Quedan un par de días para llegar al final del año. Para algunos habrá sido uno más, a otros les habrá cambiado la vida; el caso es que estamos a un traspié de 2015, y tengamos o no planes para Nochevieja, lo suyo es celebrar que hemos sobrevivido un año más.
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[Tony era un niño muy listo para creer en Santa Claus]Tony era un niño muy listo para creer en Santa Claus. Aunque alguien hubiera intentado venderle la idea, de todas maneras su padre se hubiera opuesto. Howard Stark conocía un mundo muy hostil y sabía que era mejor que su hijo comprendiera la realidad antes de darse golpes con la vida.
Tony no creía en Santa Claus pero creía en los regalos. Grandes, caros y geniales. Todo lo que pedía y algo más. Sabía que los compraban sus padres. Más exactamente su madre. Así que todo se lo decía a ella, siguiéndola de un lugar a otro de la gran casa, parloteando sin parar. Ella solo sonreía y a veces suspiraba.
Nunca pedía cosas imposibles, aunque para un Stark los rangos de posibilidad eran casi infinitos. Sin embargo, si hubiera creído en Santa Claus tampoco hubiera pedido un deseo demasiado extravagante como que su padre estuviera en casa por Navidad.
Era un niño listo que había aprendido a no extrañar a su padre.
Sin embargo, quizá hubiera pedido que aquel soldado perdido que tanto tiempo llevaba buscando apareciera. No sería exactamente un juguete pero de todos modos, ya su madre le compraría todo lo que quería.
Nada le habría costado gastar un deseo innecesario en algo que por una vez a su padre le agradara.
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Tony era un joven independiente. Sus padres habían muerto tiempo atrás y hacía más todavía que ya él no deseaba juguetes nuevos. Tampoco pensaba en el soldado perdido de su padre ni en lo que le hubiera pedido a su madre. Obadiah le compraba todo lo que quisiera y le dejaba organizar las mejores fiestas del instituto.
Cada Navidad, Tony tenía el alcohol que quería, las drogas más caras y todo el sexo que deseara.
Lo que fuera para que no se sintiera como un día diferente a todos los demás.
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Tony era un adulto afortunado. Tenía el dinero de un hombre sin escrúpulos y la conciencia despierta después de haber hecho fortuna. Era el líder de su propia vida mientras no actuara fuera de lo que Pepper aprobaba, el amigo que fallaba irremediablemente a Rhodey pero siempre contaba con él y el superhéroe que había necesitado llegar al borde de perderlo todo para saber que era algo más que un traje.
No fue hasta una festividad después de aquella caótica Navidad en la que había destruido todos sus trajes cuando había aceptado que quería pasar la fecha con todos los demás. No sólo Pepper y Rhodey sino los otros: Bruce, Natasha, Clint, incluso Thor si estaba de visita.
Sin embargo, en esa ocasión no pudo tener lo que quería: algunos ya tenían sus planes y otros sus trabajos. Pepper se opuso a organizar una gran fiesta y Rhodey desaconsejó vulnerar la seguridad de la torre Stark con extraños allí.
Solo, algo fastidiado y un poco intrigado por la novedad de no verse satisfecho en Navidad. Así lo encontró Steve Rogers en lo alto de la torre, mirando la ciudad que celebraba bajo sus pies.
Lo miró de reojo al sentirlo acercarse y se mordió la lengua antes de recibirlo con algún sarcástico comentario. Notó su sonrisa cálida y ese brillo que producía a las personas esa época de presunto amor y reconciliación.
Así debía haber aparecido cuando Tony era un niño. Con aquella candidez habría devuelto a su padre y con él a todos los Stark algo que Tony nunca había querido porque nunca había entendido que lo necesitaba.
Ahora era muy tarde para su padre. Sin embargo, él sí lo tenía allí aunque nunca lo hubiera pedido.
-Feliz Navidad, Capitán -dijo finalmente.
Si a Steve lo sorprendió su saludo, no dijo nada. Se limitó a sonreír y darle una palmada en la espalda.
-Feliz Navidad, Tony.
Después de todo, aunque aquello se saliera de su plan original, tenía que admitir que tal vez sin preverlo, sí que iba a ser una feliz navidad.
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MJe gustó mucho cómo se van viendo los cambios en Tony, del joven que se la pasaba en un frenesí tratando de olvidarse de todo al adulto que piensa que después de todo, le gustaría pasar la Navidad con todos sus amigos.
Así debía haber aparecido cuando Tony era un niño. Con aquella candidez habría devuelto a su padre y con él a todos los Stark algo que Tony nunca había querido porque nunca había entendido que lo necesitaba.
Ahora era muy tarde para su padre. Sin embargo, él sí lo tenía allí aunque nunca lo hubiera pedido. <333
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Me alegra que te gustaran los cambios. Pensé en hacer más fases pero luego me pareció que con esos tres momentos sería suficiente.
<3
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¡Muchas gracias por responder!
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Pobre Steve, no habría sabido qué decir que fuera apropiado porque no sabe realmente lo que pasa por la cabeza de Tony respecto a esto...
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