Cuando era pequeña (muy, muy pequeña, ¿vale?) una de las preguntas transcendentales que me asaltaba era:
"Si la comida tuviese alma ¿estaría contenta de que nos la comiesemos porque así cumple su función vital? ¿o estaría asustada porque va a morir? ¿haría feliz a estas zanahorias comiéndomelas o no?"
Aunque la cosa desde el inicio no invitaba al optimismo, he llegado a "edad que todos sabemos que tengo pero que no voy a decir" y todo. Es para celebrarlo.
Quería empezar el post con lo de la comida porque tenía más impacto, pero estaría rompiendo la tradición si no le felicito también el cumpleaños a Guillermo de Normandía, Guillermo el Consquistador. Felicidades, Guille
También podéis felicitar a Furihata, un personaje con mi misma actitud ante la vida.
Y me tengo que dedicar una canción de cumpleaños como hago siempre. Normalmente tienen cero relación con mi vida y solo escojo la que más estoy escuchando en el momento. Y esta vez no es una excepción.
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Aunque podéis considerarlo la canción de una cebolla que ha visto sucumbir a todas sus compañeras antes de ser devorada. Pobrecita.