fake; brandon/dave [rps]
Título: Fake.
Fandom: RPF (The Killers)| Claim: Brandon Flowers/Dave Keuning.
Rating: R | Advertencias: Slash, obvs. Desvaríos. Mierda varia. Cursiladas. La palabra follar aparece, pero nada más a partir de ahí.
Disclaimer: David Brent Keuning y Brandon Richard Flowers me pertenecen, por eso les hundo el orgullo de esta manera. Fuck yeah.
Notas: No, no sé bajo el efecto de qué droga vaporífera estaba cuando escribí esto. No, no tiene sentido. No, no me gusta. No, no me peguéis. Sí, prometo escribir algo mejor y más slashy pronto. No, no es broma. Y no, no voy a decir amén porque... Amén.
No es un sentimiento al que se le podría llamar amor. Amor es lo que sientes por tu perro, por una canción vieja, por tu familia y, a veces, por tu pareja.
Pero no por Brandon.
Te puede causar atracción, te puede causar náuseas. Pero no se puede querer a Brandon. Tampoco se le puede odiar.
Sólo puedes fingir quererle, sólo puedes fingir odiarle. Sólo puedes desearle fervientemente, sólo puede repugnarte en la máxima medida.
Sólo puedes quererle y odiarle al mismo tiempo. Pero no amarle.
Esa fue la primera regla que Dave aprendió cuando conoció a aquel chico de apenas 22 años. Chico, no hombre, pues aquellos suavizados rasgos femeninos de su cara no le permitían llamarle de esa manera tan fría y formal.
Era ambicioso. Era leal. Era absurdamente inocente. Era tímido. Era atrevido. Era serio. Era infantil. Era maleducado. Era un bocazas. Era ignorante. Era gilipollas. Era profesional. Era soñador. Era inexperto. Era un caramelo ácido. Era un limón dulce.
Dave y Brandon. Brandon y Dave. Dave y el niñato. Brandon y el idiota. Eran parecidos. Eran opuestos.
Brandon; un cartel de neón cegado por su propia luz, y cubierto por una lona polvorienta. Y Dave; un pájaro en una jaula fabricada con muchos sueños y 'quizás'.
Brandon: voluble, ególatra y perfeccionista. Dave: perezoso, independiente y descuidado.
O así se veía todo desde los ojos de unos jóvenes, engañados por la flamanate Las Vegas, que se negaban a aceptar el título de hombres. Que, a pesar de atraerse y repudiarse al mismo tiempo, seguían escuchando música de los 80 juntos; seguían tirándose zapatos a la cabeza cuando discutían, seguían abrazándose cuando se apagaba la luz, seguían besándose después de componer alguna nueva canción y seguían follando en la mesa de la cocina de Dave cuando no echaban nada interesante en la televisión.
Porque aquello no era un sentimiento al que se le pudiese llamar amor. Porque amor es lo que sientes por tu perro, por una canción vieja, por tu familia y, a veces, por tu pareja.
Porque Dave no puede amar a Brandon, y porque Brandon no puede odiar a Dave.
Fandom: RPF (The Killers)| Claim: Brandon Flowers/Dave Keuning.
Rating: R | Advertencias: Slash, obvs. Desvaríos. Mierda varia. Cursiladas. La palabra follar aparece, pero nada más a partir de ahí.
Disclaimer: David Brent Keuning y Brandon Richard Flowers me pertenecen, por eso les hundo el orgullo de esta manera. Fuck yeah.
Notas: No, no sé bajo el efecto de qué droga vaporífera estaba cuando escribí esto. No, no tiene sentido. No, no me gusta. No, no me peguéis. Sí, prometo escribir algo mejor y más slashy pronto. No, no es broma. Y no, no voy a decir amén porque... Amén.
No es un sentimiento al que se le podría llamar amor. Amor es lo que sientes por tu perro, por una canción vieja, por tu familia y, a veces, por tu pareja.
Pero no por Brandon.
Te puede causar atracción, te puede causar náuseas. Pero no se puede querer a Brandon. Tampoco se le puede odiar.
Sólo puedes fingir quererle, sólo puedes fingir odiarle. Sólo puedes desearle fervientemente, sólo puede repugnarte en la máxima medida.
Sólo puedes quererle y odiarle al mismo tiempo. Pero no amarle.
Esa fue la primera regla que Dave aprendió cuando conoció a aquel chico de apenas 22 años. Chico, no hombre, pues aquellos suavizados rasgos femeninos de su cara no le permitían llamarle de esa manera tan fría y formal.
Era ambicioso. Era leal. Era absurdamente inocente. Era tímido. Era atrevido. Era serio. Era infantil. Era maleducado. Era un bocazas. Era ignorante. Era gilipollas. Era profesional. Era soñador. Era inexperto. Era un caramelo ácido. Era un limón dulce.
Dave y Brandon. Brandon y Dave. Dave y el niñato. Brandon y el idiota. Eran parecidos. Eran opuestos.
Brandon; un cartel de neón cegado por su propia luz, y cubierto por una lona polvorienta. Y Dave; un pájaro en una jaula fabricada con muchos sueños y 'quizás'.
Brandon: voluble, ególatra y perfeccionista. Dave: perezoso, independiente y descuidado.
O así se veía todo desde los ojos de unos jóvenes, engañados por la flamanate Las Vegas, que se negaban a aceptar el título de hombres. Que, a pesar de atraerse y repudiarse al mismo tiempo, seguían escuchando música de los 80 juntos; seguían tirándose zapatos a la cabeza cuando discutían, seguían abrazándose cuando se apagaba la luz, seguían besándose después de componer alguna nueva canción y seguían follando en la mesa de la cocina de Dave cuando no echaban nada interesante en la televisión.
Porque aquello no era un sentimiento al que se le pudiese llamar amor. Porque amor es lo que sientes por tu perro, por una canción vieja, por tu familia y, a veces, por tu pareja.
Porque Dave no puede amar a Brandon, y porque Brandon no puede odiar a Dave.