Título: Mis ojos en los tuyos Harry, aun cuando ya no tengan luz…
Pairing: Draco/Harry
Género: Angst
Clasificiación: R
Disclaimer: Los personajes son de J. K. Rowling y sus respectivos socios.
Advertencias: Muerte de un personaje.
Resumen:
-Sabes.- sonrió sintiendo el calor que sus cuerpo desprendía.- a veces siento que si debo morir, quiero que sea con tus ojos en los míos.-
Mis ojos en los tuyos Harry, aun cuando ya no tengan luz…
-Mira, mi mano- dijo apretando por quinta vez el manguillo que sobresalía.
Miro, sin saber qué es lo que debía. Notando la incomodidad de su receptor, sabiendo que lo que veía, no era motivo de lo que en ese momento estaba sintiendo.
Rabia…
Odio…
Desprecio…
Y aun así, sabía que no importaba lo que sus ojos veían, no era más que una ilusión que el muy hábilmente había creado. Que por más que fuera real, solo estaba en su imaginación. Extraño sí, pero sin duda singular.
-Mira, mi mano.- repitió, consiente del cumulo de sensaciones que lo excitaban con solo esas pocas palabras.- Si no la vez, no puedo decir cuánto lo lamentaras.- sonrió, sabiendo que cada poro de su cuerpo estaba más que enfermo por el solo pensamiento.
Miro, nuevamente sabiendo que lo que esa mano contenía no era nada comparado con la pequeña aura que su cabeza tenía el pequeño agujero que se estaba gestando en su estomago.
Sin pensarlo cerro un instante los ojos, contemplando en su mente los ojos que sabía ya no vería mas. Su estomago le jugó una mala pasada, así también como sus emociones. Ya nada sería igual.
El odio, se había apoderado de su cuerpo y no importaba ya adónde iba ni de donde volvía. Ya nada tenía el sentido que tendría que tener. Porque de mirar esa mano, como lo estaba haciendo, y de saber lo que en ese momento sabia. Hubiera notado tan siquiera que hacía mucho tiempo su poca cordura, había muerto.
Al abrir sus ojos noto, la cruda realidad. Y por fin su voz salió airosa.
-¿Y ver qué?- Justo y claro, como siempre le había gustado.
-La realidad que estos hermosos zafiros verdes te dejaron mi querido Malfoy.- Sonrió, arremolinado cada gesto con la piadosa candencia de una manos más que frías, tomando entre las suyas las del joven y devolviendo a la realidad la cordura de este. “No hay mas ciego, que el que no quiere ver”, irónica frase para un momento tan mórbido como ese. -La cruel realidad, que el joven héroe dejo en tus manos, mi hermoso joven.- sonrió macabramente tomando entre sus manos nuevamente las del joven laceradas por el frio de aquel lugar. Sintiendo en su cuerpo la dulce agonía de aquel ser.- Y la hermosa verdad, de lo mas inmundo, aquello que el hombre que decías tanto amar, nunca.- Rio con maldad pura.- NUNCA, vera.-
Cerro, sus ojos notando las lagrimas surcar su níveo rostro. NUNCA, es verdad… pensó.
Sonrió, melancólico ante recuerdos que solo eran eso, y que más que nada serian en breve momentos que su corazón guardaría. Sin embargo ya estaba hecho, la desesperanza no era más que un plato agrio que él había pedido, y su ejecutor había servido. No había más nada que hacer, mirar cómo le había dicho su captor. Ver el hecho de que ya nada más se podía hacer, pues en esa mano ahora descansaban las hermosas orbes que antes había amado con tanto ahincó, y que tanto había deseado no desfallecieran.
-Mira, la mano que ahora sostiene lo que tanto has amado, Joven Malfoy. Porque es esta, la última vez que veras su luz sin vida.-
El dolor, cegó toda visión de aquello que en esos momentos deseaba ver. La obscuridad dio paso a la absoluta paz…
Y el demoledor sentimiento de no haber obtenido lo que más deseaba la luz de aquellos ojos.
-Sabes.- sonrió sintiendo el calor que sus cuerpo desprendía.- a veces siento que si debo morir, quiero que sea con tus ojos en los míos.-
El rubio, esbozo una sonrisa arrogante sintiendo algo parecido a la mas tétrica ilusión. “Uno nunca sabe lo que le espera”, había dicho un gran sabio. Por eso, sentir que uno debía esperar la muerte en esas circunstancias era moneda corriente.
-Muy romántico de tu parte Potter, sentir mis ojos en tu bello cuerpo cuando sean ejecutado, sería muy excitante sin duda alguna.-
La suave risa de Harry, precedió el pequeño momento. Sabedores ambos de que la dicha del ser amado, era solo la de…”Vivir”…
“Mis ojos en los tuyos Harry…
Aun cuando ya no tengan luz…”
Fin.