Ha pasado una semana y Kurt aún no ha dejado de contar las horas, porque aún todo le parece nuevo y maravilloso, y demasiado-bueno-para-ser-verdad. Hay veces en las que no deja de fascinarse por lo que una simple convención social- el roce de labios contra labios- pueda significar en el cambio fundamental de una relación, pero tampoco le dedica tanto tiempo a esos pensamientos, porque se da cuenta de que en realidad importa más el sentimiento que la convención socual. Y porque, bueno, los labios de Blaine.
Para Kurt, el ligero cambio de la realidad es todo lo que esperaba desde siempre y más. Entrar a Dalton de la mano con Blaine es como entrar a una realidad paralela, y no sólo porque son recibidos con pulgares levantados y con sonrisas y maullidos en cada esquina en la que deoblan, si no porque los salones- bastante impresionantes por mérito propio- parecen más limpios, más grandes, más coloridos. Baine, está comenzando a aprender Kurt, realmente tiene en las manos la llave de entrada al mundo de las hadas.
(Blaine se reirá cuando Kurt se lo comente en un momento de sinceridad brutal, y lo callará con un beso. No le responderá Claro, porque estamos todos muertos, aunque sea verdad, porque a los dos les faltan muchas lágrimas amargas en el camino para llegar a saberlo. Uno tiene que vivir de las sonrisas mientras pueda.)
Ha pasado una semana y Kurt aún no ha dejado de contar las horas, porque aún todo le parece nuevo y maravilloso, y demasiado-bueno-para-ser-verdad. Hay veces en las que no deja de fascinarse por lo que una simple convención social- el roce de labios contra labios- pueda significar en el cambio fundamental de una relación, pero tampoco le dedica tanto tiempo a esos pensamientos, porque se da cuenta de que en realidad importa más el sentimiento que la convención socual. Y porque, bueno, los labios de Blaine.
Para Kurt, el ligero cambio de la realidad es todo lo que esperaba desde siempre y más. Entrar a Dalton de la mano con Blaine es como entrar a una realidad paralela, y no sólo porque son recibidos con pulgares levantados y con sonrisas y maullidos en cada esquina en la que deoblan, si no porque los salones- bastante impresionantes por mérito propio- parecen más limpios, más grandes, más coloridos. Baine, está comenzando a aprender Kurt, realmente tiene en las manos la llave de entrada al mundo de las hadas.
(Blaine se reirá cuando Kurt se lo comente en un momento de sinceridad brutal, y lo callará con un beso. No le responderá Claro, porque estamos todos muertos, aunque sea verdad, porque a los dos les faltan muchas lágrimas amargas en el camino para llegar a saberlo. Uno tiene que vivir de las sonrisas mientras pueda.)
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WHAT
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