Todo huele a despedida en el trabajo. Tanto que me asusta.
Me empiezan a contar secretos, secretos que jamás me habrían confesado sin la certeza de que unos días después abandonaré esta empresa. Se critican, revelan los defectos de los otros. Estiman las posibilidades de ascenso y progreso de los compañeros, tanto en la misma empresa como en cualquier otra. Resaltan las limitaciones de los otros.
Y hacen lo mismo con mis cualidades: las resaltan, las evidencian, las remarcan y las exageran. Algo que jamás harían sin la certeza de verme abandonar la empresa en unos días.
Tambien han especulado sobre quién es gay en la empresa. No sé si porque ni se imaginan que yo lo sea, o porque quieren confirmar sus sospechas...