Blaine no puede dormir. Gira a un lado, gira al otro y rueda en la cama hasta que esta termina hecha un revoltijo. Cierra los ojos, los abre y se quita un mechón molesto de los ojos. Esta noche se ha convertido oficialmente en una mierda y no sabe por qué. Bueno, en realidad si sabe, o al menos, se lo imagina.
San Valentín acaba de finalizar hace solo unas horas y nada de lo que había planeado para este día ha salido como esperaba; lo peor es que al menos hace unos días estaba seguro de algo, aunque estuviera convertido en un manojo de nervios. Ahora sigue siendo un manojo de nervios pero además esta confuso y no sabe que es lo que se supone que tiene que hacer y no tiene a nadie a quien preguntar.
Piensa en Jeremiah y como el chico rompió su corazón, o Blaine cree que lo hizo, al menos así se sentía hasta que Kurt se le confesó. Ahora el trabajador de Gap (ex-trabajador se recuerda con una punzada de culpa) no ocupa ni siquiera una parte importante de sus reflexiones. Toda su cabeza está demasiado llena de Kurt para detenerse demasiado en el mayor.
Kurt es su mejor amigo; Blaine sabe que puede confiar en él, que pueden pasarse horas hablando de cualquier cosa, y que tienen esta complicidad única que nunca ha tenido con nadie. Sabe que el otro chico tampoco, a pesar de tener a todas las chicas de New Directions dispuestas a escucharlo, aconsejarlo y apoyarlo ante cualquier problema (incluso la chica latina, aunque sospecha que ella no lo reconocería ni bajo pena de muerte).
No quiere que las cosas cambien entre ellos, ni que la relación se vuelva complicada y tensa, no quiere perder a Kurt y no sabe que debería hacer. Su amigo parece estar bien, como si ser solo amigos no le importunara para nada y eso lo hace sentir decepcionado y no entiende por qué.
Porque a él no le gusta Kurt, o piensa que no le gusta, no lo sabe muy bien, nunca ha sido bueno para el romance y siempre suele echar a perder su amistad con otros chicos por cosas como esta. Por eso se niega a tirar por la borda su amistad, nunca ha tenido algo como esto y está decidido a no perderlo, aunque en el camino por mantener su amistad se esté perdiendo el que pueda ser quizás el mejor beso de su vida.
Y definitivamente no está pensando en cómo sería sentir los labios del contratenor contra los suyos, ni en tenerlo contra su cuerpo, ni en ninguna forma que no sea puramente amistosa relacionada con él. Suspira resignado, quizás si se dejara de mentir tanto a si mismo pueda lograr dormir aunque sea un poco.
El punto es que Blaine sabe que siente algo por Kurt, algo que no es parecido a nada de lo que había sentido antes y que por eso no lo supo reconocer en un principio. Sabe que se preocupa por el chico como nunca se ha preocupado por nadie y que lo único que quiere es verlo feliz. Pero está tan acostumbrado a joder las cosas que ahora le da pánico equivocarse y provocarle cualquier tipo de dolor a su amigo.
Blaine no es idiota, sabe que necesita tiempo para asimilar todo lo que le está pasando. Lo bueno es que Kurt también necesita tiempo para asimilar todo lo que le ha ocurrido este año, así que después de todo quizás no esté todo perdido, quizás el próximo San Valentín estén juntos riéndose de como Blaine no podía dormir pensando en el miedo que le daba no tenerlo junto a él.
Y por último un Bonus Track que escribi hace un tiempo para
pauny Nombre: Uniforme (en tres tiempos)
Fandom:Glee
Personajes: Blaine Anderson, Dave Karofsky, Kurt Hummel
Spoilers: Hasta el 2x8
Beta:
kyra_theurgeSummary: Porque no sólo para Kurt es importante su uniforme de porristas.
1. Karofsky
No puede dejar de mirarlo, sus movimientos son hipnóticos. Nunca le había pasado con ninguna de las chicas, ni siquiera con Quinn o Santana.
Dave escucha a Azimio decir algo sobre "lo ridículo que se ve el maricón", pero él no reacciona, no puede.
La mariposa sigue moviendo las caderas y cantando junto a la chica negra, como si estuviera orgulloso de ser un anormal, como si no le afectara en lo más mínimo el hecho de que todos los deportistas, él incluido, le hicieran la vida imposible.
Y Dave siente un nudo en el estómago que no entiende, pero que asocia con la rabia. Quiere romper a Hummel, quebrarlo, hacerle daño. Desde ese día se vuelve más agresivo, más violento, haciendo desaparecer de a poco toda la confianza de la niñita.
Ha pasado casi un año desde que Hummel se presentó cantando "4 minutes" delante de todos los alumnos de McKinley High; el chico ya ni siquiera está en la escuela pero Dave no puede dejar de pensar en él y por eso revisa el video en Youtube una y otra vez.
2. Blaine
No sabe porque lo hace, bueno si lo sabe pero si piensa en eso terminará sonrojándose, y David ya lo ha molestado suficiente por hoy, muchas gracias.
Su chaqueta Dalton está en el respaldo de una silla; él está sobre la cama con su laptop en las piernas y los auriculares puestos. Ha buscado el nombre de Kurt Hummel en Google, donde aparece, además de Facebook y Myspace, una lista de videos de Youtube, linkea uno al azar y reproduce el video.
No han pasado cinco segundos y Blaine tiene que soltar el nudo de su corbata y beber del vaso de agua que tiene en la mesilla de noche. Resulta que este chico que hace aproximadamente una hora estaba sentado en la cafetería hablándole del tormento que vivía en su escuela, se presenta en la pantalla de su computador con un traje de porrista que se le ajusta perfectamente al cuerpo, cantando "4 Minutes" de Madonna.
Lo observa mover las caderas y cree que va a sufrir un colapso nervioso o algo; es que debería estar prohibido bailar así. Al menos a Blaine se lo parece, porque ahora cada vez que vea al menor; que se han intercambiado los números, se van a volver a ver; va a imaginárselo con ese uniforme, y ni siquiera él es capaz de aguantar tanto.
Cuando el video termina, deja el laptop a un lado, y se dirige al cuarto de baño que hay en la habitación. Necesita una ducha, de preferencia, helada.
3. Kurt
Se ha puesto a ver como las porristas ganaron las nacionales el año anterior. Se ve a sí mismo cantando durante catorce minutos y medio a Céline Dion en francés, sin perder la coordinación en ningún momento y con una sonrisa gigante. Hace mucho que no sonríe así.
Su uniforme está colgado en el ropero a pesar de que sabe que no lo volverá a usar. En Dalton ni siquiera hay un club de porristas.
Recuerda la celebración; cuando Brittany lo pilló desprevenido y le comió la boca. Cuando Santana le agarró el culo delante de toda esa gente y le dijo que si quería hacer feliz a un tío nunca dejara de ejercitarse. Cuando Alice lloró en su hombro y proclamó que si no fuera gay sería el chico perfecto. Cuando Santana y Brittany empezaron a magrearse en medio de aquel gimnasio y a nadie le importó, porque estaban demasiado felices.
Es entonces cuando Kurt decide llevar su uniforme de porristas con él; puede que nunca lo vuelva a usar, pero es un recordatorio tangible de lo que puede lograr. Además, es como llevar un pedacito de McKinley con él, un pedacito que no quiere dejar atrás.