Título: Besar a Lynda
Fandom: La pandilla plumilla (Press gang)
Personajes: Spike/Lynda
Rating: Todos públicos.
Palabras: 291
Disclaimer: Spike y Lynda no me pertenecen, Steven Moffat, Bill Moffat, ITV. Reconozco sus derechos de autor y no cobro por escribirles.
Spoilers: No
La primera vez que besó a Lynda sintió que tenía magia en las manos, que el beso le había llenado de magia y podía encender las farolas con sólo chasquear los dedos, abrir las puertas, entrar en otro mundo.
La segunda vez que besó a Lynda sintió que se le deshacían los pies, que iba a caer desplomado sobre el suelo del pasillo y quedarse ahí para siempre. Sus amigos pasarían junto a él, con cuidado de no pisarle, podría oírles decir: “Ahí está la prueba de que Spike se derretía por Lynda. No, en serio: Mira. Se quedó derretido en el suelo tras su segundo beso. Una pena, chico. Con lo divertido que era verle ir detrás de ella.”
Pero, tras besarla unas cuantas veces, tras unos cuantos choques de nariz y lápices que ella olvidaba quitarse de la boca antes de besarle y tropiezos y risas y nervios en exceso, besar a Lynda era sólo besar a Lynda.
Era deshacerse por dentro y sentir la magia alrededor y, sobre todo, muy por encima de todo, ver la mirada de Lynda después, su sonrisa preciosa y tan difícil de lograr. Y saber, saber que ella también, escuchar de vez en cuando ese tonto y avergonzado: “Me tiemblan las rodillas al besarte, Spike.”
Temblor, en rodillas en caderas, en el estómago, en las manos, la cabeza. Magia entrando en la realidad; y darse cuenta con frustración de que las palabras no se le daban tan bien como pensaba. Porque no encontraba manera de llamar a aquello que sentía al besar a Lynda.
Sólo era “Besar a Lynda”. Como un título demasiado pequeño para una historia inmensa que cabía en cada beso, pero nunca encontraría las palabras para describir.