Ojos por primera vez

Dec 12, 2006 22:01

*Muchas eran las cosas que había visto desde que había sido construida, pero ciertamente todo lo vivido, todo lo recorrido, todo lo oído y lo luchado.... había sido mucho más cerca del nivel del suelo.

Por primera vez no era solo el olor a pavimento y gasolina lo que llenaba sus estanques, sino toda una gama que casi le ahogaba y considerando que no tenía problemas de radiador ni batería ni combustible, ahogarse no era una razón, era una terrible preocupación. ¿Y si no arrancaba cuando Dean le necesitara? Eso no podía ser. No podía. Debía estar lista para cuando él tuviera que salir disparado a cualquier lado, con su hermano en brazos o al volante, sangrando, cazando, persiguiendo, lo que fuera. No podía tener fallas mecánicas. Sencillamente no podía.*

....Dean....

*Y no era el rugido de su motor. Era una voz, como la de su conductor, como la del hermano de él, como la del padre de él, como... la de la madre de él. Una voz humana... femenina. Opuesta a aquella que escuchó perseguirle y maldecirle cuando corrieron a muerte contra la camioneta del loco racista.
Y no le sorprendía poder hablar. Muchos lograban tener una voz, en especial aquellos que eran cuidados y mantenidos durante tantos años. Por lo general los nuevos modelos no lograban nunca tener sonidos propios. Ahora nadie pensaba en comprarse un auto para tenerlo los siguientes cuarenta años.

Recordó la voz fuerte de su hermano aquella vez que cazaron juntos vampiros o cuando fueron tras Meg a la Iglesia del Pastor Jim. Vaya hermano que tenía. De llantas fuertes y cuidadas, pintura pulcramente negra, y ese maletero, ¡por los cadillac! ¡Ese maletero! Ya quería uno así para su cajuela. Automático y con cada arma acomodada cuidadosamente. No era que le molestara que su conductor sujetara la tapa falsa con un rifle ni que tuviera las cosas desordenadas. Para nada. Era el estilo de Dean y lo respetaba tanto como lo amaba porque así de caótico como era su trasero, era ordenado y limpio su interior y era poderosa y única su caja de cassettes de rock verdadero.
Ahora no sabía en qué triste lugar se encontraba él, solo sabía que había a Lincoln con su conductor, y nunca más nada.

Comenzó a cortar de nuevo el contacto eléctrico para descansar. No sabía porqué estaba tan lejos del suelo, pero estar rodeada de árboles le ponía nerviosa. Si su pintura se rayaba Dean se enojaría mucho mucho. Y para qué hablar si algo le ocurría a sus ruedas o amortiguadores. Las tarjetas de crédito falsas tenían propósitos mucho más útiles que el de comprarle respuestos nuevos y Bobby no estaba cerca para arreglar nada. Mejor esperaría.

Seguro que Dean vendría por su Impala *
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