Autor:
dino_gatitoFandom: Tokyo Ghoul.
Claim: Multiparing
Tabla:
Aviones Tema: #02 - No sigo tu velocidad, siempre me quedo atrás.
Título: letters to the nothing
Resumen: "Te sigo el paso, siempre lo hice, pero voy hacia otra dirección. Escribiendo versos para decirte adios."
Advertencias: -Spoilers en general.
-Incesto
Parejas/ Personaje: Kirishima Touka/ Kirishima Ayato.
letters to the nothing
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letter I: to him
(No) me dejes ir
.
Querido tú:
He decido irme.
He decido irme aún cuando te quiero, metí todos los escombros de esta casa y todos los miembros cercenados en mi maleta vieja y cerré la cremallera antes de que se cuele la nostalgia en forma de cenizas que es el aire de esta habitación.
Es que ahora (, siempre,) que miro este lugar me encuentro buscando argumentos o excusas para llamarlo hogar
, desespero por respirar al encontrar un hoyo negro, una vez más.
Allí van dos fantasmas, dos inocentes, dos homicidas.
Corretean y ríen o lloran -a estas alturas no recuerdo la diferencia entre ambas- por el piso de madera hinchada por la humedad, podrida porque el tiempo la arroyó, y suenan infantiles y tan cercanas que hasta diría que somos nosotros.
Si no fuera porque ya no lo somos, ni lo seremos, e incluso dudo que lo hayamos sido ¿no será un invento del imaginario colectivo? ¿de un corazón y de una mente que quieren aferrarse a la vida?. Y las dos pares de manitos pálidas, translúcidas, transparentes, aprietan el brazo de una falsa esperanza, de un cuento que nunca nos leyeron en voz alta.
Un cuento donde no hay dragones malos o princesas esperando ser rescatadas o donde los hombres son uno más del mundo y la moraleja es que existe la libertad, solo tienes que abrir la jaula y volar.
Allí se fueron dos almas, dos juventudes, dos muertos.
(Que no, no son tú ni yo.
Ya no.
Nunca lo fuimos, ¿no?)
Y el cielo es tan alto y tiene tanto oxigeno, y el mundo es tan bello tan cruel tan asombroso, hay tanto por recorrer. Y yo sin embargo sueño con soñar bonito y no despertar más. Tengo los ojos tan tapados de hollín
, nunca nadie me alentó a seguir
, no me disculparé por ser así de insurrecta.
¿Sabes?, todavía espero que me dediques una canción.
Todavía espero me mires y tus ojos me pidan que lo cuide para siempre.
Ni si quiera espero disculpas, aunque las merezca, no soy digna de ellas. Te fallé.
Me fallaste. Como todos los demás. Y por orgullo una vez te dije que no me importaba en absoluto, y te mentí
(, y te dolió
y no me importó)
. Me doliste más que cualquier otro en el mundo. Porque tú prometiste protegerme y fuiste al único que le creí, aunque yo haya dicho que me podía proteger sola (cariño, mírame; estos cristales incrustados en mis alas, ¿no ves que estoy destrozada?) mentí en eso también.
Y entonces nos fallamos los dos y nos fallamos a nosotros mismos, no permanecimos unidos. Y por sobre los de afuera, fuimos nosotros los que nos devoramos.
Nos llenamos de mentiras, de vacíos, de explosivos y lo único que queríamos era acostarnos todas las noches juntos.
Y tus besos sobre mi piel fría se llevan pedacitos de mi, te llevas mi carne entre mordida y mordida, te llevas mis sueños cada vez que me dejas, te llevaste mis alas y me dejaste descosida condenada a vagar por la Tierra.
Y deseo arrancarte el corazón y guárdamelo para mi sola. Eres más mío que de ningún otro, compartimos sangre. Puedes arrancarme el corazón si quieres, sabrás disculpar los destrozos, espero pueda saciar tu hambre, espero pueda calmar tu tempestad, espero pueda consolar tus tristezas, espero pueda llenar mis vacíos en ti.
(Puedes arrebatármelo todo si así lo deseas, ¿qué más da?, si soy este menjunje de plumas descompuestas y melodías de un jazz deshilado.
Toma, te lo doy todo.)
Y tus manos-zarpas desgarran cada centímetro de mi cuerpo, lo recorren lo cortan lo unen para estar más juntos. Y yo te pido entre gritos que -no- pares.
Me aferro a tu espalda, hoy más ancha y fuerte que la mía, y te clavo mis zarpas. (Pero en cambio, déjame arrebatar un poco de ti. Tú, a diferencia de mi, tiene músculos de diamante negro y hueles a tempestad arrulladora.) Y tú me besas los labios con dientes y lengua.
Hubo una vez que todo era distinto, ya ni lo recuerdo pero extraño su calor.
Sé que tu lo recuerdas mejor que yo, aún cuando te desarmes-aún cuando me destroces- en demostrar que no. Sé que lo repudias, lo repudias con cada célula de tu cuerpo; ser el que menos tuvo y al que más le quema. Lo sé cómo que me aborreces con todo tu amor, así lo repudias.
Pero, ¿sabes?
, dormir siempre se me va a hacer una pesadilla con tanto frío y espacio vacío alrededor mío.
, no quiero leer libros, todos huelen igual. Todos huelen al día que nos quemaron las alas.
, aborrezco a las aves, las odio, porque ellas volarán más cerca de ti de lo que yo jamás lograré.
, no puedo olvidar tus ojos y como me miraron con dolor la última vez que nos vimos.
Y discúlpame pero yo no sé querer-te-.
(Nadie nos enseño a querer, los dos que debían enseñarnos son ruidos blancos en nuestra caótica balada.)
Así que aprendí como pude, y mi cariño es más ponzoño que placebo.
Pero te quiero. Te quiero con todos mis huesos huecos, mi corazón destazado, mi alma deshilada, mis alas rotas y mi amor insuficiente.
Te quiero y quiero romperte en trozos lo suficientemente chiquitos para que mi amor sea suficiente, para tenerte aquí conmigo por siempre y velar que no te pase nada.
Te quiero y quiero que un día me encuentres dormida y te cueles en la cama, y ya no será tan grande ni tan fría y el viento traerá una canción de nuestra infancia. Entonces te abrazaré tan fuerte y ya no podrás huir, y solo dormiremos hasta que nuestras plumas se hagan cenizas
(y ahí viajaremos con el viento, libreas al fin).
Te quiero porque a pesar de son ruidos blancos, ellos me insertaron una caja en el pecho, la cosieron a mis pulmones con un hilo rojo, no me dieron instrucciones y dejaron tus plumones pegados.
Te quiero
y soy egoísta
, y soy horrible
(la peor hermana)
, y no sé querer-te-.
Por eso, hermano tonto, amor mío, me voy.
Arrastro esta maleta
, y está tan pesada
(además de todas estas letras y de los escombros, llevo un cuerpo).
Así que
; ―Vete.
Atentamente yo.
...
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Tema: #07 - Maldita flor de ciudad, corazón letal.
Título: rubatosis
Resumen: "(...) y hay páginas que son piernas, y brazos de paja y hay letras que palpitan, se escurren entre las lineas."
Advertencia: ninguna.
Parejas/ Personaje: Yoshimura Eto. aka Takatsuki Sen.
rubatosis
*it. Rubato + Tempo "tiempo robado"
*La inquietante conciencia de sentir el latido del corazón propio.
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Eto se acurruca en un nido de cadáveres desmembrados, son novelas de horror impresas en tinta de hemoglobina
, y hay páginas que son piernas y brazos de paja
, y hay letras que palpitan y se escurren entre las líneas.
Y es autora de tragedias (inspiradas en aquellas novelas) (hechas de esas páginas) (escrita con esas letras) sin pharmakon pero en su lugar algo más.
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Eto es un pichón, uno huérfano y desplumado, uno muerto-metafóricamente- vivo-litera-riamente- y un híbrido en desequilibrio. Es un cuco, un cuculos canorus, recién nacido y recién dejado en el olvido, y porque está desnudo se cubrirá de pieles de corderos depredados pecadores y lobos predadores inocentes, y cintas de citas de autores, y ramas blanquecinas corrosivas, y esqueleto alado de huesos huecos para volar «-no tan» lejos «, para tenerte cerca».
Está muriendo de hambre.
Porque, Madre desangró su último latido en un par de letras que ahora solo viven cuando Eto se le ocurre abrir la portada y mueren cuando Eto afirma cuestionando entre apologías y rimas "Ya sé que tenías que dejarme tu poesía mancillada y embellecida por el rígor mortis (. Debido a que tenías que morir por el corazón de tu especie, el género de tus cuentos, la vocación de tus pasiones)" pero la caligrafía se mantiene en cursiva
. Y porque, Padre con manos homicidas y cálidas, débiles, simplemente depositó en un nido ajeno a lo quien debía proteger. Eto habría deseado que hubieran sido sus cenizas aquella poesía muerta. Sin embargo el eslabón débil de la cadena, la decadente familia que osaron formar, fue siempre Ukina.
Empero
Eto crece entre las malezas y las otras plantas silvestres. Como ninguna de las dos; imitando a las dos. Mas no echa raíces ya que a temprana edad, pareciese que hasta lo lleva en su naturaleza, aprendió que todo suelo fértil, toda promesa de florecer o sueño de libertad expira cuanto las dendritas del ser la visualiza. Y es mejor no aferrarse a nada y andar flotando entre el nihilismo maquiavélico, que aferrarse a paredes sólidas o esperanzas verdes y quedar sepultada entre toneladas de ilusiones.
Eto crece y se alimenta de suelo en suelo, y no devora solo seres vivientes si no también seres de otro mundo, uno mejor no importa cuán trágico sea su desenlace. Y viola estanterías de aquellos seres que parecen estar iluminados (por la misma hoguera) que ella. Empero de todas formas llega el triste día, en que los alimentos ya no la llenan, en que las letras solo escriben cuentos. Eto está vacía y su mundo, sí está pintado con prosas interestelares cada una únicas en su especie, y aun así todas siempre acaban con el mismo y soporífero desenlace.
Comprende entonces la naturaleza. Que la verdadera creación se encuentra en el caos, pues la vida es inestabilidad caprichosa y la muerte es estabilidad capciosa, el fin de la diversión, la victoria de la paz.
Y Eto sigue creciendo, rauda y voraz, cuando decide plantar su árbol -su semilla de la creación-, ese el que tanto guardaba celosa en una maceta y que era-es de ella, y solo de ella. Donde se autoproclama reina y forja su corona en oro de dieciocho quilates de sangre, no pide permiso pero se inclina en una reverencia, en una burla, para aquel al que está destituyendo.
Se acurruca en el trono, acicala su plumaje y le da nombre a nueva creación
Takatsuki Sen.
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Es ese algo que ha intentado describir -devorar, cercenar, dominar, corromper, quebrantar, enfermar, humillar, destrozar, desmenuzar, asesinar,,, sin éxito,- desde el sin sentido de su creación.
...
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Tema: #10 - No queda noche para más que un último baile.
Título: les enfants du paradis
Resumen: "Somos los que lloramos, pero reímos. Somos los que enojados estamos, pero reímos. Somos los que nos volvemos invisibles y nos reímos. Somos los que pasaron por alto y se rieron. Somos los que tenemos la ultima risa."
Advertencia: ninguna.
Parejas/ Personaje: Roma Hoito.
les enfants du paradis
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(Roma Hoito)
i. Peach skin
Soy una niña y estoy encantada.
Vivo en esta tierra mágica y maldita, camino en un sendero que me sorprende y que posiblemente me matará y poseo esta mascara, te haré reir.
Una vez fui más joven, más brillante, más ilusa. Pero no fui tan graciosa porque reía mis tragedias y lloraba los días soleados, no entendía el chiste y volvía a llorar. Lo recuerdo como un sueño cualquiera, como un papel que se lee y se arroja a la basura ya que no hay espacios para reflexiones esotéricas. Y recuerdo que fueron días soleados, el sol de verano que tanto amo bronceaba mi piel invernal e inundaba las translucidas membranas de todas mis células. Salía a caminar todos los días por el centro de mi ciudad y observaba lo ordinario, las tiendas de ropa, de accesorios, carteras y zapatos, las oficinas, los hospitales y las tiendas animalitos lindos, los restaurantes, cafeterías y hoteles de lujo. A veces entraba y a veces no, a veces compraba y a veces no, a veces pretendía y a veces me lo creía, y siempre lloraba. Era una niña feliz, no de la manera que ahora soy, de manera distinta. Cerraba los ojos y dormía en la hierba fresca hasta que me despertaba sola, mi corazón latía (y dolía ó no) y me levantaba y caminaba por las calles pobladas, llenas de transeúntes de rostros indistintos. Me gustaba la vida sencilla, las cosas bonitas y anhelaba alcanzar un sueño, cualquiera.
Era niña y estaba encantada.
Me alimentaba de otros sueños y otras pieles, algunas soleadas, otras no tanto. Y aunque en todas aprendía un montón sobre las cosas bonitas, en la lengua me quedaba un gusto amargo, como agrio y amarillo, entendía demasiado bien a lo que sabía.
Recuerdo un día estar paseando por una calle pintoresca, había muchas tiendas de cosas bonitas y un par de galerías de arte renacentista. Recuerdo entrar en muchos lugares, comprar joyería barata y robarme la cara, pensar que esa noche las malditas estrellas no brillarían más que yo porque yo poseía las perlas, los diamantes y una vida fugaz que se escapaba de mis manitos endebles, no como arena sucia y trillada si no como agua pura y cristalina. Recuerdo estar feliz y querer tener el talento de uno de esos artistas para pintar alguna noche desvelada a mi ciudad noctambula, con sus pasiones y sus violaciones, con su encanto y con su espanto, con sus antros festejando y sus callejones esperando un asesinato violento. Recuerdo comprometerme a empezar un curso de arte y cuando sepa lo suficiente vender mis obras a muchedumbres ignorantes y aspirantes wannabes, y así escalar y escalar, por sobre toda esa muchedumbre sin gracia alguna, pisando sus cabezas y así apoderarme de la cima, sentarme en un trono bonito y decorar mi penthouse a mi manera estética, entonces tal vez comprarme una o varias mascotas cariñosas y tal vez dar varias o ninguna fiestas grandes y bochornosas, y entonces cometer un homicidio horroroso del que no me encuentren culpable.
Oh que sueños tan jóvenes, tan sureños y liberales, un alma joven y soñadora, en un mundo hambriento, peligroso y asombroso.
Oh que ideas tan inmaduras, tan trilladas y descabelladas, un alma tan joven en un mundo tan hambriento, tan peligroso y asombroso.
¿Será esta niñez la culpable de mi desencanto? ¿Será este encanto culpable de mi inmadurez? ¿Será que me asesinaran joven y encantada, o, vieja -fea- y desilusionada? ¿Qué será de mis tontos sueños? ¿De mi penthouse y mi mascota mimada?
Otro sueño perdido, otro muerto en el callejón del horror, otro integrante en el antro del necrófago que se lleva su alma al purgatorio de los vivos.
Morí, niña y encantada.
No pude ni bailar un tango en las callecitas de mi ciudad, ni llegué a escuchar la canción de mi muerte o a llorar la tragedia cotidiana. Ningún inútil transeúnte se compadeció de mi pintura, de la historia que yo le había creado, de mí. Es que estaban muy ocupados yendo y viniendo a ese maldito antro. Así fue como aprendí que mi belleza era algo más que incorpórea y que mis sueños eran menos que arena sucia, que desperdicié el cénit de una de mis juventudes más preciadas debido a que vivía con los ojos en el cielo y los pies en la tierra (me lastimaba las palmas descalzas al andar sin sandalias sobre la tierra del invierno infernal y eterno, mi peor enemigo,) y todo esto sucedía mientras soñaba un maldito sueño.
Qué espanto, qué desencanto, qué terrible que es dormir tranquilo y mientras uno se descuida perdió mitad de la vida. Y ahora, ¿qué haré con todo este desastre? He de limpiarlo yo misma, yo solita, con mis manitos frágiles y mis piernitas torcidas, y así descalza bailando una danza satánica.
Y hace unos días volví a nacer.
Fui cría, infante y ahora soy niña.
Soy niña y estoy encantada.
Despierto de una pesadilla hórrida, de un sueño bonito, de estar durmiendo y ya. Hoy estoy harta de dormir y quiero jugar un rato. Y comienzo a caminar por las calles de mi ciudad, sin embargo elijo una ruta distinta, una por la que jamás imaginé pasar. (No es que tema hacer cosas nuevas, es solo que nunca había visto esta autopista.) Y vuelvo a ser feliz porque dejo a esta aburrida ciudad, porque la miro desde lo alto y veo sus edificios viejos y erosionados, sus calles deshabitadas y patéticamente tristes, las tiendas, los hoteles, hospitales y galerías lloran su inevitable sentencia al olvido, el callejón ahora está silencioso y ridículamente pacífico, los asesinatos murieron hace rato, el antro tan moderno y jovial ha sido quien fue asesinado.
Me voy de estas tierras malditas porque quiero y puedo, déjalas que mueran de hambre, amor amor, pues ellas dejaron morir a alguien que se parece a nosotros pero, que no se te olvide, no somos nosotros, déjalas morir despacio.
He encontrado una nueva ciudad soleada, donde hay nuevas tiendas, nuevos animalitos, nuevos transeúntes y una comedia trágica. Tal vez podría conseguirme un empleo en la cafetería donde hay chicos y chicas bonitas, lo sé porque me lo dijo una amiga, tiene un antro moderno en donde me deja bailar mi música indie para mi niño trágico. Ah, sí, ese que usa el pelo negro como mascara y el parche como cara. ¡Ah! Y yo también tengo una máscara, es muy graciosa como la de cierto payaso travieso, me la hizo mi otro amigo. (Está guapísimo.) Y tengo una hermana mayor, ella es tan... h-ilarente, de enserio, quiero que me adopte y me aconseje con mi niño cómico-trágico.
Aquí estoy en una ciudad nueva, donde yo yo yo yo puedo ser joven y violenta, donde mis sueños se cumplen y el arte que creo es caos. Me dirige un señor(, un viejo), un padre, un renacentista y me dijo que podía ser
(. Así que)
Ser(é) niña y estaré encantada, con la piel de durazno vibrante.