KxD - Vil orgullo

Jun 17, 2009 19:04

Buenas buenas mis queridos lectores de mi LJ ♥ (Esperen, tengo lectores por aca? No lo creo, pero me gusta saludar al vacio 8D HOLA SEÑOR VACIO! ♥ )
Visto y considerando que nunca posteo nada en esta cosa, me decidí a mostrarles por este medio una producción reciente de los dos bastardos mas bastardos y apestosos en este mundo: KILLIAN Y DEFORM.
Killian es mi vampiro metrosexual, un bloodred darkonite en subeta.
Deform es la zombie podrida y muerta(?) de eizumii, una graveryard keeto en subeta.

BIEN, AHORA, LO MAS ESPERADO(?):

☆Autor:
mey_mey_chu
☆Pareja: Killian/Deform
☆Advertencias: MUCHA tension.
☆Resumen: Su doncella no era tan doncella, ni él era tan héroe.


Vil orgullo.

- Idiota - dijeron ambos, al unísono.
Él tenía a su “doncella” acorralada: Sus manos tomaban sus muñecas, sus cálidas y delicadas articulaciones. Ella lo miraba fijamente, mientras él evitaba su penetrante mirada y disimulaba el suave sonrojo en sus mejillas. Ya ni recordaba cómo llegaron a esa posición. Ellos se odiaban, ¿no? Sí, ¡se odiaban a muerte! Los constantes insultos que cada día intercambiaban lo demostraban. ¿De qué había que avergonzarse?
Él tenía a su “doncella” acorralada… ¿O era ella la que lo aprisionó? A él le era imposible soltarla, además, ella le tironeaba del cabello, y debía disimular el dolor que esto le causaba. ¡Qué descaro! ¡Si él la había salvado de una niñita que la molestaba, y evitó que caiga al suelo! Sí, por eso terminaron así: ella iba a caer, él la sostuvo por su muñeca, intercambiaron insultos varios, ella tironeó de su cabello azabache, teñido en las puntas de rojo pasión, y él, intentando defenderse de su ataque, tomó su mano libre. Así, los dos “enamorados” se encontraban enfrentados, sintiendo el cálido aliento mutuo, sus narices y sus bocas a unos escasos centímetros de distancia, y sus corazones parecían que iban a explotar. ¿Por qué? Si ellos se odiaban…
De repente, ella libera a su “héroe” del sufrimiento. Pero él, burlonamente, juguetea con el lacio, suave, fino y oscuro cabello de la “doncella”. Lo toca, envuelve entre sus dedos, lo maneja con delicadeza, y hasta quizá, dulzura. Ahora era él el que había fijado su mirada verde, con ciertos tonos de rojo, en los ojos de la muchacha. Y ahora era ella la que evitaba el contacto visual. Si ellos se odiaban…
- ¿Hay algo qué realmente te importe? - Pregunta de repente la “doncella”, entrecruzando su mirada con su interlocutor.
Sí, eso le desesperaba. La constante indiferencia y desinterés de su “héroe” ante todo y todos. ¡Era imposible que siempre esté con esa expresión de entredormido, encogiéndose de hombros y diciendo “No me importa”! Realmente la volvía loca. Esa actitud, no él…
- Podrías soltarme, ¿no? - Dice el muchacho, evitando la incomodidad que la otra pregunta le causaba.
Y sin dudarlo, se liberó, dio la vuelta, y caminó, alejándose de su “héroe”. ¿La estaba dejando ir? ¿Así como así? ¿Sin insultarla, burlarse, ser sarcástico, molestarla…? ¡No! ¡No podía permitírselo!
Apuró el paso hasta alcanzarla, tomó su brazo con fuerza, obligándola a darse vuelta, y cuando sus miradas volvieron a cruzarse, la besó, sin darle tiempo a que diga ninguna palabra.
¡Ah! ¡Cómo se odiaban en ese momento! ¡Cuánta pasión, ternura y odio había en esos labios! No podían separarse. Eso era lo que su subconsciente pedía a gritos. No podían alejarse de esa cálida sensación. Su cuerpo pedía más, más… Su mente decía ¡basta ya!

Y en este punto, seguramente, mi querido lector, usted está pensando en que su relación dio un vuelvo definitivo, y que terminaron “comiendo perdices”, como cualquier historia heroica. Pero no. Nada de esto ocurrió.
Cuando sus labios se separaron, se miraron, una mirada que parecía durar una eternidad. La muchacha atinó a darle un golpe en su mejilla, pero quién sabe cómo, se contuvo, y sólo huyó, como si nada hubiera pasado.
Porque ese par de bastardos orgullosos nunca podrían rebajarse a sentir amor el uno por el otro. Era algo antinatural, contra sus, completamente extraños por cierto, principios. Y así fue como nunca más volvieron a cruzarse la palabra, sabían que si volvían a verse, la tentación sería más fuerte que ese vil orgullo.

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Ok, les juro que darle ese final me deprimió demasiado ;3; PERO VOY A HACER OTRO CON UN FINAL LLENO DE HARD SEX(?) Ok, no, pero que termine más lindo, supongo =x=
Muchas gracias si lo leyeron! ♥

subeta, fics

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