo hacia Blaine en los escalones de Dalton. Finn pidiéndole consejo de Kurt cuando pensó que estaba a punto de ser padre. Blaine sollozando en la mesa de mi cocina.

Les di una mirada a los niños pensando si habían entendido el punto. Estaban aún un poco aturdidos, tenían los ojos muy abiertos y las sonrisas enormes y eso fue una señal para mí.

-Muy bien, vamos, vayámonos antes de que nos arresten por allanamiento de morada.

Caminamos de regreso al coche en silencio y desayunamos camino a casa. Nos reímos y hablamos y supe que eso era todo. Eso era de lo que mi padre y su padre y su padre antes que él habían estado hablando. Eso era lo que significaba ser un hombre, provenir de alguien que confió en ti, nunca darse por vencido y simplemente estar ahí, incluso para las pequeñas cosas.

Yo estaba muy contento con el hombre en que me había convertido y no podía sentirme satisfecho en ese momento, sabiendo que yo sería parte de la formación de los tres hombres delante de mí.

Sus olas ya estaban reventando y yo no podía dejar de sonreír por eso.

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