Titulo: Un ángel letal Autor: messwithwords Personajes: Clint Barton, Natasha Romanoff, Barney Barton Parejas: Clint x Natasha Clasificación: PG-13 (Eventualmente NC-17) Advertencias: Uso de cuchillos y situación de vida o muerte. Resumen La vida de Clint Barton era dificil y solo se complicó aún más el día que conoció a una fiera pelirroja. N/A: Este fic es completamente AU. La narración e interpretación de los personajes es completamente basada en mi conocimiento del MCU. Esto es algo que he querido escribir hacía mucho tiempo y finalmente llegó la inspiración. Las opiniones y criticas constructivas son bienvenidas. Disclaimer Clint y Natasha no me pertenecen, así que no me demandes. Si lo fueran, te aseguro que ya hubiese una película sobre ellos. [Tus misterios son algo que quiero descubrir.]
La primera vez que la ve es cuando intenta robar un pedazo de pan y unos granos. Se había metido a la gran casa por una ventana, terminando en la flamante cocina, rodeado por un millón de brillantes objetos y un olor a limpio bastante abrumador. El lugar estaba desierto, o al menos eso creía él. Un gato era su único acompañante. De un momento a otro, había un afilado cuchillo presionado en su garganta y mucho rojo a su alrededor. Su espalda dolía un poco por el impacto y su visión estaba nublada. Y definitivamente, había alguien sentada sobre él.
-Ladrón- Escuchó. Tuvo que parpadear varias veces para lograr aclarar la imagen ante él.
Ceño fruncido, ojos del color de las esmeraldas y cabello tan rojo y violento como el destructivo fuego fueron las primeras y únicas características que notó. Ella era hermosa, muy hermosa. Aun así era peligrosa, fuerte y fiera. Y tal vez era un idiota por fijarse en todo eso y olvidar por completo el hecho de que esta niña, porque eso era, una niña, logró derribarlo y tenía la posibilidad de acabar con su vida con tan solo torcer su delicada muñeca.
Podría y le hubiese gustado decir muchas cosas pero temía que si se movía un centímetro, ella reaccionaría y lo mataría. Sus tormentosos ojos azules fueron sus mejores amigos en ese momento. Él miró hacia el mostrador, tratando de hacerla entender que lo único que buscaba era algo para comer, nada más
Una expresión de confusión apareció en el rostro de la chica cuyo nombre preguntaría si salía vivo de allí.
- ¿Qué quieres?- Preguntó y el cambio en el tono de voz fue tan evidente que Clint dejó escapar todo el aire que no tenía idea estaba acumulado en sus pulmones.
- ¿Ahora mismo?-
Ella asintió. La navaja ya no estaba presionada en su cuello, pero seguía bastante cerca como para herirlo si intentaba algo (pero él no quería morir, al menos no aún).
-Algo para comer- Contestó con una pequeña sonrisa que enfatizaba las sombras negras bajo sus ojos y las líneas de expresión en los alrededores. La pelirroja se levantó con fluidez, pero con cierta meticulosidad en sus movimientos.
No fue capaz de no preguntarse cómo era posible todo esto. No era la primera vez que entraba a una casa en busca de comida, aunque si era la primera vez que lo atrapaban en el acto. Era la primera vez que alguien tan silencioso, rápido y discreto como él era capturado. Clint la observó moverse en silencio alrededor de la cocina. Precisión y determinación eran dos palabras perfectas para describir su estilo tan particular.
Era simplemente fascinante
Ella le obsequió unos granos, unos pedazos de pan que no estaban duros, pero si no se comían a tiempo terminarían así y algo de agua. Tenía miles de preguntas formándose en su cabeza pero lo único que se atrevió a decir fue un tonto agradecimiento Se sentía intrigado por esta chica. Él tan solo podía imaginar los incontables misterios que se escondían tras esa mirada tan penetrante.
Caminaron en silencio hasta la ventana que él había utilizado para colarse a la impresionante casa, y justo cuando Clint estaba a punto de saltar, ella le dedicó una discreta sonrisa.
Tus misterios son algo que quiero descubrir.
Esa noche cuando regresó a la bodega abandonada dónde vivía con su hermano Barney, Clint no pudo dejar de pensar en la hermosa chica de ojos brillantes y cabello fiero que lo había vencido.
-Estás pálido, hermano. ¿Acaso viste un fantasma?- Curioseó el mayor de los hermanos Barton.